Tengan a la mano Let it happen - Tame Impala. Disfruten :)
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"Let it happen, let it happen"
(It's gonna feel so good)
"Just let it happen, let it happen"
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Charles tiene su mano en mi espalda baja mientras esperamos el elevador. Siento que vivo más en hoteles que en cualquier otro lado, y desde que llegué a trabajar aquí no me había puesto a pensar en lo cansado que puede llegar a ser este estilo de vida para muchos. Supongo que los pilotos son los más acostumbrados, porque jamás los he visto cansados con todo esto.
-Qué divertido que Haiden haya decidido acompañarnos.
-Charles, no nos está acompañando, esto fue su idea.
-¿Y? Hubiéramos salido de todas formas sin él.
El elevador comenzó su camino, descendiendo con lentitud, y conforme avanzaba, crecía mi necesidad de hablar con él. Volteó a verme con una sonrisa que desapareció cuando me vio con semblante preocupado.
-¿Qué? ¿Lo dices en serio?
-En la mañana no hiciste más que lanzar indirectas cada 3 minutos. Y hubieran sido muchas más de no ser porque Carlos te usó como balón de futbol.
-Mi amor, no lo dije en...
-Charles, todo esto me estresa mucho. A decir verdad no estoy muy emocionada por hacer esto hoy. Por favor, por favor no lo vuelvas a hacer.
-¿Hacer qué? ¿Referencias a que eres mi novia?
-¡Justo eso!
Suspiró, pero no como si estuviera enfadado, sino más bien comprensivo respecto a lo que le estoy diciendo. Puso un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.
-Lo siento, bonita. No va a volver a pasar, te prometo que voy a hacer todo lo posible por portarme bien.
-¿Todo lo posible?
-Tampoco me pidas milagros.- sonrió antes de juntar sus labios con los míos. Y eso me trae recuerdos de nuestro encuentro en este mismo elevador hace apenas unos días.
No me había dado cuenta de que el ascensor se había detenido unos pisos antes de la recepción.
-No quiero saber lo que estaban haciendo antes de eso.- Carlos entró junto a nosotros cuando el elevador se detuvo en su piso.
-Nada, tonto.
-Esta vez...
-¡Cállate, Charles!
-¿Cómo es que se besan en un lugar tan público? Las puertas pueden abrirse en cualquier momento. Si nadie los ha descubierto todavía es de milagro.
-Así planeamos seguir, no te preocupes.- respondió.
-Mira nada más, Lord Perceval se ve bien esta noche, y Al...
-No me digas... ¿nos sentimos creativos hoy?.- asintió con una sonrisa.- Entonces creo que nos arriesgamos con un "Alicia, qué guapa".
-Alicia, me leíste la mente.- siempre, cada vez que me arreglo para ir a un club o evento, Chili me dice exactamente lo mismo.- Okay. Hoy los chicos estarán demasiado ebrios como para darse cuenta, pero habrán muchas cámaras, para que tomen precauciones. Alicia, ya tienes a Charles, ¿pero vas a beber esta noche?
Mi novio sonrió a un lado mío.
-Va a beber conmigo, Carlos, no te preocupes.
-Ah, genial. Dos adultos que tengo que cuidar entonces.
-Ahora dices eso, pero ninguno de los dos se ha puesto tan mal como tú esa vez en Australia cuando jugaste a ser cupido.
-Ay, cállate, que fuiste el más beneficiado por eso. Además, no soy yo por el que deberías preocuparte hoy. ¿Debería preocuparme porque me reemplaces con Haiden como tu mejor amigo?
-Gracioso, casi tan gracioso como ese tipo diciendo que podría reconquistar a Alice si quisiera.
-Char...
-Pero... voy a portarme bien. Porque lo prometí.- sonrió y volvió a abrazarme, pero a pesar de que eso me tranquiliza un poco, sé que no va a durar toda la noche.
(...)
Cuando llegamos a recepción, no me sorprendió en lo absoluto ver a Haiden y Lando juntos, riendo a carcajadas. Sabía que se llevaría bien con él más que con cualquier otro. Tienen el mismo sentido del humor.
-Wonderland, qué bonita.- me envolvió en un abrazo. Nos acabamos de ver hace un par de horas, ¿por qué tanto entusiasmo?.- ¿Lista para esto?
-Va a ser una noche tranquila, Hai.
-Como digas, como digas. ¿Nos vamos ya?
-Sí, mi auto está por aquí.- entiendo que Charles esté celoso, pero pasar en medio de los dos y quedarse ahí para separarnos me parece un poco excesivo.- ¿Tú te vas con Lando, verdad?- lo formuló como pregunta, pero sonó más bien como una afirmación. Vi que Carlos alzó la mirada hacia el techo, como pidiéndole a dios que esto no saliera mal. Y eso me preocupa porque, desde que iniciamos con lo nuestro, Chili siempre se reía y se mostraba divertido referente a todo lo que alguno de los dos hacía. Ahora no está haciendo lo mismo.
-Okay, no tengo problema. ¿Te veo allá?.- esta vez se dirigió conmigo.
-Sip. Manejen con cuidado, ¿okay?
Tal vez no fue lo mejor por hacer, pero solté la mano de Charles de forma discreta mientras nos alejábamos. Es mi novio, así planeo que sigan las cosas, pero la presencia de Haiden aquí no debe cambiar el hecho de que nadie sabe de nosotros más que Carlos. Y obviamente pasearnos por el hotel repleto de personas que están ahí justamente por la carrera no es la mejor opción.
El camino fue igual que siempre; él conduciendo, yo atrás para poder tomar mejores fotos de la ciudad, y Carlos en el asiento del copiloto como su passenger Princess.
-Dices estar celoso de Haiden, pero nadie dice nada de que tratas a Carlos como tu novia más que a mí.
-Eso es porque tú llegaste para separarnos, Alicia.
Desde hace un año que estoy aquí no he ido a un club sin tener el VIP apartado. Privilegios de salir con los pilotos de F1, supongo. No sé con quién coordinó Haiden todo esto, pero había conseguido el mejor privado en el mejor club de Italia.
Russell nos recibió con un shot, y eso me pareció gracioso, porque George tiene que planearlo todo, y obviamente, al ser el planificador designado, tiene que tener completo control de las cosas.
Para cuando subimos, todos ya estaban ahí. Lando sirviendo shots, Max platicando con Kelly, y Haiden está recargado contra el balcón mientras platica con una chica, y eso me hizo sentir mil veces mejor, porque si está con alguien esta noche, Charles no va a tener que ponerse celoso. Pero luego me ve, y no tiene ningún problema en despedirse de ella para venir a mi encuentro. Y como es costumbre, la chica con la que estaba me dedica la mirada más horrible del mundo. Es algo que hacía también en nuestra época de internado, así que ya estaba acostumbrada.
-Wonderland, con razón no quieres irte de aquí, estos chicos son increíbles. ¡Lando es genial!.- se dejó caer a mi lado en el sillón. Acomoda su cabello mientras sonríe de oreja a oreja.
-Sabía que te llevarías bien con todos, sobretodo con él.
-Es muy divertido. Vamos a salir la próxima vez que vaya a Nueva York, dijo que iría en un par de meses.
-¿Eso significa que no vas a quedarte aquí? Porque mi papá te ofreció quedarte como ingeniero, digo.- estoy nerviosa por su respuesta, porque no soy nadie para decirle que no lo haga, pero complicaría mucho las cosas si se queda.
-Solo lo haría si me lo pides.
-Haiden...
-Lo sé, lo sé. Sin sentimientos, ¿verdad? ¿Sigue siendo así?- asentí, y me siento un poco mal por mentirle, pero la verdad no quiero tener que contarle todo... y tener que explicarle porqué con alguien más sí quise lo que con él no, porque no tengo la respuesta para eso.- No pasa nada. Además, mi vida está en Nueva York, ¿te conté que exhibieron una de mis pinturas en un museo?
No fue mi intención hacerlo, pero sin querer pasé un buen rato platicando con él de miles de cosas que se fueron rezagando durante el año pasado. Su arte, mi cambio a Red Bull, mis fotos, todo. Y fue bonito reconectar con él. Genuinamente es un buen amigo, y fue reconfortante volver a hablar con él después de tanto tiempo.
Charles tenía razón; sigue interesado en mí, pero no sé, hay algo respecto a lo que me responde que me hace creer que quiere decirme algo. Tengo esa sensación cada que lo veo reaccionar a lo que le estoy contestando. Como... ¿como si no me conociera, tal vez? Como si nos estuviéramos conociendo apenas esta noche.
-A Charles creo que no le caigo muy bien.- dijo luego de que le presentara a todos los pilotos presentes en el cuarto.
Toda la razón, no te lo voy a negar.
-Ay no, está estresado por la carrera del domingo, es todo. No es personal.
-¿No es personal? Pff, no quisiera ver cómo se pone cuando sí es personal.
Entonces hice lo que cualquier persona cuerda haría: cambiar de tema.
-¿Y bien? ¿Alguna chica va a ser afortunada hoy?
Sonrió con timidez. Me parece curioso que alguien como Haiden se muestre apenado por eso.
-¿Sigues sin estar interesada?
-Así es.
-Bien, entonces...- miró alrededor.- Uh, ¿quién es esa chica que está con Charles?
¿Cómo, perdón, disculpa?
-Lizzie Mackintosh...
Está sentada a su lado, riéndose de lo que le está diciendo, tocando su brazo discretamente, inclinándose hacia él.
No soy una persona celosa, de verdad que no. Al menos no lo era antes de Charles, pero las cosas son diferentes ahora porque... porque sí me importa él con todo lo que soy. Entonces lo soy un poco ahora. Sé que no tendría porqué serlo, porque Charles es, bueno... Charles. Y jamás me ha dado medio motivo para desconfiar o algo así.
-Sí, deberías ir con ella.
-No puedo hacer eso.- regresó su atención hacia mí.- Está con Charles.
Si supieras.
-¿Crees que no puedes conquistarla?
-Yo puedo conquistar a quien quiera.
-No a ella al parecer.
Apretó la mandíbula y se giró para verme de frente.
-Alice, Charles me odia. ¿Quieres que además de todo, vaya ahí y le quite a su chica?
Dios, Haiden, si supieras.
-Le estarías haciendo un favor, te lo garantizo. No le gusta.- resopló, pero finalmente fue con ellos al otro lado del privado. La cara de pocos amigos de Charles al verlo aproximarse me terminó por confirmar que no va a hacer ni siquiera el intento de tratar de compaginar con él.
Pero el plan salió bien, porque Lizzie quedó maravillada con Haiden en cuanto lo vio.
-Alice... tú no tienes novio.- soltó Lando, claramente ya un poco pasado de copas.
-Es un crimen, yo lo sé.- bromeé.
-¿Y no quieres? Porque estás en un club rodeada de muchos chicos que se morirían por estar contigo, estoy seguro.
-Sí, yo también lo creo.- soltó Charles con tono inocente.
-Tú siempre me ayudas a conseguir chicas, déjame pagarte el favor.
-Eres muy amable, pero no es necesario, de verdad.
-¿Quién te gusta?
Charles Leclerc.
-Nadie.
-Bueno, ¿cuál es tu tipo?
No respondí de inmediato. ¿Tengo un tipo? Supongo que no, todos mis novios son diferentes. Tal vez algo similares en cuanto a personalidad, pero nada muy descabellado.
-No creo tener.- yo creo que sí tienes, susurró Charles fingiendo mirar sobre su hombro.
-Todo mundo tiene un tipo.
-Alicia sí que tiene uno...- esta vez fue Charles quien, sin perder la concentración en la plática, le dio una patada a su amigo. Y sé que se está desquitando por lo de esta mañana en el desayuno.
-Uhm, físicamente no creo, guapos y ya. Pero que me traten bien y listo.
-Pues tienes la vara bajísima.
No, de hecho Charles tomó esa vara y la convirtió en el puto Burj Khalifa. Y él lo sabe, por eso sonríe orgulloso mientras le llevan su trago a la mesa. Él, entre toda mi lista de novios, tiene la P1, siempre. Porque ha hecho cosas por mí que jamás creí humanamente posibles. Cosas que solo había visto en películas y leído en libros. Y es curioso que justamente yo haya terminado con un chico así, porque el aspecto romántico nunca había sido mi fuerte, y porque todo en lo que no soy buena, Charles lo es por los dos. Y me encanta eso.
-Alice, Haiden es increíble, ¿por qué no sales con él?- es más que obvio que a Lando ya se le pasaron los tragos, por lo que Carlos ayuda a sostenerlo de forma amigable.- Acaba de dibujarme en una servilleta!
Reí.
-Sí, Haiden dibuja muy bien.
-Pero en serio, es que ustedes son tal para cuál! Es como hablar con la misma persona.
Si tuviera un dolar por cada vez que me lo han dicho...
-Sí, por eso somos amigos. ¿Él te dijo que dijeras eso?
-Nop, lo pensé yo solito.
-Lando, dijo que no.- se metió Charles.
-Tranquilo, chispitas. Tuviste tu oportunidad con Alice, no la supiste aprovechar, deja que lo intente con alguien más. Aparte, tú ya tienes novia, ¿no? ¿Por qué no trajiste a tu chica misteriosa hoy?
Supongo que Lando también se graduó con honores de la escuela Carlos Sainz; incomodando gente estando ebrio desde 1994.
-Lando, ¿cuántos dedos tengo levantados?.- preguntó sin levantar ninguno delante de él.
-Mmm, ¿cuatro?
-Okay, tuviste suficiente, siéntate.- lo recostó en uno de los sillones.- Tu amiguito está embriagándolos a todos.
-No es mi "amiguito"
-¿Qué es entonces? ¿Tu novio?
Okay, entonces nuestra plática en el ascensor no pasó jamás. Genial.
-No, mi novio es otro. Si lo encuentras dile que lo estoy buscando.
-Solo digo que Haiden está muy en confianza con todos aquí, más contigo.
-¿Disculpa?
-Alice, el tipo te besaría en un abrir y cerrar de ojos, es obvio.
-No importa lo que quiera él, importa lo que haga yo.
Se dejó caer en el sillón junto a mí. A estas alturas de la noche, la mayoría de los chicos habían olvidado ya a ser prolijos en cuanto a su postura... o su ropa. Max se había desabotonado los primeros 5 botones de su camisa. ¿Por qué? ni idea.
-¿Cómo estás?
-Claramente no tan cómoda como tú.
-¿Lo dices por Lizzie?
-¿Por? ¿Has estado coqueteando con otra aparte de ella?- digo, pero no lo digo en serio, sino más bien bromeando. Al menos así trato de convencerme.
-Bueno, como mi novia está con alguien más, supuse que no habría problema si yo hacía lo mismo. ¿No?
-Yo no estoy con nadie más.
-Has estado sentada al lado de Haiden toda la noche. Riéndote de sus chistes, bebiendo los tragos que te da, escuchándolo a él platicar, cuando tendrías que estar haciendo todas esas cosas conmigo.
Me sentí ablandar, porque sé que tiene razón, pero cada vez que intento juntarlo con Haiden las cosas se descontrolan. Y a decir verdad, creo que llegó el momento de admitir que no sé cómo controlar esta situación. Creí que sería más fácil, pero sé que si no estoy platicando con Haiden sería raro y hasta maleducado porque soy su amiga, la única persona que conoce en esta mesa y una de las razones por las que regresó a Italia. Claro que no podía simplemente ignorarlo. Si la situación fuera al revés, y yo estuviera de visita con él, y se la pasara evitándome, me sentiría terriblemente mal. Pero Charles es mi novio, es lógico que tenga que estar con él, ¿no?
-Charles, lo siento. No sabía como sería este fin de semana, pero de todas formas no está saliendo como...- pero me interrumpo a mí misma cuando siento su mano posarse en mi muslo. Nadie podría ver eso, porque la mesa frente a nosotros se encarga de cubrirlo perfectamente.-... como...
-Continúa, dime.
Lo dijo tan despreocupado, llevando el vaso a su boca con su mano disponible, como si lo que está haciendo fuera tan casual com pedirme la hora. Traté de retomar el hilo de la conversación, pero cada vez que lo intento, sube más y más su mano, adentrándose en el interior de mis muslos, y hago el intento por cerrarlos, pero no me lo permite.
El metal frío de sus accesorios haciéndome sobresaltar.
-No hagas eso.
Ladeó un poco la cabeza, mirándome con sus ojos de venado, fingiendo estar completamente confundido. ¿Hacer qué cosa? preguntó con inocencia, y eso me complica mucho más esta situación. El lugar se sintió de pronto a 1000 grados, y desvío la mirada a cualquier cosa que no sea él, porque sé que no podría soportarlo por mucho más tiempo.
-Ojos en mí, princesa, no te desconcentres.- me indicó girando mi rostro con su mano en mi mentón.
Soy débil, muy débil cuando se trata de él. Sé que nadie nos ve, todos los chicos están o bailando abajo, o demasiado ensimismados con sus propios asuntos, incluso Hai, quien de hecho parece platicar animadamente con Lizzie. Quién lo diría.
-Haiden cree que te cae mal.
-Haiden es muy inteligente entonces.- me percaté de que detuvo sus movimientos al decir su nombre. Por dios, Charles, no significa nada, supéralo ya.- No tengo que fingir que me cae bien el chico que ha estado tan cerca de mi novia toda la puta noche.
-No, pero pudiste al menos intentar. Te dije que todo esto me estresaba, y que yo sabía que no era lo ideal, pero quería que hicieras un esfuerzo para llevarte bien con él porque también es importante para mí.
-Sí, tan importante que jamás lo mencionaste en más de un año.
-No, sí lo mencioné, solo no las partes que sé que estás pensando, porque son justamente esas las que no significan nada para mí.
-¿Y cuáles sí?
-En las que él era mi amigo solamente.
-¿Sigues comparándonos?- pregunta, y me toma por sorpresa. Porque sí, no puedo evitar notar ciertas similitudes entre los dos, pero jamás podría compararlos. Los dos significan cosas diferentes para mí, porque llegaron en distintas etapas de mi vida- Yo lo hago... y voy ganando.
¡Sí! Qué bueno que lo entienda finalmente.
-¿Entonces de qué te preocupas?
No respondió de inmediato.
-¿Te gustan más los dibujos que yo hago para ti en los post it que te doy?
Sonreí.
-Basta, te besaría en este momento si pudiera.
-¿Te importaría hacerlo en frente de Haiden?
-Charles... desde que llegó estás así, basta ya.- lo sacudí.- No tienes nada de qué preocuparte, te lo garantizo. Si pudiera haberme quedado en mi habitación viendo películas y pidiendo room service contigo, lo habría preferido. Esto es solo un fin de semana, luego de eso volveremos a ser solo nosotros... y Carlos.- rió, y eso me tranquilizó, porque lo que menos quiero es que esto crezca más y siga pensando que Haiden es alguien de quien deba preocuparse.- Porque así han sido siempre las cosas, ¿sí? Y así van a seguir, pero por favor...
Exhaló ruidosamente, mirando alrededor.
-Bueno, ¿te sigues sintiendo atraída hacia él?
No acaba de preguntarme eso. No después de que le he repetido hasta el cansancio la respuesta.
Rodé los ojos y me alejé de él, zafándome de su agarre cuando me tomó del brazo, no me importó sentirme frustrada cuando dejó de tener contacto con mi cuerpo.
Sabe que toda esta situación es estresante para mí como para que se comporte de este modo.
Bajé las escaleras y fui por un trago yo misma, ignorando la mueca de desaprobación de Ricciardo, quien no se cansa de decir que las chicas bonitas no deben comprar sus propias bebidas. Pero no es como que tenga muchas opciones en este momento.
Dejo mi trago a la mitad para dirigirme al centro de la pista, que es donde todos están bailando. Desde aquí la luz es potente y cegadora. Imposible de ver algo más que una enorme mancha blanca que te impide observar más allá. Los colores del club cambian de color cada cierto tiempo, proyectando figuras en el techo. En esta ocasión, por la carrera del domingo, están proyectando autos.
Estaba muy ensimismada con esto, tomando fotos con mi celular estando en el medio de todo, viendo cómo los presentes parecen estar tan metidos en sus propios asuntos, cuando sentí a alguien detrás de mí, ridículamente pegado a mi cuerpo, sus manos instalándose en mi cintura con toda la confianza del mundo.
-¿Qué te pasa, pendejo?- hice un intento por zafarme, pero no me soltó.
-Tranquila, princesa, soy yo. Vine a disculparme. Pero recuérdame no llegarte por sorpresa nunca.
Escuchar su voz, a pesar de lo que acaba de pasar allá arriba, me brinda una calma indescriptible a pesar de estar en un lugar tan ruidoso.
-¿Te disculpas así con todo el mundo?.
-Solo contigo, bonita.
Miré alrededor, cerciorándome de que nadie nos esté grabando.
-Nadie nos mira, mi amor. Baila conmigo.
-Charles, estamos en un club, claro que hay gente mirando. Es semana de carrera. Estoy segura de que al menos la mitad de los presentes saben quienes son.- respondo quitando sus manos de mi cuerpo, no porque así lo quiera precisamente.
-Solo deja que pase. Podemos preocuparnos por esto luego.- sus manos deslizándose por mi cintura para entrelazarse sobre mi abdomen. Su mentón sobre mi hombro, y su cuerpo pegado al mío. Me hace sentir en confianza el hecho de que hay humo artificial por las máquinas colocadas estratégicamente en las esquinas del techo y al pie de la pista, y las luces intermitentes nos benefician muchísimo, porque inclusive si alguien nos fotografiara, no se podría distinguir mucho.
Y eso me armó de valor para girarme y verlo de frente. La canción había llegado a su punto más lento y calmado, y me puso feliz ver a Charles mirándome también. Sus manos ahora en mi espalda, manteniéndome cerca. Es raro estar así, de esta forma en un lugar tan público, porque siempre nos mantenemos alejados al momento de bailar cuando salimos a clubs con Carlos y los pilotos.
-Yo hice esto...- pero siguió hablando al ver que no supe a qué se refería.- Les pagué para que encendieran las máquinas de humo al máximo y así poder bailar contigo, porque dijiste que tenías ganas de hacerlo, pero no es como que tengamos toda la libertad para llevarlo a cabo, entonces...
Mi P1, siempre.
-No es cierto.- pero no sé porqué lo dije, si es algo que perfectamente haría Charles. Agregando un piso más a este edificio llamado "mi tipo".
-Mi amor, ¿cuándo te he mentido a ti?
Me puse de puntillas para que me sea más fácil besarlo. Increíble que con tacones aún tenga que hacerlo.
-Te quiero, Charlie.
-Por dios, contrólate, estamos en público.- bromeó.
Continuamos de este modo hasta que Charles le indicó al encargado de las máquinas que había sido suficiente. No porque quisiera separarse, pero porque muchos de los presentes habían comenzado a toser por el humo.
-¿Sabes? No terminamos lo que dejamos inconcluso allá arriba...
Oh.
-¿Qué tienes en mente?- sonrió y me tomó de la mano después de soltar un corto "ven conmigo", y proceder a llevarnos al baño.
Me dijo que me quedara afuera mientras se cercioraba de que no hubiera nadie adentro, y una vez que lo comprobó, me indicó que entrara con él. Es un baño... interesante, porque los cubículos son mucho más amplios de lo normal, y no hay lavabos ahí dentro.
-¿Qué clase de baño es este?
-El que sea, nos sirve. Ven.- nos encerró en el último cubículo, y ahí entendí un poco más el concepto. Son más grandes porque los lavabos están dentro del mismo. Es muy privado todo, sí, y justo hoy agradezco mucho eso.
Me hizo sentar sobre el lavabo y no perdió el tiempo para deslizar sus dedos por encima de mi ropa interior inmediatamente después de subir mi vestido mientras continuaba besándome. Sus besos son adictivos, lo juro por dios, jamás podré tener suficiente de ellos.
-He querido hacer esto toda la noche, bonita. Solo para dejar en claro que solo yo puedo tocarte y hacerte sentir de este modo, nadie más...- sé que va a volverme loca cuando no rompe contacto visual conmigo al arrodillarse frente a mí. Besando el interior de mis muslos, que se sienten como gelatina a estas alturas. Tomo su cabello en un puño al sentirlo tan cerca de mí mientras amenaza con subir todavía más.
-Charles...
Pero nosotros no seríamos nosotros sin tener a alguien interrumpiéndonos constantemente.
-¿Charles? ¿Estás aquí?
¿Es Russell?. Gesticulé, recibiendo un asentimiento como respuesta. Se incorporó antes de contestar.
-Uhm, sí, George, estoy... en el baño.- rodó los ojos.- ¿Qué ocurre?
-¿Has visto a Alice?
-No, no desde hace rato. ¿Qué pasa, todo está bien?
-Sí, sí. Solo que todos ya bebieron demasiado. Norris, Verstappen. Inclusive su amigo cuyo nombre no recuerdo.
-Oh, uhm... pues todos estamos en el mismo hotel. Yo me quedo a buscar a Alice, algo me dice que está cerca.- bromeó deslizando sus manos por mis piernas, y tuvo que cubrirme la boca para no reír.- Carlos puede llevarse a los demás en mi auto, tiene una copia en su llavero.
-La cosa es, Charles, que Carlos también es uno de los que bebió demasiado.
Imposible. Tanto que nos estaba molestando hace rato.
-¿Qué? ¿Carlos? Carlos Sainz.
-¡Sí! Ya vámonos!
Escuché los pasos apresurados de Russell, y poco después la puerta azotándose.
-Joder.- echó la cabeza hacia atrás y me ayudó a bajar de la superficie.- Bueno, ya nos interrumpieron 2 veces, pero siempre podremos continuarlo después. Vamos.
(...)
Subir a Haiden y a Carlos en el auto fue extremadamente complicado. Le cerrábamos la puerta a uno y el otro aprovechaba para abrir la otra. Jugaban con los botones y no podían dejar de reír de cualquier cosa. Supongo que en Nueva York esto era divertido porque yo estaba igual de ebria que él.
Carlos y Haiden no habían platicado mucho desde que llegó, pero se volvieron grandes amigos en ese trayecto.
-Entonces... ¿eres amigo de Alice también?.- preguntó abrazando al español. La camisa de Haiden estaba prácticamente abierta en su totalidad.
-Lo soy, sí, ¿pero sabes quién lo es más?
-Carlos, ¿quieres más agua?
-¡Ah! Sí, gracias, Alicia.
Nunca le había pedido a Chili que guardara un secreto estando ebrio, no sé que tan confiable sea en esas condiciones, pero definitivamente, hoy no es la noche para ponerlo a prueba.
(...)
-Vamos a llevar a Haiden a su cuarto y luego dejamos a Carlos en el suyo.
-¡No, yo quiero irme ahora! Quiero dormir ya, estoy cansado.
-¿Quién es Carlos? ¿El español o el monegasco?
-Son dos niños pequeños, se los juro.
-Pero Alice, tú solías ser así también, ¿no es divertido?.- preguntó Haiden tambaleándose en el ascensor.
-Bien, yo llevo a Haiden, tú a Carlos.
-¡Yo no puedo llevar a Carlos sola! Apenas y puedes con él tú.
Me mira desesperado tratando de encontrar una solución. Pero había hecho esto con Haiden cientos de veces y viceversa, no pasa nada.
-Okay... tú lleva a Haiden a su habitación, yo llevo a Carlos y... me marcas por si necesitas algo.
-Va a estar conmigo, ¿qué podría necesitar?
Esto definitivamente no es algo que vaya a repetir jamás en mi vida.
El piso de Haiden es primero, entonces lo tomé de la mano y lo guié hacia el final del pasillo. Por fin esta noche está a punto de terminar. Jamás había estado tan estresada en un día de fiesta.
-¿Dónde está tu llave?
Palmó los bolsillos de su pantalón hasta encontrar su billetera, y metió la llave a tientas en la ranura.
-Gracias por cuidarme, bonita. Te había extrañado.
-Yo a ti, Hai. Es bueno verte después de tanto tiempo.
-Ya no te desaparezcas tan seguido. Deberíamos salir de vez en cuando, solíamos divertirnos mucho.- sonreí.- ¿Quieres entrar?- señaló su habitación detrás de él.
-Creo que estarás bien sin mí.- asintió.- Buenas noches, Haiden. Nos vemos mañana para la clasificación.
-Alice, espera, antes de que te vayas, ¿crees que pudiera hablar contigo?
-¿Hablar conmigo? ¿De qué?
-¿Puedo hacerte una pregunta?
(...)
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-Andrómeda🏎
Okay, okay. ¿Qué pensamos? ¿Les gustó este regalito por el P2 de mi amor Charlie? Espero que lo hayan disfrutado.
Pero también me encanta el drama, y les aviso que se preparen para soportar... y soportar mucho💋
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