—No iré Harry —Annie rodó los ojos y volvió a la lectura de su libro tratando de ignorarme.
—Por favor —rogué—, nunca hemos ido a una fiesta juntos y hay que celebrar que me quitaron el yeso. Moví mi mano libre para probar mi punto.
—No.
—Por favor—rogué haciendo un puchero.
—No.
—Vamos Annie. ¿Por qué no quieres ir?
Desvió la vista de su libro para mirarme. —Porque no me gustan las fiestas, va a estar lleno de drogas, sexo y seguramente vas a estar borracho luego.
—Las drogas, el sexo y el alcohol no pueden quitarse de las fiestas, Annie —suspiré—. ¿Y si te prometo que no me emborracharé?
—Estarías mintiendo —rió y yo también lo hice. Al parecer salir sobrio de una fiesta no era uno de mis fuertes.
—Puedes quedarte hasta que me emborrache —ofrecí.
Ella dudó por un segundo y yo sonreí triunfante. —No —dijo.
***
La casa de Niall estaba repleta, y solo habíamos avisado de la fiesta algunas horas antes, sin que él se enterara claro. Su cara había sido épica al vernos entrar con las cervezas que habíamos comprado sin su permiso, pero luego accedió sin problemas. Sus padres habían ido a visitar a sus abuelos en algún lugar de Irlanda y la casa estaba libre.
Tomé a Annie de la mano y le di una mirada pretendiendo darle un poco más de seguridad. Me había costado un mundo terminar de convencerla para que accediera a ir conmigo a aquella fiesta. La verdad es que nunca había pensado en Annie como alguien que se resistiera a ir a noches de juerga. Ella tenía hasta ahora las mejores notas de clase pero no lucía como una nerd, aún así seguí viendo duda en su mirada. Tenía miedo de algo, pero no sabía de qué.
Nos abrimos paso con dificultad por entre la gente, el lugar estaba tan lleno que tuve que apretar la mano de Annie con fuerza para no perderla.
—Hey —nos saludó Lou cuando llegamos hasta él en la cocina. Lucía un poco ido, sentado en la encimera al lado del refrigerador.
— ¿Qué tal? ¿Y Betty? —preguntó Annie.
—Tuvimos una pelea —respondió mi amigo con desdén, tomando la que parecía ser su segunda cerveza.
— ¿Nada que no se pueda arreglar, verdad? —inquirí.
Lou negó con la cabeza. —Iré a saludar a los chicos —interrumpió Annie, supuse que quería darnos un poco de privacidad—. Búscame luego.
— ¿Qué pasó? —pregunté. Abrí el refrigerador para sacar una cerveza. Me senté al lado de Lou y esperé su respuesta, atento.
—No funciona —simplemente respondió.
—No entiendo.
Destapé la cerveza en mi mano y le di un sorbo. Louis no decía nada y yo no sabía cómo hacer que hablara, no quería presionarlo pero a la vez necesitaba saber que le ocurría.
—Sabes que puedes contármelo, Lou.
—Betty y yo —suspiró—, somos demasiado diferentes.
—Todos los somos.
—Nosotros lo somos demasiado.
— ¿Qué pasó Lou? ¿Qué te tiene tan mal?
El negó con la cabeza en silencio, supuse que no quería contarme. Me puse de pié para salir de la cocina pero me detuve al ver que sus ojos estaban llenos de lágrimas.
—Le pedí que viniera conmigo, no quiso hacerlo. Piensa que me avergüenzo de ella, pero no es así. Yo la amo Harry, pero creo que ya se dio cuenta de que no soy suficiente para ella.
Entonces comprendí. Sabía exactamente como Lou se sentía, y era horrible.
Yo había pasado semanas sintiéndome así con respecto a Annie y seguía sin superarlo del todo.
—Pasará, Lou —dije pasando mi mano por su espalda tratando de consolarlo, tal como lo hacia él conmigo—, mañana hablarás con ella y volverás a ser el mismo idiota enamorado de siempre.
—Eso espero.
Louis sonrió débilmente y acerqué mi cerveza hasta la de él para hacer un improvisado brindis. Nuestras botellas chocaron y me sentí aliviado por un momento. — ¿Qué hay de ti? —Louis preguntó de repente—. ¿A qué estás jugando?
— ¿De qué hablas? —respondí confundido.
—De Annie y tu. ¿Por qué esto de los amigos? Sabes exactamente que no funcionará. ¿Qué pretendes?
—No pretendo nada.
—Ambos sabemos que no es verdad —dudé. Realmente no había pensado en eso. Había decidido por fin dejar ir a Annie, pero ¿y si mi inconsciente estaba esperando de una u otra manera que funcionara otra vez?
—No estoy haciendo esto con segundas intenciones, Lou. Duele menos estar cerca de ella y no poder besarla, que estar lejos de ella totalmente.
Asintió con la cabeza. Pude ver que no estaba muy convencido con mi respuesta. La verdad, era que yo tampoco lo estaba.
—Vamos a divertirnos, amigo —dije para chocar mis cerveza con la de él nuevamente.
***
Annie se había resistido enormemente a beber alcohol, o a fumar, pero Harry Styles se destacaba por su super poder de persuasión. Annie decía que no quería acabar con su vida antes de lo planeado, pero yo sabía que lo hacía por su papá. A decir verdad, yo también había dejado de fumar considerablemente. Ver su cara de disgusto cada vez que olía la nicotina en mí era realmente desagradable.
— ¿Quieres bailar?
No me di cuenta de que estaba borracho hasta que Annie tiró de mi mano y me arrastró hasta la improvisada pista de baile que habíamos montado en la sala de la casa de Niall. Ella parecía borracha también.
Había perdido la cuenta de cuantas cervezas y vasos de vodka habíamos tomado, junto a mi completa percepción de la profundidad. Mis pasos se sentían lentos y pesados, estaba seguro de que aún tenía mis piernas, pero era incapaz de sentirlas. La música se oía densa como el agua y Annie... se veía hermosa, con una sonrisa reluciente en su rostro. Sus caderas se movían al ritmo de una canción que no pude descubrir, pero que me encontré tarareando con mi enredada lengua.
No sé si fueron el alcohol o las hormonas las que me hizo tirar de sus caderas hasta mi cuerpo sin dejar espacio alguno entre nosotros. No podía quitarle las manos de encima. Se suponía que esto estaba mal, que éramos amigos, pero se sentía tan bien que no pude parar.
Mi corazón latió a mayor velocidad cuando Annie se giró hacia mí con una sonrisa cargada de picardía. La apreté contra mi más fuerte y le rodeé la cintura con los brazos. Mi cordura se fue al carajo totalmente cuando metí mi rostro en su cabello, aspirando su aroma. De un momento a otro tenía mis labios en su cuello saboreando la humedad salada de su piel con mi lengua, me sentí embriagado por la intensa combinación de su perfume y su sudor. Annie no daba señales de querer parar.
—No quiero que seamos amigos —Annie gimió—, quiero que seamos algo más.
Y eso fue lo último que dijo antes de que me inclinara hacia adelante y presionara mis labios contra los suyos, torpe pero suavemente.
No supe en que diablos estaba pensando cuando había propuesto esa idea. Yo no estaba destinado a ser amigo de Annie Johnson, ni tampoco quería serlo.
Entre más tiempo pasaban unidas nuestras bocas, más feliz y abrumado me encontraba por lo que estaba sucediendo.
—Te necesito —dijo, y me encontré nuevamente siendo arrastrado por ella hacia otra parte de la casa. Torpemente la seguí por entre los ya borrachos y drogados jóvenes de la fiesta.
Entramos a una habitación, que reconocí como la del hermano de Niall. Claramente él no estaba allí, ya que estaba casado y tenía su propio hogar.
Annie seguía besándome con intensidad, su boca abriéndose para buscar mi lengua saboreándola suavemente.
Me empujó y caí sobre la cama, una acción que, por cierto, me excitó bastante. Vi como caminaba hasta la puerta y ponía el seguro. Me miró decidida.
Tiró de la camiseta que llevaba puesta por encima de su cabeza y se lanzó encima de mí. Me sentí desfallecer en ese mismo instante. Lo que había estado esperando por tanto tiempo al fin estaba sucediendo.
Minutos después estábamos completamente desnudos y yo encima de ella. Se sentía tan bien que era como si fuese algo prohibido.
Prohibido.
¿Qué mierda estábamos haciendo?
—No —dije separándome abruptamente—, tenemos que parar.
—No quiero parar.
Mi momento de cordura fue solo eso: un momento. La voz interior que me susurraba que lo que estábamos haciendo estaba mal fue acallada por los dulces gemidos de satisfacción de Annie y por sus desesperados besos.
Antes de poder retractarme y pensarlo por una vez más, ya estaba dentro de ella, sintiendo la increíble fricción de nuestros cuerpos. Cada movimiento me llevaba más al límite que el anterior. Sus caderas se levantaban del colchón buscando las mías y gruñidos y gemidos se oían por toda la habitación.
La besé, demasiadas veces. Y aunque probablemente al día siguiente no recordara absolutamente nada, estaba haciéndole el amor a la chica que me tenía loco. Aunque era imposible que olvidara como se sentía el sabor de sus labios, su piel contra la mía, sus manos enterrándose en mi cabello.
Sentí a Annie temblar debajo de mí y eso me llevó al tope. Empujé una última vez y cerré los ojos sintiendo como mi cuerpo convulsionaba y tensaba.
Rodé hacia un lado de la cama y suspiré agotado esperando que mi respiración se calmara. Miré a Annie, estaba sonriendo satisfecha. Esperaba que ella dijese algo, rogaba porque me dijera que me quería. Pero eso no pasó.
—Los amigos no hacen esto, Harry —susurró y cerró los ojos para luego quedarse dormida.
AYYYYY! Que mes pareció el cap? comenten, yo siempre las leo ♥