Tragué saliva al oir lo que Isaac dijo.
-Ahora ya estoy mejor. -Dijo para tranquilizarme, pero yo simplemente no podía, necesitaba saber que había ocurrido en su sueño.
-¿Qué ocurría?
-Te parecerá raro, tal vez incómodo. -Aclaró, yo negué con la cabeza, no porque no fuera posible sino porque me daba igual. Isaac me miró un segundo y se recolocó en la cama antes de continuar-. Teniendo en cuanta la situación actual debería haberme dado cuenta de que era un sueño pero en ese momento... Era como si no quisiera despertarme. Entrabas en mi habitación, llevabas un vestido largo, ajustado, de color negro y el pelo trenzado y luego me besabas, supongo que ese fue el momento en el que me di cuenta de que no era real, pero me sentía muy bien y no quería volver. Lo siento Iris, tenía que haber parado, pero todo era tan... Perfecto, no era una sensación humana, me sentía como en otro planeta, luego esa sensación se convirtió en un dolor intenso y me desperté sudando, peor de lo que estoy ahora.
Vale. Era raro e incómodo, pero a la vez tenía que ver conmigo por lo que no podía mirar hacia otro lado.
-Yo me siento muy bien esta mañana, si te hubiera absorvido energía tendría sentido, el súcubo se siente mejor y la víctima peor. Pero... No me acuerdo de nada, esta noche no he soñado con nada, no que yo sepa, y me acordaría de algo como esto ¿no?
Isaac asintió no muy seguro y me miró de nuevo pensativo.
-Tal vez no eras consciente.
Tenía sentido, pero quien sabe.
-Puede ser... -Admití. Me pasé las manos por el pelo cansada de no entender, quería respuestas y las quería ahora.
-Está bien. -Me animó Isaac.
-No, no está bien, y voy a llegar al fondo de esto.
-Ayer me colgaste muy repentinamente. ¿Está todo bien?
Sí, tan solo me uní a una secta satánica. No podía contarselo, no aun, acabaría haciendolo en algún momento, tendría que hacerlo, pero ese momento no había llegado todavía.
-Sí. Solo me acordé de una cosa. -Mentí.
Isaac asintió, parecía dolido, más bien resignado a aceptar lo que le dije, probablemente sabía que le estaba mintiendo por las señales químicas de mi organismo, simplemente no podía mirarle a los ojos, no me parecía bien mentirle.
-Yo... Yo tengo que irme. -Le dije-. Lo siento, adios. Espero que te mejores.
-Adiós. -Dijo antes de que cerrara.
Caminé por los pasillos dandole vueltas a la cabeza, no podía decirselo ahora, pero no podía mirarle a los ojos y no contarselo, podría sacarme toda la información con solo una mirada así que irme era lo mejor, encontraría respuestas, y se lo contaría.
••••
La mañana pasó rápido, parecía que a penas hacía unos minutos que había salido del hospital.
Después de bajar del autobús en la entrada de la reserva tuve que ingeniarmelas para encontrar una vía para llegar a La Cabaña. Aunque fuera de noche, ayer me había quedado con la mayor parte del camino y creía saber por donde ir pero aun así tardé quince minutos en dar con el lugar.
Abrí la puerta y bajé al subterraneo, roconocí el olor a lavanda que había respirado la noche anterior. Simplemente me encaminé por los corredores hasta la sala de mármol. Catelyn, Blanca y Leilah estaban esperandome en la fuente, lo que resultaba curioso porque ni si quiera habíamos acordado una hora.
-Me alegra saber que has decidido unirte a nosotras y formar parte de la ceremonia. -Dijo Catelyn al verme entrar-. No tardarás en acostumbrarte.
Yo no dije nada simplemente me acerqué.
-Ya que estamos todas os explicaré lo que harémos en las próximas semanas hasta el ritual. -Prosiguió-. Os preparareis psicológica y fisicamente para superarlo y os explicaré lo que ocurrirá. -Comenzó a caminar hacia los pasillos y nosotras la seguimos-. Me da igual si os llevais bien o mal, solo os pido que no os mateis antes de la fecha.
-Perfecto, que bueno ver lo controlado que está todo. -Dijo Blanca sarcásticamente.
Catelyn no la miró, simplemente se aclaró la garganta y continuó hablando.
-Lo único que os separa del poder es el miedo. No importa lo que creais, todo todo el mundo tiene miedo a algo, una vez que lo hayais vencido tendreis acceso a todo el poder que os pertenece, por lo menos la mayor parte. El resto lo obtendreis cuando completeis la última parte.
Matar a alguien. Esa era la última parte.
A penas me acababa de dar cuenta que nos habíamos parado frente a una puerta metálica. El complejo cada vez me sorprendía más.
Catelyn la abrió revelando una especie de gimnasio, sala de entrenamiento o como fuera, dentro había más chicas entrenando, pero era sinceramente raro, no me las imaginaba haciendo algo que pudiera dañar su físico, no juzgues un libro por su portada supongo, pero aun así para que aprender a luchar si ya eres super fuerte, no creo que lo hicieran con buenas intenciones, de hecho sentía que ocurría algo más a parte de todos los preparativos para el ritual.
-En los próximos días perfeccionareis la lucha, pero eso no es un tema que trataremos hoy. -Se dio la vuelta y caminó por el pasillo por el que habíamos venido hacia otra sala, esta más pequeña, parecía un despacho.
Esto era un maldito laberinto, parecía una ciudad subterranea. Dentro estaba la mujer del otro día, la pelirroja con ojos verdes.
-Hoy Jemima os tomará medidas para confeccionar los vestidos de la ceremonia, eso es todo.
Otra chica entró en ls habitación con un cuaderno y una cinta métrica.
-¿Vamos a hacer un pase de modelos? -Preguntó Blanca divertida-. ¿No se suponía que son como quince minutos?
Leilah rodó los ojos.
-Es un momento importante, para nosotras. -Paró y miró a Blanca de arriba a abajo-. Tal vez tú no lo entiendas pero nos estamos convirtiendo en una especie de deidad.
-Eso dilo por ti. -Le corrigió Blanca, yo prefería quedarme callada en esa situación.
Pero Catelyn parecía hacer oidos sordos a las palabras de Leilah y Blanca. Simplemente nos excrutaba con la mirada.
-Primero a Leilah. -Les indicó a las mujeres.
Ellas comenzaron a tomarle medidas, mientras Catelyn les decia cosas, estaban tan enfrascadas en ese asunto que no se enterarían de lo que pudieramos hablar Blanca y yo, era la ocasión perfecta para preguntarle sobre el sueño de Isaac.
-Necesito que me digas una cosa. -Susurré sin mirarla para que no se notara.
-Ajá.
-¿Un súcubo puede absorver energía de un humano... Inconscientemente?
-No que yo... -Pareció pensarlo un rato-. Bueno sí ¿Por sueños?
Yo asentí levemente.
-¿Hablas de Isaac? Si has empezado a absorver su energía inconscientemente o no vas a parar hasta que le mates.
Sentí un sabor amargo en mi garganta y una sensación extraña, iba a matarle.
-Como puedo pararlo.
-No puedes. Solo podrás controlarlo cuando pasemos la ceremonia.
Genial. Si no la llevaba a cabo le acabaría matando, si la pasaba tal vez me vería obligada a hacerlo.
N/A: 10000 leidos ya :D No me lo puedo creer, muchas gracias a los que dedicais vuestro tiempo a leer esto porque sois los que lo haceis posible. Siento no haber subido la semana pasada pero me estoy quedando sin caps asi que he esperado hasta terminar el que estaba escribiendo espero que lo entendais y gracias.