El Zorro Negro
[STILES]
Habían pasado seis semanas desde que Derek apareció en mi cuarto y le explique acerca de mi mezclada familia, le suplique que no dijera nada a nadie y él aceptó luego de varias suplicas molestas que le hice. Tuvo que irse debido a que mi padre llegó antes de trabajar, pero debo admitir que esa noche se sintió bien dormir sin aquel peso que había cargado por años, aunque un cosquilleo me recorrió el torso durante todo el día siguiente, era aquella maldita marca de omega que me condenaba hasta recibir el perdón del alfa que me había atacado, cosa que nunca iba a recibir. Me habían advertido que era un tabú contar la historia de por qué habías sido marcado en caso de recibir esta marca de omega, pero como un idiota yo no hice caso a las advertencias de mi familia y le conté a Derek TODO sobre como fui marcado.
En ese momento estaba en la escuela, acababa de enterarme por Erika que, antes de que Peter le arrancara la garganta a la mujer, Derek había estado liándose con la profesora Jennifer Blake, al principio me sentí mal por él, pero para antes de que eso pasara todos ya sabíamos que ella era el Darach y que era una amenaza no solo para la manada, sino también para toda la ciudad. Hace varios días que no veía a Derek, sus betas me dijeron que solo había que darle un poco de tiempo a solas para que pudiera despejar su mente. Últimamente también veíamos a Peter mas seguido, él pasaba tiempo ayudando a Scott con las cosas de alfa mientras que su sobrino estaba quien sabe donde haciendo quien sabe qué.
- Hey, Stiles - Lydia me dio un pequeño golpe en el hombro -Estaba pensando que quizás hoy podríamos salir a algún lado.
¿Acaso estoy muerto y esto es el cielo? ¿Donde están los ángeles de los que todo el mundo habla en las películas? No me creía a Lydia invitándome a salir con ella, debo admitir que no soy la persona mas atractiva del mundo y que nunca espere que ella fuera la que diera el primer paso. Mire de reojo hacia atrás, uno de los gemelos me miraba extraño, aun no los reconozco, pero creo que ese es Aiden. Si, es él, el otro está hablando con Danny y parece no notar el flirteo que mi compañero de años le está dedicando.
- Claro, Lydia ¿A donde quieres ir?
- ¿Qué tal al patinaje sobre hielo?
- Claro, paso por ti a las 8:00 PM.
Ven con tu ropa normal, te ves mejor así.
Asentí repetidas veces y luego pusimos atención al resto de la clase, aunque estaría mintiendo si dijera que estaba concentrado en la clase. En mi cabeza comenzaban a arremolinarse millones de ideas ¿Por qué Lydia me invitaría a mí teniendo a tantos chicos detrás de ella? Además, pasar de un chico como Jackson a un chico como yo sería como pasar de un Porsche a mi Jeep, Jackson conducía un Porsche y yo conducía un Jeep.
Las clases finalmente terminaron y yo lleve a Erika hasta su casa, ella acababa de tener un pequeño conflicto con Boyd y me había pedido que la llevara a casa, era obvio que ella estaba celosa porque lo había visto demasiado a gusto con otra chica. La rubia no paraba de refunfuñar en el asiento del copiloto.
- ¡Le dijo "Hola preciosa"! -Gritó mientras se tiraba de los cabellos.- ¿¡Cuantas veces me ha llamado así a mí en público!?
- Eh... -Se quedó mirándome esperando una respuesta.- Para serte sincero, nunca lo he escuchado hacerlo.
- ¡EXACTO! No lo hace, soy su novia y no es capaz de decirme cosas lindas en publico.
- Creí que a ti no te gustaban esas cosas, se lo dejaste muy claro apenas comenzaron a salir.
- Lo sé, pero... -Se cruzó de brazos y soltó un suspiro.- A veces me gustaría que me dijera esas cosas, creo que seria lindo, tengo mi lado cursi.
- ¿Alguna vez se lo has dicho?
Erika abrió la boca para decir algo pero las palabras se quedaron atoradas en su garganta, sabía que si ella no le decía a un chico lo que quería este nunca iba a saberlo, puede que Boyd fuera un Hombre lobo pero hasta donde yo se los lobos no leen la mente. Puse mi mano libre en su hombro y le dedique una pequeña sonrisa mientras nos deteníamos frente a su casa.
- Escucha, llama a Boyd y háblalo con él.
- ¿Qué le digo?
- Exactamente lo mismo que me dijiste a mí.
- Gracias, Batman.
- ¿Por traerte?
- Por soportarme.
- A tus servicios, mi querida CatWoman.
Erika soltó una pequeña carcajada y me dio un beso en la mejilla para luego bajarse del Jeep y caminar hacia la entrada de su hogar, una vez que estuvo segura dentro de este encendía el Jeep y me encamine camino a mi propia casa, aun tenía aquel pensamiento de por qué Lydia me elijiría a mí entre tantos chicos mejores, pero intentaba evitarlo, la ignorancia hace a la felicidad y yo quiero comprobar si ese dicho es verdad.
(...)
Ya estaba vestido con una camisa gris y unos pantalones de mezclilla negros algo ajustados, me mire al espejo varias veces y luego sonreí, me veía mucho mejor que cuando Scott apenas se había convertido en Hombre lobo, estaba dejando que mi cabello creciera y me notaba a mí mismo mucho mas musculoso que antes, me agradaba verme así, era como si pudiera competir con los músculos de un Hombre lobo.
Me coloque una chaqueta de mi padre color verde militar y salí de mi casa camino a casa de Lydia, al llegar me abrió su madre y la llamó. La pelirroja bajó las escaleras de su hogar y me quede viéndola atontado, llevaba unos shorts de jean negros y una camiseta roja con manga tres cuartos, su cabello estaba suelto y algo rizado, nunca la había visto vestida de forma tan simple, normalmente Lydia era una persona que se preocupaba mucho por su apariencia, pero ver esta faceta tan simple de ella me agradaba mas que la Lydia que fingía ser una hueca superficial para ocultar su inteligencia.
- ¿Nos vamos? -Me preguntó sacándome de mis pensamientos.
- Claro, después de ti -Me hice a un lado para que pudiera salir.
Me despedí de la madre de Lydia y luego camine junto con ella hacia el Jeep, le abrí la puerta del asiento del copiloto y la deje pasar, ella me sonrió y se subió, le cerré la puerta y me subí para emprender camino a la pista de patinaje.
El camino fue corto, llegamos en menos de veinte minutos y había muy poca fila. Pague nuestras entradas a pesar de que Lydia insistía en hacerlo ella, yo no era muy buen patinador pero por lo menos podía mantenerme en pie, mi compañera en cambio...
- ¡Me voy a caer! -Gritaba aferrada a la barandilla para principiantes.
Las pocas personas que había en la pista se la quedaban viendo de forma extraña por como gritaba sin parar, a mí esto me provocaba gracia pero no podía reírme o ella se enojaría.
- Escucha, Lyds -Le hablé con confianza.- No te caerás, yo te sujetaré.
- Mas te vale no soltarme -Me dijo estirando su mano hacia mí.
- Prometo que no lo haré.
La cogí de la mano y antes de que pudiera arrepentirse la jalé hacia donde yo estaba y comencé a patinar siguiendo el ritmo de las demás parejas. La pelirroja estaba rígida, era como si estuviera patinando con una estatua que solo mueve los pies para impulsarse, viendo que no iba a moverse por su cuenta me pare frente a ella aun sujetando su mano y comencé a dar vueltas a su alrededor, haciéndola girar y mareandola un poco, pero ella se estaba riendo, lo que significaba que lo que yo estaba haciendo le gustaba.
Nos quedamos en la pista de hielo por alrededor de dos horas, el tiempo se nos pasó volando porque estábamos demasiado entretenidos. Cuando salíamos de la pista nos encontramos con Scott y Allison, los cuales iban al boliche que había frente a la pista de hielo.
- Hola chicos -Nos saludó Allison con una sonrisa radiante.
- ¿Qué hacéis por aquí? -Preguntó Scott.
- Acabamos de salir de la pista de hielo.
- Nosotros vamos a los bolos ¿Quieren venir? -Nos invitó la cazadora.
Sin que Scott o yo pudiéramos opinar sobre si queríamos o nos ir los cuatro juntos las chicas ya nos estaban arrastrando hacia el boliche, una vez dentro pagó Scott, ya que bueno, él era quien había invitado a salir a Allison, nosotros solo veníamos de colados.
Pasamos el resto de la noche compitiendo entre nosotros hasta que se hizo de madrugada y el lugar ya iba a cerrar. Allison se fue junto con Lydia ya que su padre vino a recogerla y decidieron quedarse a dormir en casa de la Argent, mientras tanto Scott y yo nos fuimos en mi Jeep, ya que él y Allison habían ido caminando, y como mi querido hermano del alma debía ir a la veterinaria cortamos camino por una carretera cercana al bosque.
Conducía mientras escuchábamos la radio, pero un rugido me hizo frenar el Jeep, no se por qué lo hice, pero aquel rujido se me hizo demasiado familiar. Scott me miraba extrañado y me gritaba que arrancara, pero yo no hice caso y me baje del Jeep, comenzando a caminar hacia el bosque sin prestarle atención a mi amigo, quien también se había bajado. Sin darme cuenta termine en un claro en el medio del bosque, hace unos cuantos metros que había dejado de escuchar las quejas de Scott, supuse que era porque se había dado cuenta de que yo no iba a prestarle atención.
- Aquí hace mucho frío, aunque tu de seguro no lo sientes porque eres un chucho sobrenatural ¿Verdad... -Me di la vuelta para enfrentar a mi amigo pero él no estaba.- ¿Scott?
Escuche el sonido de hojas secas y ramas rompiéndose debajo de las pisadas de alguien, venían de todas direcciones a mi alrededor, era como si algo o alguien estuviera haciendo un circulo a mi alrededor, remarcando los limites del claro en el que yo estaba parado, justo en el centro de este sin moverme nada mas que para voltear la mirada. Los pasos se escucharon mas fuertes a mi derecha, allí había un gran arbusto de mas o menos mi altura y las hojas de este se removían de forma extraña.
- Scott, esto no es gracioso -Dije molesto mientras me acercaba.- Sal de ahí o te juro que te castro.
Moví las ramas del arbusto y me quede viendo un par de ojos grandes, redondos y anaranjados, ese no era Scott. Comencé a retroceder, pero antes de que pudiera reaccionar una especie de zorro grande y con pelaje negro salió de entre las plantas y comenzó a caminar hacia mí con una lentitud preocupante, cuando pensé que iba a irse porque amagó a alejarse de mí esa cosa se me lanzó encima mientras me mostraba los dientes. Sentí sus garras chocar contra mi pecho y caí al suelo, pero en cuanto mi espalda impactó contra este el peso extra de aquel animal dejo de sentirse, era como si se hubiera desvanecido en el aire. Me quede en shock sin mover ni un musculo mientras revisaba un pequeño agujero en mi camiseta que había sido causado por las garras de aquel animal.
- ¡STILES! -La voz de mi querido hermano se escuchó a lo lejos.
En menos de dos minutos Scott estaba agazapado junto a mí y detrás de él venía Derek, me alegraba verlo sano y salvo, aunque al ver su característico seño fruncido regrese la mirada a Scott. Este se notaba preocupado por mí, lo cual me hizo sentir querido.
- ¿Qué te pasó? -Me preguntó mi hermano de otros padres.
- Nada, solo que un animal se lanzó sobre mí porque pensé que eras tú tratando de asustarme.
- ¿Pero donde estabas?
- No me he movido de aquí, a diferencia de ti ¿Cómo se te ocurre dejarme solo en el medio de un bosque oscuro? -Mi amigo me miraba de forma extraña.- ¿Qué?
- Stiles... tú no estabas aquí, te estaba siguiendo y de repente te perdí de vista, vine aquí y no había nadie, luego sentí el olor de Derek y fui hacia donde él estaba pensando en que quizás estabas con él.
- No puede ser, no me moví de aquí. Te lo juro, estuve en el centro del claro todo el tiempo.
- Está bien hermano, te creo.
Por la forma en la que me lo dijo supe que no lo hacía, rechacé la mano que me tendió para ayudarme y me levante solo, sacudiéndome el polvo que tenía en la ropa y note que la chaqueta de mi padre había quedado manchada con lodo, maldita sea, él iba a matarme cuando se enterara de que cogí sin permiso su chaqueta favorita y ademas la ensucie. Esa chaqueta se la había comprado mi madre y yo como un idiota la tome prestada sin permiso para salir, ademas de haber tenido la idiota idea de empezar a caminar por el bosque mientras la usaba.
- Sera mejor que regrese a casa -Dije mientras comenzaba a caminar hacia el Jeep.
Scott y Derek caminaban junto a mí, aunque este último evitaba mirarme por alguna razón que en ese momento no me importaba. Llegamos al Jeep y note que estacionado detrás de este estaba el Camaro de Derek, se veía perfectamente limpio y sin ni siquiera una ralladura.
El de cabello negro nos siguió hasta que ambos nos subimos al Jeep, mientras aceleraba lo vi subirse a su auto y luego de eso nos fuimos de allí. Scott y yo estuvimos todo el viaje inmersos en un incómodo silencio, lo deje frente a su casa y luego conduje a toda velocidad hacia la mía. Una vez que llegue noté que mi padre no estaba, agradecí eso y lave la chaqueta a mano, quitando le todo el lodo y luego metiéndola en la secadora. Cuando finalmente estuvo seca la planche y la deje en el mismo lugar del cual la había sacado, mi padre nunca iba a enterarse de que la use, era el crimen perfecto.
Me fui a mi cuarto y me quede acostado en mi mullida cama con las manos en el pecho, rozaba con la yema de los dedos cuatro pequeñas marcas de garras, no eran nada muy doloroso como para tener que desinfectarlas o algo, de hecho, ni siquiera dolía, me sentía realmente extraño en esa zona. Era como si estuviera vacío por dentro, se sentía raro, mire el reloj en la mesita junto a mi cama, solo 146 días mas.
NOTA DE LA AUTORA:
Aquí pueden ver como nuestro querido Derek pasa del culo de Stiles épicamente, aunque todos queremos que ya le de duro contra el muro y macizo contra el piso, pero I'M SORRY gente, porque primero la historia y después el hermoso SMUT.
En fin, espero que les haya gustado, sin mas que decirles me retiro mandándoles muchos besos y abrazos. Adiós mis hermosos lobitos adictos al yaoi hard, los amo.