SOMOS INSTANTES

By BARE_ariax

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Somos como huellas en la arena que las olas borran al momento... Una historia de romance entre dos chicas que... More

SOMOS INSTANTES
1: VAYA COMIENZO
2: ¿NO TE MOLESTA MI COMPAÑÍA?
3: SOLO AMIGAS
4: LA PRESIDENTA
5: DECISIONES, DECISIONES
6: QUIERO SER SU AMIGA
7: CUÉNTAME ALGO
8: UNA IMAGEN DESTRUIDA
9: KATE
10: UN ACTO DE "BONDAD"
11: VISITA
12: NO TE ODIO
13: ACEPTALO
14: EMPIEZO A SENTIRLO...
15: CONCÉDEME ESTA PIEZA (1)
16: CONCEDEME ESTA PIEZA (2)
AVISO
17: UNA PROMESA NO SE ROMPE
18: LA AMO
19: AYÚDAME A SER MEJOR PERSONA
20: "APROBADO"
21: HERIDAS ABIERTAS
22: YO ESTOY ENAM...
23: NO ME RENDIRÉ...
24: CÓMPLICE
25: PROMETO QUEDARME
26: LA MUJER MISTERIOSA
27: PEQUEÑA CHARLA
28: ATAQUE
29: AMENAZA
30: DECISIONES
ANUNCIO IMPORTANTE
32: FINAL DE LA PRIMERA PARTE
33: INTERESES COMUNES
34: LA PERFECTA HERMANA
35: "¿SOY MALA PERSONA?"
36: "CLARO QUE NO"
37: INEFABLE
38: VAYA AMIGA QUE SOY
39: LA CRUDA REALIDAD
40: EL DOLOR DEL PASADO
41: QUEDARSE O IRSE

31: CANSADA

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By BARE_ariax

Pasaron unos cuantos días desde entonces, los días de Jane se convirtieron casi en una rutina, se levantaba de madrugada para ir a ver a Melissa, luego llegaba al trabajo y trataba de adelantarse en sus documentos pero era casi imposible, por la tarde iba a HopeEdge y luego de unas horas de arduo trabajo se iba a casa a descansar totalmente agotada.

La que más sintió el cambio fue Ellen, quien esperaba como siempre que Jane se le acercara, pero había días en que ni siquiera la veia, eso obviamente la frustraba y cuando tomaba el valor de buscarla le decían que ya se había ido.

En  esos día tambien Alex confesó que se había inscrito voluntariamente para el trabajo en HopeEdge, así que le asignaron el grupo "B", dijo también que al tener una discusión fuerte con sus padres no tuvo de otra mas que conseguir trabajo y pagar él mismo sus estudios, con lo que los demás se ofrecieron a apoyarlo en lo que quisiera.
Sin darse cuenta Jane había cambiado la imagen que tenía de cada uno de ellos, aceptó que no todos sus problemas serían peores que la de los demás, que a cada uno le tocaba lo que podía soportar y eso estaba bien.

Uno de esos días, luego de llegar de hacer sus actividades, el grupo "F" se cambió y se acompañaron hasta la puerta del enorme edificio, donde vieron parada a una hermosa mujer con saco largo y cabello en cascada que al parecer estaba esperando a alguien.
La mujer giró hacia ellos y sonrió alegre viendo que entre ellos estaba la persona que buscaba.

Jane y todos se quedaron congelados al ver cómo la mujer abrazó a la chica con entusiasmo nombrandola como si se conocieran de toda una vida.

— ¿Eh? — no supo qué más decir.

— Jane — se alejó tomándola de los hombros — te estaba esperando, ¿te puedo acompañar a casa? Es que tengo cosas que hablar contigo.

Los muchachos estaban demasiado atentos a las reacciones se Jane y alternando la mirada entre ambas chicas.

— ¿No la vas a presentar? — preguntó Joseph.

Antes que Jane pudiera explicar que es la hermana de Ellen, la misma Elaine se interpuso entre ambos y les mostró su mejor sonrisa.

— No soy nadie... solo una amiga de Jane, así que si nos disculpan...

Diciendo eso tomó de la muñeca a la chica y se la llevó mientras Jane simplemente se disculpó con la mirada y se fue con la mujer.

Ya afuera del edificio Elaine empezó a hablar.

— Siento mucho si te sorprendí... — se disculpó — pero no quisiera que alguien sepa que soy la hermana de Ellen.

La chica asintió entendiendo. Así que en vez de caminar todo el tramo hasta su casa como lo hacía con Melissa, tomaron un taxi.

— Eres linda y lo sabes ¿Verdad? — Jane se encogió apenada ante esas palabras — que no te de pena, a Ellen le gustan las personas así, de hecho su expareja tenía heterocromia y a pesar de eso se sentía y se veía hermosa.

— ¿Su ex? — recordó que una vez Ellen le dijo que su anterior relación no terminó bien, siempre se preguntó lo que había pasado, pero como Ellen no estaba dispuesta a contarle tal vez su hermana sí — ¿qué pasó con su ex?

— ¿No te lo contó? — la chica negó.

Tampoco le había contado sobre ella, Elaine estaba tanto extrañada como confundida, supuso también que no le había comentado sobre su enfermedad, Jane no sabía nada acerca de Ellen y aún así decía estar enamorada de ella.

— Jajaja — dejó de lado esos pensamientos— mi hermana es un poco reservada, que no te engañe, estoy segura que siente algo por tí.

— Ya lo sé — respondió con naturalidad.

— ¿Y-ya lo sabes? — ahora pensaba que la extraña era Jane — ¿entonces por qué todavía no estan juntas?

— Mmm... Ya se lo dije, ya me confesé — sonrió apenada — pero por alguna razón todavía no me acepta, creo que tiene miedo de algo pero no sé de qué.

La mayor sintió compasión por Jane, así que suspiró posando su mano en su hombro.

— Aún no te conozco del todo, pero ya me empiezas a agradar.

— En realidad no entiendo el miedo de Ellen, pero le prometí que estaría con ella pase lo que pase y lo haré, me quedaré porque... la amo.

— Mi hermana es extraña, lo admito y ella no necesita de una persona muy atractiva o de alguien millonario, lo que ella siempre buscó es a alguien que se quedara, y tú eres esa persona.

Llegaron a su destino, Jane salió del auto y se giró para despedirse.

— Por favor sé esa persona, Ellen lo necesita.

Luego el taxi arrancó, Jane se quedó unos segundos parada al borde de la acera pensando en esa pequeña interacción entre ella y la hermana de Ellen, le daba la razón en algo, en que Ellen tenía sus propias razones para ocultar cosas y era algo casi obvio saber que no serían pareja hasta que esos secretos salgan a la luz.

Sin embargo una sola pregunta rondaba su cabeza, incluso cuando empezó a dirigirse a su departamento. ¿Qué es lo que tenía que hacer para que Ellen confiara en ella y le contara sus pesares? ¿Acaso no le demostró ya en varias ocasiones que su amor era incondicional? ¿Acaso no era suficiente?
Un simple pensamiento se convirtió en duda, y esa duda era como un veneno que invadía su corazón, por primera vez la incertidumbre de que Ellen estaba o no enamorada de ella la golpeó en todo el pecho, tanto que sin darse cuenta una lágrima cayó y no se dió cuenta hasta que tocó su mejilla.

Más lágrimas amenazaban con salir, sin embargo Jane optó por tomar una ducha para relajar sus musculos y su mente, no quería pensar en ello y por eso mismo puso música que inundara la habitación.

••••••••••••••

Danna estaba concentrada haciendo un informe en su laptop, sentada en el sofá dentro de la oficina de Ellen, quien por su parte tenía los brazos cruzados y apoyados en el escritorio mientras su rostro estaba oculto entre ellos.

Normalmente Danna hacía su trabajo en su oficina, pero hace algunos minutos la había llamado diciéndole que era urgente, al llegar lo único que vio fue a su amiga acostada en el sofá y mostrándole un enorme puchero, luego quejándose de que Jane no la había buscado en varios dias.
Danna sin tomarle mucha importancia no dijo nada, solo tomó prestado su laptop y se sentó a hacer en informe en esa misma oficina, vigilando en todo momento a su amiga.

— ¡Estoy aburrida! — se quejó en su lugar.

Danna soltó un suspiro de resignación.

— Si tanto quieres verla puedes ir tu sola, no es necesario que Jane te busque.

— Al principio ella sabía buscarme a todas horas, no había un solo día en que no me molestara — recriminó recordando esos días — ahora ni siquiera la veo, solo escucho cómo es que se preocupa mucho por su amiga.

— ¿Acaso estas celosa de Melissa? — preguntó más atenta a su informe que a ella.

— !No! N-no tengo porqué estar celosa de nada ni nadie — se sonrojó bastante — no es como si ella y su amiga tuvieran algo ¿o si?

— Tienes razón, es solo una linda amistad la que tienen — cerró la laptop para intentar algo — pero recuerdo que al principio Jane también solía pensar que tu y yo teníamos algo.

— JA JA JA — forzó la risa — pero solo somos amigas.

— Le dije eso — suspiró con una sonrisa — en nuestro caso solo es una linda amistad, pero sería demasiada coincidencia que su caso sea el mismo ¿no crees? Una linda amistad entre Jane y su amiga Melissa.

Danna contuvo una risa cuando su amiga se veía claramente molesta con sus palabras, así que siguió.

— Sus amigos me decían que ellas no se separaban para nada, incluso se iban juntas caminando en medio de la noche... creo que a casa de Jane.

Un suave golpe en el escritorio hicieron que Danna girara la vista hacia Ellen, estaba totalmente roja y mordiéndose el labio con molestia.

— M-me iré a casa — tomó sus cosas — adiós.

— Si claro.

Sin más que decir, Ellen cruzó la puerta claramente muriéndose de celos. Ahora Danna volvió a abrir la laptop para terminar su trabajo.

— Por fin un momento de paz — se dijo a sí misma von una sonrisa.

Ellen bajó en el ascensor bastante exasperada, al llegar a la planta baja vio saliendo a Andy junto a su grupo, seguramente Jane estaba entre ellos.
Se acercó a pasos apresurados y preguntó por Jane.

— Se fue con una mujer muy hermosa — comentó Joseph.

— ¿Qué?

— Si — agregó Andy — una mujer llegó diciendo que se conocían y se fueron juntas, dijo que solo era una amiga.

Ellen estaba con los ojos bien abiertos escuchando eso, lo que antes eran celos, se multiplicaron por cien al escucharlos.

— ¿Se fueron a algun lugar cercano?

— Lo dudo — volvió a comentar Joseph con una sonrisa — recuerdo claramente que la mujer se ofreció a acompañarla a casa.

No esperó ni una sola palabra más, agradeció la información y se fue hasta su coche y arrancó en dirección al departamento de Jane sin pensarlo dos veces.

Los tres hombre se quedaron algo confundidos hasta que Kail le dio un codazo a Joseph.

— ¿Qué? — preguntó encogiendo los hombros — sentí que Jane necesitaba una ayudita con la presidenta, me lo agradecerá algun día.

Aceleró el coche mientras sus pensamientos la traicionaban a cada momento al imaginarse a esa supuesta mujer que acompañó descaradamente a Jane a su departamento.
¿Era acaso más alta que ella? ¿Más bonita? ¿O solo una amiga? Pero si era una amiga ¿Por qué la acompañó a su casa a estas horas? O una pregunta mejor sería ¿Por qué buscaba a Jane justamente en la noche?

Sus manos apretaron el volante sin darse cuenta que lo que sentía en todo el cuerpo era una incomodidad y molestia tan grandes, incluso más que unos simples celos.

Al llegar bajó de inmediato y fue hasta la puerta de Jane tocando varias veces sin recibir respuesta, acercó su oido a la puerta escuchando que adentro en alguna habitación lejana estaba sonando música fuerte.
La mente la traicionaba de nuevo y se imaginó que Jane estaba acompañada, por la furia del momento volvió a golpear la puerta, esta vez mucho más fuerte, tanto que luego de algunos segundos la música se detuvo y la puerta se abrió.

Ellen no cabía en sí cuando vio a Jane sorprendida con la visita y no solo eso, sino que con una bata, el cabello chorreando y una toalla al rededor del cuello.

— ¿Ellen?

La mayor empujó a Jane entrando sin ser invitada, recorrió la mirada por todo el lugar buscando a esa mujer con la que supuestamente estaba. Jane se encontraba perpleja por el comportamiento de Ellen que no sabía que hacer o decir, se limitó a seguirla mientras Ellen entró a su habitación, descubriendo que la cama estaba en orden y su baño con la luz prendida y con la música en bajo volumen.
Fue entonces que pudo entrar en razón y tomar en cuenta todo lo que hizo, se sintió como una estúpida esposa celosa y tóxica.

No cabía en su verguenza y poco a poco se dio la vuelta incapaz de mirar a Jane, quien seguía sorprendida.

— ¿Ahora sí me dirás lo que ocurre?

Sin encontrar una salida, solo le quedaba decir la verdad.

— E-es que... m-me dijeron que te fuiste con una mujer y... — estaba tan sonrojada que empezó a titubear.

— ¿Una mujer hermosa? — Ellen asintió lentamente — mmm... ¿y si te digo quien era te irás?

— P-pue sí, solo tengo curiosidad — desvió la mirada.

De repente Jane frunció el ceño furiosa y se acercó a la mujer acorralandola entre la pared, esta vez obligando a Ellen a mirarla fijamente.

— ¿Es solo eso? — cuestionó con enojo — ¿Curiosidad?

Ellen miró sus ojos, hace tiempo lo había hecho también y en ese entonces descubrió amor, calidez, amabilidad. En cambio esta vez estaba tan sorprendida de solo ver enojo y decepción.

— Jane...

Conteniendo su furia se alejó dándole la espalda, no quería comportarse de una manera infantil con ella, frotó su frente con fuerza y un enojo contenido, tampoco quería mirarla, así que se mantuvo de espaldas.

Notando la evidente rabia de Jane, aunque no sabía exactamente por qué, Ellen hizo el amago de irse.

— Era tu hermana, esa mujer con la que me fui y charlamos un poco era Elaine — se dio la vuelta — y me hizo darme cuenta que yo soy la que lo está dando todo.

Ellen hizo lo mismo, se dio la vuelta mirando el desastre que era Jane, algo le decía que la paciencia de Jane se había acabado.

— Te prometí que estaría a tu lado pase lo que pase, lo hice porque quería creer que al igual que yo, tu me amabas — habló con la voz quebrada — porque algo me decía que este amor era correspondido y tarde o temprano me ibas a decir que me amabas...

Soltó una risa llena de tristeza al mismo tiempo que limpiaba una de sus lágrimas.

— Tal vez me equivoqué, siento mucho quitarte tu tiempo.

— Jane...

— No tienes que disculparte, fui yo la que se creó toda esta historia en la cabeza.

Esta vez le dio la espalda caminado de vuelta al baño para llorar, no quería que Ellen la viera derrumbada, totalmente destrozada.

Recordó entonces las palabras de su amigo Kail "hay promesas que no estan en tus manos cumplirlas o no", cuanta razón tenía, desde un principio Jane estaba dispuesta a quedarse a su lado, a estar con ella, pero ¿acaso Ellen quería que eso? Y si no lo quería, no podía hacer nada para obligarla, solo debía alejarse, aunque eso signifique quedar con el corazón roto, de todos modos no puedes obligar a alguien a amarte. Debía olvidarla, no sabía cómo, pero debía hacerlo.
Unos cuantos pasos más la mano de Ellen la detuvo por unos segundos, suficientes para que Jane se diera la vuelta y mirara a Ellen nerviosa, con la otra mano apretando su ropa.

— Puedes ir-...

No terminó la frase cuando sintió algo cálido en sus labios y sus ojos casi se salen de sus orbitas.
Tardó un poco de tiempo asimilar la situación, Ellen la estaba besando, igual que la primera vez, por un impulso, aferrada al rostro de Jane y con los ojos cerrados fuertemente, como si no quisiera pensar en las consecuencias y solo quisiera disfrutar del momento.

Los brazos de Ellen rodearon el cuello de Jane aferrándose con más fuerza a la chica, sin tener la intención de separarse de ella, como si por fin soltara todo lo que estaba reprimiendo.
Al sentir la lengua de Ellen queriendo entrar y Jane sabiendo que luego eso la lastimaría más, le dejó, entonces ambas compartían un beso en el cual sus lenguas danzaban, sus movimientos hablaban y los toques subían de tono.

Jane la sujetó de la cintura, sobresaltando a Ellen, pero siguiendo con ese beso en el que lo entregaban absolutamente todo.
Los toques de Jane bajaron hasta sus caderas y luego hasta su trasero donde lo apretó ocasionando un gemido de parte de la mayor. De alguna manera eso encendió a Jane y la llevó unos cuantos pasos más hasta la cama, donde Ellen se tumbó rebotando en la misma y viendo la mirada hipnotizada de Jane, impregnada de ese olor característico de alguien que apenas salió de la ducha, un aroma fresco y caliente.

Jane se puso encima de ella y la observó, nunca se imaginó tenerla así, con un gran sonrojo en las mejillas y algunos rastros de sudor que hacían que su cabello se le pegara a la cara.
Ellen por instinto bajó sus manos intentando desamarrar en nudo de su bata, estaba bajo el hechizo de Jane, bajo esa mirada profunda que en las últimas semanas no podía sacar de su mente.

Sin embargo el momento duró poco, Jane como si saliera de un trance, como si por fin tomara control de sus acciones dio un salto alejándose de la mujer aun jadeante y ahora confundida.

— J-jane... — fue lo único que pudo pronunciar aún sintiendo unas palpitaciones en todo el cuerpo.

La chica entonces volvió a amarrarse la bata y llevar su cabello humedo atrás desesperada, pensando en lo que casi hizo.

— P-pense que...

— Ellen — la calló — ¿qué soy para tí?

La mujer claramente no entendía la pregunta, cosa que hizo enojar más a Jane.

— Tu no... n-no eres un juego para mí — añadió con desesperación — no te quiero para algo pasajero ¿sabes?

— L-lo se... — dijo en un hilo de voz sintiéndose culpable del dolor que estaba sintiendo Jane.

— ¡¿Entonces qué esperas de mí?! — ya tenía los ojos cristalizados y su voz totalmente quebrada — ¿Qué más tengo que hacer para que te convenzas que todo esto me duele porque te amo?

El nudo en la garganta se hizo presente en Ellen, quien tenía los ojos cerrados escuchándola con mucho pesar.

— ¿Qué más esperas? — dijo soltando el aire que retenía.

— No lo sé... — terminó de decir, sin tener el valor de alzar la mirada.

Esa no era una respuesta y más que rabia, sentía tanto dolor que las lágrimas no eras suficientes, Jane sorbió una vez su nariz, limpió toscamente sus lágrimas y se recompuso, no podía mostrarse más vulnerable ante esa mujer que ahora ya ni reconocía.

— Vete — ordenó — ya no estoy dispuesta a seguir esperando algo que ni siquiera sé si vendrá o no.

Ellen no podía hacer nada ante las palabras de Jane, le dolía en gran manera ver a Jane en ese estado, lo único que quería hacer en ese momento era abrazarla y no soltarla hasta el día siguiente, incluso después de eso, no quería separarse para nada de Jane, pero sin darse cuenta ya lo había hecho sin que nadie se lo pida.
La mujer con la mirada perdida en el piso se retiró lentamente, como si tuviera la esperanza de que a último momento Jane la detenga, prometiendo nuevamente que pase lo que pase estaría con ella. Sin embargo nada de eso ocurrió; sino que al contrario, Jane no esperó a que saliera completamente de su departamento, se fue a encerrarse al baño en lo que Ellen se iba.

Cuando escuchó la puerta cerrarse, Jane se sentó en esa habitación con la espalda a la pared y comenzó a llorar abrazando sus rodillas, no era un llanto silencioso, era un llanto en el que quería gritar de rabia y dolor, pero lo único que salía eran quejidos y sollozos, tenía el corazón destrozado, la garganta doliendo y los dientes apretados.
Hace mucho jamás pensó pasar por algo similar, llorar por alguien era casi imposible para Jane, pero ahora lo estaba haciendo, comprobando una vez más que hay acciones que uno no controla hacerlas o no.

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