A la mañana siguiente, Luke vino a mi casa justo a las seis y media. Me despertó y me dijo que tomara una ducha, porque hoy era día de ir al colegio. No negué ni hice berrinche, porque no tenía otra opción.
Cuando bajé las escaleras ya arreglada, pude oír a Luke en el fregadero. Me senté en el comedor y esperé a que esto terminara. No había amanecido de muy buen humor, aún tenía aquella molestia con Ashton e incluso con Luke.
—Me odias en estos momentos, ¿verdad? —preguntó.
—No, jamás llegaría al punto de odiarte.
Mis palabras no tuvieron ninguna emoción con la cual se sostuvieran y le dieran otro color.
—Por tu forma de hablar conmigo en estos momentos, pienso lo contrario.
—No voy a actuar de una forma diferente a la que me siento después de lo que hiciste ayer.
—Pues deberías de olvidarlo, porque no puedes estar con esa actitud todo el día.
—Puedo estar en esta actitud hasta que te disculpes conmigo.
—Creo que no necesito disculparme, porque sé que hice bien.
— ¿En tratar de esa manera a Ashton? Yo creo que no.
—Se lo merecía.
—Está bien, sé que eres una persona demasiado necia como para entender argumentos ajenos.
Comimos en silencio después de eso. Sabía que seguir hablando de esto con él, era como tratar de hacer hablar a una pared, así que esta vez me rendiría.
Mientras íbamos ya de camino al colegio, pensé un par de minutos en Ashton. Bueno, tal vez estuve pensando en él casi todo el camino. Ya no pensaba en lo que había pasado ayer, porque sinceramente no quería estar molesta todo el día por eso, pero ahora que tenía a Luke a mi lado, sería más difícil de olvidarme de lo que había pasado con él. No quería ser injusta, pero con el hecho de poder escucharlo, me recordaba todo lo que hizo y dijo ayer.
Cuando llegamos al colegio, Luke me comentó que había pedido permiso a orientación para pasar todas las asignaturas conmigo por lo mismo de la discapacidad que tenía, así que no me quedaba otra opción que aceptar.
(...)
No voy a negarlo, ésta vez, las primeras tres clases me perecieron más largas de lo que alguna vez las pude sentir de ese modo; pero por fin había empezado el descanso.
Nos dirigimos a la cafetería, porque al parecer comeríamos esta vez en una mesa como estudiantes normales. Calum apareció después con tres bandejas con comida, se sentó y las repartió.
— ¡Vanessa! —me abrazó fuertemente y después volvió a acomodarse a mi lado, y eso lo descubrí porque al momento de volverse a acomodar, movió toda la banca.
—Jamás habías notado tanta emoción al verme, Cal.
—Bueno, se tiene que ser amable una vez al año, ¿no es así?
Reí y asentí. Al parecer, hoy Calum sería el que nos animara en hablar.
—Hey, ¿qué tienen ustedes dos?
—Absolutamente nada —contestó Luke por los dos.
—Joder, Luke, te ves un poco molesto.
—No tengo nada.
Le di un pequeño codazo y después busqué rápidamente su oído para susurrarle:
—No sigas, ahora no está de buenas.
Me contestó de la misma manera, y sinceramente no sabía si Luke estaba escuchándonos o ya nos había visto.
— ¿Sabes por qué?
Pensé un momento en la respuesta, pero finalmente me decidí por decirle que sí sabía la razón por la que estaba molesto, o eso creía.
— ¿Creen que no escucho todo lo que están diciéndose? —intervino Luke.
— ¿Puedo saber por qué estás molesto? —preguntó Calum.
— ¿Por qué estoy molesto, Vanessa?
—Porque eres un gran imbécil.
Y entonces, todo volvió a silenciarse por mi respuesta. Si pudiera ver en estos momentos, seguramente ya habría salido de aquí a refugiarme a otro lado, porque sinceramente Luke se estaba ganando un puñetazo en la cara.
—Okay, creo que hay algo que ustedes dos no me han contado —dijo Calum después de varios minutos.
—Anda, Vanessa, dile lo que has hecho. ¡Dile, joder! Si de verdad te crees muy valiente, explícaselo.
No le respondí, simplemente suspiré a punto de sacar una estúpida y débil lágrima. No, no debía llorar; no ahora frente a todo el colegial.
—Luke, ya déjala en paz —contestó Calum a mi defensa.
— ¿La defenderás? ¡Ni siquiera sabes lo que está pasando, Calum!
—La defiendo del mismo modo en el que te defendería a ti, pero creo estás siendo muy duro con ella. Lo que sea que haya hecho, no te da el hecho de tratarla de esa manera... y menos porque eres su mejor amigo.
Oí a Luke suspirar como respuesta.
—Me llevaré a Vanessa si no te importa.
Me levanté y pude sentir la mano de Calum en mi hombro para guiarme hacia algún lado. Nos sentamos y rápidamente pude sentir el césped. Seguramente estábamos bajo el árbol donde siempre nos sentábamos.
—Supongo que ahora eres libre de contarme.
Suspiré antes de contarle todo, y cuando terminé, simplemente se escuchó un silencio algo incómodo.
— ¿Pero aún sigues siendo...?
— ¡Obviamente! ¿Cuándo dije que él y yo empezamos a... hacer eso?
—Lo siento, simplemente lo pensé.
—En fin, esa es la razón por la cual Luke está así.
Suspiró, lo cual lo tomé como una respuesta.
— ¿Crees que estuve mal? —pregunté insegura.
—Bueno, puedo entender un poco a Luke en que se haya molestado. Tienes que entenderlo, él no es el que está con Ashton todos lo días. No lo va a conocer completamente en las pocas veces que se han visto, ¿sabes? Y bueno, eres su mejor amiga, simplemente le patearía el culo a cualquiera que te hiciera daño, incluso si fuese a mí. Eres muy importante para él, Vanessa, supongo que ahora debes entender por qué é se pone de aquel modo. Se encela por obvias razones, tal vez piensa que Ashton le va a quitar toda tu atención con él.
—Está bien, puedo entender eso, pero aún siendo así, no tenía por qué tratar de esa manera a Ashton. Él no le ha hecho nada.
—Pero él no lo ve de esa manera. Al contrario, él piensa que Ashton ha hecho bastante para que tú simplemente empezaras a olvidarte de él. Recuerda que Luke tiene aquellos problemas de soledad, no podemos alejarnos de la nada de él. Eso simplemente es lo que lo destruye en un minuto.
Me quedé callada, tenía razón en cada palabra que decía. Ahora comprendía que probablemente, todo este tiempo, yo era la que tenía la culpa. Este conflicto había iniciado, porque estaba olvidándome de Luke al estar con Ashton, pero lo hacía porque simplemente no quería tenerlo siempre a mi lado y que algún día se hartara de mí.
Supongo que todo este tiempo no me di cuenta de que a él realmente le gustaba estar conmigo todo el tiempo.
—Hablaré con él aún así, si no te molesta.
Negué con la cabeza.
—Está bien, es hora de ir a clases.
(...)
Las últimas clases me parecieron haber durado sólo unos cuantos minutos, supongo que aquello era una ventaja. Los tres caminamos hacia la casa de Luke, quien dijo que Liz hoy quería prepararnos de comer por alguna razón. Era comida gratis, y más aparte de Liz, ¿quién podría rechazar la oferta?
En todo el recorrido, ni Luke ni yo dijimos nada, por lo que todo el peso cayó en Calum. Trató de hacernos la conversación a cada uno de nosotros dos, pero ninguno pasó de un "Mmhmm" o una pequeña risa.
Minutos después, el celular de Calum sonó. Me indicó que parara con un jalón de brazo, porque clara y obviamente no quería hacer y por supuesto, tampoco tenía la obligación de estarme guiando.
Entre murmullos, pude oír que era la madre de Calum, Joy. Él simplemente refunfuñaba y después maldecía calladamente mientras soltaba unos cuantos "Ajá" al aire cada vez que podía. Segundos después de que terminara la llamada con su madre, se escucharon sus pasos hasta parar a mi lado.
—Odio ser el menor —comentó.
— ¿Qué pasa? —preguntó Luke.
—Mamá no quiere que llegue tarde a casa.
—Si no puedes venir a mi casa, está bien.
—Jamás me perdería la comida de tu madre.
Él sólo rio y después seguimos caminando hasta llegar a su casa. Liz nos recibió y dijo que nos había preparado de comer lo que a nosotros más nos gustaba: puré de patatas. Nos sentamos, y al poco rato, uno de los hermanos de Luke bajó a comer también. Todos comenzaron a preguntarnos sobre el colegio, y especialmente a mí, sobre cómo he seguido con mi compañera de cinco meses, la ceguera.
Al terminar, yo me ofrecí a ayudarle a Luke a secar los platos, mientras Calum estaba seguramente sentado pensando en la inmortalidad del cangrejo.
—Chicos, ya tengo que irme —comentó Calum.
Cuando dijo eso, pude sentir una punzada en el estómago. ¿Qué se suponía que hiciera después de que él se fuera y me dejara con Luke sola? Él no quería dirigirme la palabra, yo no quería dirigirle la palabra... ¿entonces qué haríamos? No me quedaría sentada sintiéndome incómoda como sé que él también se sentiría en un gran silencio hasta que decidiéramos que era hora de ir a casa y hacer otro recorrido con ese desagradable silencio. Simplemente no quería que pasara, pero no podía ver a Calum como mi escape. Eso era de cobardes, y yo simplemente no quería unirme a ellos.
Después de unos segundos, la presencia de Calum ya no se sentía en la cocina, y lo digo porque él era el que hacía de esto menos incómodo y silencioso. Ahora, a lo contrario, sólo se escuchaba el sonar del agua cayendo en el fregadero y cuando él chocaba trastos accidentalmente.
—Supongo que Calum tiene razón —comenté sin aguantar más.
— ¿De qué estás hablando?
—Creo que tengo que disculparme contigo.
No respondió... y simplemente no tenía que hacerlo, porque sinceramente yo tampoco tendría una respuesta a eso.
—Yo fui la del error, yo fui la que empezó a alejarse, yo simplemente he sido la culpable de todo esto.
Suspiró, como siempre lo hacía cuando no tenía nada que decir, pero de cierta forma se lo agradecía. No quería que después él se culpara por mí o para no hacerme sentir mal, porque sabía que pronto lo haría.
—Tenía razón Calum, no puedo creer que poco a poco fui alejándome de ti ciegamente.
Las palabras me salían como lágrimas descontroladas cuando sabes que ya no puedes retenerlas más.
—Sé que soy una mala amiga, sé cuanto odias sentirte solo... y aún así lo ignoré por completo y te dejé.
Pronto, sus brazos me rodearon, como si de una protección se tratara y cálidamente las lágrimas comenzaron a salir. Cuando me abrazó, aquel nudo en mi garganta se sintió e hizo que mi llorar acelerara su paso.
Trataba de parar, pero supongo que después de lo de Ashton y ahora esto, no me ayudaba mucho. Estaba llena de sentimiento, pero lamentablemente ésta era la única solución para vaciar todo lo que llevaba cargando desde ayer.
—No llores, por favor —dijo apretándome fuertemente entre sus brazos.
Hice caso omiso a eso, al contrario de lo que mi mente quería hacer y dejar de llorar.
—Sabes que odio verte llorar. Basta, deja de hacerlo —ordenó.
Los sollozos redujeron con el paso de los segundos después de eso, pero no me separé de sus brazos en ningún instante porque realmente me reconfortaban.
—Tú no has tenido la culpa, ¿está bien? Yo he sido el idiota aquí.
Y bueno, aquí vamos de nuevo. Era lo que menos quería que hiciera, pero supongo que jamás detendría aquella costumbre suya.
—No tienes por qué culparte, sé perfectamente que tuve yo la culpa.
Suspiró una vez más. Una respuesta suya que en lo personal, la consideraba llena de decepción y tristeza.
—Los dos tuvimos la culpa, ¿entiendes? Pero no puedes culparte por todo esto —contestó sosteniendo mi cara en sus largas manos.
—Lo hago porque sé que te dejé.
—No me dejaste, simplemente sentí que te me escapabas de las manos. Sólo eso, pero nunca me dejaste.
—No trates de suprimir tus pensamientos con otros para hacerme sentir bien.
—No trato de hacerlo.
—Conozco perfectamente cuando tratas de anteponer tus sentimientos por los demás, así que no trates de mentirme.
—Si supieses todo lo que pasa por mi mente, probablemente te decepcionarías al instante.
Todo cambió entorno a los dos cuando me dejó totalmente confundida ante sus palabras. Jamás había oído algo tan profundo por parte de él, y menos con aquel tono tan estremecedor y melancólico con que lo dijo.
—Escuchar todo lo que pasa por tu mente me haría saber que me tienes confianza, pero veo que tal vez no tienes la suficiente como para contarme.
—No me gustaría que escucharas todo lo que hay en mi mente. Me avergonzaría mucho de mí mismo, ¿entiendes?
No dije nada más, él no soltaría tan fácilmente las cosas. Luke era así, simplemente él diría o haría las cosas cuando él se sintiera cómodo o cuando decidiera que era hora de decirlo o hacerlo.
—Espero que entiendas que tú no fuiste la culpable, ¿me entiendes?
—Está bien, pero realmente me habría gustado escuchar lo que piensas y de lo que dices que tal vez me decepcionaría tanto.
—Tú sabes perfectamente que no siempre te diré las cosas.
—Pues deberías, somos mejores amigos, ¿no es así?
Llevó su cabeza hasta mi hombro, dejándola ahí como si estuviese lamentándose por algo.
—Ése es el problema —dijo mientras me envolvía de nuevo en un abrazo.
Me quedé en silencio, tratando de buscarle una razón a su respuesta. ¿Cuál era el problema? ¿No me diría las cosas sólo por ser su mejor amiga? ¿Qué no es eso lo que hacen los mejores amigos?
—Cada vez que trato de comprenderte, me haces confundir más, Luke.
—Ése es el punto, así nunca llegarás a una conclusión, ¿sabes? Prefiero dejarte en estado confuso a decirte todo esto que llevo en mí.
—Lamento tanto que digas todo esto, en serio. Pareciera que yo soy... simplemente nadie, cuando sabes que siempre contarás conmigo.
—No eres tú, entiéndelo. Nada de esto tiene que ver contigo, sino conmigo. Yo simplemente no estoy preparado para decirte absolutamente todo, ni siquiera creo que tú estés preparada para escucharme.
—Siempre he estado preparado, el único que no lo está eres tú.
—Eso dices ahora, pero simplemente no sabes qué cosas son las que siempre llevo cargando conmigo.
—Bien, supongo que siempre tendré que esperar a que ese momento llegue contigo, porque sé perfectamente que no lo harás aun si te pido de rodillas que lo hagas.
—No lo sabes, y aún así, no creería posible que hicieras eso.
—No lo haría si supiera que no me importara, pero se trata de ti, ¿entiendes? Tú no eres menos que nadie. Siempre has pensado que los demás son más que tú, cuando realmente no sabes la gran persona que eres. Ése es el problema, no confías en ti mismo, y sé que puede serte difícil, y también sé que lo has tratado; pero es hora de que abras los ojos y te escuches a ti mismo. Yo jamás te dejaré, y te lo diré un millón de veces si es que no quieres escucharme.
—Trato de entender por qué siempre tenemos que terminar en esto.
—No te diré la razón, porque sé que la sabes.
—Está bien, sólo espero que nada cambie entre nosotros de ahora en adelante.
—No si es que tú no me quieres fuera de tu vida.
—O si es que tú no me quieres fuera de la tuya.
—No tendría por qué.
—El tiempo va olvidándose... y con ello las palabras y las promesas también, Vanessa.
Y por último me apretó aún más, mojando lentamente mi hombro de lágrimas.
Me asustaba de cierta manera, me preocupaba más, pero sobre todo me hacía entender que simplemente retrocedíamos dos pasos más.
Yo lo sostendría, no importase qué, porque eso era lo que él siempre haría conmigo.
Pero él mismo había dicho, las palabras y las promesas también se olvidan.
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Ups, supongo que después de los ocho leídos en las primeras 48 horas del capítulo anterior, no podré imaginarme cuántos van a tener éste.
En fin, puedo considerar éste uno de estos mis capítulos favoritos. Algo profundo desde la perspectiva de Luke, pero eso también le dará otra idea a la obra. Está el lado Luke, el lado Ashton y el lado que deja hasta el último Vanessa, el suyo.
No adelantaré nada, pero supongo que si leen detenidamente, les he dado una pista. Ahora, tal vez ya algunas hayan captado el papel de Luke y lo que probablemente hará o dirá, pero aún así, puede que cambien las cosas.
Agradezco infinitamente a todas aquellas personas que siguen aún en esta obra después de tantos días, semanas y meses sin subir. Comprendo a las otras que se hayan ido, yo también mandaría a volar a una escritora irresponsable con sus palabras y "promesas".
Gracias por leer toda esta mierda de la nota de autos (si es que llegaste aquí). M encantaría que hubiese más lectoras que leyeran absolutamente todo, pero no todo en la vida se puede.
Gracias por leer. ¡Las quiero! xx