HUNTER. Tierra de salvajes #1...

By LBSilva

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Todos tenemos un alma salvaje. Tomos somos salvajes. Aquellos que viven, aquellos que aman, aquello... More

Sinopsis larga.
Prologo.
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Final.
Epilogo
Agradecimientos.
Multimedia
¡Auburn historia destacada en Wattpad Acción!

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By LBSilva

Las quejas de su chofer le parecieron insufribles, por lo que simplemente trató de apagar sus oídos y vivir en sus pensamientos, lejos de ese idiota que se creía capaz de juzgarla. Odiaba que todos los que estaban alrededor de su padre trataran de decirle que debía hacer, aunque ellos jamás habían tratado de conocerla. Eso le molestaba bastante, pero estaba acostumbrada a ser juzgada.

Trató de alejar su mente de los sucesos de esa noche, pero no pudo evitarlo y cuando se dio cuenta, ya estaba pensando nuevamente en eso. Aún podía sentir el miedo y los nervios en su cuerpo al recordar todo lo que había sucedido. Dante había estado en sus manos y ella lo había salvado. Sonrió contenta, mirando por la ventana del auto y notando que lejos se había sentido de ese barrio hasta ese momento.

Pensó en Hunter, sin poder evitar y recordó que había estado herido pero no había sido tan importante. Aquello la dejó confusa en ese momento, sorprendiéndose por la mínima herida que había recibido Hunter a pesar del disparo. No sabía con quienes se había enfrentado pero estaba casi segura que no fallaban en sus disparos. Eso le hizo pensar también en Dante y aquel cuchillo en su cuerpo. ¿Por qué le habían clavado una daga teniendo la oportunidad de dispararle? ¿Por qué alguien querría hacerle daño de un modo tan estúpido y primitivo cuando tenían la posibilidad de un arma que acabara con el enemigo? Era extraño, porque parecía que ellos habían decidido hacerle más daño que el común por algún motivo. Valerie se estaba mordiendo una de sus uñas con fuerza, pensativa mientras el auto andaba y creaba sus propias teorías.

Parecía que los enemigos de Hunter habían decidido hacerles daño de ese modo al saber que no irían al hospital y tardarían más en curarse de lo común. Como si quisiera... como si quisieran...

-¡Detén el auto! -exclamó ella al instante y por un momento el chofer estuvo a punto de chocar contra el vehículo delante de ellos. La miró sorprendido, casi insultándola por parecer una loca de la nada-. ¡Tengo que volver! ¡Tengo que volver al bar! ¡YA!

El chofer quiso quejarse, seguramente para soltarle algo estúpido sobre ella siendo una señorita pero cuando vio el rostro de Valerie, comenzó a marchar hacia el bar nuevamente. La rubia tomó su teléfono y comenzó a llamar a Hunter, aunque este no le respondió. ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué no le atendía?

Era obvio lo que estaba sucediendo y le sorprendía que a ninguno de los Williams se le hubiera ocurrido tal cosa. Ellos eran muy básicos y sus enemigos siempre habían actuado del mismo modo. Había escuchado a su padre decir que desde que la madre de Hunter había muerto, ellos habían perdido a su cerebro. Eso se notaba, se estaban moviendo como hombres cavernícolas y no pensaban. Ella no era la más inteligente ni sabía nada sobre liderazgo, pero su padre la había entrenado para ser política y en más de una ocasión, sus partidas de ajedrez habían durado más de cinco horas.

Su padre no era de esos políticos que pensaban en su gente, en la necesidad o la pobreza, sino que buscaba la solución en medio de una catástrofe. Se dedicaba a observar el punto débil del enemigo para aferrarse a él en cualquier momento. Su puesto se debía a eso, no era un político real, sino que era un corrupto.

Finalmente, llegaron al bar y Valerie le gritó que se fuera, que no volviera por ella. Al instante que cerró la puerta del auto, Hunter salió del lugar mirándola sorprendido. ¿La había escuchado? A su lado estaba su hermano Luke, más sorprendido que de costumbre y le sorprendió verlo con un ojo morado. Claramente se habían peleado y no lo dudaba.

-¿Qué haces de nuevo aquí, princesa? -se quejó el dueño del local y al mismo tiempo, el jefe de los Williams. Luke le regaló una mirada llena de odio y por un momento se preguntó porque él la despreciaba tanto cuando no sabía ni quien era-. Te he dicho que...

-¡Van a atacarlos! -Exclamó ella, yendo hacia él y tratando de impedirle el paso, pero Hunter apoyó sus manos en los hombros de la chica para impedir su paso-. Mientras viajaba pensé en lo extraño de la situación. Le clavaron un cuchillo a Dante y a ti no te dispararon, simplemente te rozaron. ¿Por qué ellos querrían no hacerles daño? No conozco a sus enemigos, pero no creo que ellos sean tan inexpertos.

Hunter miró a Luke confuso y por un momento pudo ver que el chico estaba pensando en lo que ella decía. ¿Por qué no le hacían caso? ¡Iban a llegar en cualquier momento! ¡Estaba segura! Quiso volver a abalanzarse hacia el cuerpo de Hunter, deseando empujarlo hacia el bar y él no la vio venir. La joven chocó contra el pecho del hombre y por un momento se sintió intimidada por la cercanía que tenían. Nunca había estado tan cerca de algún hombre y se sentía intimidada.

-¿Por qué harían eso? -preguntó Hunter, con la misma confusión de antes.

-¡Es obvio, Hunter! Ellos sabían que ustedes no irían al hospital y que en este momento estarían tratando de curar a Dante si no fuera por mí. No contaban conmigo en sus planes y seguramente están viajando aquí para atacarlos con las defensas bajas -le explicó Valerie su suposición pero al parecer ninguno de los Williams estaban realmente de acuerdo con eso, como si no tuviera pies ni cabeza su idea-. ¡A ti ni siquiera te dispararon, Hunter! ¿No es raro?

-Eso es cierto, Hunter, normalmente tienen buena puntería los mexicanos -le recordó Luke y Valerie lo observó esperanzada. Las manos de Hunter se apoyaron nuevamente en los hombros de la joven y quiso alejarla, pero en ese momento llegó lo que más temía Valerie.

Escucharon primero aquel ruido característico de los neumáticos en la acera y, luego, los disparos destruyendo por completo el silencio de la noche. Hunter se abalanzó a Valerie y ambos cayeron al suelo, aunque los brazos de Hunter la cubrieron de cualquier golpe. Los disparos se sintieron cerca, como si fueran a su lado y ella sintió las náuseas nuevamente al comprender que cerca estaba del peligro.

Estaban en el suelo, ella tenía su rostro apoyado en el brazo de Hunter, ya que él tenía sus brazos en el suelo amortiguando la caída de ambos. Valerie se sentía intimidada por estar atrapada en el cuerpo del hombre, pero olvidaba ese pensamiento cuando escuchaba nuevos disparos cerca. Comprendió que los disparos para ella sonaban cerca pero en realidad estaban bastante lejos y cuando Hunter la ayudó a ponerse de pie lo terminó por aceptar.

Se pusieron de pie, ella con ayuda del rubio y pudo ver como Luke estaba observándolos con el arma en alto. Temblaba de pies a cabezas y quería vomitar en ese mismo momento, pero se debía más que nada a los nervios. Hunter sacó su arma al instante que se pusieron de pie y obligó a Valerie a permanecer detrás de él, aunque ella ni siquiera lo dudó.

-¡Llama a los demás! -exclamó Hunter mientras tomaba a Valerie del brazo y la obligaba a entrar al bar. Valerie entró a regañadientes y en ese momento se creó un tira y afloje entre ellos, en donde ella lo empujaba y él le devolvía el gesto-. ¿Qué mierda haces?

-¡No puedes dejarlo ahí! ¡No puedes dejarlo solo! ¡Tenemos que ayudarlo! -le gritó ella y Hunter esta vez atrapó sus muñecas, obligándola a permanecer quieta con un simple apretón. ¿Cómo no podía pensar en su hermano? ¡Estaba enfrentándose solo a esos idiotas!

Quiso volver a quejarse pero al instante comenzó a escuchar más disparos y quiso golpear a Hunter por lo idiota que se estaba comportando. Las puertas del bar se abrieron y entraron los demás compañeros de Hunter, integrantes de los Williams. Hunter no la soltó, por más que ella creyera que eso iba a hacer sino que la mantuvo cerca de él impidiendo algún tipo de rebelión. Era una estupidez lo que estaban viviendo en ese momento y odiaba que él la tratara de ese modo. Raven apareció en la escena, saliendo por la puerta que una vez Hunter había llevado a Valerie para hablar, y se acercó a la rubia.

-¿Qué sucede con la princesa guerrera? -se burló de ella y Valerie gruñó enojada. Al hacer eso, no pudo evitar reírse al pensar que se estaba comportando del mismo modo que Hunter al gruñir como modo de respuesta a todo. Él no pareció notarlo pero finalmente la soltó y ella lo pudo enfrentar.

-¡Lo sé! -le gritó él antes de que ella pudiera soltar una palabra y frunció el ceño al entender que sabía que iba a decirle. ¿Había algún momento que él no fuera tan irritante? No creía que fuera posible-. Pero no puedo dejar a la hija del alcalde en medio de un tiroteo. ¿Sabes lo que pueden hacernos si mueres aquí, Valerie? No sabes ni siquiera manejar un arma, así que deja de tratar de ser la heroína.

Ella se quedó muda, al escuchar las palabras tan crudas de Hunter y no supo que decir, más que balbucear las palabras que nunca salieron de su boca. Raven la tomó del brazo y tiró de ella para alejarla de los hombres. Hunter intercambió una última mirada con Valerie y se mostró sorprendido por algo que ella no comprendió, aunque estaba casi segura que se debía a la preocupación que ella tenía por él. Se estaba muriendo de miedo por Hunter, quería que estuviera bien y que nada le pasara. No quería que nada le pasara a ninguno de ellos, pero sobre todo a Hunter.

-Bien, escúchame. ¿Sabes manejar un arma? -le preguntó Raven cuando la llevó hasta la barra. A su alrededor, los hombres con chaquetas corrían de un lado al otro preparándose para una guerra segura. Valerie negó con la cabeza rápidamente y Raven suspiró-. ¿Sabes hacer algo además de mandar y llevar la coronita en tu cabello bonito?

Valerie sintió que sus ojos comenzaban a picarle y comprendió que iba a llorar en cualquier momento, aunque Raven no pareció importarle que estuviera al borde de las lágrimas. Tomó una escoba, abandonada en un rincón del bar, y se la entregó a Valerie. No dudó en tomar el palo de madera con fuerza, como si de eso dependiera su vida y quedarse en aquella barra. Hunter le había pedido que no se entrometiera y que no jugara el papel de heroína, pero si tenía que proteger el bar iba a hacerlo. Su arma era la cosa más estúpida que había visto en su vida, pero no era menos. Ella no era menos.

Hunter vio entrar a su hermano y sintió que el alivio llegaba a su cuerpo cuando lo vio vivo. Se encontraba bastante bien, aunque se notaba que había estado al borde de la muerte en varias oportunidades. Hunter sabía que Luke era bastante cobarde y seguramente había estado disparando detrás de algún auto, pero igual se preocupaba por él. Miró a Raven y a Valerie, detrás de la barra preparadas para cualquier cosa y gruñó enojado. Valerie no tendría que estar ahí, pero tenía que aceptar que gracias a ella habían logrado llamar a todos con mucha más rapidez. Nuevamente le debía una a Valerie y ya iban dos.

-¡Ahora! -exclamó él y Rocco, uno de sus compañeros más tranquilos, abrió la puerta del bar mientras todos los demás salían.

El desastre en el exterior era terrible y Hunter se preguntó si iban a salir vivos de esa, aunque lo dudaba. Los mexicanos estaban enojados y las soluciones que se le ocurrían en ese momento no eran buenas, eran más bien pésimas. La policía era una opción o los rusos, pero en ambas oportunidades podían llegar a perder muchas cosas. Dinero, respeto y algo más. Respiró lentamente y trató de pensar cómo podían solucionar eso.

-Estamos complicados, pero aún no han mostrado la cara -comentó Luke cuando Hunter se escondió junto a él detrás de uno de los autos estacionados en la calle. Lucía agitado y en ese momento se preguntó si su hermano estaba en condiciones para estar ahí-. Esto es muy extraño, Hunter, algo quieren...

Los disparos volvieron a escucharse y pudieron ver como se estaban acercando al bar cada vez más, de una manera preocupante. Dejó de hablar con su hermano y se asomó en el auto para comenzar a dispararles a los idiotas que atacaban con su tranquilidad. Obviamente, no pudo dispararle a ninguno y le sorprendió cuando comprendió que estaba arriba de una camioneta. Se escondían detrás de esta pero todavía había personas en el volante. Hunter comprendió al instante que estaban por hacer y quiso avisarles a sus compañeros, pero ya era tarde.

-¡Todos al bar! ¡Ya!-gritó y todos siguieron sus órdenes sin quejarse.

La camioneta iba hacia ellos, los mexicanos estaban locos y no les importaba perder la vida mientras destruían el bar. Hunter abrió la puerta de una patada y dejó entrar a todos sus compañeros mientras miraba como la camioneta se acercaba cada vez más, aunque a un paso lento. Mierda. Realmente iba a matarlos, iba a chocar contra el bar e iban a terminar perdiendo todo lo que había arreglado esos días.

Antes de entrar al bar, vio como el mexicano que manejaba se lanzaba al suelo y dejaba a la camioneta golpearse sola. Malditos asesinos, no les importaba destruirlo todo contra su bar.

El ruido lo dejó sordo por unos minutos y luego comprendió que tenía zumbido en uno de sus oídos, aunque podía escuchar los gritos y los disparos. Hunter había cerrado la puerta y se había lanzado al suelo sin importarle mucho más su vida. Ya estaba bastante enojado con la destrucción de su bar y cuando abrió los ojos se dijo a si mismo que iba a matar a esos malditos. Fue Rocco quien lo ayudó a levantarse, extendiendo su gordo brazo y levantándolo con solo esa fuerza.

-¿Están todos bien? -preguntó, aunque esa no era la pregunta real. Hunter había querido preguntar si estaba todos con vida.

Había muchísimo polvo en el lugar, casi por todas partes del bar pero podía escuchar los disparos y golpes, como si estuvieran peleando en el mismo bar. Cuando el polvo comenzó a desaparecer comprendió que así era, varios mexicanos habían entrado al bar y peleaban contra los Williams. Vio a Luke peleando con un enemigo y se quiso acercar a ayudarlo, pero el mismo se metió en una pelea.

Fue bastante fácil comprender que estaba en una pelea, primero recibió el golpe en el rostro y luego cayó al suelo, seguido por un golpe en el estómago que lo dejó viendo las estrellas por un largo rato. Escupió sangre cuando pudo ponerse de pie y le dio un puñetazo a su atacante, a quien no podía ver del todo debido al polvo. ¿Por qué había tanto? ¿Qué habían destruido además de la entrada?

-¡Quietos o la mato! -exclamó una voz con profundo acento mexicano y Hunter se preguntó a quién habían atrapado. No había demasiadas mujeres en ese bar y rogaba que fuera Raven, pero cuando la vio parada en la barra comprendió que no. Maldita sea.

Aquel hombre parecía el líder de ellos, se notaba que había vivido más guerras y que estaba acostumbrado a ese tipo de peleas. En su rostro había varias cicatrices pero a Hunter le llamó la atención una de ellas que le dividía el rostro en dos. Llevaba el típico bigote que él odiaba de los mexicanos y le sonreía con maldad a Hunter, como si entendiera que tenía en las manos.

Había atrapado a Valerie y ella se había quedado petrificada entre los brazos del mexicano que había llevado un cuchillo a su cuello, esperando actuar. Se notaba que estaba temblando y en sus ojos aparecía el rostro de una niña indefensa. A Hunter le daba muchísimo odio que eso estuviera sucediendo, que ella estuviera en manos de ese maldito pero estaba seguro que ella iba a valerse por sí misma.

-No sabes que tienes en tus manos -dijo Luke, empeorando la situación. Hunter gruñó y al instante el rubio comprendió que equivocado estaba al haber comentado eso-. Es una zorra cualquiera.

-¿Zorra? ¿Con estas vestimentas? Lo dudo, es alguien importante para este pueblo y para ti, Hunter -dedujo el idiota y Hunter volvió a gruñir enfadado. No quería mirar a Valerie a los ojos, porque mirarla le destruía el alma en pedazos. Estaba tan asustada y se notaba que en cualquier momento iba a cometer alguna locura. Era algo suicida la chica, él lo sabía-. Nos llevaremos a la chica y nadie saldrá herido.

-¡Ella no tiene nada que ver nosotros! ¡Es un cliente, idiota! -le gritó Hunter dando un paso hacia adelante. Valerie soltó un alarido de dolor y pudo comprender que él había profundizado el agarre. Vio caer sangre de su cuello y Hunter trató de calmarse, porque estaba por perder la calma en cualquier momento-. Te he dicho que...

Cuando quiso acercarse un paso más, sucedió la locura y obviamente fue culpa de Valerie. La chica le dio un rodillazo en la entrepierna y el mexicano, para sorpresa de todos, no lo esperaba. Gritó adolorido y la dejó caer al tiempo que se llevaba sus manos a sus partes adoloridas. Hunter quiso acercarse, pero todo lo demás sucedió con tanta prisa que sólo pudo reaccionar de una sola manera.

Uno de los mexicanos que estaban apuntando a Luke dejó de hacerlo y se abalanzó sobre Valerie, quien había caído al suelo y trataba de arrastrarse por ayuda. La tomó del pie y la atrajo hacia él con muchísima rapidez. Valerie soltó un grito y comenzó a patalear para quitarse a aquel idiota de encima de su cuerpo. Vio como aquel idiota llevaba sus manos a los botones de sus vaqueros y Hunter ni siquiera lo dudo, fue hasta aquel idiota en el suelo y apoyó el arma en la sien. A su alrededor el desastre había comenzado pero nuevamente eran todos contra todos y nadie podía entender que sucedía debido al desastre. Disparos, gritos, golpes o cosas cayendo, pero Hunter había visto a su enemigo ante todos.

Disparó en la sien de aquel idiota y él escuchó más el disparo que el grito de Valerie. La joven se llenó de sangre ajena y se arrastró hacia atrás para sacarse el cuerpo de encima. Hunter la quiso ayudar a levantarse pero ella tembló de manera descontrolada cuando él quiso acercarse a ella. Hunter se quedó petrificado al no saber qué hacer, mirándola sorprendido por el miedo que tenía en ese momento.

¿Qué le pasaba? ¡Acababa de salvarla! Valerie se abrazó el cuerpo, aun en el suelo y cubierta de sangre, sin moverse de aquel rincón de la sala. Hunter decidió dejarla por unos minutos y ayudar a sus compañeros.

Iban ganando por mayoría y por la lesión de su jefe, quien había desaparecido al instante. Le preocupaba pensar que él iba a vengarse de Valerie en algún momento, pero ella parecía no querer hablar con nadie en aquel pequeño mundo que había creado.

Lo siguiente fue bastante fácil, dispararon y golpearon un poco más y en varios minutos, los mexicanos habían desaparecido o muerto. El polvo finalmente desapareció y todos pudieron verse las caras. La mayoría estaban cubiertos de polvo y sangre, aunque no todos. Luke lucía bastante mal, como también algunos de sus compañeros. Raven había recibido un corte en la mejilla que sangraba mucho y Hunter le dijo que fuera a curarse.

-Es estuvo cerca -comentó Rocco, mientras levantaban las sillas y sacaban a los mexicanos debajo de ellas. No habían perdido a ningún hombre, pero Stanley, el más joven de los Williams, estaba bastante herido-. Sabes que necesita ir al hospital, Hunter, tu princesa no puede ayudarlo ahora.

Hunter suspiró y lo vio en el suelo bastante mal herido, por lo que tuvo que asentir y pedirle a Rocco y Luke que llevaran al idiota al hospital. Le dio un par de indicaciones a su hermano y dinero, porque iban a necesitarlo. Sacó los cuerpos junto al gordo Travis y les pidió a algunos hermanos más que llevaran los cuerpos fuera del territorio. Llegó un momento que tuvo que ocuparse de Valerie, aunque ella parecía estar mejor.

-Debería dormir aquí hoy -aconsejó Raven cuando Hunter se acercó a las dos mujeres. Habían sentado a la rubia en uno de los sillones sanos y le estaba limpiando la sangre con un paño. Hunter también pensó que la mejor opción era darle refugio esa noche, pero Valerie negó rápidamente.

-No tengo que volver a mi casa, Hunter, por favor. Mi padre me matará si sabe que he estado aquí y en una pelea. Por favor, llévame a mi casa -le pidió ella y Hunter asintió, porque ella tenía razón. No era una buena opción que siguiera en el bar. Tenía un aspecto terrible, sucia y cubierta de sangre pero la muy maldita seguía siendo preciosa. Miró hacia otro lado mientras Raven le terminaba de limpiar el cuello, porque estaba poniéndose nervioso.

Raven se llevó a la chica y Hunter se golpeó la cabeza con su mano furioso por lo que estaba sucediendo. ¿Cuándo había perdido el control de todo? Alguien abrió la puerta del bar y él se giró para observar con enojo a la persona que acaba de entrar. Por un momento pensó en apuntarle, pero fue una gran sorpresa cuando se encontró con Lydia.

-¿Qué ha pasado aquí?

-Ha sido una larga noche -admitió él y se dejó caer en el sillón, agotado del día.

Darse una ducha era lo que necesitaba, pero Raven no se lo permitió y por momentos Valerie creyó que no le agradaba su presencia en el bar. Era una de tantas. Esa noche no había hecho mucho del otro mundo y en ese momento estaba sufriéndolo como una tonta. Habían tratado de asesinarla y, de hecho, llevaba su primera cicatriz por eso. Se observó en el espejo del baño mientras se cambiaba de ropa y comprendió que aquella cicatriz no iba a irse nunca. Su primera cicatriz de guerra.

Todavía podía escuchar el ruido del disparo en su cerebro, a Hunter disparando sin ningún tipo de reparo y luego... el cuerpo del hombre. Las náuseas volvieron nuevamente pero trató de mantener su cena en su estómago, ya había sido muy ridículo soltarlo todo la vez anterior. Recordaba con mucha vergüenza a Hunter ofreciéndole una menta.

Una vez que estuvo limpia, guardó su vestimenta ensangrentada en una bolsa y caminó hacia el bar nuevamente. La ropa de Raven le iba grande, pero por lo menos era de mujer y no se sentía avergonzada de llevar esos vaqueros. En la entrada del bar estaban Raven y Hunter peleando, como sospechaba que hacían todo el tiempo.

-¡Sabes que esa chica es un maldito problema para nosotros! ¡Ellos notaron que no iba con nosotros y que era algo para ti! ¿Tu madre no te enseñó nada, Hunter? ¡Demostraste que ella te importa! -le gritaba Raven y Valerie suspiró, odiaba que siempre estuviera ella en medio de esas conversaciones-. Es peligroso para ella y para el bar.

-Ella nos ayudó dos veces, Raven. Hace años que estamos buscando un cerebro en nuestro grupo y no es la primera vez que Valerie nos ayuda -respondió Hunter con seriedad, sin demostrar ningún tipo de alteración mientras Raven gritaba como loca-. Sin realmente quererlo ella ha ayudado y no voy a renunciar a la única persona que parece tener neuronas en este bar. Salvo a mi hermano y si no fuera por ella, estarías debajo de las ruedas de una camioneta. Así que cierra la boca y empieza a darte cuenta quien sirve aquí y quién no. Tú ahora mismo no me sirves.

Fue tan duro que Valerie se quedó boca abierta por unos segundos mientras que Hunter abandonaba a Raven y se acercaba a ella. La tomó del brazo, de ese modo tan brusco que tenía y a los empujones la sacó del bar. Ese lugar era un desastre, la entrada estaba destruida por culpa de la camioneta y ella misma se preguntó que estaban buscando los mexicanos con hacer esa locura. Por lo que había escuchado, él los había atacado con algún consejo que ella había hecho y estaban furiosos.

Una vez dentro del auto de Raven, Hunter no soltó una palabra y Valerie tampoco, de hecho, se quedó dormida. Al abrir los ojos, comprendió que habían llegado y que estaba babeando. Hunter se estaba riendo con la mirada y ella lo fulminó mientras se quitaba el cinturón para salir del auto.

-Diría que lamento lo que has tenido que vivir hoy... pero así es mi vida todos los días y aun así quieres vivir en ella por más que te lo niegue -admitió Hunter saliendo del auto y apoyándose del lado que daba a la mansión Reeves. Valerie se estiró un poco y lo miró por unos minutos. Estaba bastante malherido, pero se notaba que estaba sano y que tenía mucho que pensar esa noche-. Ya no sé cómo asustarte, Valerie. Has visto lo peor de mí y lo peor del club, pero te sigues quedando.

-Es como un imán -soltó de la nada Valerie, llevándose las manos a los bolsillos del jersey de Raven. Hunter alzó una de sus cejas sin entender que estaba diciendo ella, por lo que continuó con su comentario-. Hoy he visto como asesinabas a alguien frente a mis ojos... y no me importó. Vi sangre, muertes, trataron de matarme y vaya a saber que quería ese mexicano conmigo. Pero hay algo de este mundo que no deja de atraerme y pienso en él todo el tiempo.

-A las niñas buenas les gusta lo prohibido.

-Puede ser eso... o puede ser que sienta que pertenezco a ese mundo -terminó por decir y Hunter se rió de ella con una gran carcajada. Al principio Valerie frunció el ceño ofendida por su atrevimiento y luego comenzó a reírse junto a él, porque la risa era contagiosa. Era una risa varonil, agradable y digna de aquel hombre-. ¡Te burlas de mí, Hunter!

-¡Por supuesto que me burlo de ti, Valerie! Me estás diciendo, con tu vocecita de niñita, tu carita de princesa y tus vestiditos que perteneces a un mundo cubierto de sangre. He escuchado cosas más graciosas.

Ella le dio un golpe en el brazo y Hunter alzó las cejas sorprendido, pero cuando ella quiso darle otro golpe él atrapó su brazo. Fue un movimiento rápido de su parte cuando la atrajo hacia él y por un momento Valerie sintió que su corazón se detenía, para luego comenzar a latir enloquecido. Olía a polvo y a hombre, algo que nunca había sentido en su vida. Como a una colonia que la embriagaba al instante y trató con todas sus fuerzas de no demostrar cuanto le gustaba aquel olor.

-Hoy te ayudé dos veces y por tus conversaciones con Raven sospecho que más de una vez lo he hecho -susurró Valerie cerca de él y Hunter sonrió de lado por unos instantes antes de soltarla. La alejó nuevamente mientras asentía, acomodándose el chaleco de su club que tanto le gustaba a Valerie-. Quiero algo a cambio.

-Eres hija de un político, supuse que también sabías negociar. Dime lo que quieres, Valerie.

-Ven a mi cumpleaños -soltó de la nada y cuando vio el rostro confundido de Hunter, se rió divertida. El hombre se rascó la barba nervioso y luego miró hacia la mansión Reeves que tan enorme parecía desde ese lugar-. Antes que digas cualquier tontería, será un baile de máscaras y nadie sabrá que eres tú. No puedes negarte, te mandaré la invitación por mensaje. Buenas noches.

Valerie se rió divertida al ver que Hunter gruñía nuevamente, se acercó a él y le dejó un beso sonoro en la mejilla, escuchando nuevamente su gruñido furioso. ¡Cómo le gustaba que hiciera eso! Se fue alejando lentamente, marcando los botones necesarios para abrir la puerta y lo fue mirando mientras entraba a la mansión. Él no parecía para nada feliz, pero los dos sabían que no podía negarse. Le emocionaba mucho saber que Hunter estaría ese fin de semana en su mansión, en su cumpleaños. Sonrió divertida mientras se escabullía en la casa y trataba de seguir los pasos de su hermana cuando entraba a escondidas en la casa.

Al llegar a su cuarto, sacó el celular de la bolsa porque estaba vibrando y le indicaba que tenía un nuevo mensaje. Obviamente era de Hunter. Se quitó la ropa de Raven en el baño y la dejó a un lado mientras se sentaba en el borde de la bañera para leerlo.

"¿El regalo y el traje son obligatorios?"

El mensaje hizo reír a Valerie al instante, como una niña emocionada por su pequeña travesura y respondió con un "sí" que seguramente no le agradó a Hunter. Un nuevo mensaje llegó, tan rápido que le hizo pensar a la chica que él estaba esperando a que ella respondiera con el teléfono frente a él.

"Grr".

No pudo evitar reír al ver el mensaje, tan Hunter y mantuvo la sonrisa por un largo tiempo, incluso cuando finalmente pudo cerrar los ojos.



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Disculpen lo largo y la ausencia, la verdad que este capitulo costó pero ya está aquí :D Aprecio todo tipo de comentarios y no se olviden de votar!! En multimedia pueden ver el booktrailer de Auburn!

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