— Soy un hombre lobo, todos aquí lo somos, está es mi Manada y yo soy el Alfa...—
— Alfa es como jefe?—
— Sí —
— Y qué hago yo aquí? Yo no soy como vosotros—
— Voy a tratar de explicártelo de una forma sencilla, nosotros creemos en la Diosa Luna ella es la que nos cuida y nos concede un alma gemela, una compañera que nos complementa, con ella a su lado todo se magnífica, la felicidad, el amor... había perdido la esperanza de encontrarte, después de tantos años...—
— Vale, entonces quieres decir que yo soy tu compañera? Cómo sabes que no te equivocas—
— Por tu aroma, tu olor hace que me vuelva loco, solo pienso en ti y necesito estar a tu lado?—
— Y a qué huelo?—
— Caramelo y lluvia—
— No pareces mucho mayor que yo, quizás 28 o 30, no puedes llevar tanto tiempo buscándome.—
— Tengo más de dos siglos, nosotros no envejecemos de la misma manera que los humanos...—
— Entonces cuando yo muera, te volverás a quedar solo— respondo triste, siento pena por él. Supongo que tantos años solo y buscando a su pareja le habrán hecho ser tan serio, habrá sufrido mucho...
— No, morirás más o menos cuando me toque a mi—
— Me convertiré en una loba?—
— No, eso no funciona así. Te lo explícare cuando llegue el momento adecuado—
Eso hace que frunza el ceño, me hubiera gustado convertirme en una loba como él.
— Puedes leer todos los libros que desees, ahí obtendrás más información— dice señalando la estantería.
— Puedo salir fuera cuándo quiera?—
— Si, pero no sola—
Bueno algo es algo, quizás aquí pueda ser feliz o al menos tener una vida tranquila.
Subo a mi dormitorio, cojo mi pijama y me meto al baño, cuando salgo me encuentro a Jhon tumbado en la cama.
— Por qué duermes aquí? Ya estoy casi curada—
— Porque está es mi habitación—
Vaya esa respuesta no la esperaba, pensé que está habitación era para mí.
— Puedes decirme cuál es mi habitación, no sabía que está era tu habitación—
— Nuestra—
— Pero...—
— Valery, no se lo que habrás pasado en tu vida pero se que hay muchas cosas malas, por como te comportas y actúas. No tengas miedo no te voy a hacer nada, no te voy a tocar por mucho que lo desee, cuando tu estés preparada para abrirte a mi yo estaré ahí para ti. Ahora a dormir que mañana tengo que madrugar— dice palmeando la cama.
Me introduzco en el lado derecho y me quedo justo en el borde.
— Si duermes ahí, te puedes caer. Quieres que ponga una barrera de almohadas entre tú y yo?— dice y escucho una pequeña risita.
— No, no hace falta—
Me introduzco un poco más dentro de la cama y cierro los ojos. Me despierta la luz del sol en la cara, cojo la almohada y me tapo con ella.
— Levanta dormilona, son más de las diez — escucho decir a Nana.
Me levanto y veo que Jhon ya no esta
en la cama, paso al baño y hago mis necesidades, miro hacia el escritorio y veo una bolsa de papel, me acerco y veo que está llena de dulces también hay una nota.
Siento lo de anoche, aveces soy un idiota. Espero que puedas perdonarme. Jhon.
Miro la bolsa y una sonrisa se dibuja en mi cara. La cojo y la guardo en el armario ahí nadie me la podrá quitar.
Bajo las escaleras y escucho la voz de una mujer, por su tono de voz parece enfadada.
— No puedes estar hablando en serio, pero tú la has visto, solo es una frágil humana—
— Caroline, yo nunca te pedí que rechazaras a tu mate, nunca te prometí el puesto de Luna, tu sola te has creado un mundo de fantasía—
— Pero... no la aceptarán, nadie va querer que ella sea su Luna—
— Te pido que no vuelvas a esta casa, no te acerques a ella y no siembres la discordia si no quieres ver mi otra cara — dice Jhon arrinconandola contra la pared.
Se escucha la puerta, espero un poco y bajo hasta la sala, que habrá querido decir con lo de Luna? Será que hablaba de mí? Creo que ya tengo una enemiga y eso que acabo de llegar.
Desayuno sola, ya que me levantado tarde y Jhon y Nana ya lo han hecho, después de desayunar voy a la sala y cojo un libro. Me asomo por la ventana y veo que está soleado. Busco a Nana o a Jhon pero no los encuentro en la casa.
Decido salir al jardín. Aquí no creo que necesite tener vigilancia, extiendo una manta sobre la hierba y comienzo a leer.
Tardo más de lo que me gustaría en leer solo unas páginas, sería más fácil si alguien me las leyera. Pero sé que si empiezo a leer poco a poco lo haré mejor.
Cierro el libro y miro el cielo, algunas nubes hacen presencia, me fijo en sus formas e imagino animales, objetos...
Una sirena me saca de mi ensoñación, escucho revuelo en la calle. Me levanto del suelo y me acerco hasta la vaya. La gente corre en una misma dirección, será que pasa algo malo.
Escucho como unas mujeres dicen que la Luna ha desaparecido, recojo la manta del suelo y me encamino hacia el interior de la casa.
Nada más entrar en la cocina Nana me mira con la cara descompuesta.
— Niña dónde has estado? Todo el mundo te está buscando— dice entre triste y enfadada.
O sea que esa Luna que buscaban soy yo.
— Estaba en el jardín, no me he movido de ahí. Te estuve buscando, también a Jhon para decirles... pero no había nadie en la casa, es qué hice algo mal?—
Jhon llega en ese momento, me agarra del brazo y me lleva con el.
— Me haces daño— digo sollozando por el dolor.
— Dónde estabas?— dice con los ojos dorados y gritando.
— Estaba en el jardín, fui a buscarte pero no estabas— respondo con lágrimas en los ojos.
En ese justo momento me suelta y se aleja unos pasos de mi.
— Lo siento, me preocupe creía que algo malo te había pasado, o que te habías...—
— Escapado, dilo claramente. Por qué me iba a escapar! Y precisamente hoy, podía haberlo hecho antes...— respondo enfadada.
— Valery yo...—
— No digas nada, eres igual que él. Todos los hombres sois iguales. No me toques— grito cuando veo que se acerca mas a mi.
Lo esquivo y subo corriendo a mi dormitorio, no quiero verlo, da igual que sea un lobo el no es diferente a ellos.