Te conocí en Buenos Aires, bajo la sombra de los viejos edificios, con el canto de los aves a nuestro alrededor, la brisa de la lluvia mojando nuestros cuerpos y el destino acompañándonos.
Te conocí en Buenos Aires, bajo la sombra de los viejos edificios, con el canto de los aves a nuestro alrededor, la brisa de la lluvia mojando nuestros cuerpos y el destino acompañándonos.
-Que me miras, gila. Ándate con Enzo si tanto queres-
Vivi y Matías eran amigos desde que eran niños, sus mundos aunque son diferentes, se complementan perfectamente.