El valor de no prometer lo qu...

By user_ela_p

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Amelia tiene una enfermedad terminal que no le permitirá quedarse por mucho tiempo así que ha tomado la decis... More

Epígrafe
La metáfora no tan metáfora
Un día no tan perfecto
La pelea por la busqueda
El trébol
Hasta las piedras tiene corazón
El falso cariño
Respuestas inconclusas
No es hora de despedirse
La ilusión del primer vestido
El recuerdo
La carta
Un regalo especial
El árbol
¿Qué hiciste?
El rumbo del destino
Eres tú
Las fotos
Pelota tira a oponente y regresa
Saber quien eres
Nuestro día
Mamá
¿Dónde estás?
Cretino
De regreso al hospital
No te vayas sin luchar
La despedida
Epílogo

Choque por error

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By user_ela_p

Amelia

Cuando recibí el mensaje del doctor diciendo que mi tiempo me alcanzó senti una opresion en el pecho, no era de esas opresiones en las que necesitas atención médica sino es una de esas en las que saber que las cosas empeoraron y temer saber lo que ocurrirá, se que fue sospechoso pedir a Lio que me llevara de urgencia al hospital pero se que quiere hablar urgente el doctor conmigo y de seguro toda mi familia ya está allí muy triste ya que estas llamadas nocturnas no son más que malas noticias la mayoría de los tiempos ya que las demás son para hacerme exámenes clínicos, al llegar veo a todos ahi algunos llorando y al verme se acerca abrazarme pero lo que más necesitaba escuchar me lo dice papá, se que no se alejara de mí así que le dirigo una mirada triste a Lio, se que comprenderá que luego se lo diré todo y con esto ingresó al ascensor para ir a la segunda planta donde está el consultorio de mi doctor, enserio roge porque todo estuviera bien pero al parecer las peores noticias se dan en la noche.

– Amelia enserio lo lamento pero tu corazón se debilitó más de lo que creí – se levanta de su asiento para sentarse en un silla a lado mio – sabíamos que esto pasaría y te pedi que te cuidaras.

– Lo sé – miro un cuadro vacío que tiene en su oficina intentando calmar mis pensamientos que son un caos – pero recuerda que te dije que viviría al máximo mi vida, no me arrepiento de nada de lo que hice, fui muy feliz saliendo como todas las personas a pesar de luego recaer pero como tu lo dices cada acción trae consigo su consecuencia.

– Pero Amelia esto era importante, tu vida se podía alargar así sea unos meses – niego con la cabeza, ya se lo he dicho varias veces y parece que aun no entiende.

– Meses llenos de tristeza, postrada en mi cama con quien sabe que medicina que me impidiera disfrutar del sol o comer un simple helado con alguien, nada de eso es justo.

– Yo se que no pero tendrias mas tiempo con tus seres amados – se levanta de mi costado para ir a buscar algo entre sus cajones.

– Leandro – lo llamó por su nombre – aún viviré tres meses? O tendré que rezar para llegar a los tres meses? – él detiene su búsqueda al escuchar eso.

– Es una de las pocas veces que me llamas por mi nombre – continúa buscando – pero algo te puedo decir – saca una carpeta muy gruesa – siendo honestos vivir los tres meses que te prometí es un milagro y te soy sincero porque no quiero crearte falsas esperanzas, siempre hemos hablado con la verdad y no quisiera que esta fuera la excepción – abre la carpeta y empieza a ojearla – te dire algo – para en una hoja donde por mi vista no puedo ver bien pero veo mi foto ahí – sólo... espera si, esto puede parecer el fin de todo lo que conoces pero quien sabe y existe una oportunidad en tu futuro – sé que por su expresión sabe algo solo que no me quiere decir o quiere hacerme sentir mejor.

– No digas mentiras, se que moriré – cubro mis manos con las mangas del saco que llevo puesta – creí que podría ser más fuerte pero al parecer estaba muy equivocada.

– Amelia que sepas esto no significa que la vida se va a acabar en este momento – toma una paleta y me la estira para que la tome.

– Pero nada será igual, no quiero que mi familia sepa que por mis decisiones todo da un cambio de planes – toma la paleta y la miro extraña – no se supone que como mi doctor no me permite comer esto?

– ¿Quieres que te la quite? – intenta tomarla de mis manos pero niego con la cabeza y la abro rápido para meterla en mi boca.

– Es mía – digo con dificultad al ser muy grande la paleta.

– Pareces un animal – toma la envoltura de la paleta que se encuentra en mi mano para botarla en la basura – Amelia necesito que regreses en unos días parece unos últimos estudios, estos serán los últimos a menos que vuelvas a enfermar cosa que se no pasará porque serás prudente y no hagas tonterías.

– No prometo nada – intentó bromear pero al verlo muy serio mi cara cambia – es decir tendré cuidado.

– Eso espero o ahí si tendré que hablar con tus padres.

– Prometo tener cuidado – levantó la mano en forma de promesa.

– Está bien, ahora ve con tu familia.

– Nos vemos luego Leo – salgo de ahi lo mas rapido posible porque se que odia que lo llame así, cuando salgo a medio camino del ascensor recuerdo que debo tener un pedido para así llamar y hacerme los exámenes necesarios por lo que regresó a su oficina pero me detengo al escuchar cómo una señora la grita así que con cuidado que nadie me vea me detengo a oír.

– ¡Eres un incompetente!¡Te pagué para que la cuidaras pero ni para eso sirves!¡No se que debas hacer pero la vas a mantener con vida! – vaya que esa mujer tiene un carácter muy fuerte.

– Pero qué quieres que haga?

– ¡Haz tu trabajo bueno para nada!¡Es mi única hija así que más te vale mantenerla con vida hasta que regrese! – con eso creo que termina la llamada y escucho como Leonardo empieza a insultar a esa mujer, prefiero dejarlo solo y tal vez luego escribirle para que cuando me toque hacerme mis exámenes él me los haga.

No dejo de pensar en lo que hablaba Leandro con ese señora al telefono, siento que alguna vez he escuchado esa voz pero es uno de esos recuerdos tan antiguos que puedes creer son parte de tu imaginación, eso es lo menos que debería preocuparme ahora ya que no se que hare, mi corazón me falló nuevamente al igual que mis instintos, no he completado el mes y ya mi travesía en el camino para ser feliz es tan incierto que me molesta, muy en el fondo sabía que esto podría ocurrir pero quería creer que como dicen había una pequeña probabilidad de vivir lo planeado.

Salgo del ascensor pensando en que les diré a todos pero me encuentro con algunos chicos peleando en la sala de espera, es algo muy irrespetuoso molestar la angustia y paciencia de personas que están aquí por sus seres queridos, parientes o amigos. Pero al acercarme pude ver que esos chicos son Lío y Stevie, escucho como murmuran algunas malas palabras y veo como papá y mi padre intentan calmarlos pero es imposible así que supongo que es hora de interferir, con cuidado de que no me golpeen cogo a cada unos de sus orejas haciendo que chillen.

– Amy au au au – se queja Lio intentando dar golpes suaves a mi mano para que lo suerte pero no lo hago y aprieto más su oreja.

– Melia esto duele – se retuerce Steve de igual manera buscando la manera de soltarse pero no se lo permito.

– Tienen idea de lo que estaban haciendo? – los regaño a ambos – este no es el lugar para pelearse oyeron? – ninguno dice nada así que los aprieto más haciendo que simultáneamente respondan un "si", al obtener la respuesta que quería los suelto y salgo de esa sala de espera, esto fue una falta de respeto absoluta.

A pesar de lo gritos de todos tomó fuerza y corro lo mas que puedo sin importarme ahora lo de mi corazón, mientras yo intentaba asimilar que mi vida acabaría pronto ellos estaban peleando, ni por mí pudieron dejar sus diferencias por tan solo unas horas. Corro lo máximo que dan mis pies sin fijarme por donde ando tanto que terminó chocando con un chico que de igual manera venía corriendo en mi dirección y por el impacto los dos caemos de senton.

– Auch – sobo mi brazo en el cual caí apoyada.

– Cuanto lo siento – ese chico se levanta muy rápido y ayuda a levantarme, me pregunto qué hará corriendo al igual que no en la noche en un calle tan desolada como la que me doy cuenta en la que estamos – soy muy despistado y enserio no te vi, no creas que quise lastimarte, nunca he golpeado y ni siquiera he pensado en golpear a una mujer, quieres que vayamos al hospital?, te rompi algo?, de seguro piensas que soy un desastre pero no era mi culpa, no vi que estabas cerca – habla muy rápido haciendo que no pueda captar bien cada cosa que dice.

– Se que no fue tu intención – limpio los restos de tierra de mi pantalón, ahora que lo veo bien sé que es un chico mayor a mi o menos eso es lo que aparenta, si yo tengo 16 el de seguro debe tener unos 18 años.

– ¿Enserio? Creí que me culparias – murmura aún mirando que no tenga algún raspon en alguna parte de mi cuerpo – soy Axel – estira su mano.

– Soy Amelia – estrechamos manos – y tranquilo, fue solo un accidente, además yo tampoco vi bien el camino así que los dos tenemos la culpa – intento hacerlo sentir mejor, por su cara de hace raro se que entró en pánico al verme en el suelo.

– Lo siento de nuevo, tal vez piensas que soy muy torpe como para tener 15 años – ¡¿Qué?! ¿Como que 15 años? Lo calculaba mayor que yo, vaya que es verdad que la edad es solo un número.

– No, tranquilo, yo tengo 16 y mírame aquí.

– ¿En serio tienes 16? Pareces de mi edad – me mira buscando que me ría o haga algo que me delate pero no hago nada ya que es verdad lo que digo.

– Me han dicho aparento ser más joven de lo que soy – miro mi celular y veo que ya es algo tarde – bueno es mejor que me vaya – tomó respiraciones para volver a correr pero él me detiene.

– Oye perdon por molestarte pero crees que podrías llevarme a un lugar cerca de por aqui, esque no conozco muy bien la ciudad – por su cara se nota que no miente así que tomo su brazo y lo llevó trotando a una cafetería cerca de aquí, al llegar no hay mucha gente así que planeo dejarlo aquí.

– Mira, aquí no es peligroso y puedes pedir un taxi para que te lleve a tu casa – sonrió amablemente.

– Gracias, puedo invitarte algo? Se que acabamos de conocernos pero al menos si te invito algo sabrás que no le eche algo a tu bebida – cuando sonríe veo como sus hoyuelos se forman a los costados de su labios al igual que los míos.

– No creo que sea buena idea, ya es tarde y debo regresar con mi familia – siento que debo protegerlo o al menos quedarme con él hasta que lo pasen a ver porque no conoce la ciudad y vaya a ser que lo asalten o algo por el estilo. Él me mira desanimado y enserio puedo jurar que tenemos las mismas expresiones y enserio no quiero hacerlo sentir mal asi que termino por aceptarlo – pero creo que puedo acompañarte un momento – sonríe y toma mi mano para entrar.

Al conseguir una mesa nos sentamos y empieza a contarme que vivía en Alemania con sus padres pero que por motivos familiares decidieron volver a la ciudad natal de su madre, ahora se que se llama Axel Decker y al igual que yo es hijo del dueño de una gran compañía de Alemania, mientras esperamos a que llegue unos sandwiches que pedimos el me cuenta que tiene una hermana mayor solo que aun no saben de su paradero y lo único que saben es que la separaron de su madre cuando era recién nacida y que ahora día y noche su madre junto a su padre la buscan.

– ¿Así que tu hermana nació aquí? – doy un sorbo al vaso de agua que nos trajo la mesera.

– Si, mamá dice que por motivos familiares la alejaron de su lado pero ahora quiere que volvamos a ser una familia – eso me parece algo extraño ya que se me hace raro que no la haya buscado hace años.

– Oh, eso es muy dulce, que mas me gustaria a mi tener una madre que atraviese países para buscarme o tan solo verme – recuerdo como mi madre nunca me ha dicho te amo, se que cuando era pequeña no era tan fría pero era porque mi padre estaba presente pero con el paso de los años no quería que me fuera con mi padre solo para no complacer mi felicidad, muchas veces me he imaginado cómo hubieran sido las cosas si ella me hubiera mostrado así sea una pizca de afecto pero claro que esa fantasía se desvanece porque se que nunca la podre cambiar.

– ¿Y tu madre? No es por nada pero creo que toda madre se preocupa o así sea tiene su forma de ama a sus hijos – vaya parece que el si tiene una buena relación con su madre las cual es muy envidiable.

– Lamentablemente mi madre no es como el resto aunque mi mamá me da todo el cariño que mi madre carece – esa explicación es muy confusa y lo se porque Axel mira el techo como si estuviera dándole sentido a todo lo que acabo de decir – sé que no lo entiendes pero hay una señora que la quiero como si fuera una mamá y así la llamo mientras que mi verdadera madre la llamó madre porque nunca le a gustado que la llame de forma dulce, es más si fuera por ella debería llamarla por su nombre – es muy extraño que le cuente las cosas de manera abierta a un chico de 15 años que acabo de conocer en menor de una hora pero siento una conexión parecida a cuando conocí a Lio, solo que esta es distinta.

– Eso tiene mucho sentido – asiente repetidas veces como si todo en su cabeza ya estuviera acorde, antes de que pueda volver a hablar llega la maestra con lo ordenamos y ella da un sorbo a su malteada antes de volver a hablar – se que sonara extraño pero – lo interrumpo haciendo una señal de que pare.

– Mastica primero y después hablas – lo regaño como las veces que mi hermana solía hacerlo conmigo porque era y bueno soy muy parlanchina.

– Lo siento – murmura y acaba de comer lo que trae en su boca para volver a hablar – siempre suele decir lo mismo mi mamá y ahora que te veo bien luces como ella, supongo que algunas personas de esta ciudad tienen facciones parecidas – le resta importancia.

– Supongo que sí – afirmo no muy convencida porque es algo extraño – pero bueno dime sabes como regresar a tu casa o quieres que llame a alguien? – al mencionar lo último niega asustado.

– No llames a nadie por favor.

– ¿Por qué?

– Es que – mira la ventana como si estuvieran creando una excusa.

– Dime la verdad, no está bien mentir a tus mayores – usó el mismo tono de voz con el que mi madre suele regañarme y lo hago reir.

– Eres graciosa y respondiendo a tu pregunta, puede que hay escapado de mi casa – mierda si me encuentran con el pensaran que yo lo incentive a escapar y me meteré en graves problemas, además es menor de edad – pero tranquila que nadie se dará cuenta – mira su celular y lo apaga restándole importancia, eso ha estado haciendo desde que entramos a la cafetería, antes de que vuelva hacerlo le arrebató su celular y veo diferente llamadas perdida de su padre, carajo Amelia por eso no debes creer en prácticamente los niños.

– Axel te han estado llamando hace mas de media hora – olvidó por un momento que no somos tan conocidos y golpeó su cabeza – es hora que regreses a casa así que come rápido.

– Sí señora – empieza a comer callado, es como un niño chiquito.

– Dame tu celular – se lo quitó y llamó a su padre el cual muy agradecido dice que vendrá a la cafetería lo más pronto posible – tu padre dice que estará aquí en quince minutos así que come más lento – lo digo al ver que come como si alguien fuera a quitarle su comida.

Hasta que llegue su padre él termina de comer y comienza a contarme que practica boxeo a pesar de que a su madre no le guste la idea él lo hace e incluso tiene peleas donde suele terminar golpeado pero eso no quita que ame este deporte.

– Tendré una pelea el viernes, me gustaría que fueras porque a pesar de que recién nos conocemos espero que vayas a apoyarme – dice muy animado como si fuera el mayor regalo del mundo que yo estuviera presente en la multitud mientras él pelee.

– No me gusta la violencia – saca dinero para pagar la cuenta aunque ya desanimado – pero iré – eso lo hace tan feliz que me da una mirada llena de ilusión, esas expresiones son parecidas a las mia pero debe ser una simple coincidencia.

– Gracias te prometo que ganaré porque claro soy el mejor, nadie me puede ganar – bromea con el ego más alto que nunca, es muy parecido a Lio – mira ya llego mi padre y enserio no le digas que chocamos en esa calle peligrosa, de seguro le contara a mamá y me castigada hasta que me case – señala la puerta donde esta un auto parecido al de papá solo que un modelo más actualizado.

Acompañó a Axel donde su padre, él lo mira muy enojado pero al verme se sorprende solo que no entiendo porque, Axel tiene característica marcadas al igual que su padre como la mandíbula, claramente se ve que es su padre, los dos nos acercamos al auto y su padre cambia su cara y sale del auto apresurado.

– Buenas noches señor, soy Amelia y enserio perdon por entretener a Axel, no tenia idea que había escapado de su casa – me disculpo pero este señor solo me abraza, es un abrazo como esperado por mucho tiempo mezclado con satisfacción, puedo jurar que murmura "eres tu" pero no estoy muy segura.

– Gracias por cuidarlo, me llamo Alessandro, me alegro que hay estado mi hijo en sus manos señorita – en ningún momento me suelta y por extraño que suene no quiero que lo haga, no se porque pero el al igual que Axel tiene un aura e irradia calma como si fueran un lugar seguro y en alguien en quien confiar.

– No hay problema señor – al fin nos separamos – fue un placer pero ahora si debo irme, mi padre me debe estar buscando como loco – recuerdo que salí huyendo del hospital y cómo se apago mi celular de seguro ha de creer que me desmaye o algo me ocurrio asi que debo llegar lo más rápido posible.

– Señorita si desea yo la puedo llevar – ofrece pero no puedo aceptar ya que de seguro tiene cosas que hacer, por lo que debería estar al igual que mi padre ocupado con papeles de su compañia asi que es mejor no hacerle perder el tiempo cuando puedo tomar un autobús.

– No gracias, no quisiera causar molestias.

– No lo es, suba y yo la llevo – con algo de vergüenza le hago caso y subo a su auto seguido de Axel el cual para hacerme compañía se sube al asiento trasero. El trayecto a casa pasamos en silencio hasta que el señor Alessandro vuelve a hablar – señorita Amelia ¿qué edad tiene?

– 16 años señor – puedo ver por el retrovisor que sonríe – se que no lo parezco.

– Efectivamente, creí que tenía la edad de mi hijo.

– Oh no, parezco menor pero ya mismo cumplo 17 años.

– En noviembre si mal no me equivoco verdad? – ¿Cómo lo sabe si apenas acabo de conocerlo?

– Sí pero...

– Cumples en el mismo mes que yo – comenta muy feliz Axel – yo cumplo el cuatro y tu?

– El 12 – digo aun extrañada, cómo fue posible que supiera el mes? nunca lo mencione.

Al llegar a casa puedo ver en la puerta literalmente a todos y ninguno está feliz, con cuidado salgo del auto y agradezco al señor Alessandro que me haya traído a casa, al estar ya frente a todos puedo ver que papá Armando y mi padre no estan muy contento de ver al auto que me trajo, estoy por pedir disculpas pero justo a lado mio aparece el señor Alessandro y Axel.

– Señorita se le olvido su celular en el auto – toco mis bolsillos y efectivamente no traigo mi celular conmigo así que lo tomó y se lo agradezco, si hubiera sido otra persona de seguro nunca me lo hubiera devuelto – buenas noches – saluda a toda mi familia, veo caras sorprendidas pero no se que pensar sobre todo esto, siempre las cosas parecen ser extrañas.

– Buenas noches – de igual manera saluda Axel – Ame crees que me podrias dar tu numero? ya sabes para darte las entradas – recuerdo que son para su pelea y se los doy ignorando como Steve y Lio intentan matar con la mirada a un pobre niño de 15 años.

– Entra a casa ahora Amelia – dice papá Armando muy enojado, aprovecha que mamá esta a su lado para murmurar algo a su oído que supongo es que que me llev a dentro porque se acerca a mi, se que es ahora algo incomodo estar con ella por los hechos ocurridos pero tampoco voy a ser grosera con la mujer que a pesar de no tener lazos sanguíneos siempre me mantuvo como su prioridad.

– Ven cariño – toma mi mano – es hora de entrar.

– Pero mamá... – no quiero irme, quiero saber que ocurre.

– Amelia tu madre te está dando una orden así que entra ahora mismo a la casa – papá Armando nunca me habia hablado asi por lo que mis ojos se llenan de lagrimas, se que estan enojados pero nunca me han levantado la voz, el me mira e intenta remendar lo que dijo pero ya es tarde.

– Amelia mejor entra a casa – dice el señor Alessandro – yo le diré a tu madre que estás bien – ¡¿Qué?! no entiendo, todos, absolutamente todos se ven pálidos ante eso porque entienden de lo que él habla pero yo no sé nada, como que mi madre? Solo tengo dos madres que son Estela y Martina.

– ¿Qué? – me acerco a él – mi única madre es ella – tomo la mano de vuelta de Martina ya que mi madre no está aquí, de seguro se hartó del supuesto drama que arme y se fue a su casa.

– Claro que no o que acaso no sabes que él no es tu verdadero padre? – señala a mi padre Dante, claramente se que no lo soy pero no tenía idea de que el señor lo sabría si nunca lo he visto antes – Amelia todos ellos son unos mentirosos, todos ellos saben quien es tu verdadera madre – los miró a todos esperando que digan algo pero no lo hacen – todos intentaran negar lo que te digo pero Amelia eres más inteligente de lo que crees – no entiendo nada y antes de preguntar algo mi padre lo golpea.

– Se lo advertí a Anna y esperaba que te lo advirtiera, deja en paz a Amelia, ella está mejor sin ustedes así que ni se te ocurra volver a buscarla – mi padre intebta acercarse pero Mandy sostiene su brazo para que no cometa el grave error de golpearlo.

– Sabes que nosotros no nos vamos a dar por vencidos nunca, Amelia debe estar con su madre, tienen idea de cuanto ha llorado? y de todo lo que hemos hecho por ella? Annabeth no tuvo elección, tuvo que dejarla para poder darle una vida mejor y cuando volvió ustedes ni siquiera dejaron que se acercara y ahora desde lejos debemos cuidarla por miedo a que ustedes no nos permitan verla otra vez aunque si quisieramos podriamos acabar con sus compañías en menos de lo que pestañean – los amenaza.

– No se atreverían porque saben lo que les conviene, ella no se puede llamar ni madre – ahora entra papá Armando – y aún menos cuando me lo oculto por algunos años, tienen idea lo que se siente creer que tu hijo está muerto y desquitar tu odio en una niña que no tenía la culpa para darte luego enterarte que esa niña era ese hijo que supuestamente perdiste hace años – llora papá, no entiendo anda, como que su hija no está muerta? No lo entiendo.

– Annabeth no lo hizo con malas intenciones, tu sabias como eran sus padres, te das cuenta que hubieran dado en adopción a ese bebé? Además tu debias continuar con tu carrera para hacerte cargo de la empresa de tus padres.

– Hubiera dejado todo por hacerme cargo, me hizo tanta ilusión saber que iba a ser padre como para que ella me dijera que el bebé falleció – todo se queda en silencio hasta que entra mi madre y mira toda la situación de este momento, creí que se había ido, nunca me dio a entender que se preocupaba por mi por lo que supuse que se había ido.

– Será mejor que me vaya – me da un última mirada sonriendo y se acerca para abrazarme y sin que el resto vea murmura "mira detrás de tu celular" para después separarse – espero vuelvas a nosotros – entra en su auto seguido de Axel que está igual que yo sin comprender nada pero aun asi agita su mano en forma de despedida. Sin dar oportunidad que alguien hable entró corriendo para ir a mi habitación, camino allí escuchó unos pasos acercandose a mi por lo que intento correr más deprisa pero toman mi brazo para hacerme entrar a un cuarto y cerrar la puerta.

– Lio déjame salir – intentó abrir la puerta pero él me muestra las llaves de esta en sus manos – necesito saber que pasa, no es una coincidencia que todos se conozcan, nada de esto es una maldita coincidencia – tiro de mi cabello muy estresada sintiendo como pronto mis manos comenzaran a temblar.

– Lo se Amy, al escuchar a ese señor siento que todo esto tienes sentido – se acerca a su cama para agacharse y sacar debajo de esta un caja – Amy hace unos días fui a la antigua casa de mi madre y encontré unas cartas y fotos, no estoy seguro de cual sea la verdadera historia pero debes saber asi sea los mínimos detalles – me acerco a él ya que me estira fotos amarradas con una liga para evitar que se desparramen.

En estas fotos me doy cuenta de toda la realidad, toda mi vida creí que nunca conocería a mi verdadero padre cuando siempre estuvo ahí, a la persona que siempre llamé papá sí lo es, pero porque nunca me lo dijo? Hubiera evitado todos mi sufrimiento y rechazos por parte de mi Estela, porque se quedó callado? Cuando pudo tenerme a su lado, pero se que todo esto no solo es duro para mi sino para Lio igual, descubrir que mi padre es el suyo debe haber sido un completo shock, toda nuestra vida vivimos con nuestros padres opuestos, cada cosa que hayan dicho dudo que hayan sido verdad, creí que la confianza estaba presente pero veo que todo era erróneo.

– Mi padre es Armando y el tuyo es Dante – digo en voz alta ya que en mi cabeza aun no suena real.

– Se que suena raro Amy – no solo es raro, suena algo casi imposible aunque sea real, si él es hijo de Dante eso despierta más la duda de porque nunca lo vi antes? – pero se que hay algo más que no sabemos, siempre hay dos versiones de las cosas y ahora solo tenemos una versión a medias – todo lo que dijo el señor Alesandro solo fuera una cuarta parte de toda la historia.

– Lo sé y planeo saber lo restante el viernes que es la pelea de Axel – me acerco a su velador ya que tiene un cargador y necesito darle pila a mi celular, al hacerlo veo un papel que sobresale dentro del protector de mi celular lo que me hace recordar lo que dijo el señor Alessandro asi que sin que lo vea Lio lo guardo en mi bolsillo – Lio no quiero dormir en mi cuarto, puedo dormir contigo?

– Claro pequeña – se levanta a buscar algo en su armario – ten esta pijama – me la da.

– Me la pondre en el baño ya vuelvo – al entrar al baño me siento en el piso y abro una pequeña nota que traer y dice:

Ven a las oficinas de Bomm Company el viernes por la mañana, pregunta por Annabeth y di que vienes de parte de Adhara, el resto depende de ti...

No puedo creer que quiere que vaya a conocer a mi madre? Despues de 16 años quiere que vaya y entablezca una convesacion con ella que no tenga que ver con el hecho de que nunca la he visto y de no ser por las fotos no sabria que somos tan parecidas. Estoy hecha un manojo de nervios porque no se ni como saludarla, quiero saber su version de la historia porque como se lo dije a Axel no cualquiera atraviesa paices para buscar a su hija si no la quisiera. Me cambio y antes de salir enrollo la nota y la voto para que nadie sepa a donde ire, salgo del baño y me dirigo a la cama donde ya esta Lio con sus ojos cerrados asi que con cuidado de no molestarlo me acuesto a su lado.

– Eres fuerte – abre su ojos y se acerca para abrazarme.

– No lo soy – cierro los ojos, si asi fuera mi corazón resistiria.

– Claro que lo eres asi lo niegues infinitas veces – prefiero no volver a negarlo asi que solo me quedo en silencio – no se que te hace ir al hospital a cada rato ni que enfermedad tienes Amy pero estoy seguro que lucharemos contra todo, solo debes decirmelo y hare lo que sea por ti – no pienso responder a eso, cuando sea momento de irme se lo dire pero hasta que llegue solo podra tener en consideración que cada semana me enfermare, se que este tema se convertirá en un mar de lagrimas asi que prefiero hacerme la dormida y que no sepa mis secretos.

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