Agony » Harry Styles (COMPLET...

By dangerousweona

331K 22.6K 3.8K

Cuando Annie Johnson regresa a su ciudad natal luego de la abrupta muerte de su padre, vuelve a encontrarse c... More

Sinopsis
AVISO
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44 (Final)
Agradecimientos
Epílogo

Capítulo 38

4.7K 370 87
By dangerousweona

—Ya tengo que irme —le dije a Annie en cuanto ella ofreció ir al hospital para confirmar que no tuviese una fractura. Yo sabía que no era necesario, no se sentía como una.

—No quiero que vayas y algo te pase.

—No me pasará nada —mentí—, si no llego papá se enojará aún más.

—Por favor... No vayas. Puedes quedarte aquí por lo menos hasta mañana, sabes que mi mamá no se enojará.

—No quiero causarte lástima, Annie —confesé—, sólo quiero irme a casa y dormir.

—No te tengo lástima, Harry. Me preocupo por ti.

—Lo sé y te lo agradezco, pero ya estoy acostumbrado a esto. Puedo seguir adelante.

— ¿Qué vas a hacer? ¿Con todo esto? Si no vas a irte ¿seguirás aguantándolo hasta que termines la universidad y consigas un trabajo?

—No lo sé, no tengo ningún "plan b".

Annie no dijo nada y supe que esa era mi oportunidad para irme. Traté de buscar en mi mente una rápida y corta solución que pudiese cumplir para no decirle una mentira, pero preferí callar. No tenía idea que haría, estaba solo y sin un propósito en la vida.

—Si te decides —dijo ella cuando estaba a punto de saltar por la ventana—, estaré aquí para ayudarte. Con lo que necesites, Harry.

Asentí con la cabeza dándole a entender que lo agradecía y di un salto por la ventana para llegar a casa. Solo necesitaba recostarme y discutir con mi almohada  acerca de mi miserable existencia como lo hacía cada noche. Una ráfaga de aire frío me golpeó y en la cara y sentí la soledad calar hondo en mis huesos. Extrañaba a Louis. Él podría decirme que todo iba a estar bien y bromearía con mi horrible cara o de lo patético que era al llorar, pero yo mismo me había encargado de alejar al único amigo en quien podía confiar totalmente, sin desmerecer al resto de mis amigos que siempre estaban allí cuando yo estaba dispuesto a dejarlos entrar.

Caminé hasta la casa y decidí arriesgarme entrando por la puerta principal. No quería escalar hasta mi cuarto así de dolorido. Saque la llave que convenientemente había quedado en mi bolsillo antes de salir de casa. Entré conteniendo el aliento ya que me dolían las costillas como el infierno.

Pero en cuanto entré a la casa, me di cuenta de que mis planes de reflexionar acerca de la vida hasta morir iban a tener que esperar.

La luz se encendió en cuanto puse un pie en la casa y vi a papá sentado en el sillón con una botella de lo que parecía ser whisky en la mano. Él estaba esperándome.

—Al fin llegas —dijo para luego pararse y tambalearse hacía mi. Retrocedí unos pasos tratando de alejarme de él. ¿Por qué diablos lo hacía? Sabía que no podía beber alcohol y menos alterarse, pero sin embargo ahí estaba: borracho y buscando excusas para pelear conmigo.

— ¿Dónde mierda fuiste? —pude sentir el olor putrefacto del alcohol en su boca y quise vomitar. Caminé lejos de él pero su brazo me impidió seguir haciéndolo—. Te pregunté algo pequeño maricón —apretó mi brazo fuertemente pero yo me resistí y logré soltarme de su agarre. Le había prometido a Annie que él no volvería a hacerme daño y pensaba cumplirlo.

—Basta —espeté. Estaba asustado pero me mantuve firme—. Estás borracho, no voy a pelear contigo así.

—No pelearías contra mi de todas maneras. Eres un jodido maricón y lo sabes.

Me di la vuelta para irme a mi habitación, pero me detuve al escuchar un estruendo justo por sobre mi cabeza. Mi corazón comenzó a latir con demasiada fuerza y nerviosismo. Sentí mi mejilla arder y cuando la toqué vi la yema de mi dedo cubierto de sangre. Papá me había lanzado la botella de whisky y con un poco más de suerte me hubiera golpeado algo más que un insignificante trozo de vidrio.

— ¿Estás loco? —le grité sin poder contenerme—. ¡Pudiste haberme matado!

— ¡No tengo tanta suerte! —se rió fuerte.

El miedo y la impotencia se fueron reemplazando poco a poco por la rabia y el cólera.

Y en cuanto vi que su lento y torpe puño venía hacia mi cara nuevamente, lo esquivé y dio justo en la pared detrás de mi.

Esa vez no me contuve: dejé el miedo atrás, apreté mis puños con fuerza y en un certero golpe choqué mi puño con su mandíbula. Se sentía como si me hubiese sacado otro peso de encima.

Una descarga de alivio y satisfacción recorrió mi cuerpo y sonreí ante la imagen de él tambaleándose y quejándose por mi arrebato de valentía.

Dio unos cuantos pasos desequilibrados hasta mi y antes de lo que viera venir golpeó mi estómago adolorido con su pierna. Gemí y me costó respirar por un momento pero la adrenalina que corría por mi cuerpo me hizo incorporarme rápidamente y golpearlo nuevamente, esta vez mi puño cayó en su ojo cayendo hacia atrás. Para estar borracho era bastante ágil y rápido.

Se levantó y golpeó mi nariz antes de que tuviera tiempo para procesarlo. Me empujó hacia atrás y caí contra la pared.

Cerré los ojos esperando el golpe pero no pasó...

Levanté la cabeza con cautela y me sorprendí al ver a papá temblar con una mano en su pecho. Rápidamente me levanté y corrí hacia él. Aún estaba asustado y traté de mantener distancias por si se trataba de alguna performance o algo así. Pero él no parecía estar fingiendo.

No podía estar pasando, no de nuevo.

— ¿Estás bien? ¿Papá? —no contestó, sólo cerró los ojos con fuerza y apretó la camisa de su pecho en un puño.

— ¿Papá? ¿Qué tienes?

Perdió el equilibrio y me apresuré a sostener su pesado cuerpo antes de que cayera de lleno en el duro piso de nuestra sala. Cayó en mis brazos y yo lo sostuve con fuerza. Temblaba y sudaba como si hubiese estado haciendo ejercicios durante todo el día.

No podía hablar. Trató de decir algo unas cuantas veces pero de su boca no salieron más que vagos balbuceos que no pude comprender. Cuando me di cuenta de lo que realmente estaba pasándole aflojé el nudo de su apretada corbata y llamé a la ambulancia, yo temblaba también.

—Creo que mi papá está teniendo un ataque cardíaco, rápido por favor.

La ambulancia pareció tardar un siglo y yo no sabía que hacer. Sólo le dije unas cien veces que todo iba a salir bien y que la ayuda venía en camino. Sé que si el hubiese podido me hubiera golpeado por estúpido y repetitivo. Tenía demasiado miedo. Miedo de que pasara lo peor.

Cuando al fin llegó la ambulancia, subieron a papá a una camilla y luego al vehículo tan rápido que no pude darme cuenta cuando corría detrás para ir con él como un jodido niño pequeño asustado.

— ¡Harry! ¿Qué pasó? —Annie había salido de su casa, supuse que por la estruendosa sirena de la ambulancia. Estaba en pijamas y sus ojos estaban levemente hinchados a causa de su interrumpido sueño.

—Es papá. Creo que tiene otro ataque —expliqué. Ya tenía un pie dentro de la ambulancia pero me había costado que me dejarán subir por ser solo su hijo. Había tenido que explicar que el era hijo único, que mis abuelos habían muerto y que no tenía esposa ni hijos más mayores.

—Te alcanzaré en el hospital —me dijo cuando la ambulancia partía casi sin mi adentro.

—Ok.

Nunca había subido a una ambulancia. El espacio era reducido y todo se movía con violencia debido a la alta velocidad a la que íbamos. El olor del antiséptico y la rapidez  junto con el hecho de que mi padre estaba a punto de morir ahí mismo, revolvieron mi estómago y las ganas de vomitar se hicieron presentes. Pero me contuve y recién ahí asimilé la tan terrible escena en la que me encontraba: papá estaba despierto pero aún con los ojos cerrados.

Habían roto su camisa, de su pecho salían unos cables que comenzaban en unos chupones raros y tenía oxígeno puesto con una mascarilla que ocupaba casi toda su cara. Yo estaba ahí inmóvil, mientras el el par de enfermeros que nos acompañaban ponían intravenosas o algo por el  estilo.

El constante sonido de la máquina que monitoreaba sus signos vitales hacia que me tranquilizara un poco más.

— ¿Él estará bien? —pregunté en un patético titubeo.

—Si llegamos pronto, si —respondió un enfermero.

Asentí con la cabeza aunque ninguno de los dos podía verme y traté de convencerme a mismo de que todo iba a estar bien. Papá era un hombre fuerte e iba a salir de esta.

—Hey —me llamó el auxiliar—. Está llamándote.

Me levanté del minúsculo asiento que me habían asignado y me acerqué a él temblando. Vi como buscaba mi mano y se la tendí. Sentí como apretaba levemente.

—Lo siento —dijo en un débil respiro.

Y fue ahí cuando me derrumbé. Pesadas y calientes lágrimas corrieron por mi cara y apreté su mano con fuerza. Cuando volví a mirarlo su otra mano quitaba la mascarilla de su cara e intenté detenerlo pero él se rehusó.

—No quiero que tengas miedo —susurró apenas—. Has estado solo todos estos años puedes seguir adelante. No me necesitas, Harry. Eres el hombre que siempre quise que fueras.

Negué repetidas veces, no podía hablar a causa del doloroso nudo que se había estado formando en mi garganta desde que toda la pelea había comenzado. Él parecía estar despidiéndose y yo no estaba preparado para eso.

—Basta —pedí.

—Nunca debí culparte por lo de tu madre, pero lo hice. Perdón, pero no podía evitar verla a ella cada vez que te veía a ti.

El enfermero volvió a poner la máscara en su cara y yo rompí en un exagerado llanto que no me avergonzó para nada.

¿Cómo podía decirme eso después de todo lo que había pasado? ¿Después de todo lo que me había hecho?

Quise respuestas, quise saber cual era la razón de tantos golpes e insultos durante tantos años, pero en ese minuto todo se puso peor.

El agarre de la mano de papá se aflojó y la máquina a la cual estaba conectado comenzó a emitir un largo y continuo pitido, que gracias a todas las películas que había visto, supe exactamente que significaba.

Me alteré. Comencé a temblar y a observar en cámara lenta como los dos tipos gritaban cosas que no entendía y preparaban no sabía qué. Me apartaron agresivamente de él y yo me quedé paralizado viendo como sacaban las temidas paletas de electrochoques.

— 1, 2, 3 ¡despejen! —gritó el hombre rubio y al segundo después vi como el inerte cuerpo de mi padre se elevaba y convulsionaba sin vida.

—No hay pulso. Otra vez.

Dos choques más y la ambulancia se detuvo. Las puertas se abrieron rápida y bruscamente y muchos personas con uniformes pulcros y blancos bajaron la camilla. Nadie parecía notar que estaba allí así que corrí a su lado hasta que me una mujer gorda y con uniforme celeste me detuvo:

—No puedes pasar, hijo.

Quise decirle que yo no era su hijo y que de quitara pero no debía olvidar donde estaba. —Es mi papá.

Expliqué y traté de pasar nuevamente pero ella tiró de mi brazo. —Lo sé, entiendo, pero no puedo dejar que pases allí. El doctor te llamará cuando tenga noticias.

Me di vuelta y caminé en círculos por el angosto pasillo aún tratando de calmarme. No podía parar de llorar y sentía que me iba a dar un maldito ataque de pánico en ese mismo momento, pero en ese entonces divisé a Louis que corría hacia mi.

Olvidé cualquier pelea o cualquier remordimiento y lo abracé fuerte. —Mierda, Harry. Lo siento, lo siento mucho.

No dije nada, sólo me concentré en llorar en su hombro. No quería explicaciones ni perdones.

Louis rompió el abrazo y me acompañó a sentarme. — ¿Qué pasó?

—Lo golpeé, y le dio un ataque —confesé aún en llantos.

Él no dijo nada más. Esperé que me dijera que todo estaría bien, que todo mejoraría pero no pasó. Recordé la vez que el doctor dijo que si esto ocurría una vez más sería la última, supuse que también Louis lo había recordado.

El lucía un poco cambiado, más delgado y más triste que la última vez que lo había visto pero decidí no preguntar nada por temor a comenzar otra pelea. Quería disfrutar el reencuentro como si nada hubiese sucedido, como si los hilos de nuestra amistad no se hubieran roto.

Luego de unos minutos de incertidumbre, vi que el doctor que había atendido a papá la última vez se acercaba a mi. — ¿Familiares del señor Styles?

El preguntó como si no me hubiese pasado un mes completo yendo y viniendo del maldito hospital. Me levanté de la silla esperanzado, pero al ver la mirada seria y cansada del doctor me asusté.

—Lamento comunicarle que el señor Styles ha fallecido.

QUE DICEN AHORA BITCHES! LO MATE AHÁ.

Continue Reading

You'll Also Like

33.2K 3.1K 10
Donde Ming tiene un hijo, Kit es profesor y Wayo quiere que su maestro favorito sea su nuevo papi. #1 → 2moons 17/11/19 #1 → forthbeam 25/12/19 #2 →...
585K 78.8K 46
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
56.7K 1.5K 40
HISTORIA RECOMENDADA POR MTV. ❝ Nueva York tiene mil universos que no siempre se conectan, pero esta es mi ciudad y siempre lo será ❞ ▪︎2019 [derech...
2.4M 149K 121
❝Créeme, presiento que serás como un hermano.❞ ❝Yo presiento que seré tu novio.❞ Copyright © All Rights Reserved.