SAVE ME | PAST LIES I

By AnaSolisYt

846K 64.6K 5.1K

La guerra por el alma de Ashley ha comenzado. Los demonios la encontraron, y la quieren bajo su cargo. Los án... More

Sinopsis
|BOOKTRAILER|
Personajes
Capítulo 1: "Reencarnación"
Capítulo 2: "Primer día"
Capítulo 3: "Plumas de pájaro"
Capítulo 4: "Puede ser peligroso"
Capítulo 5: "Hombre misterioso"
Capítulo 6: "Ángeles y demonios"
Capítulo 7: "Confía en mí"
Capítulo 8: "Carissa"
Capítulo 9: "Coopera"
Capítulo 10: "Arrancar plumas una por una"
Capítulo 11: "Poder ilimitado"
Capítulo 12: "Buena suerte, Ashley"
Capítulo 13: "Lo que quieren oír"
Capítulo 14: "Eres igual de terca que..."
Capítulo 15: "No sospechaba nada"
Capítulo 16: "La noche del demonio"
Capítulo 18: "Jerarquías"
Capítulo 19: Ashley
Capítulo 20: "Ataque sorpresa"
Capítulo 21: "Pelea por tu vida"
Capítulo 22: "Dylan"
Capítulo 23: "Liam"
Capítulo 24: "Ándem"
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Epílogo.
Extra: "La caída de James"
SEGUNDO LIBRO

Capítulo 17: "Demonios en la cabeza"

11.8K 1.1K 63
By AnaSolisYt

Ashley sintió como si todo alrededor de ella se detuviera en cuanto llegó a esa conclusión. La sola idea de que algo malo le sucediera a su madre la atormentó, haciendo eco en su cabeza. Miró a Max tratando de buscar explicaciones, pero él ya no la miraba a ella, sino en dirección a su auto. Estaba tan concentrada en sus propios pensamientos, que no se percató de haber llegado hasta el ferrari de Max. Abrió la boca para preguntar algo, pero las palabras no lograron salir de su boca.

Una cosa era que los demonios quisieran hacerle daño, y otra muy diferente que se metieran con su madre. Las piernas le flaquearon al darse cuenta de lo que eso significaba, su madre estaba en peligro y todos lo sabían, excepto ella. Se sentía tan estúpida.

Alguien la tomó de la cintura evitando su caída, Ashley no se molestó en ver quién era, el miedo que sentía en su interior era más grande que cualquiera que le haya invadido antes, su cuerpo  comenzó a temblar en cuanto cruzó por su mente la idea de que mi madre incluso podría estar muerta o siendo torturada por mi culpa.

Max la tomó entre sus brazos ayudándola a poder sostenerse, pese a que la rubia quería mantener la cordura, no podía, estaba en una especie de shock. 

―Debe estar bien, no te preocupes ―susurró Max contra su oído, tratando de tranquilizarla.

Pero Ashley no le creyó, el miedo y preocupación comenzaban a recorrer su cuerpo de forma apresurada, como una tormenta que arrasaba con todo a su paso. Los latidos de su corazón comenzaron a hacerse más fuertes, incluso podía sentirlos en las orejas. Quería gritar, llorar, correr alejándose de ellos; lo único en lo que podía pensar era en que ellos solo atraían las desgracias a su vida.

No hizo nada, simplemente dejó que su ángel guardián la condujera al auto, con pasos lentos debido a que mi cuerpo temblaba peor que una gelatina. Tomó una bocanada de aire tratando de permanecer serena pero no podía del todo, tomó el asiento del copiloto.

―Tranquila, una diosa no puede estar en ese estado.

Ashley quiso replicar en cuanto escuchó la palabra diosa salir de los labios de Max, pero no dijo nada: quería decir que ella no eligió serlo, que si por ella fuera mandaría todo a la mierda, no me interesaba en lo absoluto. Pero no era del todo cierto; sí le interesaba, tal vez no de la forma en que debería, pero lo hacía.

 ―Espera a Liam y a Dylan, están en camino ―dijo Max dirigiendose a Carissa―. Mientras tanto yo me encargaré de poner a Ashley en un lugar seguro. 

No supo cuánto tiempo pasó desde que Max comenzó a conducir, dejando a su hermana a mitad del estacionamiento. Ashley se sentía tan insignificante estando en esa posición, era nueva en todo ese mundo, por lo que no podía hacer nada y eso, eso la enfurecía y, a la vez, la hacía sentir demasiado vulnerable.

―La casa de Ashley está despejada, su madre no se encuentra en casa; Juliet dice que llegó a las once y media, y nunca vieron nada sospechoso, lo lamento... ―La rubia miró en dirección de Max al escuchar la voz de Dylan mencionar a su madre. No tenía idea del momento en el que había marcado el número del Kedne, pero a decir verdad, tampoco le importaba. La llamada estaba en altavoz. El corazón se le detuvo en el instante en que Dylan decía eso, las náuseas se hicieron presentes en su sistema al imaginarse las cosas que harían con ella con tal de tenerla―. Trata de tranquilizar a Ashley, ponla a salvo y asegúrate que nada le pase. ―Seguido de esto colgó, ignorando el hecho de que la joven había escuchado cada palabra. 

Y de pronto, sin ningún tipo de explicación, la rubia comenzó a sentir una relajación casi irreal. Fue tan repentina, que la tomó por sorpresa, pese a eso, Ashley no pudo combatirla, pues poco a poco se fue relajando tanto, que acabó dormida en su asiento.



(...)



Un dolor punzante se hizo presente en la cabeza de Ashley, quiso abrir los ojos pero algo no se lo permitía; me removió incómoda en la cama en la que Max la había dejado dos horas antes. El corazón comenzó a latirle con mayor intensidad en cuando el dolor aumentó; comenóo a temblar, luchó contra lo que sea que me impedía despertar pero no lo logró.

«Ashley» dijo una voz en su cabeza, el dolor aumentó cuando la escuchó. Comenzó a sentir un frío que la heló por completo, provocando que cualquier movimiento que intentaba hacer se viera detenido por algo que no controlaba. «¿Sabes?, es gracioso ver cómo las personas que supuestamente te protegen son inútiles en su trabajo» añadió, la rubia pudo reconocer la voz, a pesar de que era la segunda vez que la escuchaba, tenía algo que me hacía distinguirla: se trataba de Scott. «¿Qué quieres?». Preguntó la joven, sorprendiéndose de haber poderlo hecho, Era como si alguien le hablara por medio de un sueño, era sumamente espeluznante. Una risita le puso los vellos de punta, Scott se burlaba de ella.

Intentó moverse y pedir ayuda, pero algo se lo impedía. Era como si una fuerza invisible la tuviera acorralada contra la cama, un grito trató de salir de sus labios, pero quedó atorado en su garganta, simplemente saliendo como un chillido leve.

«Cariño, no estás en condiciones de responder de forma tan grosera» respondió el demonio «Sólo quiero decirte que tú y tu madre son muy parecidas, la belleza es parte esencial de la familia, puedo notarlo» el temblor se hizo cada vez más presente en su cuerpo, esto confirmaba al cien por ciento los más profundos horrores de Ashley,

Un leve sollozo escapó de sus labios sin poder evitarlo, tomó aún más valor y fuerza, intentando moverse, pero no lo lograba, se sintió tan impotente que pronto lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas. Era todo demasiado frustrante.

«Te quiero a ti... pero como estás ahora pareces algo inútil» dijo de repente Scott. La amabilidad con la que la trató en su primer encuentro quedó a un lado. Ashley escuchó un sonido lejano, como si alguien estuviera afuera de su habitación. Pero al permanecer con los ojos cerrados, no sabía qué era lo que ocurría. «Max está ahí afuera, siente el miedo que tú, pero estoy bloqueando el que entre en tu cabeza, así que presta mucha atención; existen libros sagrados a los cuales solo los dioses tienen acceso, quiero que los consigas para nosotros» Hizo una pausa, escuché que alguien intentaba abrir la puerta pero algo lo impedía, aún no podía abrir los ojos, el temor crecía y crecía, no paraba de hacerlo.

«Obtenlos y dámelos... tendrás a tu madre a salvo, es un intercambio, tú por ella. Elige rápido». El sonido de la puerta siendo forzada para ser abierta se hacía cada vez más intenso, Ashley escuchó la voz de Max gritar su nombre pero no podía responder, Scott se lo impedía. «No nos queda mucho tiempo, elige, princesa» dijo presionándola; s vida y la de la única persona que le quedaba en ese mundo estaban en juego; es increíble las cosas que podemos hacer por mantener a salvo a nuestros seres queridos, para cualquier otra persona parecería estúpido lo que haría después, pero a ella no me importó poner su vida en riesgo si se trataba de proteger a la persona que le dio la vida, la elegiría a ella aunque eso le costara la vida.

«Hecho» respondió. Ashley escuchó de nuevo su risa, desde aquel momento supo que quedaría grabada para siempre en su cabeza; era gruesa, retumbaba en algún lugar. «No puedes decirle a nadie, ya que inmediatamente sabré que lo has hecho... digamos que hay alguien por ahí que quiere lo mismo que yo, confiar es malo primor y lo estás haciendo de manera tan ciega que no te das cuenta de que alguien que está ahí podría ser más de lo que aparenta».

El dolor de cabeza de Ashley se detuvo abruptament,e dejándola aturdida. El golpe seco de algo provocó que abriera los ojos de repente, incorporándose en la cama; su respiración se tornó agitada, sintió el sudor en su cuerpo y en ese instante fue consciente de que estaba empapada de éste.

―¿Qué demonios está pasando contigo? ―exclamó Max al entrar a la habitación. Ashley levantó la mirada para observarlo, percatándome que al igual que yo, su respiración estaba agitada, la camisa que llevaba puesta estaba mojada a causa del sudor.

Las palabras que Scott dijo se quedaron haciendo eco por la cabeza de la pelirroja por varios segundos, recardándole sus advertencias.

No podía decirle a nadie lo sucedido.

Había un traidor a mí alrededor.

Debía esforzarme por conseguir unos libros de los cuales no conocía su existencia.

―Tuve una pesadilla ―respondió, optando por ocultar lo ocurrido.

Se pasó las manos por el rostro, intentando poco a poco tranquilizarse. Si lo que decía el demonio era verdad; no podía decir nada si quería que su madre estuviese con vida y no quería arriesgarse.

―Una pesadilla no es tan fuerte como el dolor que me has hecho sentir ―dijo, comenzando a acercarse a ella por lo que se arrastró en la cama alejándose de él.

Un traidor.

Eso no salía de su mente, pero se preguntaba; ¿quién era esa persona de la que hablaba Scott?

―Ya te dije lo que fue, tú decides si creerme o no ―respondió Ashley de forma más brusca de la que quiso. Sabía que estaba actuando de forma grosera pero no podía evitarlo; era su forma de defenderse y evitar más preguntas.

―Perdón, debí suponer que lo que pasó con tu madre te afectó demasiado... ―refutó Max, hizo una pausa tomando asiento a su lado―. ¿Quieres que me quede? No quisiera que volvieras a estar mal por eso, no te preocupes, la encontraremos, Scott y Lucifer no pueden esconderse para siempre.

La voz del Jedne estaba cargada de preocupación, pero trataba de reconfortar a la joven de alguna forma. Ashley lo notó, y, pese a que se sintió terriblemente mal por mentirle, no dijo nada, se quedó en silencio esperando a que él se fuera.

―¿Quisieras que me quedara un rato hasta que te duermas? ―preguntó de nuevo.

Ashley se limitó a asentir, ya que ninguna palabra salió de su boca. En el fondo, ella quería que se quedara, la sensación de inseguridad se había arraigado en su sistema y sólo la idea de que Scott entrara de nuevo a su mente le causaba náuseas y mareo, por lo que prefería estar con Max que a solas.

El Jedne se levantó de la cama y fue en dirección a la puerta; en ese momento Ashley se percató de que Dylan también se encontraba ahí, solo que él no habló para nada. Max y éste intercambiaron algunas palabras, las cuales fueron inaudibles para Ashley. Dylan se topó con la mirada de Ashley y sonrió, intentando hacerla sentir mejor. Intercambiaron un par de palabras más hasta que Dylan por fin se fue, dejándola sola con su ángel guardián.

Max se dio la vuelta y caminó hacia la cama y se acomodó a un lado de la rubia; con su brazo izquierdo le hizo una señal para que me acercara a él. Ella obedeció y colocó su cabeza sobre el pecho del ángel, intentando recuperar poco a poco la tranquilidad. 

«El tiempo está corriendo, prometo cuidar a tu madre si haces lo que te pedí, calma ese miedo y enfréntalo. No olvides que no puedes decirle a nadie sobre esto». 

El cuerpo de Ashley dio un pequeño salto al escuchar de nuevo la voz del demonio en su cabeza, esta vez era aún más clara y terrorífica. El tono de advertencia que empleó no pasó desapercibido para la joven. Un escalofrío recorrió cada centímetro de su columna al pensar en cómo era posible que él le hablara en la mente.

¿Acaso cualquier demonio podía hacerlo?

―¿Estás bien? ―preguntó Max, la verdadera respuesta era un no rotundo, pero no podía hablar de lo ocurrido. Ashley  le dio la espalda para evitar que el ángel notara la expresión de horror en su rostro, limitándose a dar una respuesta afirmativa

(...)

Mi computadora se echó a perder, baia baia

Por eso no había actualizado, ya que esta historia la escribo en ella :,v

Btw, mañana debe estar lista, so, tuve que escribir en la viejita y esta tiene el windows de hace cien años JAJAJA

So, si notan algún error, son libres de informarme, no soy ni un poco perfecta, por lo que puede pasar ;)

No me molesto, al contrario: de los errores se aprende 7u7

Y pues bueno, muchas gracias por leer, gracias por continuar, ojalá puedan regalarme un voto y un comentario si les gustó y si no, también, ahre JAJAJA

Nos leemos pronto <3

No olviden seguirme en mis redes, mijxs, gracias :3

Continue Reading

You'll Also Like

589 127 11
No lo mires,porque sus ojos te hechizaran. Caeras en sus hechizos. En sus juegos Y después no habrá salida. Tu única salida será la muerte. O tal vez...
47.8K 5K 20
Blake Hudson es el chico que siempre estaba dibujándola, él que se enamoro de la chica herida a la que no pudo tener, a la que vio caer del risco. Te...
130K 7.9K 36
Leer antes La apuesta y Querido mujeriego: ¡Necesito tu ayuda! Nadie dijo que fuera fácil, nadie dijo que las personas no cambiasen, nadie dijo que l...
64.7K 6.2K 37
Libro #2.5 de la trilogía "Amores Diversos" |NO SE NECESITA LEER LAS DEMÁS PARA ENTENDER ESTA HISTORIA| "...Solo una mirada basta para que veas mi al...