[Jin]
— ¿JungKook?
Había salido de la habitación para despejarme un poco, pues los chicos estaban muy pesados; por no decir borrachos hasta la médula. Al salir vi a JungKook en el suelo del pasillo, éste estaba hecho una bola y juraría haberlo escuchado sollozar bajito. Me acerqué a él y lo llamé por el hombro.
— ¡Dejadme en paz! ¡No me toquéis! — Me dio un manotazo pero no retrocedí. Me quedé ahí de rodillas junto a él, observándolo.
"¿Qué le llevó a este chico ponerse así?, ¿de qué tiene miedo?"
— ¿Te han hecho algo? Tranquilo, puedes decírmelo.
— Lárgate...
— Ven, te llevaré a mi habitación, puedes quedarte allí.
JungKook levantó la cabeza y me miró dudoso. — Estoy bien aquí...
— ¿Prefieres quedarte en un pasillo? — JungKook miró a su alrededor y por fin se levantó del suelo. Secó sus mejillas y me miró como un cachorrito abandonado bajo la lluvia.
Le regalé una sonrisa como agradecimiento por confiar en mí. Cogí su mano y me lo llevé a mi habitación. Le di permiso para que pudiera dormir en la cama de mi compañero; éste esta con su familia y no pasaría la noche aquí. Al principio dudó pero al final se quitó sus zapatos y se metió en la cama. Quedando dormido en cuestión de minutos. Y yo lo seguí poco después.
[...]
La noche anterior no bebí apenas nada pero aún así tenía un leve dolor de cabeza por lo poco que bebí "la bebida no me sienta nada bien", pensé.
— Jin.
Una voz me llamaba pero estaba tan cómodo en mi cama que quise ignorarla.
— Jin...
A la segunda pude reconocerla. NamJoon. Más motivos para hacerme el dormido.
— ¡Jin!
"Hay gente pesada y luego está él"
— ¡¡Jin, joder!!
— ¡Que sí, ya me enteré! — "Me saca de quicio". Me levanté de la cama, había conseguido cabrearme tan temprano.
— ¿Y por qué no contestabas?
— Porque no me daba la gana, ¿te parece razón suficiente? — Cogí ropa limpia, ya que anoche me acosté con la ropa de calle puesta y fui hasta el baño, no sin antes señalarle la puerta con la mano.
— Puedo esperar aquí. — Y se sentó en mi cama.
— De eso nada, fuera. Además despertarás al crío.
— ¿Qué crío?
— Pues a JungKook. — Le dije mientras señalaba la cama de mi compañero, hasta percatarme de que ésta estaba vacía. — Pero... ¿A dónde ha ido?
— ¿Cómo quieres que yo lo sepa?
Solté un bufido y me adentré en el baño, "necesito una ducha urgente".
NamJoon y yo salimos hasta el patio, al parecer quería hablar conmigo, pero yo estaba más pendiente en buscar a JungKook por los alrededores. A lo lejos pude ver a Jimin que estaba con una chica. Me acerqué hasta él ignorando a NamJoon quien me seguía alterado.
— ¡Jimin! — Lo llamé y éste se giró, al hacerlo pude ver quien era la chica que le hacía compañía. Su novia. "Nunca me ha caído muy bien", no pude evitar poner cara de desagrado al verla.
— ¿Ocurre algo? — Preguntó Jimin.
— ¿Has visto a JungKook?
— No... — ¿Por qué se tomó tanto tiempo para responderme?
Solté un quejido, "igual debería dejarlo, habrá vuelto a su habitación". — Si lo ves dímelo.
Jimin asintió y me volví a NamJoon quién me estaba empezando a dar miedo por la mirada que me estaba echando.
— Vayamos a hablar.
[JungKook]
Me encaminaba hacia la salida de la escuela. Entre semanas no podía salir, pero el fin de semana era diferente y las puertas estaban abiertas; incluso para mí. Debía aprovechar y salir a dar una vuelta.
Al acercarme a la salida vi a Jimin quién estaba acompañado por una bonita chica de cabello castaño. Como acto reflejo me di media vuelva, "Ni loco me acercaba ahí" "No después de lo que ocurrió anoche..."
— ¡Eh! ¡JungKook!
"Mierda, ¿por qué?" "¿Por qué no me ignora y me deja en paz?"
Lo ignoré y seguí caminando, pero el muy idiota corrió hasta a mí y me detuvo por el brazo. Me solté de su agarre y me giré sin mirarle a la cara.
— ¿Qué quieres?
— ¿Es que ya no te acuerdas?
— ¿Qué? — Esta vez si lo miré, pero porque no entendía a que se refería.
— Ya sabes nuestra salida.
— Nuestra... salida... — Asintió mostrándome una sonrisa que no iba para nada acorde con su rostro.
— Tú y yo habíamos quedado, ¿recuerdas?... Íbamos a comer juntos. — Me quedé mirándole e intentando descifrarle. — En fin SeolHyun, debemos irnos. — Le dijo a la chica refiriéndose a nosotros. Pasó su brazo por mi hombro y me llevó hasta la salida.
— Podemos salir los tres juntos. — Dijo ella y Jimin soltó un suspiro que sólo yo pude escuchar.
— No creo que JungKook... quiera, ¿verdad? — Me cuestionó dando algunos golpecitos en mi hombro.
Claramente me estaba diciendo "haz lo que yo te diga y cierra la boca", pero por nada del mundo se saldría con la suya.
— No me importa que venga.
— ¿Ves?, a él no le importa. — La chica empezó a dar saltitos de alegría mientras se acercaba, se posicionaba entre nosotros y nos cogía del brazo.
No sé como había acabado en esta situación, pero al menos no estaría a solas con él. SeolHyun, así se llamaba, me pareció muy simpática, estuvo todo el camino hablando conmigo, o bueno, más bien haciéndome una entrevista, yo me limitaba a contestar. Parábamos en varias tiendas. Pude notar como Jimin hacía intentos de acercarse a mí, pero SeolHyun siempre terminaba interrumpiéndolo, debía agradecerle. Entramos en una tienda de música, por petición mía. Nunca había estado en esta tienda y era preciosa; me enamoré de ella en cuanto entré. Corrí hasta un piano de cola que vi desde la entrada.
— Es un Steinway..., es precioso. — Era de color blanco y lucía magistral.
— ¿Sabes tocar? — Preguntó ella en cuanto se acercó a mí. Yo asentí. — ¡Señor!, ¿puede probarlo? — Le preguntó al dueño de la tienda.
— Oh, no... n-no hace falta.
— Claro que puedes joven. — El dueño de la tienda sonrió educadamente mientras con su mano extendida me daba permiso para sentarme frente al piano.
Me llevé mi tiempo antes de posar mis manos en el distinguido piano. No todos los días se podía tocar en una joya como ésta.
— Si vas a hacerlo hazlo ya, menuda pérdida de tiempo. Creo que esperaré fuera. — Soltó Jimin mientras desaparecía de la tienda.
Me senté y llevé mis dedos a las teclas, los posicioné y la melodía comenzó a llenar toda la tienda. SeolHyun me miraba maravillada sin apartar su vista de mis manos, las cuales se movían rápidas al son de la música. Cerré mis ojos y me dejé llevar, hasta que una voz me interrumpió.
— ¿Quién te enseñó a tocar así? — Y un estruendo sonó en toda la tienda causado por mí al parar de tocar.
— Mi madre. — Le contesté y alcé la vista para encontrarme con la suya, pero no fue la de SeolHyun la que me encontré, sino la que pocos minutos antes había salido por la puerta de la tienda. "¿En qué momento volvió?"
Su mirada clavada en mí, tan penetrante como siempre, cómo si pudiera ver a través de mí. ¿Eran mis suposiciones ciertas? o ¿sólo eran imaginaciones mías? Necesitaba una respuesta o que me desmintieran el porqué veía curiosidad en sus ojos. Mis mejillas adquirieron un color rosado y en cuanto noté el calor en éstas, desperté de mi pequeño trance. SeolHyun había empezado a mirarnos extrañada y para cuando fue a abrir la boca, Jimin la interrumpió.
— Será mejor que vayamos a comer.
En el camino apenas habíamos hablado, al parecer el ambiente se había tensado y no pude evitar sentirme culpable. Llegamos a un pequeño restaurante que tenía una buena fama por ser barato y servir buena comida.
— ¿Cómo os conocisteis? — Preguntó SeolHyun quien se había sentado junto a Jimin.
— TaeHyung nos presentó. — Contestó Jimin con voz pesada.
— ¿Y qué tal está él? — Volvió a preguntar. Creo que intentaba romper el mal ambiente que se había creado, pero ni Jimin ni yo estábamos por la labor.
— Bien. — Contestó Jimin y SeolHyun soltó un suspiro y rendida pidió permiso para ir al baño, dejándonos solos.
— Al fin solos. — Dijo Jimin nada más ver a su novia lejos de nuestra mesa. Cogió mi mano y yo lo miré. — Quería hablar contigo, YoonGi me dijo que anoche me llevaste hasta su habitación. — Trague saliva y aparté mi mano de la suya. Su tacto me ponía nervioso.
— No porque quisiera... — Apoyé mi mano en mi barbilla y giré la cabeza hacia mi izquierda, observando todo el establecimiento.
— ¿Y no pasó nada? — Un escalofrío recorrió mi cuerpo recordando sus besos, caricias, mis gemidos y como me volví a sentir sucio y usado.
— No. — Podía simplemente decirle la verdad, pero preferí no hacerlo. Al parecer él no recordaba nada.
— Que extraño, — Hizo una pausa, ganándose mi atención. — yo recuerdo tener a un hermoso chico bajo mío, quién gemía como perra en celo... — El cuerpo se me tensó y mi rostro se volvió pálido. — ¿Te gustó?, vamos dime, sé sincero, sé que te gustó.
Me levanté de mi asiento de golpe, tirando la silla al suelo. Golpeé la mesa con ambas manos y le lancé una mirada de odio, directa a sus ojos.
— Tú no me... conoces... — Mis ojos se cristalizaron y mi barbilla no tardó en ponerse a temblar. En cualquier momento rompería a llorar.
Volví a dar un fuerte golpe en la mesa y salí de allí tan rápido como pude. No le daría la satisfacción de volver a verme débil. Comencé a caminar en ninguna dirección, simplemente caminaba y caminaba hasta que el frío me llegó a los huesos y caí en cuenta que olvidé el abrigo en el restaurante; el cual no volvería ni loco. Mi móvil y cartera estaban en los bolsillos del abrigo por lo que no podía llamar a Tae para que viniera a por mí.
El cielo se nubló y poco tardó en aparecer las primeras gotas de lluvia, "genial, ¿puede ir a peor el día?", y sí, podía ir a peor. Me había perdido, no era una persona que tuviera muchas salidas de calle, por lo que me perdía fácilmente, a parte mi sentido de la orientación era pésimo. La llovía comenzó a caer con más fuerza y las calles poco a poco se iban quedando desérticas. Caminé por unas dos horas, sin saber por donde iba, creía que si caminaba terminaría viendo algo conocido que me permitiera orientarme, pero no fue así. Me había perdido completamente.
Fui hasta una tienda que tenía el toldo echado y me quedé ahí, al menos no me mojaba. Aunque más mojado ya no podía estar. Al rato escuché como gritaban mi nombre y busqué a esa persona que me llamaba.
— ¡Aquí, JungKook! — Un hombre desde el interior de un coche me llamó, corrí hasta él y descubrí quién era.
— Profesor... — No sé si esto fue un golpe de suerte o no, pero al menos sabía que volvería hasta la escuela sí o sí.
— Sube, rápido. — No dudé y corrí hasta el asiento del copiloto.
— Gracias, me había perdido completamente. — Solté aliviado por su "rescate".
Durante el trayecto apenas hablamos, lo que si noté es que no dejaba de mirarme de reojo. Me contó que iba de camino a una cafetería a encontrarse con un amigo y por muy extraño que sonara me había invitado a ir con él, invitación que rechacé. Por fin llegamos a la escuela.
— Bueno, llegamos.
— Sí, gracias por traerme y perdona por hacerte venir hasta aquí... y por mojar el asiento del coche. — Dije un poco apenado.
Él rio negando con la cabeza. — No te preocupes.
Le hice una reverencia y me dispuse a abrir la puerta cuando una mano se posó en mi muslo y yo me giré sorprendido.
— ¿De verdad que no quieres venir? — Me volvió a formular la misma pregunta que minutos antes.
— N-no, g-gracias. — Me sonrió y se acercó a mi rostro, acarició mi pelo y me miró.
— Es una pena. — Volvió a colocarse firme en su asiento. — Abrígate cuando quites tu ropa mojada o pescarás un resfriado.
Asentí varias veces y salí del coche sin decir nada más. No esperé a que se fuera y me adentré en la escuela, caminando hacia los dormitorios.
"¿Por qué se da esas confianzas?, ¿es que no ve que resulta incómodo?, ¿qué pretende?..."
Realmente me molestaba la actitud de mi tutor hacia a mí. Me preguntaba si con todos sus alumnos era así, y si era así, ¿era el único que se sentía incómodo? Terminé por ignorar mis pensamientos y cuando llegué a mi puerta volví a recordar que me había olvidado todo en mi abrigo, incluso mis llaves...
"¡Y mi documentación!"
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N/A:
Kim SeolHyun - AOA