Fue una madrugada lamentable, en serio. A pesar de que pude confesar mi... ¿atracción? Bueno, como se le diga que confesé hacia Ashton, olvidé algo verdaderamente importante: las píldoras para dormir. Ya podrán imaginarse lo que ocurrió por las dos o tres de la mañana.
Me desperté por el mismo sueño de siempre, que constaba en que veíamos Derek y yo el mismo auto yendo frente a nosotros hasta que chocaba por completo. Lo más traumático para mí, son los sonidos que ocurren durante el sueño. Nuestros gritos, el claxon del auto contrario y por fin, el sonido del choque de los dos; sin contar cuando las ventanas explotaron al momento y cuando me pegué en la frente.
Ashton de inmediato se paró, y realmente no sé cuál fue su expresión; pero estoy segura de que estaba totalmente histérico. Claro, ¿quién no se pondría así al ser despertado de esa manera? Me preguntó varias veces qué me ocurría, pero yo aún seguía en ese trance del accidente. Era como si no hubiese despertado del sueño, aunque de hecho era así. No podía abrir los ojos y ver mi habitación, el lugar en donde realmente estaba y con quién estaba, que en este caso era Ashton. Díganme, ¿cómo poder escapar de aquel sueño cuando todo está obscuro para ti?
Mientras tanto, Ashton seguramente estaba como loco tratando de saber qué me ocurría y cómo podía ayudar para que me calmara, pero al fin de cuentas llamó a Luke.
Luke era la llave para todo esto.
-Mierda, ¿qué haces tú aquí? -preguntó Luke confundido.
-Joder, ayúdala.
Como la primera vez que me ocurrió esto, Luke se posicionó a mi lado y me abrazó. Empezó a acariciarme el cabello y a decirme que todo estaba bien, lo cual yo escuchaba muy poco, porque el sonido del auto estrellarse con el otro, era mucho más potente que la grave voz de Luke. Lo mágico de la voz de Luke, era que al momento de que la escuchara, calmaba mis gritos. Aún seguía en el accidente, pero no era la misma intensidad de miedo que antes de escucharla, por lo que debía agradecerle millones de veces a Luke. Él me había salvado estas dos veces, dos veces en la madrugada. Era demasiado flojo y le encantaba dormir, y por nada del mundo le encantaba despegarse de la cama, ni siquiera porque su casa estuviera incendiándose; pero por mí sí, y eso era lo que le tenía que agradecer.
Por eso de las nueve de la mañana, me desperté. Sentí a alguien acostado a mi lado, y supuse que era Ashton, porque sinceramente no recordé lo que había pasado en la madrugada. Cometí el peor error de mi vida, o bueno, uno de los peores.
- ¿Ashton? -pregunté inocentemente, porque yo pensaba que quien estaba a mi lado era él.
-No, imbécil, soy Luke.
- ¿Luke? ¿Qué haces aquí?
- ¿Cómo que qué hago aquí? Volviste a olvidar las píldoras para dormir y tuviste tus ataques, pero tu pequeño e inútil novio no pudo hacer nada, así que me llamó.
-Oh... gracias, Luke -dije sonando avergonzada.
-De nada, supongo.
Su supongo me dejó algo confundida, porque en ese momento era como si no hubiese entendido del todo la situación y el porqué de su manera de hablarme.
- ¿Y Ashton?
En ese momento, él ya se había levantado de la cama. Y cuando finalicé la pregunta, él sólo soltó un bufido.
-Ashton no es el centro de la tierra, ¿sabes?
Me levanté indignada ante su respuesta, porque realmente me parecía grosero que se comportara así conmigo y que yo ni siquiera supiera la causa. Bajé las escaleras y empecé a soltar al aire unos cuantos llamados a Ashton, y afortunadamente él me respondió. Estaba en la sala.
- ¿Qué haces aquí?
-Yo... yo no quise molestar allá arriba, porque sabía que estabas bien con Luke.
-Tú no eres una molestia, ¿cuándo lo vas a entender?
-Pero él... -lo interrumpió Luke, quien probablemente estaba bajando las escaleras.
- ¿Él qué?
-Vanessa, tú y yo iremos a mi casa ahora mismo, ¿me escuchas?
-No dejaré solo a Ashton, tal vez más... -interrumpió de nuevo.
-Me importa un carajo él, vendrás conmigo. ¿Acaso él puede impedirlo?
Quería golpearlo en ese momento por ser un imbécil, un completo imbécil. ¿Quién se creía para tomar posesión de mí o para obligarme? Mientras tanto, esperé a que Ashton impidiera que me llevara, pero en cambio, él sólo dijo esto:
-Tal vez venga más tarde para verte, Vanessa.
-No, no vendrás más tarde. Es mi turno de cuidarla, así que la verás pasado mañana.
- ¿Pasado mañana? ¿Pero quién te crees tú para decidir, Luke?
-Créeme que a ninguno de los dos les convendría que Sarah se entere de que su hija durmió con su niñero, ¿o sí, Vanessa?
Me quedé callada, porque en efecto, mi madre no estaría contenta. Odiaba que me chantajeara, y odiaba más que hiciera lo mismo y se comportara como un completo idiota con Ashton. Él no tenía la culpa, pero hey, mi madre me había sugerido que Ashton se quedara. Estás jodido, Hemmings.
-Mi madre le pidió que se quedara conmigo, imbécil.
Bueno, indirectamente le pidió a Ashton que se quedara; pero el punto es que de cierta manera lo había hecho. No seguiría con su pequeño chantajeo, porque yo había ganado esta vez.
- ¿Ah, sí? ¿Y también le pidió que se durmiera con su hija en su habitación? No lo creo.
Volví a quedarme callada, porque creo que ese punto estaba a su favor, y creo que también había perdido esta discusión.
-Creo que ya es hora de que te vayas, Ashton, ¿no crees?
-Sí -contestó desanimado y después me dijo-: Creo que... tendremos que vernos dentro de dos días -rio por lo bajo-, pero está bien, dos días pasarán rápidos, ¿cierto?
-Cierto -sonreí y después me besó la mejilla.
- ¡Joder, ya lárgate! Adiós, Ashton.
Él se alejó de mi mejilla y después, por arte de magia, yo no lo sentía a mi lado. No podía creer que Ashton se convirtiera en su sumiso, ¿acaso no pensaba que Luke no era nadie para correrlo de la casa y tratarlo como una porquería? Pero está bien, si él no lo hace, yo lo haré por los dos.
- ¿Cuál es tu maldito problema, Luke?
-Mi problema es que veo a mi mejor amiga durmiendo con un chico que no conoce, ese es mi estúpido problema.
-A quien no conozco en estos momentos, es a ti.
- ¿A mí? Yo sólo trato de protegerte, ¿acaso no lo piensas? Yo no quiero que te hagan daño, y si tú no quieres entender, yo te haré entender por las malas.
-No puedes obligarme, porque sé que no estoy haciendo nada malo.
-Es que tú piensas que por un mes de conocerlo, ya sabes todo de él. ¿Por qué no tienes la mínima posibilidad de creer que él no es lo que parece? He tratado de entenderte, y he tratado de sobrellevar que alguien me está quitando a mi mejor amiga, y más aparte, cree que yo sólo trato de separarla de aquel imbécil.
- ¿Y no es lo que pretendes hacer? Porque, joder, parece que te enfocas en eso.
-Yo sólo trato de protegerte, ¿por qué no lo entiendes?
- ¿De quién quieres protegerme? ¿Acaso conoces a Ashton como yo? Tú no sabes nada, absolutamente nada. No sabes lo que ha pasado con él, no sabes sus problemas; no lo sabes, porque sólo piensas en cosas negativas sobre las personas, y no te das el más mínimo momento para conocerlas y dejar de pensar estupideces de ellas.
-A mí realmente me importa muy poco lo que le haya pasado, fuese bueno o malo, ¿entiendes? Aun sabiendo que crees saberlo todo de todos y sus intenciones, no tienes ni la más mínima idea.
-Tú tampoco tienes la más mínima idea de saber sobre todos y sus intenciones, así que no tienes derecho de tratarlo así; porque él realmente no te ha hecho nada y me ha protegido, porque sé que le importo.
- ¿Estás insinuando que no me importas? -preguntó él de manera nefasta. Joder, le encantaba malinterpretar cada una de mis palabras siempre que discutíamos.
-Idiota, yo no he dicho eso. Y realmente me importa muy poco lo que pienses de él, porque yo lo quiero.
-Oh, dios mío, ¿te estás escuchando, Vanessa? Quieres a una persona que no conoces al cien por ciento. A alguien que jamás has visto.
-Tú no eres nadie para decir eso. Lo conozco, yo sé que lo conozco perfectamente, y por eso, lo quiero.
-Tú jamás entenderás.
-Y tú jamás me comprenderás.
-No puedo comprender el hecho de querer a una persona en tan poco tiempo y creer que es la mejor persona de todas sin siquiera conocerlo bien.
-Está bien, ya no discutiré más contigo. Yo sólo... -pausé, tratando de encontrar las palabras adecuadas para no ser grosera o demasiado simple-... no quiero que te metas entre Ashton y yo.
- ¿O sea que sí hay algo entre ustedes dos? -preguntó y pude sentir su presencia más cerca de mí. Aquello hizo que me pusiera ligeramente nerviosa.
-No tengo por qué darte explicaciones, ¿me entiendes? Solamente te pido que no te metas con Ashton, porque claramente veo que te encanta hacerlo.
- ¿Y entonces en dónde quedo yo, eh? ¿Quién carajos ha venido hasta tu casa para calmarte? ¿Quién ha sido tu mejor amigo desde primaria? ¡Dime, joder, porque entonces me estás diciendo que yo no te importo! -Esto último lo gritó, haciéndome estremecer demasiado. Él muy pocas veces me gritaba molesto, pero esta vez estaba demasiado molesto.
-Yo nunca insinué que ya no me importabas, y creo que estás malinterpretando las cosas, Luke.
- ¿Malinterpretando las cosas? ¿Cómo quieres que tome el hecho de que prefieres a un imbécil que apenas y conoces desde hace un mes? Un jodido mes. Dime, Vanessa, ¿cómo quieres que lo interprete?
- ¡No lo prefiero a él! Simplemente me parece una porquería cómo lo tratas, él no te ha hecho nada para que lo trates de esa manera.
-Me ha quitado a mi mejor amiga en menos de dos meses, ¿puedes creerlo?
Me quedé en silencio, porque ahora pensándolo bien, tal vez sí me había separado un poco de él. O tal vez consideradamente mucho. Antes todo el día estaba con él. Desde la mañana hasta la noche, jugando videojuegos o hablando. Todo eso se había ido, él y yo ya casi no estábamos juntos. El colegio o para él Ashton, eran obstáculos que nos impedían tener la misma rutina de antes.
-No te la ha quitado, ¿lo entiendes? Aquí he estado todo el tiempo y siempre estaré a tu lado, sin importar que nos peleemos.
Lentamente me acerqué a él e intenté abrazarlo, pero él rápidamente me empujó, alejándome bruscamente de él.
-Puedes darle tus abrazos al imbécil de Ashton, porque yo no los quiero ni necesito.
El chirrido de la puerta lo delató, y en cuanto escuché el sonido, dije:
- ¿A dónde carajos vas?
Pero él no contestó y simplemente cerró la puerta. No sabía si se había ido o había decidido quedarse. Ceguera estúpida.
- ¿Luke? -pregunté, obteniendo el vacío silencio de la casa como respuesta. Al parecer se había ido.
Me senté en el sofá y empecé a llorar. Básicamente Luke me había mandado a la mierda, o eso es lo que yo sentí. Yo no intentaba crear una discusión con él cuando conocí a Ashton o incluso cuando acepté que fuera mi niñero, simplemente lo había hecho porque desde un principio Ashton me había agradado bastante. Era un chico entusiástico que podía transmitirte su felicidad y contagiarte de ésta misma, y eso era justamente lo que yo necesitaba. Me había vuelto ligeramente negativa por esto de la ceguera, y me pareció tan genial el hecho de haber conocido a este extraño en la cafetería tan simpático y feliz, que decidí dejarlo entrar poco a poco en mi vida.
En cuanto a Luke, yo simplemente no quería molestarlo o distraerlo de su rutina diaria. No quería ser una carga para él desde el día del accidente, y no pretendía darle celos con Ashton o algo así. Mi intención simplemente fue que él no se preocupara por mí, porque Ashton en ese momento sentía que podía protegerme y cuidarme.
La puerta fue golpeada varias veces, pero yo no quería abrir. Realmente no tenía ganas de estar acompañada por nadie. Ashton gritó mi nombre dos veces, hasta que decidí ir y abrirle.
- ¿Estás bien? -preguntó cuando abrí completamente la puerta.
Asentí con la cabeza, tratando de ocultar lo que realmente sentía en ese momento.
-No mientas, por favor.
Me abrazó y cerró la puerta. Sus brazos acorralaron mi espalda, trayéndome calidez al momento en que los dos nos juntamos. Esto no se trataba de Ashton, porque él no tenía la culpa de absolutamente nada, esto se trataba de Luke y yo.
-Siento que te he traído tantos problemas -me dijo y suspiró largamente. Después, me trajo aún más a él.
Me sentí mal por aquel comentario suyo, pero aún no podía dejar de pensar en Luke y en todo lo que había dicho. Podía escuchar a Ashton perfectamente, podía escuchar sus palabras lamentándose, pero para mí eran como pequeños susurros vacíos mientras las palabras de Luke seguían insistiendo en recordarme todo lo que él dijo.
-En serio, lo lamento tanto.
Me sentía culpable de que él se sintiera así, pero mi cabeza estaba en otra cosa, y no podía simplemente desechar ese gigante pensamiento, porque realmente me importaba. Se trataba de Luke, se trataba de nuestra amistad. Se trataba de años de compartir tantas cosas juntos como para que en un día decidiéramos terminar nuestra amistad por una discusión que desde semanas antes, seguía insistiendo en molestarnos.
-Tú no tienes la culpa de nada, tranquilo.
Recargué mi cabeza en su hombro y empecé a acariciar su cabello, tratando de calmarlo. En efecto, como dije, él no tenía la culpa de nada, aunque Luke buscara millones de razones.
-Sí es cierto, te he traído muchos problemas.
-Vamos, deja de culparte. Debes dejar de hacerlo, porque te golpearé la próxima vez que lo hagas.
-Oh, dios mío -contestó y rio.
- ¿Puedo pedirte un favor?
- Sí, ¿qué quieres que haga?
-Quiero ir con Clary, pero en estos momentos mi cabeza no está muy concentrada que digamos. No quiero morir hoy, así que ¿podrías acompañarme hasta el hospital?
-No nos encontraremos con Luke, ¿cierto?
- ¿Le tienes miedo a Luke?
-Tengo miedo a que me separe de ti -contestó, y juro haberme casi muerto en ese momento. Una respuesta que mi propia amargues no podría no reaccionar con tales palabras.
¿Cómo se supone que no me encante este chico cuando me dice estas cosas? Está bien, creo que deberías de relajarte, Vanessa. Las cosas no se te pueden escapar de las manos, todo debe ser con paciencia.
-No hicimos nada malo, así que no hay por qué estar temerosos.
-Pero no quiero que tu madre piense que soy una mala persona.
-No lo eres, y en todo caso, yo te defenderé.
- ¿No se supone que yo debería de hacer eso?
-Esta vez me toca a mí.
-Está bien -contestó, tratando de toar mi mano hasta que por fin pudo.
Una vez que acabó aquel momento cariñoso, salimos y caminos hasta el hospital. Como siempre, fui contando los pasos y cada vez que nos deteníamos, aunque siempre era porque él sólo bromeaba con que había una calle frente a nosotros, cuando no había nada.
-Aún me siento culpable -hizo una pausa y nos detuvimos, aproveché para darle un pequeño golpe en el hombro-. ¡Auch! Tus golpes definitivamente no son de niña pequeña.
-Te dije que ya no podías estarte sintiendo culpable toda la vida, ¿acaso no entiendes?
-He estado acostumbrado a siempre sentirme culpable, lo siento.
-Pues conmigo deberás de desacostumbrarte, porque odio que lo hagas.
- ¿Lo odias?
-Sí, porque la mayoría de las veces no es tu culpa.
-Está bien, suerte con eso de desacos... desacostrum... ¡joder, no puedo pronunciarla bien!
-Desacostumbrarte, Ash.
-Bueno, suerte con eso.
Al llegar al hospital, me dejó a cargo de Clary, quien nos recibió con muchos ánimos. Nos dejó esperando afuera en una sala de espera mientras acomoda algunas cosas en la habitación de su paciente.
- ¿Te irás? -le pregunté.
- ¿Debería de hacerlo?
Reí y me encogí de hombros.
-Recuerdo cuando siempre ibas por la vida con tus lentes de sol -comentó repentinamente, lo cual hizo que me acordara y sintiera cierta vergüenza.
-Qué ridículo.
-No lo creo, supongo que lo hacías para ocultarlo. Te daba vergüenza que todos supieran que no veías, ¿cierto?
Asentía con la cabeza, pensando en lo bien que me comprendía en esa situación.
-Yo pasé lo mismo. ¿A quién le gustaría enseñar algo de lo que se siente inseguro?
-Por eso te cortabas, ¿cierto?
-Exacto -afirmó con toda tranquilidad-. Aunque tal vez me pasé un poco en algunos momentos.
- ¿Por qué lo dices?
-Algunas heridas cicatrizan mejor que otras, y no me refiero a cicatrices físicas.
No dije nada, porque claramente yo no había pasado por eso de autolesionarme, así que sólo dejé que él continuara. Por su propia cuenta estaba desenlazándose conmigo sin que yo se lo pidiera, así que no había por qué interrumpir de este gran logro.
-Unas son más profundas que otras, ¿entiendes?
Asentí, pero nunca dejé que alguna palabra saliera de mi boca, porque siempre tendíamos a cambiar de conversación o dábamos un gran giro con algo similar o que incluso venía con el tema de conversación anterior.
-Unas sanan como nosotros queremos y muchas de las veces son poco perceptibles por las personas, pero otras no tan bien. Ésas son las que nos van haciendo más fuertes o más vulnerables y nos van creando hasta que por fin decides mantenerte así con todas aquellas cicatrices que jamás van a sanar. Supongo que muchas de las cicatrices que yo tengo, no podrán sanar nunca; pero aparentemente se puede vivir con todas, así que trato lo mejor que puedo.
-Creo que lo estás haciendo bien, ¿sabes?
-Gracias.
-Yo jamás creería que eras inseguro y que te autolesionabas, muestras a una persona totalmente diferente a lo que eres por dentro.
-A veces pienso que eso es malo.
-Para mí no lo es, porque no dejas descubrir tan fácilmente tus sentimientos, así que no te lastiman tan fácilmente.
-Te equivocas, lamentablemente soy demasiado sensible. Mi adolescencia fue una porquería, así que no fue muy fácil para mí superarlo. Mi única manera de escape era hacerlo y llorar.
-Eso ya no importa, ¿cierto?
-Supongo que no.
- ¿Prometes ya no volver a autolesionarte?
-Es más difícil de lo que crees, Vanessa.
-Puede ser que sí, pero tampoco puede ser imposible, ¿o sí?
-No lo sé.
-Debes dejar de hacerlo, porque no me gustaría perderte.
-Me tendrás por un buen tiempo.
- ¿A qué te refieres con eso?
-Después te contaré la gran sorpresa -contestó alardeando la palabra "gran".
- ¿Por qué después y no ahora?
-Porque no es el momento, Clary ya viene. Eres muy desesperada, Vanessa.
- ¿Entonces por qué me lo dices si no me vas a contar las cosas claramente?
-Hey, relájate. Te lo contaré, lo prometo.
- ¿Por lo menos me dirás si es bueno o malo?
-Eso lo decidirás tú. Ahora, deja de pensar en eso y ve con Clary que está esperándote.
- ¿No vendrás conmigo?
-Te esperaré aquí, supongo que tienes que hablar con ella. No quiero ser un obstáculo para su privacidad.
Suspiré hondo. ¿Cuándo dejaría de sentirse como un obstáculo o intruso para mi vida?
-Está bien, espero no tardarme tanto.
-Tranquila, yo estaré sentado aquí esperándote.
Clary estaba esperándome casi al final del pasillo, así que fui cuidadosa de no tropezarme con algo o incluso con alguien.
-Y tú diciéndome que a ningún chico le gustas -dijo codeándome cuando me acerqué a ella.
-Extrañaba estar en este lugar contigo.
-Creo que es hora de que te desahogues, porque no cualquiera quiere regresar a un hospital, y mucho menos conmigo.
-Tú eres la persona más dulce y cariñosa que he conocido en mi vida. ¿Cómo alguien no podría quererte?
-Por alguna razón, a la señora del 308 no le agrado. ¿Será porque siempre cambio al canal de Jhonny Sanders?
-Tú y tu Jhonny Sanders, Clary. Algún día lo traeré hasta este hospital para que lo conozcas.
-El día en que tú hagas eso, juraré hacerte mi hija en todos los sentidos legales.
-Genial, espero que su programa no tarde en leer mi carta.
-Tú no le mandarías ni una carta a tu propia madre, ¿qué te hace pensar que se la mandarías a Jhonny Sanders y su programa?
- ¿No me crees capaz de hacerlo?
Ella sólo contestó con un: "Mmm-mmm". ¿Por qué no me creía capaz de hacerlo? Está bien, soy un poco floja, pero podría dedicarme una semana o tres días enteros a escribir a todas las personas que conozco y hasta a las que no una carta.
-Cuando veas mi carta por televisión verás de lo que soy capaz.
-Claro, querida -palmeó mi hombro-. Mientras tanto, serás mi Vanessa nada riesgosa de siempre.
Nos sentamos en el jardín de siempre y me preparé para dar mi resumen de todo lo que me pasó, porque quería un consejo de alguien que ya había vivido lo suficiente como para decirme lo que probablemente podría hacer o decir para salar mi amistad con Luke. Quería buscar una solución, porque por una parte también era mi culpa.
-Y bien, ¿qué está ocurriendo?
-Creo que he arruinado las cosas con Luke, Clary...
Después de casi ocho minutos de contarle todo junto con lo que yo sentí, Clary finalmente respondió de manera instantánea:
-Él está enamorado de ti, sólo eso.
-No, no, no. Clary, eso no puede ser verdad.
- ¿Por qué no quieres aceptarlo de una vez por todas?
-Porque eso no es posible. Si él hubiese estado enamorado de mí, no habría salido por dos años con su ahora ex novia. ¿Cómo podría haberlo ocultado?
-Vanessa, eres más inocente de lo que pensé -contestó riendo-. Cariño, sólo salió con ella para tratar de olvidar ese sentimiento que tenía por ti.
-Me has dejado más confundida de lo que estaba, ¡dios!
-Claro que no, he respondido a muchos de tus problemas. Él está celoso de Ashton porque está perdidamente enamorado de ti, así de simple.
-Es una suposición, así que debo de tranquilizarme.
-Las dos sabemos que no es una suposición.
-Tú crees que no es una suposición, pero podría ser que estés equivocándote.
-Está bien, Vanessa, creo que te encanta ser ciega.
Qué irónico, pensé.
-Muy graciosa tu broma, Clary.
-No era una broma, cariño.
Cuando hubimos acabado de hablar sobre otra cosa, porque yo evité por completo después el tema, ella decidió que no era justo que Ashton esperara tanto tiempo, así que me llevó hasta la sala; pero él no estaba.
- ¿Cómo que no está? -pregunté exaltada.
-Espera, le preguntaré a Alaina si lo ha visto.
Después de unos segundos de oírlas murmullar a las dos, Clary vino.
-Al parecer lo sacaron porque empezó a fumar dentro del hospital.
-Oh, dios. Está teniendo un ataque de ansiedad.
- ¿Ataques de ansiedad?
-Sí, por eso fuma.
-Está afuera esperándote.
-Bueno, tengo que irme, Clary. Ashton puede ser un poco... impredecible a veces. Adiós -me despedí con un beso en su mejilla y caminé hacia la salida.
- ¡Hey, no tardes otro año en venir!
- ¡No lo haré! -le grité y salí del hospital.
¿Cómo se le ocurrió fumar dentro? Genial, creo que la gran sorpresa lo puso más nervioso a él que a mí.
- ¿Ashton? -pregunté tratando de saber su paradero.
-Estoy justo al lado de tus pies.
Me senté lentamente y pude sentir cómo el olor de todos los químicos del cigarrillo quemados, entraba por mis fosas nasales.
-Lo siento, tenía que hacerlo o si no me aventaba por una ventana.
-Está bien, no te preocupes.
- ¿Ya terminaste de hablar con Clary?
-Ya, creo que ya podemos irnos.
-Genial, ya no sentía mi trasero en esas sillas.
Me tendió la mano para ayudarme a pararme después de que él se paró, la agarré y por fin me mantuve de pie. Hicimos nuestro recorrido rutinario hasta mi casa hasta que él gritó emocionado:
- ¡Había olvidado dártelo, joder!
- ¿Qué olvidaste?
-Está en casa, podría traértelo mañana si tú quieres.
-O podríamos ir a tu casa a buscarlo, ya sabes que a mí no me gustan las sorpresas.
-En sí no es una sorpresa, pero puede considerarse en lo mínimo como una.
-Sea sorpresa o no, me gustaría saber qué es que te pusiste como un loco al recordarlo.
-Está bien, sólo porque realmente tengo muchas ganas de dártelo.
Reí y dimos una vuelta en nuestro propio eje para dirigirnos a su casa para la tan emocionante sorpresa.
-Después iremos por un helado, ¿te parece?
-Siento que quedarás pobre por mi culpa.
-El dinero es para gastarse, Vanessa Hale.
-Pero yo no quiero que todo tu dinero se gaste en mí o en lindos regalos que tú me das.
-Oh, vamos. No seas tan considerada, me gusta darte cosas.
- ¿Y por qué te gusta?
-Porque puede ser que en algún momento ya no quieras verme, así que por lo menos podrás tener un recuerdo mío de cuando fuimos grandes amigos. Grandes, grandes compañeros.
- ¿Compañeros? ¿Quién usa esa palabra hoy en día, Ashton? -bromeé.
-Decir amigos es mandarme automáticamente a la friendzone, así que esa es la única palabra que se me ocurrió, compañera.
- ¿Friendzone? Me encanta que seas tan directo, Ashton.
-Ya te dije todo lo que siento por ti, ¿quieres que siga como si nada? No lo soportaría.
-No exactamente todo, ¿o sí?
-Bueno, no del modo tradicional; pero relativamente te lo he dicho todo. Y ahora que lo pienso, me encantaría saber lo que pasa por tu mente cuando estás conmigo.
Oh, Jesús mío. No puedo darle mi conclusión sobre qué es lo que siento cuando estoy con él porque no quiero apresurarme con las cosas, pero tampoco quiero alentarlo tanto; porque ya había aceptado que me atraía. No me había enamorado completamente de él, era muy temprano para mí decir eso, pero hey, he dicho completamente.
- ¿Ahora mismo?
-No, sólo era una broma. Yo sé que tú lo dirás en el momento exacto y cuando menos me lo espere. Estar a tu lado estudiándote no ha sido en vano, Vanessa Hale.
-Pues ya veo que no, porque no pensaba decírtelo ahora mismo.
-Me encanta eso de ti, ¿sabes?
- ¿Qué?
-Que no seas tan apresurada como otras chicas.
-No quiero apresurar lo nuestro.
- ¿Lo nuestro?
Oh, mierda. Este chico podía confundirme con mis propias palabras. Está bien, actúa como si no hubieses dicho eso jamás.
-No quiero ilusionarte y no quiero que me ilusiones, porque alguno de los dos podría salir lastimado.*
-Está bien, yo esperaré hasta que tú estés completamente segura de esto.
Sonreí todo el recorrido hasta que llegamos a su casa. Estaba emocionada por el regalo o lo que fuese a ser, porque me parecía muy lindo de su parte que hiciera eso.
Era como si él ya quisiera dar un paso más, pero a la vez le encantaba mantenerse en esta fase de compañero-pretendiente, porque era casi lo mismo, sólo que sin ningún tipo de toque anatómico con función a calentar el momento; exceptuando nuestro agarre de manos, nuestros abrazos y su forma de posicionar su mano al otro lado de mi cadera. Después de aquellas simples e inocentes acciones de cariño, no creo que los dos actuáramos como otra pareja con ganas de descubrirse anatómicamente de todos lados. De hecho ni siquiera éramos una pareja, ¿por qué carajos dije siquiera esa palabra? Bueno, el punto aquí es que él y yo solamente éramos dos personas en posible inicio de algo; pero comprensivamente y no arrebatadamente como muchos adolescentes lo hacen sólo para tener una noche genial. Creo que él y yo conjugábamos bien por el simple hecho de que él daba el sentimiento y yo la razón. Ashton era un poco más rápido de caer en esto, y es por eso que él da el amor, porque da un gran significado de lo que se hace por "amor". Yo, en cambio, no creía mucho en eso, por lo que pensaba mucho más en las acciones y oraciones que decía cuando sabía que estaba entrando en aquel terreno de lo que se conoce como amor. Por ahora, Ashton me estaba enseñando de otra forma, de su forma, lo que para él era el significado. No era solamente decir que te atraía físicamente una persona y después emocionalmente, pedirle que fuese tu novia o novio, decirse de aquí hasta la luna lo mucho que según ellos se aman y después terminar. Me parecía absolutamente estúpido el hecho de que se dijeran "Te amo" cuando relativamente podían sentir sólo un cuarto de lo que probablemente era ese sentimiento. Ashton podría ser así, podría ser muy aventado a aquel sentimiento; pero en este caso conmigo, creo que no sería de esa manera. Por eso, yo me creía la razón. Una cosa que verdaderamente deja de existir o desaparece temporalmente cuando una persona queda en aquel estado de enamoramiento.
Exacto, pensaba mucho lo que la palabra "amor" conllevaba; pero en aquel estado pensativo, jamás pensé que fuese real porque había llegado a esa extraña conclusión, pero entonces apareció Ashton.
Ashton cambiaría ciertamente mi conclusión, porque me haría verlo de una forma en la que Derek no lo hizo.
Y ahora, llego a la conclusión de que Ashton tenía mucha razón con sus palabras. Cada cicatriz, tanto física como mental o emocionalmente nos conllevan a ser las personas que somos ahora. Unas más profundas que otras, y las profundas son las que muchas de las veces, cambian nuestra forma de ver las cosas. Las personas no vemos las cicatrices pequeñas e imperceptibles, por lo que no conocemos completamente entonces a esa persona. Si no nos enseñan las cicatrices pequeñas, ¿por qué habría de enseñarnos las grandes, las dolorosas?
¿Por qué pensaría que Ashton podría enseñarme entonces sus cicatrices profundas si las pequeñas aún no las conozco perfectamente?
Tal vez porque simplemente se las querría reservar o tal vez porque aún no tiene suficiente confianza en mí como para enseñármelas todas.
Porque al fin de cuentas, los seres humanos nos destruimos entre nosotros.
--------------------------------------------------------------------
Sólo tal vez ahora sepas por qué jamás dejé que siguieras, porque sabía que alguno de los dos saldría lastimado. Y desafortunadamente, fui yo.*
Dios mío, lo último que escribí parecía de aquellos relatos de superación personal o de aquellas historias para reflexionar nuestras acciones, gggg.
Me inspiré, por lo que tal vez me toqué demasiado la parte de los sentimientos que revelé algunos de mis verdaderos sentimientos y reflexiones que he hecho en base a lo que he visto en mi vida.
Supongo que siempre tendré que disculparme con ustedes por lo tardadiza que soy en subir capítulo, y supongo que esa es la razón por la cual bajaron tanto los lectores en el último capítulo que había subido; pero aún así, una grandísima disculpa.
Lean Her best friend, mi nueva obra. Bueno, ya no es tan nueva; pero pueden pasarse por ella y leer la introducción, y sólo tal vez les guste y la sigan como a Blindness.
Creo que eso es todo, espero que les haya agradado el capítulo y que no les haya aburrido, porque siento que a veces me concentro demasiado en solamente una o dos situaciones que le pasaron a Vanessa en un día y me echo como veinte páginas explicándolo y escribiendo cosas relativas al tema y esas cosas.
¡No olvides votar y comentar!
Gracias por leer, sin ustedes no sería nada en esto. xx