El valor de no prometer lo qu...

Galing kay user_ela_p

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Amelia tiene una enfermedad terminal que no le permitirá quedarse por mucho tiempo así que ha tomado la decis... Higit pa

Epígrafe
La metáfora no tan metáfora
Un día no tan perfecto
La pelea por la busqueda
El trébol
Hasta las piedras tiene corazón
El falso cariño
No es hora de despedirse
La ilusión del primer vestido
El recuerdo
La carta
Un regalo especial
El árbol
¿Qué hiciste?
El rumbo del destino
Eres tú
Las fotos
Pelota tira a oponente y regresa
Choque por error
Saber quien eres
Nuestro día
Mamá
¿Dónde estás?
Cretino
De regreso al hospital
No te vayas sin luchar
La despedida
Epílogo

Respuestas inconclusas

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Emilio

Al dejarla en su casa y estar solo sé que ahora sí puedo procesar todo lo que me acaba de contar, no puedo creer que esa escoria haya sido capaz de hacerle eso una chica tan pura como ella encima mas hacerle creer que no es suficiente para una basura como él por favor, no puedo creer como ese bastardo todavía tuvo la decencia de querer hablar con ella, Tal parece que llegando a casa voy a tener una conversación muy severa con hermanito.

Estaciono sin ver siquiera se está correctamente aparcado y entró furioso a la casa desde la puerta puedo escuchar los muros de mi padre con su esposa y su hijo tal vez este va a ser un acto que va a ser espectador toda la familia.

– Hasta que te dignas en aparecer hermanito mas te vale haber dejado muy segura a Melia en su casa – se acerca a mi muy enojado ya que él no pudo llevarla ni hablar con ella.

– Encima más tienes la decencia de hablar de ella, ni se te ocurra volver a pronunciar su nombre en tu vida oíste – me acerco y suelto un golpe en su cara – escúchame muy bien bastardo, no quiero que vuelvas a hablar de Amy después de todo lo que le hiciste te atreves a querer hablar con ella, no me hagas reír, espero que entiendas el aviso que te estoy dando porque sí vuelves así sea a pensar en ella te voy a partir de la cara y no me importa si mi padre o tu mamá quieren interferir porque asi sea golpes voy a hacer que aprendas a respetar a una mujer cómo se merece – lo pateó.

– Emilio suelta a tu hermano – me ordena mi padre pero no lo escucho ya que vuelva patearlo – no quiero volver a verte con ella – se acerca a mi – entendiste?

– Encima más tienes el descaro de prohibirme verla – suelto una burla sin poder creerlo – sabes no la odio porque no tenía idea de que yo era tu hijo pero tú le quitaste el collar a mi hermana para darle a ella aún sabiendo la ilusión que tuvo mi hermana al ver ese collar, que te costaba comprar otro, no presume tienes tanto dinero para comprar lo que se te pegue la regalada gana – lo miro furioso.

– Armando creo que es hora de que le digas la verdad – responde Martina, de qué verdad habla? Por primera vez en la vida hago caso a lo que ella dice y quiero saber todo.

– Cállate Martina no se puede enterar de lo que pasó – la mira furioso – y tú Emilio – me empuja – deja de estar detrás de Addy, dije que no quiero que ninguno se acerque a ella – nos señala a Steve y a mí – pero te lo estoy diciendo ahora a ti, no quiero verte cerca de ella me entendiste – sueña si cree que me voy a alejar de ella.

– Voy a estar con ella te guste o no y todos ustedes se pueden ir a la mierda en especial tú – regreso a ver a Steve en el suelo.

– Te lo advierto Emilio, ella es como mi hija, la he cuidado toda mi vida de personas como tu como para que ahora llegues a querer arruinar lo más valioso que tengo – golpea mi pecho con su dedo.

– Claro te olvidas que existo - suelto una risa sin gracia – aunque la verdad ya no espero nada de ti.

– No sabes como lamento el día en el que llegaste a mi vida - sus palabras no me lastiman en lo más mínimo – tú y tu hermana fueron el peor error que he cometido y sabes que - regresa a ver a Martina – te voy a decir la verdad – miro como Martina sonríe victoriosa como si lo que fuera ha decirme a esperado por mucho tiempo – tu hermana y tú no son mis hijos de verdad – que mierda acaba de decir? - por muchos años tu madre me engañó haciéndome creer que eran mis hijos cuando en realidad yo no sé quién sea tu padre y tampoco el de tu hermana, solo los acogí porque estaba casada con ella y como tu madre se fue no tuve opción más que quedarme con ustedes - todo tiene sentido ahora sé por qué de un día a otro todo cambió sé porque él ha estado toda su vida con Steve y con Amy protegiéndolos de todo mientras que con mi hermana y conmigo nunca hizo eso claro como nuestro padre y solo estamos con él por caridad no tiene porqué darnos cariño.

– Por eso hace dos años golpeaste mi madre, llegaste furioso ese día que nos tocaba estar con ella – recuerdo la peor escena que he visto en mi vida, recuerdo a mi madre en el suelo siendo golpeada por este hijo de puta – siempre le reclamaste nuestra custodia por qué creías que eras nuestro padre pero cuando te enteraste de la verdad llegaste con mi madre para golpearla - al parecer este rompecabezas poco a poco se va completando.

– Se lo merecía, no pude estar con mis hijos el tiempo que hubiera deseado por estar con ustedes – nos culpa, claro como si su amado Steve no tuvo la infancia que se merecía – cada día me arrepiento con solo verlos a la cara.

– Me alegro haberte hecho sentir mal desde hace años hasta ahora - veo como Steve se levanta del suelo para acercarse a abrazar a Martina murmurando palabras que no alcanzo a escuchar – pero hay algo que no me cuadra ¿Qué pasó con mi madre? - él no responde nada y sale de la sala junto con Martina y Steve.

Me quedo ahí solo en la sala preguntándome varias cosas que aún no puedo asimilar, el no es mi padre, no sé qué pasó con mi madre y a qué se refería con hijos yo solo conozco que su único hijo es Steve no entiendo nada de esto y no voy a descansar hasta saber la verdad. Subo a mi habitación estupefacto por lo que acaba de ocurrir y no llegó siquiera a pisar un pie en la habitación cuando me llega una llamada de Amy? Qué habrá ocurrido con ella y su padre, espero que no sea algo como lo que a mi me acaba de pasar.

– ¿Qué pasó Amy? – escucho sollozos del otro lado de la línea.

– Estoy confundida Lío, quiero saber quienes son mis padres, nunca lo había pensado pero ahora quiero saber si tal vez las cosas hubieran sido distintas si supiera quienes son ellos – esperen que? Porque debemos estar tan conectados.

– ¿Qué te dijo tu padre? – entro a mi habitación.

– Me habló por haber estado con tu padre – ahí la corto.

– Él no es mi padre, tal parece que no se ni de quien soy hijo – ella se queda callada seguro igual que yo muy confundida.

– ¿Qué? Pero creí.. – la interrumpo nuevamente.

– Creímos mal, tal parece que se pusieron en acuerdo para decirnos hoy la verdad a ambos – pongo en altavoz la llamada para poder cambiarme y seguir hablando con ella.

– Hay muchas cosas que no entiendo – la escuchó decir – mi supuesta madre no me quiere por ser adoptada mientras que mi padre sí pero entonces porque me adoptaron? – no se que decirle, yo estoy igual que ella.

– Siento que de alguna manera lo que ocurre con los dos no es una coincidencia – me pongo mi pijama para meterme a la cama.

– Pienso lo mismo – se queda callada por unos segundos – debemos saber que paso en realidad –se escucha muy segura. En realidad me gustaria saber todo y lo haré solo ya que no quiero preocupar a Amy.

– ¿Qué te parece si hacemos algo? – preguntó mirando la hora para que no se acueste muy tarde – vamos a mostrar ante todos como si nada estuviera pasando en nuestra cabeza, vamos a terminar todas las aventuras que te prometí y las dos últimas semanas de vacaciones vamos a buscar sobre nuestro pasado ¿qué te parece? – ella no responde nada como si lo estuviera pensando hasta que pasan unos cinco minutos y me responde. Solo espero estar haciendo lo correcto, se que se va a enojar cuando le diga todo lo que voy a descubrir y nunca se lo dije pero es por su bien. Si la verdad duele estaré preparado para decírsela.

– Acepto, quiero saber toda la verdad y si ellos no nos la pueden decir debemos salir a buscarla – asiento aunque ella no me ve – por cierto voy a ir mañana a tu casa – me avisa.

– ¿Como así? – acaso ahora que sabe que vivo donde su tío vendrá a verme?

– Mañana tengo una prueba de vestidos en tu casa – por un momento me ilusione aunque también creí que sería para que Martina o Armando le enseñaran a pintar.

– ¿Vestidos? ¿Tiene que ver con eso de tu fiesta de cumpleaños? – pregunto aunque claramente escuche que ya estaban preparando todo para ese día.

– Si aunque no quiero vestido – se queja – pero Martina siempre ha tenido la ilusión de verme con uno asi que debo hacerlo - escuchó un golpe de repente, que hace que salte de mi cama pensando que algo malo le ocurrió. Escucho como ella empieza a maldecir a su escritorio – maldita porqueria del diablo – me río, ella no dice malas palabras por lo que es gracioso escuchar como cree que esas son malas palabras – perdón, me golpeé y se me cayo mi celular – se disculpa.

– Amy casi corro a tu casa – vuelvo a meterme en las sabanas.

– Perdón pero no veo nada – dice con dificultad.

– ¿Por qué? ¿Dónde estás? – la deje en su casa, en donde se metería.

– Estoy en mi cuarto pero había olvidado prender la luz – frotó mis ojos al escuchar esa respuesta, después se queja diciendo que porque tiene las piernas moradas.

– Amy se nota que estas cansada, ve a dormir, mañana te veo, duerme lindo caperucita – antes de que pregunte porque la llame así cuelgo el celular e intento dormir aun con preguntas aún rondando mi cabeza.

No se que horas son pero se que despues de varios intentos logré conciliar el sueño pero ahora siento como alguien me mueve, abro mis ojos aún adormilado encontrándome con Vale muy asustada.

– ¿Qué pasó? – me levanto muy preocupado, froto mis ojos para despertarme mejor y la veo a punto de llorar – ¿alguien te hizo algo?.

– No – niega con la cabeza – ¿puedo dormir contigo? – levanto mis cobijas haciéndole espacio para que se acurruque conmigo, nos quedamos en silencio hasta que ella vuelve a hablar – Emilio, quien es mi papá? – me estaba durmiendo pero esa pregunta me despierta completamente.

– Nuestro padre se llama Armando – beso su frente intentando convencerla pero estoy segura por sus antecedentes curiosos que escuchó toda la conversación que tuvimos en la sala.

– Pero él dijo que no éramos su hijos – murmuró adormilada.

– Eres muy pequeña para entenderlo Vale, cuando seas más grande te lo explicare – ella asiente con la cabeza porque sabe que cuando digo eso es porque aún no es momento de decirlo y caer rendida, se ve muy pacífica cuando duerme que en realidad siento celos de eso, me gustaría dormir sin tener preocupaciones pero eso no creo que sea posible hasta que sepa la verdad, duermo abrazándola para que se sienta segura.

Me levanto con alguien saltando sobre mi, creí que era Vale pero al tomar a esa persona y girarla dejándola bajo de mi me doy cuenta de que no es Vale, ella nunca ha usado perfume de coco.

– Esta es una extraña forma de recibirme – escucho la voz de Amy, abro los ojos encontrándome con ella muy feliz.

– ¿Hace cuanto llegaste? – enarco una ceja, creí que llegaría más tarde.

– Hace unos minutos, subí corriendo aprovechando que Martina se fue a pedir que preparen el desayuno – no quita esa sonrisa hermosa de su rostro en ningún momento.

– ¿Cómo diste con mi habitación? – en esta casa hay muchas habitaciones además si no sabia de mi era extraño que la encontrara rápido.

– Conozco algunas habitaciones de esta casa así que entre en las que no conocía – hace una mueca – no sabía que Steve se cambió de habitación, fue muy incomodo entrar y verlo cambiarse – que carajos, como que lo vio cambiarse?, no se que cara tengo pero ella se ríe? – estoy jugando contigo, estaba durmiendo cuando entre por error a su habitación – extrañamente se mete entre las cobijas como si estuviera a punto de dormirse – me levanté a las 5:00 a.m, prácticamente salí corriendo de mi casa, no me quería encontrar con mi padre – su ojos parecen pesarle hasta que se queda dormida, nunca he visto a ninguna chica dormir pero puedo jurar que no quisiera ver a nadie más que no fuera ella.

Con cuidado me levanto de la cama sin querer despertarla para ir a cambiarme, a pesar de que en esta casa no odiamos es tradición comer juntos aunque es incomodo estar en silencio como si fuéramos unos completos desconocidos. Me demoró alrededor de quince minutos en alistarme, cuando salgo de mi baño la veo en una posición distinta a la que la deje, está abrazando mi almohada como si fuera un monito, con cuidado me acerco y retiró las sábanas que cubren ligeramente su rostro.

– Como quisiera que fueras feliz – murmuró tocando su rostro suave – quisiera que nunca nadie te lastime.

– Contigo a mi lado siempre estaré segura – la escucho decir, creí que estaba dormida.

– Eres buena fingiendo estar dormida – retiró las sábanas que recubren su cuerpo, por el cambio de temperatura de caliente a frío por las sábanas ella abre los ojos y me mira enojada.

– Estaba muy cómoda – hace un puchero pero aun así se levanta y acomoda su camiseta blanca y su pantalón.

– Yo se pero debemos bajar a desayunar – empiezo a caminar a la puerta de mi habitación aunque en ningún momento escucho sus pisadas, de seguro se está poniendo sus zapatillas pienso pero al girarme ella está parada mirándome seria – ¿Qué ocurre? – pregunto muy confundido hasta que ella estira sus manos hacia mi como niña chiquita haciendo señas de que quiere que la amarque – Amy ya estas grande – me quejo.

– Si no me cargas no bajo y punto – se sienta en la cama con los brazos cruzados, no me queda de otra más que acercarme y arrodillarme de espaldas.

– Sube – en menos de unos segundos siento su cuerpo sobre mi espalda – no puedo creer que me deje chantajear por ti – me levantó y acomodó para que no se caiga.

– Yo se que así me quieres – me da un beso en la mejilla – ahora vamos abajo que me muero de hambre – le hago caso y caminó con ella al comedor.

Al finalizar las gradas ella golpea mi espalda dándome a entender que desde ahí puede caminar sola, ni bien la dejo en el suelo ella sale disparada a la sala ya que desde ahí se escucha la voz de mi pad.. que digo de Armando, al entrar veo a ella abrazándolo desde atrás.

– ¿Qué haces aquí Addy? – me regresa ver enojado ya que de seguro vio que vine del mismo lugar que ella.

– Creí que te daba gusto verme – pone una cara triste alejándose de mi padre para ir a abrazar a Martina que se encuentra al otro extremo del sillón - tu si me extrañaste verdad mamá? - pregunta con un tono tierno, por un momento creí que esa señora le respondería de una forma grosera al llamarla de esa manera pero ocurre todo lo contrario.

– Claro que te extrañe mi amor – le da un fuerte abrazo - ¿te gusto la pintura? – Amy asiente efusivamente.

– Me encanto – besa su mejilla y regresa a ver a Armando – ves, ella si me extraño – frunce sus cejas.

– Yo nunca dije que no te extrañe princesa – se acerca más a donde está ella – solo pregunte qué haces aquí – coloca su cabellos detrás de sus orejas, ella sonríe muy feliz tanto que se abalanza sobre Armando.

– Tuve una pelea con mi padre – se separa de Armando el cual está enojado ante lo Amy dijo – asi que sali antes de que despertara además tengo una prueba de vestidos con mi mamá – la abraza otra vez.

– ¿Qué te dijo Dante? – toma su mano.

– Ya sabes lo de siempre – Martina besa su cabeza tal como si fuera su madre – me dijo que no quería que me acercara a ti – juega con la tela del vestido de esa señora.

– Como se atreve a decir eso – toma su celular como si estuviera a punto de llamar al padre de Amy, ella se da cuenta de lo que quiere hacer así que le arrebata el celular de la mano y se lo da a Martina la cual lo guarda dentro del sillon – denme el celular – estira su mano en direccion de ellas pero las dos sincronizadamente niegan con la cabeza – solo voy a tener una conversación civilizada con él – dice, ellas se regresan a ver y niegan con la cabeza, saben que esa conversación será todo menos civilizada.

– Tal vez te lo demos luego – se levanta Amy del sillón – primero desayunemos que me muero de hambre - dice dramáticamente.

– Si mi princesita tiene hambre todos debemos hacerle caso – se olvida del celular y se levanta Armando para acercarse a Martina y estirar su mano la cual ella toma para ir al comedor.

– ¿Qué pediste que hicieran mamá? – se mete Amy entre los dos como si estuviera celosa.

– Pedí que preparen un pie de manzana – Amy chilla emocionada tanto que empuja a Armando a un costado provocando una risa de mi parte pero rápidamente tozo intentando ocultar mi risa.

– ¿Cómo osas empujarme Abby? – él la empuja de regreso, ella abre su boca indignada.

– Estabas abrazando a mi mamá y ella es mía – la abraza y empieza a caminar así hasta llegar al comedor, es extraño ver tantas risas sinceras por parte de ellos, ni siquiera se rien asi con Steve.

– Te recuerdo que es mi esposa – se burla Armando acercándose a ellas para darle un beso a Martina, Amy hace una mueca de asco y se aleja de ellos.

– No hagas eso – comienza a caminar hacia donde está una empleada llevando la comida para ayudarla a llevar ya que ve la dificultad con la que la señora lleva la jarra de jugo para no dejarla caer.

– Mi amor no es necesario que ayudes a las señoras – dice Martina con una mueca, no puedo creer que quiera que Amy sea igual de cómoda que ella.

– No importa mamá – le da una sonrisa – me gusta ayudar – sonrió mientras entra a la cocina tarareando una canción de esas antiguas que les gusta.

– Retira esa sonrisa de tu cara, te dije claramente que no quería que estuvieras cerca de ella – siento como Armando toca mi hombro apretando por la rabia que se carga.

– Y yo te dije que no eres quien para decirme que hacer – me safo de su agarre.

– Estas advertido – me mira con odio puro en sus ojos lo cuales cambian al instante de ver a Amy entrar con una sonrisa.

– Mamá veo que remodelaste la cocina – dice mientras acomoda los individuales en la mesa, Martina se acerca y la ayuda.

– Si, la remodele como tu querías – termina de poner el último individual – te gusto? – pregunta con miedo como si tan solo un comentario de Amy pudiera acabar con ella.

– Mucho – esa respuesta alegra notablemente a esa señora la cual se acerca a Armando que no ha dejado de mirar a Amy.

– Princesita puedes hacernos un favor – llama él su atención haciendo que ella deje de ordenar los platos para acercarse a él – llama a Steve para que venga a comer – su felicidad cae al instante pero aun así asiente con la cabeza no muy convencida – y tu Emilio – su voz cambia al pronunciar mi nombre - trae a tu hermana a comer - yo ruedo los ojos antes de salir de la cocina.

– Esperame – escucho la voz agitada de Amy, la regreso a ver y me mira con los ojos entrecerrados – ¿porque caminas tan rápido? – coloca sus manos en sus rodillas tratando de controlar su respiración.

– Tu eres muy pequeña por eso no me puedes seguir el paso – vuelvo a caminar subiendo las gradas.

– Lio espérame – la escucho subir más agitada que antes, al llegar al final de las escaleras ella me sonríe – deseame suerte, debo despertar al tarado ese – arruga su nariz con inconformidad.

– No me agrada la idea que vayas con él – mis puños se cierran tratando de controlar mis ganas de ir yo mismo a despertarlo pero con unos buenos golpes – te espero abajo si? – ella asiente con la cabeza y se gira para ir al cuarto de Steve, espero que ese imbécil no la haga sentir mal.

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