SAVE ME | PAST LIES I

By AnaSolisYt

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La guerra por el alma de Ashley ha comenzado. Los demonios la encontraron, y la quieren bajo su cargo. Los án... More

Sinopsis
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Personajes
Capítulo 1: "Reencarnación"
Capítulo 2: "Primer día"
Capítulo 3: "Plumas de pájaro"
Capítulo 4: "Puede ser peligroso"
Capítulo 5: "Hombre misterioso"
Capítulo 6: "Ángeles y demonios"
Capítulo 7: "Confía en mí"
Capítulo 8: "Carissa"
Capítulo 9: "Coopera"
Capítulo 10: "Arrancar plumas una por una"
Capítulo 11: "Poder ilimitado"
Capítulo 12: "Buena suerte, Ashley"
Capítulo 13: "Lo que quieren oír"
Capítulo 14: "Eres igual de terca que..."
Capítulo 15: "No sospechaba nada"
Capítulo 16: "La noche del demonio"
Capítulo 17: "Demonios en la cabeza"
Capítulo 18: "Jerarquías"
Capítulo 19: Ashley
Capítulo 20: "Ataque sorpresa"
Capítulo 21: "Pelea por tu vida"
Capítulo 22: "Dylan"
Capítulo 24: "Ándem"
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Epílogo.
Extra: "La caída de James"
SEGUNDO LIBRO

Capítulo 23: "Liam"

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By AnaSolisYt

Ashley

―Solo muéstramelo una vez más. ―Ordenó Ashley limpiándose el sudor de la frente, su cuerpo se encontraba agitado y sudoroso a causa de las horas que llevaba practicando, Liam la miró con el ceño fruncido, se encontraba cansado, se notaba el esfuerzo que hacía al realizar cada uno de sus movimientos.

En varias ocasiones manifestó su situación, pero ella estaba tan empeñada en seguir practicando que lo ignoraba y le pedía continuar, él no había protestado hasta que llegó a un punto en el que no soportó más y habló.

―¿Qué te sucede? ―preguntó deteniéndose a mitad de la invocación.

―¿De qué hablas? ―respondió Ashley pasándose las manos por el rostro, ella no se daba cuenta de lo obvia que se veía presionando a Liam para que le enseñara tanto en poco tiempo.

Tal vez el chico no la conocía del todo, pero notaba lo raro que se comenzaba a comportar tan repentinamente; tanto desespero en su tono de voz cada vez que pedía que le repitieran algo e incluso, en el modo en que su tono cambiaba cuando le ordenaba cosas.

El libro yacía a unos metros de ambos, aunque ella estudió la mayor parte durante las tres horas que le habían dado, no siempre lograba imitar los movimientos a la perfección por lo que comenzaba a sentirse frustrada. Quería aprender de una forma rápida para no atrasar la búsqueda de su madre, sentía la necesidad de querer ir por ella lo más pronto posible.

―Creo que estás así por lo de tu madre ―comentó Liam soltando un suspiro, haciendo que la chica se sobresaltara―. Pero quiero que me escuches antes de hacer una estupidez ―añadió acercándose a ella, él no conocía lo que estaba pensando, pero sabía lo vulnerable que se encontraba al pensar en su progenitora―. En nuestro mundo no debes dejar que el impulso nuble tu mente, sé que los sentimientos son muy fuertes, pero debes aprender a controlarte o podrías salir lastimada, y eso sería una completa idiotez después de todo lo que has pasado, así que te pido que pienses con la cabeza antes que con tu corazón.

―No simplemente es eso, Liam ―susurró Ashley, tenía el fuerte impulso de decirle todo lo que había estado pasando noches antes, abrió la boca con la intención de expresarle lo que ocultaba, pero el recuerdo de Scott amenazándola la hizo retractarse―. También soy débil, estoy indefensa y no quiero continuar de esa manera, es horrible que a cada segundo que pase me sienta más inútil aquí, necesito entrenar más para poder defenderme a mí y ahora a mi madre. ―Optó por decir, mintiendo.

Él la miró sorprendido.

No tenía idea de que se sintiera de esa manera, se dejó caer en el césped y tomó asiento; dio unos cuantos golpecitos a su lado indicándole en silencio a Ashley que hiciera lo mismo. Ella vaciló durante unos segundos hasta que se dio por vencida, colocándose a su lado.

―Niña ―comenzó tomándola del brazo―, tú no eres débil, en realidad eres la humana más valiente que conozco, cualquier persona hubiese preferido irse, a unirse a un lucha que no era de él, tu sabes perfectamente que la mayoría prefiere su seguridad antes a la de cualquier otra persona, pero tú no lo hiciste ―prosiguió―. Sé que en un inicio lo hiciste por curiosidad, pero después de las cosas que ocurrieron conociste los riesgos que eso traería y aun así permaneciste aquí porque sabías que te necesitábamos. ―Hizo una pausa y tomó el rostro de Ashley haciéndola mirar sus ojos, él no sabía el efecto que estaban haciendo esas palabras en su mente―. Si eso no es ser valiente no sé qué es.

Cuando finalizó, ella lo envolvió en un abrazo cayendo en cuenta de que Liam tenía razón, ella fue demasiado fuerte al aceptar todo eso. Aunque pensaba que tal vez, sólo lo decía para reconfortarla, pero fuese lo que fuese, ella agradecía sus palabras.

―Gracias ―susurró con la mirada en el suelo.

El corazón le latía con fuerza contra su pecho al pensar que Liam tenía razón, e incluso, sin darse cuenta, le había hecho ver que era valiente al aceptar las palabras de Scott y al mismo tiempo lo estúpida que era al dejarse llevar por sus sentimientos. El miedo y la desesperación la mantenían cegada, ella prefería no arriesgarse y provocar que asesinaran a su madre. Se apartó de él y sonrió.

―Ahora, con respecto a las invocaciones, esto no se aprende de la noche a la mañana, tienes que estudiar cada movimiento y realizarlo a la perfección, pero no te exijas demasiado o tu cuerpo comenzará a perder la energía que has estado ganando al estar con nosotros ―dijo Liam recostándose boca arriba en el césped.

Ashley frunció el ceño y se llevó las manos al rostro en cuanto notó algo extraño en Liam. De repente al alrededor de él se había formado una especie de luz blanca, cubriéndolo por completo, haciéndolo lucir más hermoso y angelical que antes.

— ¿Qué te sucede? —preguntó sin ocultar su confusión―. Tienes algo rodeándote ―añadió abriendo los ojos con sorpresa.

—Bueno —respondió él rascándose la nuca—, al parecer desarrollaste la visión.

— ¿La visión? —preguntó colocándose de pie, sus ojos no podían dejar de observarla, esto era algo nuevo para ella y quería saber de qué se trataba.

—Ya sabes, los únicos que tenemos la visión somos los dioses y los ángeles, aunque ellos la tienen menos desarrollada, solo pueden detectar a los de su misma especie, nosotros —Los señaló a ambos—, podemos ver a ambos, no importa lo que sean.

— ¿Puedo controlarlo? —preguntó Ashley sin poder evitar contemplarla; le era imposible no hacerlo, era la primera vez que la veía.

A pesar de que hubiese oído hablar de que la tenía, jamás se había imaginado que sería así.

—Yo lo controlo—respondió, de repente la luz dejó de hacerse visible para los ojos de la chica—. De esa forma podemos camuflarnos, como el otro día en "Fall City", los únicos que no pueden controlar su visión son los ángeles y demonios, me refiero a que no pueden ocultar de nosotros lo que son... tal vez cuando entremos a la casa puedas ver las alas de los que están ahí.

— ¿Alas? —preguntó ella, él asintió.

—Por supuesto, todos los ángeles tienen alas. Lo que sucede es que son invisibles para los humanos e inservibles en la Tierra, los únicos lugares en los que funcionan son en el cielo y el infierno... fue una medida usada por un dios antiguo.

Para Ashley, cada día que pasaba aprendía algo nuevo y eso, en lugar de alegrarla, la alteraba. Nunca podría saber suficiente y pensaba, que no tenía tiempo para eso.

Tenía que aprender todo lo que fuera posible en poco tiempo, y aunque la mayoría de las invocaciones le habían salido casi a la perfección sentía mucho, el temor se colaba hasta sus huesos al pensar que tal vez eso no fuese suficiente para Scott. Tan sólo imaginarse que él despreciaba lo poco que sabía le causaba escalofríos.

Liam se levantó sin mucho esfuerzo, parecía estar recuperando su energía demasiado rápido. Mientras que la adrenalina que Ashley experimentó durante su entrenamiento se estaba agotando, comenzando a sentirse agotada.

—Debes descansar, jamás vi a alguien aprender tan rápido y hacer movimientos casi perfectos, vámonos —dijo, haciendo consiente a la chica de la razón que tenía.

Ni siquiera ella se creía lo fácil que le parecieron algunos movimientos, era como si de pronto los tuviera presentes en la cabeza y no se trataba del simple hecho de haberlos estudiado, sino de algo más que había pasado por alto.

Le restó importancia, repitiéndose que se trataba de las ansias por aprender que tenía.

(...)

—Puedes verlo ¿cierto? —preguntó Ashley en forma de susurro.

Al volver a la mansión, como ella le llamaba, se percató de lo que Liam le dijo; frente a ella estaban los chicos y chicas, pero no era como fue los días anteriores, sino que ahora ellos aparecían imponentes frente a sus ojos, con sus grandes alas blancas extendidas mientras entrenaban, lucían hermosas y resplandecientes ante ella. Era como si de pronto se comenzara a percatar de cosas que estaban frente a ella, pero que siempre ignoraba. La sensación de excitación estaba arraigada en su sistema, al observar las alas de cada integrante de ahí, tan sólo mirarlas le causaba una sensación de paz inexplicable.

En ese momento todos a excepción de Max se hallaban en el comedor, era hora de la cena por lo que se habían reunido en el comedor. Ashley había tomado otro baño tratando de relajarse y quitarse las ideas sobre su madre de la cabeza, no lo logró con tanto éxito, pero al menos su cuerpo lucía menos tenso.

La mesa medía unos veinte metros de largo, extendiéndose por la gran habitación, sobre ésta se hallaban unos platos que parecían de porcelana, con un par de cubiertos de plata a los lados. Vino servido en copas de cristal se encontraban en manos de la mayoría de los presentes, bebiendo y conversando animadamente, como si de pronto, a la hora de la comida, todas las preocupaciones de guerras y traiciones se hicieran a un lado, dando paso a un atisbo de normalidad, al cual se Ashley aferraba.

Sirvientes que parecían haber estado escondidos durante los días previos servían la comida en platos que parecían de porcelana.

Toda la poca familiaridad del lugar se vio interrumpida cuando Dylan llegó, caminando por el lugar con una expresión despreocupada. Hasta que la chica se percató del color de sus alas..., eran grises, nada parecidas a las de los demás, era como si algo siniestro y puro se hubiese mezclado ante ella, dando paso a una sensación extraña en el cuerpo de Ashley, como si la paz y la destrucción hubiesen caminado juntos, cosa imposible.

— ¿El qué? —respondió Grace confundida.

—Sus alas —respondió la rubia sin ocultar su asombro, señaló a Dylan que parecía sumergido en una plática bastante animada con Aarón, el cual respondía entre bromas. Ambos estaban tan distraídos que parecieron no notar que las chicas hablaban de ellos.

Grace estaba del lado izquierdo de Ashley, Carissa se encontraba en el derecho.

—Oh, eso —susurró en respuesta, Ashley miró a su alrededor asegurándose de que ninguno de los dos les prestaran atención, ambos chicos se encontraban al otro extremo de la mesa.

Liam era quien ocupaba una punta, mientras que la otra estaba desocupada.

— ¿Por qué son grises? —preguntó dándose cuenta de que no les prestaban atención.

Cuando ella notó detalle tan atrayente, el corazón pareció detenerse unos leves segundos, dando paso a una impresión, pero ella se limitó a apartar la mirada en un rápido movimiento, intentando calmarse. Contuvo el aliento en cuanto él tomó asiento junto a Aarón, comenzando una animada plática. La curiosidad comenzó a crecer en su pecho, al grado de no soportarlo más y preguntar. Las alas de Dylan eran de un gris claro que resaltaba entre todas, hasta el momento, Ashley sólo había visto blancas, cosa que le pareció natural al tratarse de ángeles, pero en el instante en que él apareció, con sus alas grises en el comedor, el asombro se hizo presente en el ser de la rubia, su mejor amiga la miró de reojo y suspiró haciendo un pequeño ruido que no llamó la atención de nadie, pues parecían concentrados en la comida que les servían en los platos.

—Hace más de seis siglos un ángel pecó de la manera más vil posible —respondió Carissa uniéndose a la conversación, estaba hablando lo más suave que podía, pues sabía que ellos tenían mejor oído que los humanos—. Se enamoró de un demonio, en realidad, ambos lo estaban, no midieron las consecuencias de sus actos, incluso cegados por el deseo procrearon un bebé.

— ¿Dylan? —preguntó Ashley con precaución.

A pesar de llevar varias semanas conociendo a las personas a su alrededor, nunca se había dado cuenta de que conocía muy poco de sus vidas; se sintió egoísta por eso, pero en cierto modo lo comprendía, toda la atención siempre se centraba en ella.

—En un inicio ambos fueron condenados por traición, pero luego los dioses se enteraron de que el ángel tendría un bebé por lo que la dejaron vivir, pero solo mientras la criatura nacía, después de eso la asesinarían, ellos querían al bebé, pensaban que si crecía en el cielo su lado oscuro no saldría, pero los demonios no tuvieron piedad y asesinaron a su padre.

—Eso es... —Ashley se detuvo al no encontrar las palabras adecuadas para describir la crueldad de los actos de los dioses. Pensó que la muerte era un precio muy alto por haberse enamorado—. Entonces no es un ángel puro —optó por decir, dando una mirada a su plato.

Emily se encontraba a su lado, le sirvió algo de verduras y continuó con las otras chicas, en cuando se alejó, Grace añadió algo al relato de Carissa.

—Es un hibrido entre ángel y demonio, los demonios tienen alas negras y nosotros blancas, por lo que al ser un poco de los dos nació teniéndolas de un color gris... —dijo.

—No me esperaba nada de esto —susurró Ashley negando con la cabeza.

Definitivamente a cada segundo que pasaba iba descubriendo nuevos secreto, las personas de ahí tenían un pasado del cual era digno hablar, pero nadie lo hacía.

—Él no está para nada orgulloso, no le gusta hablar de eso.

— ¿Quién era su madre? —preguntó la rubia, pero Grace se limitó a apartar la mirada de ella.

—Nadie sabe sus identidades —respondió después de unos segundos.

La vista de Ashley se dirigió a Dylan por inercia, dándose cuenta de que él miraba en su dirección, por un momento sus ojos se encontraron contuvo el aliento al sentir un leve vacío en el pecho.

Sintió que un escalofrío atravesaba su cuerpo, pero éste se fue tan rápido como llegó en el momento en que él apartó la mirada de ella.

(...)

Quiero dejarles en claro algo xd

Esta NO es la versión final del libro. So, tendrá muuuuchooooos errores, pero la estoy corrigiendo en mi computadora, so, si notan algún error, es por eso. Btw, pueden dejarme lo que les gusta y qué no, para tomarlo en cuenta en la versión final 7u7

Gracias por todo <3

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