Capítulo 34

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Ashley despertó en una habitación, un horrible dolor de cabeza la invadió provocando que soltara un gruñido, intentó incorporarse en la cama en la cual se encontraba, pero al hacerlo de manera brusca un mareo la azotó, cerró los ojos intentando que se le pasara.

-Ha despertado -dije un chico observándola, ella los abrió al escuchar esa voz-. Eso quiere decir que también despertará Liam, vayan a verlo -ordenó a los demás que se encontraban ahí, ellos obedecieron y salieron de la habitación.

- ¿Quién eres tú? -Preguntó Ashley mientras que con mucho cuidado tomaba asiento en la cama.

-Lo lamento -dijo el chico negando con la cabeza-. Aarón, soy un ángel guerrero -respondió, el dolor de cabeza de la chica se intensificó por lo que soltó un gemido recostándose de nuevo en la cama.

En esos momentos su mente se encontraba en blanco, no recordaba casi nada de lo que había sucedido.

-¿Cómo llegué aquí? -preguntó sobándose la cabeza, como si pensara que de esa forma los recuerdos comenzarían a llegarle.

-Por lo que Liam nos dijo, la secuestraron y llevaron al infierno -Explicó, lo que pasó un día antes llegó a su mente de forma tan brusca que se sintió abrumada, cada una de las escenas pasaba frente a sus ojos aturdiéndola por completo hasta que llegó el que se convertiría en el más doloroso para ella.

La imagen de Dylan asesinando a su madre retumbó en su cabeza, sus manos comenzaron a temblar y un sollozo escapó de sus labios. Esa vez si la perdió para siempre.

Pasó las manos por su rostro intentando tranquilizarse, pero no podía, algo en su interior se había roto de una manera tan dolorosa que con tan solo pensarlo le provocaba unas terribles ganas de llorar, ver que alguien asesinó a su progenitora le provocaba frustración y odio.

- ¿Se encuentra bien? -preguntó Aarón observando la reacción de Ashley.

Ella asintió con la cabeza respirando con dificultad; si lloraba, lo iba a hacer a solas, no con alguien mirándola a cada segundo que pasaba.

Soltó un suspiro tragándose las lágrimas que amenazaban con salir, se mordió el labio y se levantó la cama. Un fuerte mareo la invadió y cuando el chico trató de ayudarla, lo apartó de una manera brusca y tomó asiento a la orilla de su cama.

- ¿Podrías dejarme unos minutos sola? -susurró ella en respuesta, el ángel dudó unos instantes sobre dejarla a solas; se veía muy asustada y pálida. Como si no pudiese soportar recordar lo que sucedió.

Aarón deseó poder quedarse, pero no tenía otra opción, debía obedecer a los dioses así que pese a lo que sus sentimientos decían, se dio la vuelta y salió de la habitación; en el instante en que lo hizo, Ashley no pudo soportarlo más y un grito desgarrador salió de su boca resonando por toda la habitación. Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, no podía creer todo lo que pasó en ese tiempo, era como si todo se hubiese venido abajo con la llegada de Max y los demás a su vida, aunque ella sabía que no era solo su culpa, nació con el alma de Laín y eso conllevaba responsabilidad, privilegios, pero también unos enormes riesgos.

Se levantó de la cama como pudo, debido a que su cuerpo comenzó a temblar con rapidez, la imagen que estaba grabada en su mente, era la de Dylan asesinando a su madre.

Observó a su alrededor y notó ya había estado en la habitación en la que se encontraba; pronto entendió que estaban en la casa de entrenamiento. Secó sus lágrimas con sus manos en forma de puños y respiró profundamente.

Necesitaba venganza y llorando no la conseguiría; ahora más que nunca debía rastrear a su hermano para hacerlo pagar por lo que le hizo a su madre.

SAVE ME | PAST LIES IWhere stories live. Discover now