Capítulo 30

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Ashley abrió los ojos y comenzó a toser con fuerza, comenzaba a sentir náuseas y mareos provocados por el inminente cansancio que comenzaba a tener, además, de que un dolor de cabeza le llegó sin ninguna piedad aturdiéndola levemente, vagos recuerdos llegaban a su mente, difusos y sin sentido para ella.

— ¿Qué ocurre?—preguntó, su voz sonó entrecortada y suave, denotando cansancio, intentó calmar su respiración que de un momento a otro se tornó agitada.

Dylan soltó una corta risa.

—Liam entró a tu mente. —Ashley frunció el ceño sin entender a qué se refería, su último recuerdo era de él sacándola de la celda, después la llevaron a esa habitación—. Tus queridos amigos seguramente vendrán a rescatarte. —Al terminar la frase el corazón de ella comenzó a latir por la emoción y miedo mezclado.

En su pecho se comenzaba a formar la esperanza de salir de ahí con vida, pero también sentía preocupación pues ahora su «hermano» sabía que ellos irían ahí, y aunque aún no tenía idea de lo que él sería capaz, sintió temor de lo que podría llegar a ocurrirles.

—Por si querías saberlo, estamos en el infierno. —añadió el hibrido, provocando que el corazón de la chica diera un salto precipitado, abrió los ojos con sorpresa—. Yo fui quien te trajo con Scott —añadió con media sonrisa, ella lo miró con odio y preguntó.

— ¿Por qué haces esto? —Sus manos comenzaron a temblar al no encontrar un motivo razonable para traicionarlos, por su mente cruzaban las razones equivocadas, ella creía que él debía estar agradecido con los dioses pues le habían permitido quedarse con ellos, en cambio los demonios asesinaron a su padre sin pensárselo dos veces, o por lo menos, eso era lo que creía.

—Ashley. —De repente el rostro del híbrido se tornó sombrío, lleno de odio, ya no se encontraba ni un rastro de la sonrisa de hacía unos segundos—. ¿Sabes lo que se siente ser considerado un simple ángel? —dijo negando con la cabeza—, que todo lo que hagas no sea valorado y que te traten menos solo por no ser un ángel «puro». —Hizo comillas con sus dedos, escupiendo la última palabra—. Por supuesto que no lo sabes, tú ni siquiera perteneces a este mundo, pero solamente por ser la reencarnación de Laín lo tendrás todo, te lo darán sin parpadear. —Retrocedió unos pasos y la miró lleno de rabia—. Tú tendrás más privilegios solo por eso, en cambio, yo jamás podría ser tratado igual y sólo porque no soy puro. —Se acercó a ella y se arrodilló para quedar a su altura—. Laab siempre ha tenido conocimiento de quién era, pero siempre le dio más importancia a la búsqueda reencarnación de Laín en vez de a mí, que al igual que tú soy su sobrino —Ashley cerró los ojos con fuerza, las palabras de él salieron con demasiado odio, pero detrás de todo eso sabía que también se hallaba tristeza—, necesito acabar contigo, sólo de esa manera terminaré de ser tan puro como ellos, de esa forma tendré todo el poder que quiera e incluso más. —Dylan sonrió de nuevo, pero en esa ocasión tenía algo siniestro—. Necesito que mueras —susurró provocando que un escalofrío recorriera el cuerpo de Ashley.

(...)

Liam se encontraba alterado, preguntas salían de la boca de las chicas que lo acompañaban a cada minuto que pasaba, no respondió ninguna tratando de calcular lo que sucedía; riesgos, consecuencias, razones y probabilidades de hacer un viaje tan arriesgado al infierno. Estaba completamente seguro de lo que debía hacer; ir en busca de Ashley y tal vez por Max, ya que dudaba que éste los hubiese traicionado con Scott, confiaba mucho en el pelinegro como para creer que lo engañó.

—Me voy —susurró Liam bajando del auto, por fin tomó una decisión, miró hacia ambos lados de la carretera asegurándose de que no hubiera nadie y como siempre en ese lugar, se encontraba vacío.

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