Blindness || a. i.

Por irwinsickmind

8.2K 713 134

Donde una chica con ceguera cae perdidamente por un chico que tal vez jamás podrá ver, entendiendo con él lo... Más

Introducción
Capítulo uno
Capítulo dos
Capítulo tres
Capítulo cuatro
Capítulo cinco
Capítulo seis
Capítulo siete
Capítulo ocho
Capítulo nueve
Capítulo diez
Capítulo once
Capítulo doce
Capítulo trece
Capítulo catorce
Capítulo quince
Capítulo dieciséis
Capítulo diecisiete
Capítulo dieciocho
Capítulo diecinueve
Capítulo veinte
Capítulo veintiuno
Capítulo veintidós
Capítulo veintitrés
Capítulo veinticuatro
Capítulo veinticinco
Capítulo veintiséis
Capítulo veintiocho
Capítulo veintinueve

Capítulo veintisiete

130 13 1
Por irwinsickmind

Estaba sentada en el sofá de su casa, esperando a que él bajara con aquella sorpresa. Estaba ansiosa, muy ansiosa, a decir verdad. Empezaba a darme frío, porque su casa era gélida al contrario de la mía. La suya era como una gran nevera, pero supongo que tenía sus ventajas.

Se escucharon pasos bajar las escaleras, lo que me puso más nerviosa y ansiosa de lo estaba, hasta que sentí la presencia de Ashton cerca de mí.

— ¿Lo has encontrado?

—Por supuesto que lo he hecho.

— ¿Y bien? —pregunté curiosa.

—Te lo daré si prometes algo.

— ¡Oh, vamos!

—No puedes quejarte de nada, ni siquiera saber qué es lo que debes prometerme.

—Está bien, está bien, lo siento. ¿Qué quieres que haga por ti?

—No harás absolutamente nada por mí, sólo tendrás que esperar a abrirlo hasta que veas.

— ¿Qué? —pregunté confundida, no se suponía que esa era una promesa tan larga—. ¿Dentro de cuatro meses?

—Exacto.

— ¿Por qué deberé hacerlo dentro de cuatro meses?

—No preguntes por qué, sólo preocúpate en guardar todo esto bien.

Me lo llevó a la mano y me la dio. Sus dos manos cubrieron mi mano, como si lo que me hubiese dado fuese su vida.

— ¿Prometes ver mi regalo dentro de cuatro meses?

—No puedo esperar cuatro meses, ¿lo entiendes?

—Debes hacerlo, porque es algo muy importante para mí. Algo que tú me has dicho que te diera, y ahora lo estoy cumpliendo, sólo que no quiero que lo descubras y después vayas a mí sabiéndolo, ¿entiendes? Quiero que esto guarde muchas cosas mías, tuyas y de nosotros.

—Está bien, sólo espero que dentro de cuatro meses tú y yo sigamos siendo los mismos.

Podrán pensar que estaba apresurándome con mis palabras, y probablemente después yo también piense lo mismo, pero a lo que yo me refería, era que él y yo siguiéramos estando juntos. Tan juntos como en este mismo momento.

—Yo también espero lo mismo.

Su respuesta me sorprendió, dado a que él siempre respondía con que yo lo tendría por vario tiempo. Esto significaba que ahora dudaba de aquella respuesta, ¿por qué tendría que dudar de esa respuesta?

— ¿Ya no hay más esperanzas? —pregunté.

—Todo puede pasar, así que yo no quiero que ninguno de los dos sufra. No quiero prometerte cosas que tal vez el tiempo me hará romper, y lo más importante, no quiero lastimarte, porque me importas mucho.

—Debe haber explicaciones para lo que acabas de decir, debe haber muchas más razones, ¿no crees?

—Sí, hay una sola que me hace dudar —contestó serio y pasándose dificultosamente la saliva.

— ¿Y qué es?

—Después te lo contaré, ¿está bien?

—No creo que esté bien.

—No es para tanto.

—Puede que lo sea.

—Creo que lo es.

— ¿Y por qué no me lo dices?

—Porque realmente tengo miedo a cómo reacciones.

—Eso es lo que menos importa, ¿no crees?

—A mí me importa mucho eso.

—Pues deberías decírmelo ahora mismo, porque me molestaré si es algo que pudimos prevenir antes.

—No creo que esto se pueda prevenir.

— ¡Joder, ya dime, Ashton!

—No grites, me pones nervioso.

—Entonces dímelo de una vez por todas, por favor.

—No es el momento, sólo quiero pasar este día contigo antes de que sea mañana.

—Mañana podremos vernos cuando tú quieras, pero ahora dímelo.

—No podré verte mañana, ¿no lo recuerdas?

—Luke no es nadie entre tú y yo, ¿entiendes?

—Pero sé que hice mal en dormir contigo.

—Sólo lo hiciste para protegerme, ¿no es así?

—Muchas personas pueden malinterpretarlo.

—Pero tú y yo sabemos la verdad.

—Está bien, pero aún tengo miedo de tu reacción.

Empezaba a desesperarme lentamente y realmente quería saber lo que a Ashton lo tenía nervioso. ¿Por qué darme una sorpresa que tendré que ver cuatro meses después y una noticia que no sonaba nada bien en un solo día?

Rasqué mi cabeza con molestia tratando de buscar alguna posible razón por la cual él estuviera de aquel modo, pero realmente no me venía nada a la cabeza. Absolutamente nada con lo cual Ashton se pusiera de este modo. Era Ashton, el chico que siempre buscaba la positividad y una solución a un problema.

— ¿Ya me dirás qué es lo que está pasando?

—Hay probabilidades de que yo tenga que irme de aquí.

— ¿Qué? —le pregunté, sintiendo mi corazón parar por un milisegundo.

—Yo... yo no puedo hacer nada, lo siento.

— ¿Por qué tienes que irte?

—Jamás te dije sobre el intercambio en el que estoy, ¿cierto? —dijo soltando un suspiro.

—No, jamás me mencionaste algo sobre un intercambio.

—Yo... en realidad vine por eso.

—Tú me dijiste que habías venido aquí porque querías olvidar todas las cosas que habías pasado donde vivías... —pausé, respiré hondo y seguí—... ¿Por qué me mentiste?

—Porque yo no quería dar un final pronto a lo que podría haber sido un comienzo contigo, Vanessa.

— ¿Un final pronto?

—Yo simplemente no quería decírtelo, porque... —lo interrumpí.

— ¿Por qué decidiste mentirme, Ashton?

—No quería hacerlo, en serio, pero... yo simplemente soy un maldito cobarde

—No eres un cobarde —contesté a su insulto.

—Yo no quiero perderte.

— ¿Entonces por qué no me lo dijiste en el momento?

— ¡No es tan fácil como crees! —gritó.

— ¡Nos ilusionaste a los dos! —contesté de vuelta.

— ¡Joder, yo sólo quería disfrutar el estar contigo sin estar pensando en eso todo el tiempo!

— ¿Y acaso no lo hiciste?

Nuestras voces subieron su volumen, y cada uno trataba de controlarse y no explotar frente al otro. Claramente, él empezaba a respirar profundamente; mientras que yo, yo sólo trataba de no gritar aún más fuerte al punto de casi tirarme al suelo y hacer berrinche por eso.

Suspiró después de mi pregunta, probablemente diciéndose a sí mismo que sí lo había hecho día y noche mientras que los dos caíamos lentamente el uno al otro.

—Sí, lo hice todo el tiempo y me siento culpable por eso.

Me callé y me senté de nuevo en el sofá aún sosteniendo el paquete que me había dado minutos antes. No lloraría, porque realmente no tenía ganas de hacerlo, y me parecía un poco dramático de mi parte el llorar, sabiendo que Ashton se volvería loco y se echaría —como siempre— la culpa de hacerme sentir mal.

—Perdón —dijo sentándose a mi lado y después llevándome entre sus brazos.

Recargué mi cabeza en su hombro, aceptando su disculpa.

—Yo quería evitar todo esto.

— ¿Y salir huyendo un día de Melbourne y dejarme sola?

—Tú no estás sola, y jamás lo estarás.

— ¿Y qué hay de ti?

—No debes preocuparte por mí, yo puedo vivir solo. Me he acostumbrado a hacerlo.

—Aún así, yo quiero tenerte aquí.

—Odio que digas eso, joder.

— ¿Por qué?

—Me haces sentir aún peor por haberlo ocultado.

—Pero debiste habérmelo dicho, ¿por qué simplemente no lo soltaste y ya?

—Porque esas sorpresas son las más difíciles de contar.

—Ésas no son sorpresas.

—Aún así, son difíciles de contar.

Quitó de mi mano el paquete y lo dejó en un lugar lejos de nosotros.

—Pensé que habías botado mi regalo en algún lado por tu enojo.

—No, lo tuve todo el tiempo en la mano.

—Menos mal que no me lo aventaste.

Reí y después seguí con aquella dolorosa conversación, porque quería saber más sobre lo de su intercambio. Joder, ¿cómo de un día para otro me comentaba sobre esto?

— ¿Ya sabes cuándo te irás?

—Aún no, sólo me avisaron que me llevarían de vuelta.

— ¿Y qué pasará cuando te vayas?

—Volverás a ver y seguirás una vida feliz.

—Ya te dije que yo quiero que estés conmigo, ¿por qué no lo entiendes?

—No tengo que entenderlo, porque yo sé que no soy una buena influencia para ti.

—Yo no lo creo.

—Pues yo sí, y no quiero lastimarte.

—No serías capaz de lastimarme, yo lo sé.

— ¿Cómo pretendes no lastimar a los demás si tú mismo te lastimas?

—Por favor, ya deja de decir eso.

—Es sólo la verdad, Vanessa.

—Tú prometiste no lastimarte de nuevo, ¿acaso lo olvidaste?

—No, pero aquí el punto es que no quiero lastimarte.

—Puedes intentar no hacerlo.

—En los intentos hay fallas.

—De las fallas aprendes.

Él sólo rio, y realmente no sé por qué. De hecho, eso me molestó un poco. ¿Por qué simplemente no podía decir que no quería regresar y quedarse aquí? Entonces, fue ahí cuando pensé en una simple y dolorosa posibilidad: tal vez él ya no quería estar más aquí, y por ende, tampoco conmigo. Podría estar dramatizando las cosas, pero aquello no puede ser imposible. Existen las mentiras y muchas personas les es natural la actuación. Ashton podría ser de esas personas, ¿por qué no? Si él quiere irse, puede hacerlo, porque yo no puedo mantenerlo fijo a mi lado. Tal vez ya caí de su gracia o simplemente descubrió que yo no era la persona indicada para él. Tal vez ya se había hartado de mí, y lo entendería completamente, porque todos en algún momento lo hacemos con ciertas personas. Ahora, creo que no sería justo que yo lo mantuviera a mi lado y que él todo el tiempo me estuviera, de alguna manera, "precaviendo" que no intencionalmente podría lastimarme. Es bueno saber que él me lo diga, pero sinceramente yo lo quiero. Se suponía que yo debía mantenerme, porque no mucho terminé con Derek, pero ¿por qué tendría que estarme interesando lo que él o demás personas pensaran de mí? Aun así, no quiero que él haga algo que realmente me lastime, porque se había vuelto una persona muy importante para mí, y sonará demasiado estúpido o cursi, porque en promedio se conoce bien a una persona mínimo en un año y medio, pero yo sentía que lo conocía de una forma especial de la que nadie lo había hecho nunca. Sentía que había entrado a lugares que muchas personas no lo hicieron en una amistad con él, por lo que creía que eso era significativamente bueno... o así lo sentía yo. Él pudo haber inventado tantas cosas para algo que realmente no le podía dar aún una conclusión o tal vez no, pero su forma de decir que se iba era despreocupada, como si yo realmente sólo hubiera sido una compañía en Melbourne y no lo creía justo. De hecho, me dolía bastante si fuese viniendo de él. Pero, creo que por algo pasan las cosas; y que por algo terminan.

—Está bien —respondí después de haber hecho una suposición que ni siquiera tenía alguna afirmación como para poder confiar en ella y mandar todo a la mierda o decir cualquier cosa que en ese momento me venía a la mente.

— ¿Está bien? —preguntó realmente confundido, se oyó al cien por ciento cuando lo dijo.

—Creo que... tengo que comprender tus razones.

— ¿Mis razones? ¿De qué estás hablando? Te he dicho que no soy yo, es la universidad.

—Bueno, entonces las razones de tu universidad.

—Espera, ¿por qué de la nada lo has comprendido de esa manera?

—Porque no puedo siempre estarlo complicando, y menos si se trata de tu futuro.

—No, no mientas. Sé que has hecho de tus suposiciones. Por supuesto, ahora sé por qué no me respondiste. Joder, Vanessa, no siempre lo que creas en tu mente es verdad, ¿me entiendes?

— ¿Entonces las mentiras no existen? —pregunté tratando de mandarle una pequeña pero significativa pieza de lo que creó mi supuestamente falsa suposición.

— ¿Crees que estoy mintiéndote?

No dije nada, ¿por qué tendría que hacerlo? Al fin de cuentas, él ya había captado toda mi suposición que se basaba en sólo una acción: mentir.

—Es hora de que me vaya —contesté con cierto temor, porque sinceramente aún era miedosa de andar sola por las calles estando ciega.

—Hey, ¿por qué no respondes a lo que te pregunto?

—Porque así como tú sabes de mis suposiciones, yo sé de tus mentiras. Tal vez no son verdaderas las únicas que pude encontrar, pero no soy estúpida para saber que mientes.

—No dejaré que te vayas sola.

—Da igual, tendré que acostumbrarme a salir sola de casa, ¿no es así?

—Mientras esté yo, no será así.

—Mientras estés tú, claro... —murmuré burlonamente.

Sólo escuché un suspiro como respuesta, lo que me hizo sentirme ligeramente mal, porque obviamente ésta era probablemente la primera vez que discutía con Ashton seriamente, ya que otras veces terminábamos riendo y él sólo venía a mí y me abrazaba... pero esta vez, lamentablemente no era así.

—Está bien, sé que estás molesta por lo que hice, pero no podré estar en paz sin saber que has llegado a tu casa bien, ¿okay? Te llevaré aunque no quieras, lo siento.

— ¿Entonces aceptas que estás mintiendo? —dije escandalosamente.

Escuché el tintineo de unas llaves y después cómo lentamente me incitaba a salir de su casa con su mano en mi espalda. Yo salí tirando levemente su mano de mi espalda y caminé con total seguridad a la acera para tomar nuestro camino, pero jaló de mi mano a tal punto que casi tropezaba con mis propios pies de la vuelta tan rápida que hice con toda mi anatomía y en mi propio eje.

— ¿A dónde vas? —preguntó.

—A casa, ¿no?

—Ahora iremos en mi auto. Supongo que no quieres estar conmigo por ahora, así que el auto nos hará llegar más rápido.

Sentí una apuñalada en el estómago. Joder, ¿dónde quedó el Ashton insistente que consigue lo que quiere al hacerlo? Él era completamente lo opuesto a lo que conocía de él, y ahora estoy pensando que realmente no lo conozco tan bien como lo insinuaba. Lo conocía en el papel de chico dulce que de momentos a otros, comenzaba a tener aquellos episodios melancólicos y que después de ello, volvía a reír de nuevo y me decía lo importante que era para él.

Me guió hasta él y me ayudó a entrar en el asiento del copiloto, aun manteniendo distancia entre su anatomía y la mía. Entró del otro lado y el sonido del motor empezando a calentarse pronto se oyó. Después de aquel sonido, no hubo ninguno más, más que el sonido de nuestras respiraciones nada coordinadas.

Como dijo, el auto hizo que el recorrido fuese más corto y menos incómodo; pero aun así, sonará estúpido, quería caminar hacia mi casa con él. No se comparaba el ir caminando que el ir sentado y ser llevado por un motor y cuatro ruedas, así como tampoco es lo mismo que te manden mil mensajes de texto de 'Buenos días' y/o de 'Buenas noches' que darse el tiempo para escribirte una carta, una sola carta describiendo sus sentimientos hacia ti.

Al caminar hacia casa, pensaba nerviosamente en si debía invitarlo a entrar a casa o simplemente... despedirme de él y cerrar la puerta, lo cual me parecía demasiado grosero de mi parte, pero sinceramente no podía hacer como si no hubiese pasado nada, estaba totalmente molesta con él por haber mentido.

— ¿Entrarás? —pregunté sin preocuparme a darle la espalda, abrí la puerta y me recargué en el marco de ésta.

—No creo que sea buena idea.

—Genial, entonces nos vemos en dos días.

Suspiró mucho más profundo que la última vez, y sentía la necesidad de olvidarlo todo y volver a nuestro estado normal; pero no podía dejar pasar que me mintiera. Ciertamente, aceptaba que estaba siendo un poco exagerada, pero... simplemente odiaba que las personas mintieran. Bueno, obviamente no podía vivir de escuchar personas mentir y después alejarme de ellas, pero aun así, creo que es mejor herir con la verdad que destruir silenciosamente con la mentira.

—Está bien, supongo que no puedo hacer nada para que lo olvides.

—No, eso no funciona conmigo.

—Entonces tendré que esperar.

—No todas las cosas se obtienen por arte de magia estando sentado en el sofá.

—No estaré sentado en el sofá.

—Bueno, lo que quieras hacer mientras esperas a que el problema se empeore.

— ¿Se empeore?

— ¿Quién te ha dicho que el esperar mejora las cosas?

—No espero que mejoren, espero que te tranquilices para solucionar el problema.

— ¿Ahora yo soy la culpable?

—No estoy culpándote de nada, Vanessa.

—Pues pareciera que sí.

— ¿Entonces yo soy el culpable de esto?

—No, es culpa del "intercambio", ¿no es así? —dije imitando las comillas con mis dedos, lo cual hizo entenderle la gota de sarcasmo que había usado discretamente en la oración.

—Genial —contestó soltando una pequeña risa—. ¿Sabes qué?, yo... yo tengo que irme. Nos vemos después.

No moví ninguna parte de mi cuerpo, esperando a que por algún motivo, él fuese a abrazarme o besarme la mejilla como siempre, pero lamentablemente no lo hizo. Me quedé parada como estúpida esperando a que aquel beso o abrazo llegara a mí, pero en cambio, obtuve el vacío de la calle junto con sus pisadas alejándose como sonido y el viento como consuelo.

Entré a la casa con ganas de gritar, porque realmente no lo entendía para nada. Trataba, yo trataba muchísimo en entenderlo, pero era más difícil de lo que pensé. En absoluto hablaba de aquellos episodios en melancolía, me refería a su manera de estar molesto. Buscara una objeción o no, él tenía la culpa. No quería culparlo, pero sólo estaba diciendo la verdad. Él había mentido, él había dicho que venía para olvidar ciertas cosas, no yo; así que, no entendía en absoluto por qué él tenía que ser el molesto y la víctima aquí. De cierto modo, podría admitir su molestia —y si es acaso justa o necesaria— por algo que yo haya hecho o dicho, pero, joder, por qué ser la víctima cuando él había creado la causa del problema.

Por otro lado, lamentaba muchísimo decir estas cosas, porque el ser humano no controla las palabras cuando está molesto, y no me gustaría arrepentirme de éstas en un futuro. Sería totalmente estúpido e inmaduro de mi parte, porque habría dicho las cosas en el momento menos indicado, pero después las estaría ocultando porque aquel enojo se había esfumado. Yo realmente quiero ser cuidadosa con las palabras que digo, pero es un momento de bloqueo total al razonamiento cuando estás molesto, y simplemente no limitas las cosas que debes decir y que no debes decir; y por otra parte, no quería lastimar a Ashton. Sabía que Ashton era débil y sensible si de discusiones hablamos, pero también tenía que pensar en lo que yo sentía y pensaba sobre esto, porque simplemente no podía no enojarme por algo que me desagradaba sólo porque también estaban los sentimientos de Ashton, pero, joder, ¿cómo sobrellevar las cosas en la manera en la que dices o haces las cosas sin lastimar a nadie que esté involucrado?

(...)

Mamá llegó a casa justo cuando estaba duchándome, por lo que tardé en bajar para la cena, aunque de hecho no tenía nada de hambre.

Cuando me senté, pude sentir cómo mamá impregnaba sus labios en mi frente, lo que me hizo sentir segura.

—Pensé que ya estabas dormida.

Negué con la cabeza.

— ¿Te pasa algo?

—Estoy bien.

— ¿Segura?

Afirmé con la cabeza, tratando de no darle tanta importancia frente a mi madre. Decidí quedarme ahí, acompañándola a cenar hasta que terminara. Cuando finalizó, apagamos todas las luces y subimos a dormir.

Me acosté después de tomarme la píldora, pero no al instante me quedé dormida —como siempre me pasaba—. Aquel espacio en el que trataba de conciliar el sueño, afortunadamente —o desafortunadamente—, lo usaba para repasar las cosas que habían pasado durante mi día. Esta noche no era la excepción, así que volví a pensar en Ashton. No podía decir que lo odiaba y que ya no quería verlo jamás en mi vida, porque realmente me parecía ridículo en pensar o decir aquello. Estoy molesta, no lo niego, pero creo que no podría tomarle rencor u odio a una persona que verdaderamente se ha convertido muy importante para mí en tan poco tiempo.

Pensaba en cómo sería el último día en que estuviéremos juntos, y finalmente, su partida. De hecho, podría decir que alguno de los dos encontraría la forma de comunicarse con el otro... o eso esperaba. Él pudo haber mentido con todas aquellas palabras con las cuales hizo que yo cayera rápidamente por él, así que tal vez yo no podría hacer nada más si él ya no quisiera verme, y está bien, eso supongo.

O tal vez no.

Tal vez eso me dolía más de lo que debería.

"Todos llevamos máscaras en un momento de nuestras vidas para lograr nuestros objetivos, nuestros anhelos y placeres; pero en todo momento llevamos las culpas que nos trae el enmascararnos, y aún así, seguimos haciéndolo."

-------------------------------------------

Creo que debería pensar en terminar seguido los capítulos con frases, porque me encanta crear frases.

Bueno, supongo que si contamos cada capítulo en que me disculpo hasta el final, tendríamos 27/27 por ahora, pero como dije en "Her Best Friend", quiero que sepan que yo no soy una máquina de imaginación e inspiración y escribo un capítulo por día. Leen a una persona que tarda mínimo cuatro días en terminar un capítulo. Ahora, quiero comentarles que trato de actualizar ésta y la otra obra el mismo día, así que eso lo traslada a máximo siete días, pero aún así, no puede faltar mi perdón.

En fin, quiero decirles que en serio estaba a punto de irme a la borda porque no sabía cómo iniciar el capítulo, por lo que me tardé un mes en poder ordenar mis ideas y escribir todo lo que ustedes leyeron anteriormente.

Por otro lado, quiero contarles que también fueron otras razones: gimnasia y por fin, después de tantos siglos sin tener un celular, lo pude obtener hace dos semanas. Para las lectoras que me conocen desde "Dulce Coincidencia", sabrán que mi pasión al igual que el escribir, es la gimnasia, así que por fin volví después seis meses de ausentarme. En cuanto al celular, bueno, una larga historia de explicar cómo lo obtuve, pero finalmente tengo celular. El problema fue que me distraje un poco con él y tomé tiempo del que se supone que me iba a poner a escribir, así que también fue culpa del celular.

Hablando sobre el capítulo, creo que ya le hacía falta un poco de problemas y discusiones a la relación de Ash y Vanessa (que bueno, ni siquiera están en una relación), porque una verdadera historia no puede no tener un problema que altere las suposiciones de los lectores y los revuelva completamente. De hecho, les confieso que yo soy fanática de las historias a las que les ocurre eso. Una persona que escribe y hace eso, me parece especialmente fenomenal e inteligente.

Para no deleitarme más con mis estúpidas palabras, espero que les haya gustado el capítulo, y las invito a leer "Her Best Friend", tal vez les guste igual que ésta.

¡No olvides votar y comentar!

Gracias por leer, las quiero. xx

Seguir leyendo

También te gustarán

200K 11.2K 18
El maldito NTR pocas veces hace justicia por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suce...
160K 22.5K 65
nacido en una familia llena de talentos aparece un miembro sin mucho que destacar siendo olvidado sin saber que ese niño puede elegir entre salvar o...
184K 10.4K 25
Chiara se muda a Madrid en busca de nuevas oportunidades para lanzar su carrera como artista. Violeta se dedica al periodismo musical, trabajando en...