El valor de no prometer lo qu...

By user_ela_p

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Amelia tiene una enfermedad terminal que no le permitirá quedarse por mucho tiempo así que ha tomado la decis... More

Epígrafe
La metáfora no tan metáfora
Un día no tan perfecto
La pelea por la busqueda
El trébol
Hasta las piedras tiene corazón
El falso cariño
Respuestas inconclusas
No es hora de despedirse
La ilusión del primer vestido
El recuerdo
La carta
Un regalo especial
El árbol
¿Qué hiciste?
El rumbo del destino
Las fotos
Pelota tira a oponente y regresa
Choque por error
Saber quien eres
Nuestro día
Mamá
¿Dónde estás?
Cretino
De regreso al hospital
No te vayas sin luchar
La despedida
Epílogo

Eres tú

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By user_ela_p

Amelia

Siento mi cuerpo más liviano que antes, los cuidados que me han dado al parecer dan frutos porque ya puedo sentir mi garganta, siento como alguien acaricia minrosyro y se que no es Steve porque este perfume no es de él, con cuidado abro los ojos y ahí está papá, creí que no llegaría hasta mañana con eso que estaba de viaje.

– Hola papá – acerco mi rostro a la palma de su mano que acuna mi rostro.

– Hola princesita – toca mis mejillas – ya no estás con fiebre – asegura dejando el paño a un lado.

– Gracias por venir – le sonrió mientras él besa mi frente.

– Siempre estaré ahí cuando me necesites – empieza a buscar algo en sus bolsillos – ah si, aprovechando mi viaje te compre algo – con cuidado sacó algo envuelto.

– ¿Qué es? – aun con mi cabeza en la almohada inclinó la cabeza intentando ver su forma y ver que podría ser.

– Miralo por ti misma – me ayuda a respaldarme en la cabecera de la cama, al estar ahí me da el regalo, con mucho cuidado abro la envoltura intentando no destrozarlo, algo que me gusta es conservar los papeles de envoltura, se que es algo muy raro pero me recuerda todas las veces que las personas han pensado en mí al envolver cualquier presente. Al desenvolver por completo el regalo veo que no solo es un regalo sino que dos dos, son dos cajitas que al abrirlas revelan un collar y una pulsera – y... te gusto?.

– Me encanto papá pero sabes que no me gusta que gastes dinero en mi – saco el collar de su caja para entregárselo a lo que él niega con la cabeza.

– Es tuyo y sabes que para mi no eres un malgasto, eres mi niña de la que estoy orgulloso – toma el collar de mis manos pero para ponerlo en mi cuello, cuando está puesto veo que los dos collares que me ha regalado están juntos.

– Están juntos – los muestro a lo que él sonríe con un asentamiento.

– Así vamos a estar siempre juntos – se sienta a mi lado para rodearme en sus brazos.

– Papá.. – no me deja terminar.

– Solo piensalo Addy, se que puedo ser muy duro con esto de dejarte ir pero eres como mi hija – se apaga al pronunciar hija, conozco perfectamente esa historia, el junto con mamá estaban esperando una niña pero mamá lamentablemente tuvo un aborto, siempre tuvieron la ilusion de cuidar una niña asi que cuando apareci despues de unos poco años ellos me tomaron una cariño unico, más bien papá empezo a quererme porque mamá siempre lo hizo.

– Por eso mismo papá debes poner mi felicidad por sobretodo, se que irme no estaba en nuestro planes cuando era pequeña pero respeta mi decisión por favor – siento como mi cabello se moja, papá odia que las personas lo vean llorar inclusive yo por eso es que no he alzado la mirada, se que se sentía terrible.

– No me pidas que te deje ir – responde después de varios minutos de calmar su llanto – eres mi hija – lo dice de una manera tan paterna que me hace sentir la más afortunada – eres mi única hija a la que no he podido dar todo lo que se merece así que no me pidas eso, no pidas dejarte ir antes de graduarte, no me pidas dejarte ir antes de cumplir todo lo que has soñado.

– No me iré papá, prometo quedarme aquí el mayor tiempo posible que mi corazón resista – no puedo romper su corazón en estos momentos, quedaría devastado.

– Eso espero princesita, aun debemos hacer varias cosas – apoya su mentón en mi cabeza mientras limpia sus lágrimas.

– ¿Cómo que?

– Cómo enseñarte a pintar, enseñarte a andar en caballo, enseñarte a hacer un muñeco de nieve – cada cosa que acaba de decir son cosas que de pequeña me prometió enseñarme a hacerlas, aunque hay algo que se olvido o más bien no quiso decir porque no quiere hacerlo.

– Creo que podemos comenzar con la primera – intento levantarme de la cama pero él no me deja.

– Luego lo haremos pero primero debes descansar y recuperar tu energía – toma mi cabeza para apoyarla en su pecho – esto me trae varios recuerdos – de pequeña siempre solía dormir así con él ya que me gustaba escuchar los latidos de su corazón porque sabía que estaba ahí.

– Me gustaría dormir siempre así – me acurruco en su pecho hasta llegar hasta donde está su corazón, sus latidos son constantes y fuertes, me gustaría tener este ritmo cardiaco otra vez.

– Mientras podamos hagámoslo – me abraza para quedarnos así dormidos, papá es la única persona que logra hacer que duerma con calma y como no hacerlo si siempre me cuido, se que puede parecer que todo es color de rosa con mi padre pero no se comparara a papá, esta es la verdadera prueba de que familia no significa ADN.

Se que en estos momento papá está dormido ya que puedo escuchar sus ronquidos casi inescuchables aunque no se si esa palabra exista, algo que es propio de mi es inventar palabras a las cual les doy un significado y se convierte en el abecedario de Amelia, muchas de las personas al escuchar tantas palabras extravagantes salir de mi boca entienden el significado sin decircelos. En estos momentos me encantaría levantarme de esta cama y salir al patio sin importar el clima que esté haciendo, me pregunto que habra pasado con Lio, la última vez que lo escuche fue cuando preguntó que me había ocurrido, de seguro debe tener muchas dudas por lo que debo inventarme nuevas excusas creíbles, podría decirle que mi sistema inmune no es tan fuerte por lo que constantemente me enfermo solo que es una mala idea por que dejaría nuestras aventuras inconclusas, tambien podria usar la escucha que use la anterior vez con Tommy solo que también pararía nuestros planes porque si el cambio de estación me afecta significa que no podemos hacer actividades al aire libre, ay Amelia ahora si que la regaste, en verdad creí que ocultarle la verdad seria facil pero con recaídas las cosas empeoran de a poco.

Con cuidado retiró el brazo de papá de mi y salgo de puntillas al baño que es el único lugar donde nadie me escuchara, con cuidado pongo seguro en la puerta y gracias al cielo aqui esta mi ropa junto a mi celular, necesito llamar a Lio pero se que las cosas se empeoraran porque con papá en casa ellos son como enemigos así que me decido por Esteban, de seguro ya terminó el compromiso planeado el dia de hoy y es el único que me entiende y sabe que hacer cuando empeoro, hago una mueca al ver las llamadas perdidas de el pero aun asi lo llamó e inmediatamente me responde.

– ¡¿Qué mierda ocurre contigo?!¡Te estuve llamando! – debí haber escuchado mi intuición y no llamar sabiendo la regañada que me daría.

– Lo siento, me dio fiebre y...

– ¿Cómo que fiebre?¿Ya te vio el doctor?¿Quieres que vaya allá?¿Se lo digo a Dante? – esta tonto si cree que deberia decirselo a mi padre, acaso no escucho nuestra conversacion en la cocina?

– Me enferme, si, no y ¡NO! – grito como respuesta ante decirle lo ocurrido conmigo a mi padre.

– Ya perdón pero dime ¿qué pasó?

– Salí a caminar, me meti a una cascada fría y me enfermé – le digo la historia corta, no quiero entrar en detalles ya que de esta o la historia completa me va a mandar al diablo.

– Amelia sabes que no debes hacer nada de lo que hiciste – puedo jurar que está con su vena intentando salir de su frente.

– Ya tuve muchos regaños por hoy, como para que tu hagas lo mismo, mejor dime que paso alla – con eso me refiero a lo del "compromiso" que se talvez es sin comillas porque si ocurrió.

– Pues estuvimos en lo correcto – se queda callado un momento, cuando me llega unas fotos, al abrirlas veo a él arrodillado y una chica muy guapa para ser sinceros muy asombrada por ver en esa posición a Esteban, veo otra foto en la que esa chica está abrazada a Esteban mientras él algo incómodo la abraza de igual manera y por ultimo veo una foto de ellos dos dándose un beso, sabía que eso ocurriría pero me negaba a creer que nuestros padres siguieran con sus antiguas costumbres de unir a sus herederos, siento que es imposible y que han pasado varias cosas – y...? – no recordé que estábamos en llamada – que piensas de ella? – aún estoy impactada.

– Se ve agradable – no se que mas puedo decir – ya hablaste con ella?

– Si y se que se ve algo presumida pero es todo lo contrario, tenemos gustos casi parecidos que me asusta un poco – por primera vez en la vida he escuchado eso por parte de Esteban, se que esa chica lo cuidara y no dejará que caiga en depresión.

– ¿Cómo se llama? No es como si me importara pero si me importa – me siento en el suelo del baño aunque más bien me acuesto, el frío del suelo me ayuda.

– Se llama Isabella – ese nombre se me hace conocido.

– ¿Apellido? – mierda creo que ya se quien es, si es quien creo que es se que esta en buenas manos.

– Isabella Meyer – lo sabia, con razon cuando la vi en esas fotos sus facciones se me hicieron conocidas, ella es una chica unos años mayor que nosotros, recuerdo solía integrarme con sus amigas a jugar cuando éramos pequeñas, cuando Esteban no podía estar conmigo o cuidarme solía estar con Isabella mientras ella me peinaba y cantaba canciones ya que al ser mayor sabia como hacerme sentir mejor y como convencerme de no llorar cuando no estaba con las personas que quería.

– Se que te hará feliz – suelo de repente – se que ella va a ser ese hombro que tu necesites para llorar, ella lograra ser ese apoyo que necesites en cada partido que tengas – se me caen las lagrimas pero estas son distintas a las de siempre, estas sin de felicidad y tranquilidad.

– Enserio estas bien con esto? Eres mi mejor amiga y quiero que apruebes a mi futura esposa – se queda callado – se escucha raro decir eso.

– Yo Amelia Adhara Acosta apruebo y estoy más que feliz que ella sea tu prometida – digo riendo, escucho como el del otro lado grita de emoción y por los chirridos de la cama se que está saltando en ella – más te vale no estar saltando en la cama porque sino como explicas que se rompió la cama – escucho el silencio que se forma.

– Esta bien, lo dejare de hacer solo porque no quiero verme infantil ante los del hotel – me rio – Lia prometes resistir hasta el dia de mi boda? – ¿Por qué me hacen prometer cosas que están fuera de mi? Que mas me gustaria a mi verlo inclusive graduado pero no se si lo logré, en tres meses no se puede arreglar una boda y de seguro el piensa en arreglar la boda en maximo unos 5 meses cuando yo ya no esté.

– No puedo prometerlo Esteban – nos quedamos en silencio y únicamente escuchó sus respiraciones – no puedo hacer promesas que se que romperé porque te lastimare a ti y no podré irme en paz sabiendo que me quedaron tantas cosas por hacer, así que no pienses que soy egoísta porque no es lo mismo ser egoísta que realista.

– Lia...perdoname, yo...se que no debería ponerse en esta situación pero ¡agh!– suelta un grito frustrado.

– Ya te dije Esteban, los planes que tenemos pueden ser interrumpidos en un simple pestañeo aunque evites que esto ocurra la mayor parte de tu tiempo mientras te pierdes de algunas cosas que ocurren en el tiempo transcurrido – se que él entiende a lo que me refiero.

– Solo aguarda a que la conozcas – dice comprendiendo lo que digo – te aseguro que en un mes estare por alla – creí que solo serian unos dias pero se que debe estar con su ahora nueva familia – se que prometí estar contigo estos tres meses pero solo es un mes, recuerdale a Emilio que en un mes regreso por ti así que debe disfrutarte el tiempo que le resta – me hace reír algo fuerte – eso Lia ríe, quiero recordarte a ti riendo por todo.

– Lo haré – escucho la voz de papá afuera buscándome – empresario Laboy te llamo después – cuelgo la llamada.

Con cuidado me levanto del suelo y abro la llave de fregadero para lavar mi rostro algo muerto, lo seco con una toalla y salgo del baño, fuera de este veo a papá sentado en la cama revisando su celular.

– ¿Debes ir a trabajar? – llamó su atención, de seguro salió lo antes posible de donde sea que haya estado solo para venir a ver y de seguro no terminó sus pendientes halla, me siento en parte culpable por retrasar su trabajo.

– No es tan necesario, solo debo firmar unos papeles – me siento en un pequeño conjunto de muebles a un costado de la cama, él al verme ahí se me une.

– Deberías ir papá, ya estoy mejor, toca – tomo su mano y la pasó por mi frente mostrándole que ya estoy bien además junto con mi voz aclarada se ve que soy la misma de antes.

– ¿Segura? – pregunta a lo yo le sonrío y lo envuelvo en una abrazo de oso.

– Más que segura, ahora ve y firma esos documentos – nos separamos y sale dándome muchos besos por mi rostro, si alguien nos viera lo malinterpretaria todo pero es mi papá, se que no me ve con ojos distintos que los paternos.

Miro mi habitación hasta que me topo con álbumes de fotos sobre la mesa central del pequeño juego de sala, lo tomo con el ceño fruncido ya que tengo muchos albumes pero la mayoria los he guardado en cajas para que no esté a vista del público, tomó el álbum que está sobre los otros dos y empiezo a ojearlo, son muchas fotos mias de bebé en las que estoy con mi padre y mi madre aunque ella en todas sale con su típica cara malhumorada, todas estas fotos en su mayoría ya las he visto en mi casa pero otras son nuevas, al parecer alguien estuvo retocando las fotos, paso las fotos hasta que llegó a una donde esta papá amarcandome con cara preocupada, Steve con una sandía en la mano y yo pequeña llorando, si no recuerdo mal esta historia es muy divertida, de lo que me han contado se que a papá le encantaba ir a jugar futbol los fines de semana ya que esos eran sus días libres y justo ese dia le tocaba cuidarme asi que unicamente tomo cinco dólares y salimos a su partido, pero no contaba con que claro yo debia comer asi que empece a llorar y como Steve es mayor que yo el trataba de calmarme pero no funcionaba asi que papá salio del juego y fue a comprarme una sandia, cave recalcar que de pequeña nunca la habia comido porque decian que tenia semillas y que claro me las comeria y no era bueno para mi estomago pero a papá eso no lo detuvo, cuando la trajo Steve saco una cuchara que siempre llevaba consigo para entregarsela a papá, ese fue el momento exacto en que tomaron la foto y donde papá tomo un pedazo de la sandia y me lo dio, al principio creyeron que no me gustaria pero enrealidad me encanto y desde ese dia hasta ahora es mi fruta favorita, creo que hay recuerdos y gustos que perduran por largo tiempo. Son tantos buenos recuerdos los que oculta este álbum, continuó pasando las fotos hasta una foto que se me hace algo extraña?, en esta foto estoy con una mujer que nunca había visto en mi vida, inclinó el álbum para ver la portada y este álbum ahora que lo pienso no se me hace conocido por la portada que lleva, lo dejo pasar ya que de seguro faltaban más fotos y debido al espacio lo cambiaron, me encojo de brazos pero aun asi tomo esa foto y la sacó del protector que lleva puesto, paso detalladamente mis dedos sobre la cara de esa mujer ya que sus facciones me son familiares, con cuidado me levanto del sillón para acercarme al espejo, al estar ahí me paro frente a este y pongo la foto de esa mujer a mi lado, tenemos los mismos hoyuelos cerca de la comisura de los labios, nuestro cabello es igual de lacio con la diferencia que el mio es un poco más claro, mis ojos y los de ella son algo grandes y un poco rasgados, tenemos los mismos lunares en los labios, soy muy parecida a ella pero no la recuerdo, no se cuando tomaron esta foto donde estamos vestidas casi iguales, puedo notar sus ojos un poco aguados como si hubiera estado soportando las ganas de llorar, siento algo dentro de mi al verla, como si la conociera y fuera eso que me ha faltado toda mi vida.

– Mi amor ya está la comida – me interrumpe mamá la cual al ver la foto que sostengo en la mano palidece y me la arrebata – ¿de dónde la sacaste? – me reclama furiosa y la rompe.

– ¿Qué haces? – tomó los pedazos que botó al suelo, por alguna razón me dolió que lo hiciera – ¿Por qué lo hiciste? – levantó la mirada aun en él suelo – no tenías ningún derecho de hacerlo – reuno todos los pedazos que cayeron a los costados.

– Responde las preguntas que te hice Amelia – nunca antes me había hablado así.

– No lo se – la miró muy asustada y con lágrimas en los ojos – aquí estaba yo...no sé – tiembla cada palabra que sale de mi boca – lo siento pero no se – me levanto con rapidez sin importar el fuerte mareo y dolor punzante que se dio en mi cabeza y salgo del cuarto corriendo haciendo oídos sordos a los gritos de mamá.

Paso corriendo a un lado del comedor y la cocina con lágrimas ya cayendo por mis ojos, salgo de la cas acon rapidez y siento un alivio al ver parqueado en la entrada el auto de Lio con el dentro, sin dudar entro al auto y ordenó que arranque a lo que sigue mis órdenes, cuando se está cerrando la puerta del garage giro mi cabeza y puedo ver a mamá llorando mientras abraza a Steve el cual se nota muy preocupado, le estoy provocando un gran dolor pero no entiendo porque reacciono asi, necesito saber quien es esta mujer. Saco todos los pedazos de mi saco e intento colocarlos en orden en mis piernas pero el movimiento del auto del Lio no me lo permite.

– Para – suspiró frustrada, Lio se aparca a un lado de la carretera y me mira detalladamente.

– Amy estas bien? – aprieta mis mejillas y empieza a inspeccionarme – ya no estas con fiebre – besa mi frente – creí que te perdería, necesito saber que paso contigo – no puedo hacerlo, no ahora.

– Luego te contaré todo pero ahora necesito armar esta foto – muestro los pedazos.

– Pero por qué? – se gira para tomar un cuaderno y poder ahí asentar los pedazos – es como un rompecabezas – trata de buscarle sentido a cada pedazo que ubicamos.

– Encontré la foto de una mujer muy parecida a mi – al escuchar eso, al igual que mamá hace unos minutos palidece y se queda en seco – ¿Qué pasa porqué me miras asi?¿La conoces? – se queda en silencio mirando un punto fijo – Lio respondeme.

– Perdón – vuelve a ordenar las piezas.

– Entonces... – me mira confundido aunque se que está fingiendo que no sabe de lo que hablo.

– Pasame esa pieza – me ignora y se esconde en armar la foto – mira creo que está tomando forma – sonrie pero aun está muy pensativo y confundido.

– Amm si claro – ignoro su actitud, en realidad si se está viendo el fondo de la foto, ahora me lo veo bien el fondo de esa foto es la casa de mis padres, no se puede decir que es una foto cualquiera porque solo las personas de confianza han pisado esa casa y saben donde es, no es que esté oculta o algo por el estilo pero solo nos reunimos ahí algunas veces al año – Yo conozco este lugar.

– ¿Dónde queda? – me mira muy curioso.

– Es mi casa – pienso en eso, como puede ser mi casa ¿Porqué no he vuelto a ver a esa mujer en mi vida?¿Será alguna amiga de mi padre?

– Estas segura?

– Si – asiento repetitivas veces – te juro que esta es mi casa – cierro los ojos para navegar mentalmente por todos los rincones que hay en mi casa hasta que llego al patio tracero, estoy segura que es ahi porque mis tulipanes son los mismo que de la foto – es el patio tracero.

– Debemos completar toda la foto – dejamo de hablar para concentrarnos, despues de unos minutos esta lista y veo la cara sorprendida de Lio, sabia que existe un gran parentezco entre esa señora y yo – Amy – se queda en silencio coml analizando que decir – pega cada pedazo junto con cinta adesiva – saca de la gabeta de su auto la cinta y me la entrega, no se que planee hacer pero lo hago, mientras pego cada pedazo en la parte de atras puedo ver algunas letras escritas con marcador aunque algo borrosas por los años transcurridos, se que Lio las ve al igual que yo por lo que acelera el pegado de los pedazos, al estar todo junto con cuidado giramos la fotografia y ahi esta escrito.

Annabeth R

"Eres la estrella que vino a iluminar mi camino y eres el sol que me dio la vitalidad que necesitaba para continuar"

Te amo mi pequeña Adhara, algún día comprenderás que todo es para ti y por tu felicidad.

Al leer eso me quedo impactada, siempre me molestó que dijeran mi segundo nombre pero ver mi nombre escrito me hizo sentir algo diferente a todas las anteriores veces, sentí que ese nombre fue hecho para mi, sentí una corriente cálida al solo ver la letra de esas palabras, esta mujer siento que es la clave para todas mis dudas, es como la pieza faltante de un rompecabezas.

¿A que se refiere con que comprendere todo? Como que por mi felicidad? Soy feliz, no necesito nada más, tengo todo lo que alguien podría pedir a pesar de que siempre ha existido un vacío que con nada logró llenar. Me gusta el nombre de esa señora, Annabeth, me recuerda mucho a esas películas de los hijos de los Dioses, mmm me gusta mucho como suena ese nombre, se escucha fuerte casi tanto como Adhara, necesito ir a mi casa y comprobar que lo que digo es verdadero y ver si encuentro alguna pista.

– Lio necesito que me lleves a mi casa, pero no a la de mi padre si no a la que comparte con mi madre – con cuidado doblo la foto y la guardo en mi bolsillo.

– No se donde queda Amy

– Tu solo conduce como si fueramos a mi casa desde ahi ya te indico por donde ir – vuelve a encender auto y como si fuera una emergencia de vida o muerte maneja por sobre el limite de velocidad.

No pasan ni diez minutos hasta que llegamos a la casa de mi padre, desde ahi le doy direcciones ya que nuestra casa no esta muy lejos, en el camino siento una opresión en el corazon, es parecida a cuando tienes esos folores que comun mente tienes los jovenes y dicen desearia que fuera un infarto, no saben de lo que hablan, cuando las opresiones son fuertes solo desearias que pararan asi sea por cinco segundos, cierro los ojos intentando controlar lo incontrolable, no quiero que Lio se de cuenta de esto asi que cambio su musica.

– Amy esas canciones no me gustan – pongo Gimme Gimme de ABBA.

– Pues te aguantas – fuerzo una sonrisa.

– No es justo – miro de reojo como hace un puchero adorable, me gusta saber que tengo el privilegio de verlo asi sin barras ocultando quien es.

– Si lo es – cierro lo ojos queriendo no sonar distinta para no alarmarlo.

– Lo sera si respondes a una pregunta – las opresiones en el pecho son más fuertes que no me concentro en lo que dice – Amy? – escucho que me llama pero enserio necesito salir y tratar de calmarme.

– Para – pido, abro la puerta y salgo corriendo mientras me doy golpes en cerca del corazon, no puedo creer que ya me ocurran estas cosas dos veces el mismo dia, siento la presencia de Lio por lo que giro mi cabeza tratando de que no vea mi cara de dolor, como pretexto uso mi asma, no quiero darle pistas de lo que soporto constantemente – mi inalador – digo como puedo, cuando se va me doy golpes más fuertes, mucha de la veces ayuda ya que mi corazon late más rapido y al sentir algo golpeandole de alguna manera reacciona, esta funcionando por lo que sonrio internamente, al volver a sentir la presencia de Lio uso el inalador que me da y sonrio, despues de algunos minutos asiento con la cabeza y nos dirigimos de regreso al auto aunque desde aqui ya puedo divisar mi casa.

– Segura que no quieres regresar? – señalo mi casa mostrandole lo cerca que estamos – vaya que eres terca – nos volvemos a encaminar a mi casa, al llegar bajo del auto emocionada tratando de que olvide lo que acaba de pasar.

– Mira Lio, esta es la casa donde creci – el parece sorprendido.

– Amy te das cuenta que es más grande que nuestras dos casas juntas? – bromea.

– Oye no digas eso – saco la llave detras de una figura esculpida algo extraña – eso sono arrogante.

– No no Amy no lo decia de mala manera – niega repetidas veces – era solo una broma – empieza a balbusear buscando que decir a lo que me rio.

– Solo estoy jugando contigo Lio, se que es un broma – abro la puerta y me hago a un lado para que pase, cuando pasa frente a mi me da un golpe en la frente.

– No jueges con eso – ruedo los ojos, sabe que asi es mi forma de ser.

Empieza a ver los cuadro que hay en la puerta de entrada, son especiales ya que de pequeños nos hicieron una sesión de fotos a mi hermana, Steve, Esteban y a mi con ropa antigua como si estuvieramos en la epoca victoriana, aunque tengo un recuerdo muy vago de esa vez, puedo decir que a ninguno le agradaba la idea de tener que usar esa ropa, era más pesadas que nosotros mismo y a esa edad no teniamos la fuerza sufieciente para soportar tanto peso, deseo recrear esas fotos o más bien las que tienen más significado, quiero ver como hemos cambiado con él tiempo.

– Ven aqui – empiezo a subir las escaleras hacia mi habitación, ahi al igual que en la casa de papá hay cosas de mi enfermedad solo que ocultas, al ser una casa familiar no queria que nada arruinara mi felicidad aqui por lo que ocultar mi medicina me hacia creer que era una chica normal con unas vacaciones normales.

– A donde vamos Amy? – Lio me sigue aun mirando cada detalle de la casa.

– A mi habitación – abro la puerta – no mires las fotos – se que aun asi lo va a hacer pero quiero creer que mis palabras le impediran hacerlo.

– No voy a desperdiciar mi oportunidad de burlarme de ti – entra corriendo, todo esta en su lugar tal como lo deje, no hay nada a la vista de las personas excepto mis velas – Amy porque tienes tantas velas? – toma una de ellas, si no estoy mal es de manzana con canela.

– Me gusta mucho las velas con olores – al decir eso empieza a olerla.

– Huele muy bien – deja la vela en su lugar para tomar otra, mientras el explora las distintas velas yo me acerco a la ventada que da una vista exacta al patio tracero, saco la foto de mi bolsillo para empezar a compararla con la realidad, ahi esta la misma orquidea de la foto, la misma falla que tomaron cuando por error retire la pintura de la pared. Lio esta tan concentrado que sin que se de cuenta salgo de la habitación para bajar, al estar en el mismo angulo donde fue tomada la foto veo que efectivamente es el mismo lugar.

– Es el mismo lugar – escucho a Lio detras de mi, a que momento bajo? O me siguio? – Amy estas segura que no la conoces? – miro detalladamente el rostro de esa mujer al igual que lo que usa pero no see viene ningun recuerso a la mente.

– No Lio – me acerco a la orquidea – mira, la planteé yo misma con... – no recuerdo con quien lo hice, diria que mi madre pero ella estaba muy ocupada en ese entonces hablando con sus amigas que estando conmigo

– Con quien? – toca con cuidado la flor.

– No lo recuerdo – cierro los ojos intentando recordar pero mi mente es bloqueada, no puedo entrar a mis recuerdos.

– De seguro fue tu padre o Esteban.

– Si claro – me alejo no muy convensida, a mi padre no le gustas las flores mientras que Esteban es alergico a estas.

Salimos del patio aunque yo aun con dudas, tal vez quien me ayudo a plantar es la misma mujer de la foto, necesito con urgencia saber quien es, es como esos cabos sueltos que debea completarlos porque sino nisuiqera pueder dormir por la intriga.

– Amy tengo una duda – Lio se acuesta en el suelo algo polvoriento por el tiempo que nadie a venido.

– ¿Cuál? – coloco mis manos en las cinturas mirando en su dirección.

– Eres Adhara, verdad? – algo confundida asiento – con razón te dicen Addy – es enserio? Crei que tandria que algo con lo que ahorita intentamos descubrir pero me sale con esto – Amy no me quiero ir, en esta casa hasta el suelo es cómodo – elevo una ceja sin poder creerlo, solo lo dice para que me acueste a su lado.

– Eso es mentira.

– Lo digo enserio – me acuesto a su lado para darle la razón aunque mád que razón el gusto.

– Lio esto esta duro – golpeo el suelo recordando que no es piso flotante sino cerámica – escucha – vuelvo a golpear.

– Amy no seas exagerada – se estira como si fuera lo más cómodo del mundo.

– No lo soy – trato de levantarme pero solo me quedo sentada escuchando lo que dice.

– Amy porque yo?

– ¿A qué te refieres? – no comprendo lo que trata de decir, él que?

– ¿Por qué estás conmigo?¿Porqué no solo te alejas de mi lado? – como puede hacerme esas preguntas? ¿Acaso él no comprende lo que es sentir que encontraste algo que te complementa?

– Porque eres tu – tomó su mano que recorre un escalofrío en mi cuerpo, se que no lo entiende pero cómo explicarle que es como el tenis necesitas de precisión y destreza para saber como tirar la pelota a tu oponente – todas las personas son común y corrientes, en el mundo solo pocas personas tienen ese "algo" que muestras que son las adecuadas que contienen ese "otro", tu tienes aquellas características que te diferencian del resto inclusive de mi, somos muchas de las veces como el agua y el aceite porque chocamos pero eso no impide que ahí estemos, tú – acomodo su cabello – eres la persona que estaba destinada a estar conmigo aunque no creas en eso, todos nacemos con una persona destinada con las que nos encontraremos nuevamente en millones de años, esa persona eres tu aunque te moleste que te cuente mis locas conspiraciones – lo hago reir – ya comprendes porque eres tú?

– Lo hago – besa mi frente repetidas veces – gracias por quererme Amy, se que no es algo que se deba agradecer pero como no hacerlo si tu alguien tan completo esta con alguien tan roto como yo – no entiendo porque dice eso, aunque no parezca estoy más rota de lo que alguien podría pensar, constantemente por no decir todo el tiempo pienso en que los colores que conozco pronto desaparecerán al igual que las risas y personas.

– Lio, los dos estamos rotos, somos dos grietas que juntas tratan de arreglarse – pésima analogía.

– No entiendo muchas de las cosas que dices pero siempre estaremos ahí el uno para el otro – me atrae hacia él – Amy vas a sonreír por siempre, lo prometo, nadie te va a lastimar conmigo ahí.

– Lo sé Lio – aspiro su aroma - lo sé.

Nos quedamos ahí uno el los brazos del otro sin importar el frío del suelo, me sorprende mucho aun la pregunta que me hizo Lio, siento que no le respondí de la forma que el quisiera o bueno me hubiera gustado expresar pero hay tantas cosas que uno no puede decir porque ni con palabras se explicaría, son como los sentimiento que uno expresa pero no puede dar un significado, lo que siento por él es algo inefable, siento que los dos somos como las almas que nacen con un hilo rojo aunque yo no lo llamaria asi, es algo como si existiéramos cada tres o cinco millones de años, de alguna manera o coincidencia nos reencontramos con personas de nuestra vida pasada, muchas de ellas no aparecen en nuestro camino mientras que otras destinadas aparecerán y cada vez que nos volvamos a reencontrar tendremos un deja vu que trataremos de ocultar pero siempre sabremos que esa es nuestra alma destinada, sonara algo cursi pero siempre he tenido esa teoría, si le contara más profundamente a Lio de seguro enloquecería.

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