Tengan a la mano Champagne Problems - Taylor Swift. Disfruten :)
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Bustling crowds or silent sleepers
You're not sure which is worse
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Solo había ido a una boda antes en mi vida. Una chica de mi clase tuvo que casarse con su novio de ese entonces porque se embarazó. La ceremonia y la fiesta fueron preciosas sobretodo tomando en cuenta que ninguno de los dos quería casarse, pero hey, alcohol gratis para mí. Estaba en mi clase de fotografía en Harvard, y realmente no éramos amigas, entonces no entendí porqué me invitó. De cualquier forma, lo disfruté mucho, pero recuerdo haber pensado que casarse era inútil y estúpido. ¿Por qué querrías encadenarte para siempre a una persona? Tener un contrato de por medio, pensar en... cuentas, pagos, bienes. ¿Por qué no conformarse con ser novios, que es literalmente lo mismo, solo que menos complicado? Me parecía simplemente tonto, y Haiden, que fue mi cita en esa ocasión, solo se limitaba a sonreír y negar con la cabeza, repitiendo "no lo entiendes" cada vez que decía un argumento a favor de mi postura.
Tenía razón. No lo entendía en ese momento, pero lo entiendo ahora.
Y definitivamente me queda claro cuando veo a Blanca platicar con su prometido durante la cena de ensayo.
Estoy en el pasto jugando con Piñón mientras cuenta la historia de cómo se conocieron hace un par de años, y estoy segura de que todos en la mesa han escuchado la misma historia decenas de veces, pero aun así, sonríen cuando la cuenta una vez más. Isa la mira con atención, sus manos sobre su mentón conforme avanza la historia, pero Carlos se limita a comer su pasta y platicar con Charles en voz baja. Supongo que ha escuchado esta historia más veces que cualquier otro.
Me siento nerviosa y no sé porqué. Genuinamente como si yo fuera a casarme y no Blanca, es como si estuviera esperando algo, pero ese algo no me deja dormir. Es nerviosismo bueno, como... los nervios que te dan antes de subirte a una montaña rusa. ¿Pero por qué? Estoy de vacaciones en España con mi novio, tendremos una gran fiesta mañana. No hay nada de qué preocuparse. Eso es lo que me repito a mí misma durante la cena, hasta que me convenzo y simplemente lo ignoro.
-Mi mamá les preparó el cuarto de Alicia, pero por el amor de dios, no usen el pasadizo para otros fines.- advierte Carlos entregándole a Charles un par de cobijas dobladas.
-Eres un tonto.- digo lanzándome a la cama. El vuelo, a pesar de ser en un avión privado, fue algo cansado. Desde hace días que mi ciclo del sueño está desequilibrado porque nos vamos a la cama tarde y nos despertamos muy temprano para tener todo el día disponible para vacacionar.- Buenas noches, Chili.
-Descansa, Alicia. Tú también, Lord Perceval. Nos vemos mañana.
Charles se acuesta en la cama junto conmigo, cubriéndome con la pesada colcha porque sabe que durante la noche me da frío y tiendo a acercarme mucho a él en la madrugada.
-¿Emocionada por la boda?
-Algo. Solo he ido a una en mi vida, pero es una boda Sainz, entonces sé que va a ser entretenida.- el monegasco sonríe y besa mi mano entre la suya.
-¿Quieres ver una película?.- pregunta encendiendo la televisión.
-Me estoy muriendo de sueño, ¿cómo tienes energía para ver una película a esta hora?
-No lo sé, no estoy cansado. Pero puedo apagarla si te molesta.
-No, está bien, ve tu película. Buenas noches.- dejo un corto beso en sus labios antes de regresar a mi lado de la cama y abrazar una de las almohadas contra mi pecho.
De igual forma no pasan más de 20 minutos cuando apaga la televisión y se acurruca a mi lado, entrelazando sus manos sobre mi abdomen, pegándose a mí.
-Buenas noches, Ace.- susurra en mi oído poco antes de descansar su cabeza junto a mi hombro.
Cómo se puede quedar dormido este chico tan rápido, no tengo idea, pero particularmente hoy me hace recordar a la primera vez que dormimos juntos. Fue en Brasil, y hasta el día de hoy, es uno de los momentos más preciados que tengo con él, porque es de las noches que mejor he dormido en mi vida. Y me había acostumbrado a tenerlo tan cerca de mí en la cama. Siempre tocándome de una forma u otra, ya sea abrazándome, yo sobre su pecho, o con sus dedos entrelazados en mis pulseras. Es bonito tener ese nivel de calidez y confianza con una persona, sobretodo cuando es la primera vez que la experimentas en tu vida, que es mi caso.
Y completamente de la nada, como una necesidad patológica de romper el silencio, me invadió la urgencia de decirle algo. Un impulso. No sé porqué, no sé de dónde salió o porqué justo ahora, solo es una sensación que se asentó en mi pecho, deseando exteriorizarse desesperadamente, como aguantar la respiración y perder el aire en mis pulmones si no lo digo en voz alta, aunque no sea algo particularmente importante.
-Charles, ¿estás dormido?
Pero no obtuve respuesta.
Me giré para verlo mejor, plácidamente dormido con su rostro iluminado por la luna que se cuela por nuestra ventana. Su cabello meciéndose gentilmente por el aire del balcón que le pega de frente. Muchas personas no lo saben, pero si lo ves muy de cerca, puedes apreciar las pequeñas pecas que adornan su nariz. He besado todas y cada una de ellas. Pero esta vez dejo un beso en su mejilla, sintiéndolo soltar un suspiro involuntario ante eso.
-Estoy muy enamorada de ti, Charlie. Sé que no me escuchas, pero lo estoy, mucho.
No obtuve respuesta, claramente, pero me quedé tranquila una vez que lo dije en voz alta. Los nervios se disiparon, y la sensación no regresó, pero me prometí a mí misma que lo haría más seguido a partir de ahora.
(...)
A la mañana siguiente, todos se veían apurados y nerviosos, suben y bajan, van de un lado a otro. Casi me siento mal por no hacer nada yo, pero el señor Sainz nos había dicho que no nos preocupáramos por nada más que por estar listos una hora antes de la ceremonia.
Habían reservado un jardín inmenso donde sería la boda. Blanca no quiso hacer la fiesta en la casa, sino que se decidió por irnos a las afueras de la ciudad y reservar un hotel cerca a la finca, entonces la mayoría de los huéspedes eran familiares y amigos vestidos de la forma más elegante posible.
Es un hotel bonito, y nuestra habitación tiene una vista perfecta a cierta parte del jardín, donde podemos ver a los asistentes montando las mesas para que todo esté listo al rato. El desayuno fue el momento más tranquilo del día, porque inmediatamente después de que terminamos, Blanca se retiró a su cuarto para que la maquillaran, cambiaran y peinaran.
Mi vestido es color rosa. Lily me había acompañado a comprarlo, y solo le envié foto del color a Charles para que comprara una corbata a juego como me había pedido.
Él estaba en el cuarto viendo la tele mientras terminaba de arreglarme en el baño. El vestido que había elegido es de tirantes con unos detalles de olán en la parte de abajo. Es entallado de la cintura y el pecho, pero vaporoso de las piernas. Me siento cómoda en él, que es lo más importante. Y no me gusta traer el cabello recogido, entonces solo me lo moldeo con la plancha y lo dejo caer sobre mis hombros. Después de maquillarme, regreso finalmente con Charles a la habitación, esperando un "qué hermosa, mi amor", como es su costumbre, pero en su lugar...
-Alice, no puedes irte así vestida.
Lo dijo con seriedad, y lo más serio que he escuchado a Charles hablar acerca de mi ropa, fue cuando me dijo que no podía esperar a llegar a casa para quitarme mi vestido, entonces esto me toma por sorpresa. Me mira de arriba a abajo, inspeccionando mi atuendo, y caigo en cuenta de que eso no va nada acorde a su personalidad.
-¿Qué dijiste?
-Te ves demasiado preciosa, mi amor, es el día de Blanca.- complementa llegando a mi encuentro y dejando un suave beso en mi mejilla.
-Me asustaste, tonto.- lo golpeé amistosamente. Charles no es del tipo celoso posesivo que se molesta por la ropa que uso, pero aun así, es un comentario que no vi venir.- Tú también te ves muy guapo.
-Te lo digo en serio, Alice. Te ves hermosa en ese vestido, princesa.
Me sonríe por el reflejo y se apresura a desconectar su celular de la corriente mientras revisa su pantalla de inicio.
-Es Carlos. Dice que nos está esperando abajo porque al parecer hay muchos fans que están estorbando en la entrada. ¿Ya estás lista?
Asiento, guardando mi celular y mi cámara de mano en mi bolsa, porque lo único malo este vestido, es que no tiene bolsillos. Debería ser ilegal que no los tenga.
Cuando las puertas del elevador de abren en recepción me doy cuenta de que Carlos no bromeaba. Cientos de personas detrás de la entrada gritando el nombre de los pilotos presentes en este evento, junto con un par de camarógrafos y reporteros. A veces olvido que los Sainz son famosos aquí. Yo ya me acostumbré a que sean mi familia simplemente.
-Oh, ahí están.- mi mirada no se separa de las cámaras detrás del vidrio de la puerta, apuntando a nuestra dirección, ¿van a estar así durante la ceremonia también? Pero la mano de Charles guiándome por los pasillos me hizo regresar mi atención a él.
Isa y Carlos nos esperaban cerca de la puerta trasera para irnos a la iglesia. He visto a Chili de traje antes, pero particularmente hoy creo que es lo mejor vestido que lo he visto. Estoy acostumbrada a verlo cambiar sus outfits entre su característica playera de Ferrari, su traje de piloto y una playera de licra para hacer ejercicio. Los hombres realmente no se complican con su ropa.
-Alicia...- me mira y sonríe, porque es lo que me dice siempre.- Qué guapa.
-Ese es nuevo, gracias.
Los cuatro nos subimos a uno de los autos que tenían preparados afuera para ir a la iglesia, que realmente está muy cerca, pero sería imposible caminar con tanta gente. Isa y yo platicamos durante el corto camino. Me decía lo mucho que le gustan las bodas y este tipo de eventos, y que le encanta planear esas fiestas para sus amigas.
Creo que ahí fue cuando caí en cuenta de que Carlos y ella son un poco mayores que yo. Es lógico que sus amigos ya se estén casando. Yo apenas tengo 24, pero es curioso cómo cambian las perspectivas con apenas unos años de diferencia.
Charles me toma de la mano para ayudarme a bajar y alejarnos un poco de la multitud, pero eventualmente regresa junto a ellos y Carlos para convivir y tratar de calmarlos un poco para cuando llegue Blanca. Noto que las personas están igual de ilusionadas como si fuera un fin de semana de carrera, acercándose a ellos tratando de conseguir una foto.
Lo he visto en Mónaco con Charles. La gente de España quiere mucho a los Sainz, realmente los ve como de la realeza. Miran anonadados a Carlos y tratan de tocarlo en cada oportunidad que se les presenta, sonriendo y gritando su nombre.
-Carlos, ¿para cuándo tu boda? ¡Que tu chica también es guapísima!
-Ya lo sé, lo sé... ya me animaré yo, uhm... en el futuro.
Isa sonrió a mi lado, y no sé si fue porque le dijeron guapa, o porque Carlos no negó la posibilidad. Charles por su parte se limitó a sonreír, pero de cualquier forma agradecí que no le hubieran dicho algo similar a él.
Los gritos se intensificaron cuando Blanca bajó del vehículo y entró a la iglesia, donde la recibimos de pie. Recorre el pasillo con una sonrisa tomada del brazo de mi tío Carlos, quien se muestra orgulloso de todo esto.
La ceremonia transcurre normal; Isa suspirando con los votos mientras se abraza a Carlos, los papás de Blanca tomándose de las manos mientras secan algunas lágrimas...
¿Qué tienen las bodas que hacen llorar a tanta gente? No lo entiendo.
Pero luego veo a Charles demasiado concentrado en todo eso. En lo que dicen, cómo se comportan, cómo actúan. Entrelazando su mano con la mía y recargando su cabeza contra mi hombro. Me pregunto en qué estará pensando.
(...)
El jardín donde es la fiesta es precioso. La vista desde nuestra habitación no le hace justicia. Es inmenso. Tiene un lago artificial con fuentes en medio de éste, colores morados y azules inundando la terraza, guirnaldas amarillas que simulan luciérnagas colgadas por todos lados. Todo es muy bonito. Creo que mi parte favorita es un pequeño kiosko algo alejado de la pista de baile y el ruido de la música. Está cubierto por enredaderas, pero decorado con las mismas guirnaldas que cuelgan por todo el recinto. Supe de inmediato que me terminaría los rollos de mi cámara hoy.
Carlos se excusa para ir a saludar a sus familiares, que está de más decirlo, son muchísimos. Conmigo somos mi papá y yo, con Char son unos pocos más, pero Carlos tiene decenas de primos, sobrinos, hermanos, abuelos, el tipo se pasó media hora entre señoras que le decían lo delgado que se ve y apretaban sus mejillas antes de abrazarlo.
Pero algo pasó en ese ínter, porque cuando regresó se veía algo pensativo. Siempre se ve perdido en las entrevistas, pero en este momento es como si realmente estuviera considerando algo importante.
-¿Qué te pasa?- pregunto en cuanto noto que nadie en la mesa nos presta atención.
Me miró de reojo antes de responder que no le pasaba nada, pero no sé, hay algo diferente respecto a él hoy.
-¿Estás bien?
-Alicia, estoy de maravilla. ¿Qué te pasa a ti?
-¿En qué piensas?
Soy experta en no saber exteriorizar mis emociones, y puedo verlo en Chili también en este momento. Sé que quiere decirme, sé que le sucede algo.
-En que necesito un trago. ¿Quieres uno tú?
Le digo que no, porque apenas acaban de servirme este, pero él sí se dirige hacia la barra y le pide al bar tender una bebida que no pude escuchar.
-¿Quieres bailar?- pregunta Charles llegando a mi encuentro, tendiendo su mano hacia mi dirección.
Charlie es todo lo que se puede esperar en una fiesta; quien conoce y saluda a todos, quien me trae los tragos, y quien me invita a bailar a pesar de saber que no soy muy buena haciéndolo. De igual forma, tomo su mano y dejo que me guíe en la pista.
Los colores de las luces parecen derretirse sobre nosotros, y conozco la canción, pero en este momento solo estoy concentrada en sus manos en mi cintura marcando el ritmo, y en sus ojos sin separarse de los míos. Se mueve con fluidez, como si fuera uno con la música, guiando la coreografía y manteniéndome cerca de él.
Su sonrisa no se borra ni siquiera cuando me empujan contra él accidentalmente, por el contrario parece disfrutarlo, y aprovecha para mantenerme contra su pecho un par de segundos adicionales.
-¿Qué marca es tu vestido?
-Valentino. ¿Por?
-Para saber a quién mandarle una carta de agradecimiento por diseñarlo.
Me siento sonrojar ante ese comentario.
-Siempre sabes qué decir. Yo te lo digo todo cuando estás dormido.
-¿Dormido?.- pregunta entre risas.
Sin embargo, el dj interrumpe la canción para dar inicio a la lanzada del ramo. Y eso me pone nerviosa sin saber porqué. Nunca he sido fan de hacer eso. No es como que correría al extremo contrario del salón con tal de no tocarlo, pero ni siquiera me acercaría para ser parte de la dinámica. No es mi estilo, no me gusta, y está de más decirlo, no creo en esas cosas. Pero no quiero darle enviarle señales confusas a Charles y que piense que le temo a todo esto otra vez, a lo que significa o representa. Y, y...
-Ven, camina conmigo.- tomó nuestras copas antes de abrirse camino entre la multitud que se arremolinaba alrededor de Blanca y su ahora esposo.
Estoy segura de que lo hizo para evitarme justamente esa encrucijada.
No me había dado cuenta del clima hasta que estuvimos en el jardín alejados de todo, cuando la suave brisa se acuñó a mi piel. No tengo frío, pero el ambiente está fresco. Afortunadamente no tuve que decir nada, porque Charles pareció darse cuenta de esto y puso su saco sobre mis hombros.
Nos sentamos en el kiosko, que tiene la iluminación romántica perfecta para la ocasión. Y me entregó mi copa de champaña mientras observábamos la fiesta a la distancia en silencio.
-¿Cómo quieres que sea la nuestra?- soltó de la nada.
-¿La boda, dices?- asintió.- ¿Ya estamos hablando de eso?
-Oh, ¿crees que es muy pronto? ¿Qué hago con el anillo entonces?
-¿Sabes? Genuinamente me preocupa que hagas chistes cada vez más y más seguido respecto a eso.
-¿Chistes? Pfff, okay...- soltó una risita tierna.- Pero ya en serio, ¿cómo te gustaría?
Mi mirada comenzó a divagar por el lugar, pensando, dándole vueltas a su pregunta, porque como es algo que hasta que no inicié una relación con él, no había considerado antes. Pero solo me observa a mí mientras lo hago.
Okay, mi boda. ¿Mi boda? Suena bizarro pensarlo o decirlo en voz alta. Nunca había pensado en eso porque nunca fue algo que deseaba, pero estando aquí, viendo a la gente tan feliz, y a Blanca sonriendo como nunca la había visto antes...
-No lo sé, jamás lo había pensado. Pero me gustaría lanzar globos de cantoya otra vez... como lo que hiciste por mí en Mónaco.
-Anotado, ¿qué más?
Lo miro por un instante, solo porque gusta ver las guirnaldas del jardín reflejadas en sus ojos.
-Contigo.
Su mirada tierna se encontró con la mía, y no perdió el tiempo para acercarse a mí y besarme, acariciando mi mejilla.
-Eso está implícito, bonita. Dime qué más.
-Es que... no sé, de verdad nunca lo había pensado. Sé que quiero los globos de cantoya, a todos nuestros amigos presentes, ¡uh! Y cámaras desechables para cada invitado, para poder ver la fiesta desde sus perspectivas.
-Eso me gusta, es muy tú.
-¿Y tú? ¿Algo en específico?
-Que se me venga a la mente ahora, usar los gemelos favoritos de mi papá. Recuerdo que solo los usaba en ocasiones importantes, y no sé, sería como si estuviera presente conmigo.
-Qué bonito. Sí, me gustaría algo similar, pero no sé qué.
-Bueno, supongo que cuando llegue el momento se te ocurrirá algo.
Creo que es buen momento para estar orgullosa de mí misma al hablar de estos temas con tanta naturalidad y confianza, así es como debió ser siempre.
-¿Interior o exterior?.- insiste.
No sé porqué, pero estando sentados en este kiosko cubierto de enredaderas y decorado con pequeñas luces, me pareció exactamente lo que quería.
-Exterior. En algo así, de hecho. Creo que las fotos al exterior son mejores.
-Súper, bueno saberlo. ¿Algo más?
Miro alrededor en busca de otra idea, pero la verdad, es que simplemente estoy feliz si es con él. Porque nadie nunca me había hecho sentir la confianza suficiente como para llegar a estas alturas.
-Te diré cuando se me ocurra algo.
(...)
-Ah, Alicia, Lord Perceval, ¿dónde estaban? ¿Planeando su boda también?- Carlos nos abrazó a los dos cuando regresamos al salón.
Oh no.
-Carlos, ¿cuántos has bebido?
-¡Apenas 5!
-¿Tragos o shots?.- insiste.
-De cada uno.- sonríe antes de regresar a la pista abarrotada de gente.
No diría que Carlos Sainz bailando de esa forma en público es algo que se ve todos los días, porque es algo que no se ve nunca. Jamás.
-Mejor voy con él para asegurarme de que Carlos directo no aparezca.- avisa antes de seguir al español a la mesa de postres.
-¿Qué le pasa? ¿Por qué está así?- le pregunto a Isa, que es quien estaba con él.
-¡No tengo idea! Estábamos hablando con su familia y de la nada comenzó a tomar.
Pero no creo que haya sido de la nada. Carlos es el tipo más centrado que conozco. Este tipo de comportamientos no son dignos de él. Hay algo más.
-¿Dijeron algo en específico?
-Lo típico, nada extravagante.
Asiento, pero no estoy convencida. Sabía que se estaba comportando algo diferente que de costumbre, y que esté bebiendo así, en una fiesta familiar por si fuera poco, me dice que algo le sucede. Y claro que sí. El tipo está probando todos los cupcakes del display y lanzándole chocolates a Charles cada vez que trata de impedírselo, así que voy con ellos para averiguar qué está pasando.
-Carlos, creo que ya deberías parar.
-Joder, solo quiero algo dulce, no es el fin del mundo.- dice tomando un puñado de M&Ms de uno de los bowls y llevándoselo a la boca.
-Hablo de los tragos, Carlos.
-¿Desde cuándo los papeles se invirtieron? Yo soy el que te dice eso.
-Exacto, entonces deja de beber, toma agua, relájate y regáñame tú a mí.
-No, es divertido estar del otro lado. Tal vez lo haga recurrente.
-Sainz, voy a llevarte al hotel, ¿sí? No quiero que tu familia te vea de esta forma.
-Oh sí, no queremos eso, todos sabemos que son muy rápidos para decir lo que piensan de mí.
-¿Qué quieres decir?.- pregunto llamando su atención. Pero ignora mi pregunta y simplemente sigue tomando de su trago.
-Mira, ya es tarde, le diré a tu papá que estás cansado y...
-¿Tienes planeado casarte con Alicia?- soltó completamente de la nada, como si le estuviera preguntando la hora nada más.
Mi novio palideció un poco, supongo que es diferente tú bromear personalmente con algo, a cuando alguien más hace un comentario al respecto.
-Carlos, no empecemos.
-¿Y tú?.- preguntó mirándome a mí.- Te has vuelto muy cercana a Charles últimamente.
-Es mi novio, Carlos, ¿recuerdas?
-Oh, sí sí... ¿entonces dirías que es el mejor con el que has estado?
-¡Carlos!- no, por favor. No queremos otra ronda de Carlos directo mientras está tomado. La primera vez que sucedió fue muy incómodo porque Charles y yo no nos hablábamos ene entonces, pero ahora...- Charles, hay que llevarlo a...
-No, no, responde la pregunta, yo también quiero saber.- contesta con una sonrisa arrogante en su cara.
-Uh, entonces qué bueno que te pongas de su lado, porque la única persona con la que vas a compartir cama esta noche, va a ser con él.
-Bueno, lo siento. Vámonos ya. Solo tenemos que encontrar a Isa.
-No, ya le llamaré yo en el hotel.- digo mientras nos abro paso entre el tumulto de gente, intentando desviar la atención de Carlos.
-Esto no me gusta. La última vez era divertido porque podía incomodarlos y divertirme con ambos.- se queja al dejarse caer en el elevador.
Comiencen a escuchar la canción aquí :)
-¿Y qué? ¿Cuándo van a casarse ustedes?- soltó en cuanto entramos al cuarto. Y me gustaría decir que se estuvo conteniendo durante el camino, pero la verdad es que sus comentarios incómodos estuvieron presentes durante todo el trayecto.
Charles soltó una risita discreta, escondiéndose detrás del español.
Me sorprende ver esta escena y compararla con la última vez que estuvimos en esta misma situación. Increíble que la primera vez, Charles y yo apenas intercambiábamos palabras... y ahora los comentarios de Carlos no pueden ponernos incómodos porque ya estamos juntos.
-Cuando Alice me lo pida, yo no tengo problema con decirle que sí.
-Ja,ja, Leclerc.
-Es broma, bonita. Yo sabré cuando pedírtelo.
Un aleteo se instaló en mi estomago. Creo... que me gusta que hable de esto con tanta naturalidad.
-Alicia, ¿dirías que sí?
-Suenas como si fueras a casarnos tú en este momento.
-Podría... si me respondes.
-Eres insoportable cuando tomas, Carlos.
-Si Charles te pidiera que te cases con él, ¿le dirías que sí?- insistió.
Miré al monegasco detrás de mi amigo, quien miraba al suelo con timidez.
-Él sabe lo que diría.
-Charles, ¿qué diría Alicia?
-Carlos, ya es hora de dormir, ¿sí? Ya no tienes excusa porque ya cenaste, ya comiste algo dulce, y estamos en tu cuarto. Tus padres no te vieron así, entonces todo está bien. Isa llegará en un rato.
-Aww, que bonitos... ¿entonces sí le van a poner Carlos a su primer hijo, verdad?
-No hemos hablado de eso todavía, Carlos...
Charles me miró con una sonrisa tímida en su rostro, sonrojándose por completo. Si tuviera puesto su traje de piloto en este momento, no podrías diferenciar cuando termina la tela y cuando inicia su piel. ¿Qué? ¿Qué dije?
-No necesitan hablar de eso, ya lo estoy haciendo yo por ustedes; ¡pónganle Carlos!
-No es así como quiero ponerle a mi primogénito. Tal vez al segundo.- dijo deshaciendo el nudo de su corbata.
-¿Cómo entonces? Alicia, ¿tú cómo le pondrías?
-Jules.
Los dos. Al mismo tiempo. Jamás habíamos hablado de esto antes... pero aquí estamos, contestando lo mismo. Y es curioso, porque bromea con el tema de la boda, me molesta mencionando el anillo, ¿pero hijos? Es terreno completamente nuevo y desconocido para ambos. O bueno, al menos para mí. Sé de antemano que quiere una familia grande, 3 hijos y todo eso. Se lo había dejado en claro al mundo cuando lo dijo en esa entrevista.
¿Pero yo?
El único pensamiento que había tenido respecto a tener hijos había sido cuando vi a Charles quitándole la gorra a ese niño durante el himno nacional, y cuando me estaba amarrando las agujetas antes de hacer karting hace un par de días. Pero antes de eso, nunca, jamás en la vida lo había considerado siquiera. Solo con él.
Hace mucho dejó de sorprenderme la conexión que tengo con Char, porque siempre parecemos pensar lo mismo, pero algo como esto realmente me impacta porque... es algo importante. Pensar en la misma persona para nombrar a nuestro futuro hijo, porque además jamás habíamos hablado de eso! ¿Cómo es posible?
-Bueno, lo acepto, pero al segundo sí llámenlo Carlos.
Charles y yo no dijimos nada por un instante, y creo que ambos nos estábamos limitando a vernos a los ojos, pero no sé porqué.
-Voy a la máquina expendedora a comprar algo dulce porque alguien se acabó todos los cupcakes. ¿Quieren algo?
-Yo quiero unas galletas azucaradas.- pidió Chili, dejándose caer sobre las sábanas.
-Yo estoy bien, gracias.
-¿Segura?
Asiento, porque a decir verdad, creo que solo quiero dormir. Así que Charles sale del cuarto, y yo aprovecho para hablar con el español.
-Okay, Carlos. ¿Qué ocurre contigo?
-¿Conmigo? ¿Por qué habría de estar pasando algo conmigo?
-Porque solo bebes así cuando ganas o consigues podio, o cuando querías que Charles y yo nos acercáramos, y en este momento no hay necesidad de ninguna de las dos cosas.
-No es nada, Alicia.
-Puedes decirme. Tú siempre me escuchas cuando tengo un problema, puedes hacer lo mismo conmigo.
Me miró como si estuviera tomando la decisión más grande de su vida, pero habló finalmente.
-¿Prometes no juzgarme?
-Chili, soy la persona menos indicada para juzgar a alguien, mucho menos a ti.
Suspiró. Está abrazando sus piernas, su cabello despeinado cae sobre su frente y su camisa está desabrochada de forma poco prolija. Recarga la cabeza contra la cabecera de la cama, y me doy cuenta de que esto, lo que sea que le pase, le molesta demasiado.
-Es que... siento que todos esperan lo mismo de mí. Boda, casamiento, fiesta, invitados. Toda mi familia ha sido así siempre, la presión es demasiada.
Es curioso, jamás había pensado en eso respecto a él. Sé que es un buen novio por lo que Isa suele decirme, y sé que es un excelente hijo porque lo veo. Sé también que es un chico muy familiar, pero nunca se me había pasado por la mente que estaba experimentando este tipo de presión. Aunque bueno, ciertamente tiene sentido. Su familia es muy tradicional, por así decirlo, supongo que esperan lo mismo de él; esposa, boda, hijos.
-Carlos, si quieres casarte o no, es algo que solo depende de ti, no de nadie más, ni siquiera de Isa.
-Ella no dice nada tampoco, pero sé que lo espera.- agregó, jugando con el borde de la almohada.- Tal vez yo también, en un futuro, pero no es mi prioridad en este momento, ni siquiera está en mis planes, no lo ha estado nunca, y siento que todos en la fiesta estaban juzgándome por eso. Blanca se casó y puedo vivir con eso, diciéndome a mí mismo que está bien, que es mayor y que ya llegaría el momento para mí...
-Pero no sabes si quieres ese momento.- complementé, porque creo que entiendo lo que está sintiendo.
-Sé que Isa dirá que sí, y yo no tendría problema tampoco pero... te diría 10 cosas que preferiría hacer antes que eso. Incluso si no pasa jamás, no sería un problema para mí. Y... mi hermana menor se casó antes que yo, Alicia. ¡Menor! ¿Qué excusa iba a darles ahora?
-No deberías darles excusas a nadie, ni explicaciones. Sé que probablemente sea difícil de aceptar porque es lo que tu mente te está haciendo creer, pero tu familia jamás podría juzgarte por eso, Chili. No necesitas casarte, mucho menos estando presionado para hacerlo.
-Es fácil decirlo, me lo he repetido mil veces a mí mismo, pero no funciona así, ellos... ellos realmente quieren lo mismo para mí. No hubo uno, ni uno solo de mis familiares que no me lo preguntara hoy.
-Okay, cuando ves tu futuro, ¿qué es lo que ves?
-Quiero ser campeón algún día, eso es lo primordial, y... ¿eso me hace una persona egoísta? ¿Que sea lo único que realmente deseo?
-No, te hace una persona honesta. No tienes que sentirte mal por tener tus prioridades en orden. Uhm, luego de eso, ¿te ves con hijos?
-Soy bueno con los niños. Claro que me gustaría tener uno, pero...- soltó un gemido ahogado. Nunca lo había visto así. Carlos siempre ha sido una persona muy fuerte para todos, no pensé que estuviera lidiando con esto.- Si no pasa... no me molestaría. Y sé que es saltarse un paso, pero creo que preferiría tener un hijo sin estar casado. No sé si un compromiso tan grande sea para mí.
-Y está bien, Carlos. No pasa nada si no quieres lo mismo de tu familia, eso no quiere decir que estés equivocado, ni que ellos estén en lo correcto. Creo que la única respuesta incorrecta que puede existir en todo esto, es que hagas algo con lo que no te sientas feliz, porque va a ser de por vida, y no queremos eso.
Me mira un poco más tranquilo, casi volviendo a la normalidad.
-Sin embargo...- continúo, porque esta es la parte menos agradable.- Creo que si no es lo que quieres, deberías hablarlo con Isa. Porque si quieren cosas diferentes...
-Lo sé.- me interrumpe. Y sé que es algo que ya se había planteado antes.- Lo sé.
-Pero estoy segura de que van a encontrar una buena forma de balancear las cosas.
-Mira, quién lo diría, sí puedes tomarte una plática en serio.
-Son las consecuencias de juntarme tanto con Charles.- bromeo.- Pero tú siempre te tomas en serio todo lo que te cuento, mereces lo mismo de mi parte.
-Gracias.
-Y si decides hacerlo algún día, voy a estar ahí, y si no, voy a ayudarte a joder a todas las personas que te presionan para hacerlo.
-A veces me caes bien, Alicia.
-Por supuesto, tu vida sería muy aburrida sin mí en ella.- me acerco para abrazarlo, y él no tarda en corresponderlo, dejando leves palmadas en mi espalda. Apenas nos estábamos separando cuando Charles llegó de regreso a la habitación.
-No lo puedo creer... los dejo solos 10 minutos y ya tienes tus manos sobre mi Carlos.- soltó Charles con falsa molestia.- Tus galletas, Carlos... y te traje el panqué que te gusta, mi amor, porque no me pediste nada, pero es tu favorito.- agrega entregándome la envoltura con el postre.
-Me conoces muy bien.
(...)
Nos fuimos del cuarto de Carlos cuando Isa llegó, y ya no tenía sentido regresar a la fiesta, entonces nos fuimos a dormir. Ya me había puesto mi pijama y estábamos a punto de apagar las luces cuando noté que Charles estaba algo inquieto sobre la cama. ¿Qué le pasa ahora?
-Alice...
-¿Mmm?
-¿Podemos hablar?
Sé que estamos perfectamente bien, pero esa frase asusta a cualquiera.
-¿De qué?
-Lo que dijiste hace rato...dijiste que no hemos hablado de eso... todavía.
-¿Y?
-Pues que significa que lo has pensado, que... que ves un futuro conmigo.
-¿Creías que no te veía en mi futuro?
-Tú siempre has estado en el mío, fue lindo confirmar que soy parte del tuyo, es todo.- suspiró.- Entonces...- se acurrucó más cerca de mí.- ¿Jules?
-Jules.
-¿Lo has pensado desde siempre?
-Es que... nunca había pensado tan a futuro en mi vida con alguien, entonces podrías decir que lo he pensado desde que estoy contigo.
-Qué honor.- dice con una sonrisa.- Entonces... ¿te ves... conmigo?
-Ya no me veo con nadie más.
-Bien, estamos en la misma página. Y... ¿cuándo?
-Charles, no...
-Yo tampoco quiero ahora, ni por el siguiente par de años. Tengo un montón de dinero reservado únicamente para preservativos porque no está en mis planes todavía- sonrió.- Pero quiero saber.
-Es que... ni siquiera llevamos un año saliendo. Llevamos mucho más tiempo siendo algo, pero sabes a lo que me refiero, y acabamos de hacernos públicos hace no tanto, entonces no sé.
-Pon una fecha, y es tuyo.
Negué con una sonrisa. Porque no puedo creer que el mismo niño que me enseñó a manejar un carro de karting cuando tenía 8 años, sea el mismo que me está diciendo todo esto.
A veces me pongo a pensar en donde estaríamos si todo el malentendido con Max y Red Bull en Mónaco no hubiera pasado. Llevaríamos mucho más tiempo saliendo, más vivencias a lo mejor pero, no me gustaría cambiar nada de nuestra historia, porque creo fervientemente que las cosas pasan así por una razón.
-No quiero tener hijos sin estar casada, tal vez empecemos por ahí.
-Me parece bien.
Es lindo ver a Charles hablando con tanta naturalidad con temas como este conmigo, que ya no me resulta incómodo hablar al respecto como una persona normal.
-Bueno, yo quisiera casarme después de ganar un campeonato. Tú... ¿tú estás de acuerdo con eso?
Y eso me hace sonreír a mí. El estar realmente concretando algo como esto. Algo a lo que siempre le había huido durante toda mi vida. Y todo parece tan... fácil. ¿Es así de fácil porque es Charles con quien estoy hablando? ¿O solo así es siempre para todos?
-Estoy de acuerdo. Pero si sigues con Ferrari, entonces no vamos a casarnos en esta década.
Suelta una risita, acurrucándose contra mi pecho. Estoy usando una de sus playeras, pero creo que a estas alturas ya se le hizo costumbre verme con ellas, entonces no le sorprende. Comienzo a jugar con su cabello, tirando de él suavemente.
-No lo sé, tengo un buen presentimiento.
-Te creo entonces.
-¿En qué momento pasamos de pelear porque no podíamos hablar de temas serios, a esto?
-Me lo pregunto también, pero creo que valió la pena.
-Sí, yo también.
Nos quedamos en silencio un buen rato, y me di cuenta de que, si bien no era una conversación que estaba esperando, se sintió bien tenerla. Sabemos que queremos lo mismo, que estamos en la misma página... y que es tangible, que va a pasar algún día, que todo es mutuo.
Y se siente bien vivir así, tener esto con otra persona, porque es algo que jamás creí tener, porque pensaba que era algo que no se necesitaba.
En Charles encontré lo que no sabía que estaba buscando.
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-Andrómeda🏎
Quise darle este enfoque al capítulo porque sí, los rumores son ciertos... la historia de Carlos va a tener muuuucho que ver con lo que se habló aquí. Y está más cerca de lo que piensan, entonces quise que tuvieran un antecedente. Consideren esto un mini spoiler.
Muchas me mandaron mensaje por insta medio asustadas por el título de este cap, pensando que el drama sería entre Char y Ace, entonces supongo que esto no lo vieron venir. Pero necesitaba plantear este problema que tiene Carlos, que será más profundizado en su historia. Y sí, eso significa que Charlice será canon en la misma✨
Por otra parte, Charles y Alice realmente hablando en serio de su futuro? Omg, los amo💛
Ya quiero que lean el siguiente capítulo, pero estense atentas porque el próximo fin me voy a ver a Taylor🤩 entonces creo que estaré algo desconectada, por insta les voy a estar avisando igual ;)
¿Qué les pareció el cap? ¿Les gustó?✨
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