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By AndyPanda-14-zzz

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Lo que toca el alma, no se olvida. More

Prólogo
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Final (1)
Final (2)

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By AndyPanda-14-zzz

Más que suficiente

Briana

La primera semana de Agosto pasó tan rápido que me hizo estremecerme un poco. Fionn estaba creciendo muy rápido a pesar de tener solo un mes de nacido, ya estaba un poco más grande que cuando llegó aquí, más gordito y el color rosado de su rostro ya solo se albergaba en sus mejillas regordetas.

Sus ojos son como el color del whisky, brillantes y hermosos. No se comparaban en absoluto con los míos que eran más oscuros, incluso más oscuros que los de mi papá, los de él eran mieles, pero los de Fionn eran mucho más claros que los de mi papá. No sabía qué tipo de color eran, mieles no eran, pero hasta ahora solo me recordaban al color del whisky.

He estado con Ekaterina para cuidar de Fionn, mi padre hasta ahora no se oponía a la idea de que pasara tiempo con ella y mi hermano, pero siempre y cuando estuviera a su lado para continuar trabajando en la dosis que habíamos probado hace ya un mes. No estaba feliz de tener que volver a crearlo, pero no tenía ninguna otra opción con tal de que mi papá esté lo suficientemente satisfecho como para querer ir por mamá y traerla para que al fin pueda resolver mis dudas. No he dejado de pensar en aquel nombre, Mara, algo muy en el fondo no me permitía que le fuera indiferente.

— Deberías salir un poco — Dice Ekaterina mientras le cambia el pañal a Fionn.

— No quiero hacerlo, no cuando sé que ustedes están aquí encerradas — Digo un poco desanimada. Aún no he podido convencer a mi papá de que me deje salir con Ekaterina y Jade.

— No te preocupes por nosotras, tenemos nuestro propio método de distracción.

Sonrió al ver como Jade empieza a cantar junta a Ekaterina. Me habían contado que esa canción la habían escrito entre ellas para una tarea de la escuela de Jade.

La sonrisa no me dura mucho al pensar que muchas personas estaban buscándolas, todos preocupados por el paradero de ambas y más cuando ya todo mundo sabía que Ekaterina había tenido a otro bebé recientemente. Me preguntaba si el papá de Jade estaría preocupado por la noticia que se volvió demasiado viral, ya que Ekaterina es una persona bastante reconocida por su trabajo y a pesar de que ella no daba información sobre su vida privada, los paparazzis se encargaban de revelar cualquier cosa que sirviera, así se trate de Jade o de cómo habían fotografiado a Ekaterina cuando salió del hospital después de haber dado a luz a un lindo varón.

— ¿Crees que sepa de la desaparición? — Ekaterina y Jade guardan silencio.

Ekaterina sabe perfectamente a quien me refiero, lo sé por la forma en que el brillo de sus ojos disminuyó de golpe, incluso la sonrisa de antes se volvió una mueca bastante forzada.

Suelta un largo suspiro antes de encogerse de hombros, fingiendo que no le importa si el padre de Jade está enterado o no.

— Lo sepa o no, no puede hacer nada, es solo un abogado y fotógrafo en su tiempo libre — Me mira — Además de que... está casado y está cuidando de su bebé.

— ¿Quién? — Pregunta Jade bastante curiosa — ¿Henry?

— No cariño, otra persona que aún no conoces.

— ¿Y lo conoceré pronto? — Noto como los ojos de Ekaterina se cristalizan.

— No cariño.

— ¿Por qué?

— Porque vive en New York y nosotras somos de aquí, de Londres — Jade hace una mueca, pero termina encogiéndose de hombros restándole importancia.

— No importa, puedo conocer a la persona por FaceTime ¿no? — Ekaterina suelta un suspiro pasando su mano por el cabello de su hija.

— Por supuesto que sí, cariño.

Hago una mueca al ver a Jade, ella me recuerda tanto a mi cuando mi nana me decía que pronto estaría con mis padres, sin embargo, nunca estuvieron ahí como lo estuvo mi nana.

Apreté los labios queriendo reservarme mis comentarios, odiaba que le mintiera de esa manera porque ambas sabemos que mi padre ya no iba a permitir que se fueran, al menos no hasta que Fionn ya no necesitara de la leche materna de Ekaterina. Y no he querido averiguar qué es lo que hará cuando Fionn ya no necesite demasiado a su mamá, pero presentía que no iba a ser algo bueno como la libertad, además de que Ekaterina no se iría sin Fionn.

La puerta se abre revelando a mi padre con su bata blanca, la que siempre utiliza cuando está preparando sus dosis para las... siguientes personas que tiene atados en la habitación donde antes habían estado los chicos a los que...

— Briana — Me mira con seriedad. Estos días no han sido nada familiares desde que le grite y él me mandó a mi habitación, de hecho, está es la primera vez que interactúa conmigo — Es momento de que vuelvas para que continúes trabajando — Suelto un suspiro levantándome sin más remedio.

Pasó por su lado y me detengo cuando veo que no tiene intenciones de venir conmigo.

— ¿Tú...

— Ve — Miro a Ekaterina quien solo me da un leve asentimiento. Trago grueso y me alejo por completo.

No estoy preparada para presenciar otra escena como en el laboratorio, ni a nada violento. No estoy preparada para admitir lo obvio. Quiero permanecer en aquella burbuja en donde mis padres y yo estamos juntos, siendo personas normales y buenas, sin dañar a nadie, ni siquiera con una jeringa.

Solo ruego porque no le haga daño a Ekaterina o a Jade.

Brigid

— Aquí tienes — Balderik me entrega una carpeta negra.

— ¿Qué es esto? — Preguntó un tanto dudosa de querer abrirlo.

— Es información que encontré sobre el secuestro de tu amiga — Suelta un largo suspiro mientras se sirve un poco de whisky — Las cámaras de vigilancia captaron cuando salió del hospital donde dio a luz a su bebé — Trago grueso viendo las imágenes impresas. Ekaterina salía del edificio con su bebé en brazos que estaba perfectamente protegido por las cobijas de bebé — Cuando se fue en el auto con aquel hombre que al parecer es un compañero de trabajo, se llama Henry.

— ¿Ya lo contactaste?

— Uno de mis hombres lo hizo fingiendo ser parte de la policía. Mencionó que la había llevado a recoger a su hija y después de eso la dejó en su hogar para que descansara. Le dieron una semana de reposo para que se recuperara del parto, así que... de ahí ya no ha sabido nada de ella.

— ¿Revisaste alguna cámara de seguridad que se encontrará en su calle? No sé, tal vez en su casa o si los vecinos vieron algo.

— Revisa las siguientes imágenes, aquello fue captado por las cámaras de seguridad de la calle. Cuatro hombres la sacaron de su casa, pareciera que se conocen de toda la vida porque no se ve que tu amiga ponga resistencia.

— ¿Cómo hubiera podido hacerlo cuando la estaban sacando junto con su hija y su bebé recién nacido?

— Ya revise las placas, son robadas.

— ¿Encontraste el auto?

— Abandonado, lo dejaron en el estacionamiento que está a un lado de la gasolinera, a las afueras de la ciudad. Mis hombres ya están buscando cerca del lugar para encontrar alguna pista — Se toma el whisky de un solo trago — Quien se la haya llevado, fue bastante meticuloso como para no dejar rastro, dejó el auto fuera de la vista de las cámaras y... no encontramos huellas en el auto.

— Esto no me gusta — Siento como la presión se me baja de solo pensar en que Ekaterina esté en peligro por culpa mía.

— ¿Crees que...

— No sé — Me pasó la mano por el cabello con preocupación — Yo... no quiero pensar que... — De pronto el cuarto se volvió más pequeño, la calefacción estaba apagada, pero pareciera que estábamos dentro de un horno.

Balderik se acerca con rapidez pasando sus manos por mis hombros antes de tomar mi rostro para centrarme, obligándome a que lo mirara a los ojos.

— Ey, ey, tranquila — Sus ojos verdes se concentran en los míos — En caso de que Desmond la tenga, la vamos a encontrar y la sacaremos de ahí junto a sus hijos — Siento las lágrimas reuniéndose en mis ojos.

«Esto es mi culpa»

Un leve sollozo se me escapa. Balderik no duda en abrazarme, agradezco que no diga nada más porque ambos sabemos que si se trata de Desmond, está claro que debemos ser rápidos para lo que sea que tenga planeado hacer, porque si quisiera que fuera por ella, ya lo habría dicho, sin embargo, ha estado en completo silencio.

Me aferro a su saco y él me permite que solloce en su pecho hasta que mi cuerpo deje de temblar por mis lloriqueos. La culpa sigue ahí, el dolor y las ganas de matar a Desmond con mis propias manos.

«¿Es que acaso no he tenido suficiente? ¿Qué más quiere?» hasta la pregunta era bastante tonta sabiendo cómo pensaba el maldito loco de Desmond, para él jamás iba a ser suficiente y no iba a rendirse hasta verme en la mierda por segunda vez, aunque la segunda iba a hacer que me hundiera hasta el fondo como en arenas movedizas, para que cuando luchara, más me hundiera.

— La única manera para que todo esto termine es con mi muerte — Digo en voz alta.

— No te atrevas a volver a decir o pensar en eso — Balderik me mira con seriedad, pero detrás de aquella armadura, pude ver como la preocupación le inundaba — La única manera de que todo termine es con la muerte de Desmond, no la tuya, sabes que si él vive, seguirá detrás de nuestros hijos.

Siento el pecho oprimirse ante la idea de que Desmond vaya detrás de mis hijos y los haga sufrir peor de lo que a mi me está haciendo sufrir.

«De ninguna jodida manera»

— Eso no va a pasar.

— Exactamente — Me limpia las lágrimas con suavidad — No vuelvas a decirlo, ni siquiera lo pienses, Brigid — Acaricia mis hombros al tiempo que yo muevo levemente la cabeza en forma de afirmación en completo silencio. Balderik Suspira y vuelve a abrazarme — ¿Confías en mi?

— Confió en ti.

— Bien — Besa mi coronilla — Encontrare a Desmond y lo mataré, lo prometo.

🖤

Más tarde ya estaba en casa de mi abuela, el lugar donde mi madre se estaba quedando.

Mis únicos acompañantes son Jezabel y Denzell. Mi hija antes salía para entrenar o irse de compras, ahora que está castigada, bueno, me acompaña hasta para ir al mandado.

— ¡Denzell, Jezabel! — Emily abraza a ambos antes de llenarlos de besos. El único en quejarse es Denzell — Oh vamos, no me digas que no me extrañabas.

— Claro que lo hice, abuela — Dice Denzell mientras se limpia las mejillas cuando Emily se concentró en Jezabel. Sonrió con diversión antes de acercarme a saludar.

Hubiera preferido venir sola, pero Denzell se me pego y después Jezabel cuando vio que estaba por salir.

Ahora mismo estoy pensando en cómo decirle toda la verdad a Emily, es momento de hacerlo antes de cualquier cosa. Desmond podría contar toda la verdad, no sé cual será su siguiente movimiento, pero no voy a arriesgarme a esperar, así que... aquí estoy.

Aunque Emily estaba mucho más segura en casa de mi abuela, podrá pasar desapercibida a menos que Desmond tenga a su gente vigilándonos, de todas formas ya tenía a unos hombres de Balderik alrededor de la casa, camuflados, pero atentos.

— Lamentó no haber llamado antes — Digo en cuanto entró a la casa.

— Descuida, siempre es un placer para mi tenerlos aquí, a ti y a mis nietos, pero ¿y Araziel?

— Se quedó en casa, está estudiando para su examen en la escuela.

— Abuela — Se acerca Denzell — ¿Puedo ir atrás a ver a los hijos de Fang — Hago una mueca ante la mención de mi perro. Lo extrañaba.

— Claro que sí, cariño — Acaricia su cabello — Solo no los dejen pasar, aún no es hora de la comida — Denzell asiente antes de irse y llevarse con él a Jezabel — Pasa, por favor — Me dice con delicadeza. A pesar de tanto tiempo, sigue dirigiéndose a mi con bastante suavidad como si temiera tocar un nervio que me hiciera enfadar.

Entro al comedor y... los ojos comienzan a picarme por las lágrimas al ver que todo sigue tal cual, a diferencia de las cortinas en la ventana y del cuadro familiar que tenía colgando en la pared, en donde salía Emily, Mara, Tangie y el cuerpo de Roger ya que su rostro estaba recortado. La garganta se me seca y siento la opresión en el pecho cuando no veo ninguna fotografía mía.

— ¿Quieres un poco de agua, café, té o... refresco?

Me preguntaba si la habitación de mi abuela sigue igual, si las fotografías que ella tenía sobre mí seguían ahí o...

— Agua, por favor — Emily asiente y se va al garrafón.

La nostalgia me invade ante todos los recuerdos que se me vienen a la cabeza. Aquí había preparado de comer cientos de veces junto a mi abuela, habíamos tenido tantas platicas y... había saboreado aquel pan de zarzamora que antes preparaba. La echaba tanto de menos. Tanto a ella como a papá, hasta yo misma me sorprendo de todo lo que he soportado sin tenerlos a ellos a mi lado.

Emily deja el vaso de agua frente a mi antes de ir al refrigerador a servirse un poco de refresco.

— ¿Y bien? ¿A que se debe esta agradable visita? — Se sienta frente a mi.

Alzó la mirada inspeccionando su rostro.

No tengo ningún recuerdo bueno sobre ella y yo, sí alguna vez lo tuve, no lo recuerdo... pero agradecía que ella esté haciendo buenos recuerdos con mis hijos y... ahora mismo temo ser la causa de arrebatarle eso a ellos.

— Necesitamos hablar — Digo nerviosa. ¿Cuáles son las palabras adecuadas? No hay, ni existen cuando se trata de asesinar a la familia, a una hija que sí fue importante para ella.

— Por supuesto — Sonríe — ¿Todo está bien? ¿Ya han encontrado una pista sobre Desmond? — Suelto un suspiro antes de negar — Estoy segura de que Balderik lo va a encontrar, él hace todo por ti y por sus hijos, es... un excelente hombre — Enarcó una ceja.

— Eso no fue lo que dijiste cuando lo viste por primera vez — Suelta un suspiro antes de sonreír.

— Está claro que después de unos cuantos años, uno puede cambiar de opinión. He visto como te trata, a ti y a los chicos, es... un excelente esposo y un excelente padre.

— Lo es, no por algo me enamore de él.

— Me alegra que no cometieras el mismo error que yo de dejar ir... bueno, ya sabes la historia.

— Sí, aquello no es algo de lo que quiera hablar — Digo un tanto incomoda — Ya es cosa del pasado lo que sea que tú y mi padre vivieron.

— Sí — Suspira con nostalgia — Tienes razón, ya no es momento para lamentarse sobre eso. Así que, dime, ¿qué es lo que sucede?

— Bueno, tal vez si tengamos que hacer un viaje al pasado, pero no tan atrás — Me mira confundida — Se trata sobre... — Hago una mueca y me remuevo en mi lugar con nerviosismo — Es sobre Mara.

— ¿La encontraste? — Me mira esperanzada — ¿Ella está bien? ¿En donde está y porque no la trajiste contigo? — Se levanta — ¿Está en tu casa?

— Emily, por favor siéntate — Digo antes de voltear a ver qué mis hijos estén ajenos a esto — Emily — Digo en forma de advertencia provocando que ella me mire confundida — Por favor.

— ¿Qué es lo qué pasa, Brigid? — Se sienta un tanto dudosa, al parecer ya está pensando en lo peor — Mara está bien ¿verdad?

La veo decidida a decirle toda la verdad, pero primero contaré mis razones, así que empiezo a decirle que Mara se había quedado con Desmond, no sé por cuánto tiempo, probablemente todo el tiempo desde que había desaparecido. Le cuento cada detalle hasta llegar al momento en que Mara decidió llevarse a mi hijo, Araziel, y lo qué pasó con ella después.

Emily se levanta bastante desconcertada y retrocede cuando me levantó. Su cintura choca con la encimera y se sostiene de este para no caer al suelo.

Su rostro estaba completamente pálido y su respiración estaba comenzando a agitarse.

— Emily... era ella o mi hijo, y yo... — Alza la mano mientras negaba con la cabeza.

— Cállate, no hables — Cierra los ojos tratando de relajarse, pero parece empeorar. Se acerca a la mesa a tomar el vaso pero el temblor de su mano hace que se le caiga al suelo. Maldice en voz baja manteniéndose de pie al sostenerse por el respaldo del asiento donde antes había estado sentada.

Me acerco queriendo limpiar el desastre, pero el grito de Emily me mantiene en mi lugar. Los pasos apresurados son lo único que me alertan.

— ¡Mamá! — Denzell y Jezabel aparecen bastante preocupados, pero se detienen de golpe al ver los vidrios esparcidos por el suelo al igual que el líquido.

— ¡Vete de aquí, Brigid! — Volteo a ver a Emily que tiene la cara empapada de lágrimas — ¡Lárgate que no quiero volver a verte! — Trago grueso, pero no me muevo.

— Emily...

— ¡Vete!

— ¡No! — Aprieto los puños con fuerza sin importar que mis uñas me dañen las palmas — ¡No me iré porque esta fue y es mi casa desde siempre! — Alzó el mentón — Lamentó que perdieras una hija, pero no lamento lo que hice porque era ella o perder a mi bebé y yo no estaba dispuesta a perder por segunda vez — Siento las lágrimas de solo pensar en lo que hubiese pasado si hubiera perdido a Araziel, pero no derramo ni una lágrima porque tengo a mi hijo conmigo y a otros dos, así que, nada de llorar.

— ¡Era tu hermana!

— ¡Y es mi hijo! — Solloza retrocediendo cuando me acerco a ver el desastre — Si estuvieras en mi lugar...

— Pero no lo estoy, ahora mismo soy una madre que a penas se va enterando que su hija lleva muerta por años, la cual fue asesinada por su hermana mayor.

— Entonces entenderás el dolor que sentí cuando me quitaron a Stella.

— ¿Te estas vengando porque no te fui a visitar al hospital? — La miro incrédula.

— ¿Hablas en serio? — Preguntó molesta — Te acabo de decir que lo que hice fue por mi hijo.

— Ya tenias la fuerza para lidiar con la muerte de un hijo, podías soportar...

— No te atrevas a terminar esa frase — Digo amenazante — Entiendo tu dolor, pero no me arrepiento de lo que hice con Mara porque no, no tengo la fuerza para lidiar con otra pérdida — Emily cae de rodillas al suelo permitiéndose llorar desgarradoramente — Me iré, aún puedes seguir quedándote aquí y aún tienes... — Suspiro — Aún tienes las puertas abiertas de mi casa en caso de que quieras seguir viendo a mis hijos — Ella niega con la cabeza sin dejar de llorar. Volteo a ver a Denzell y a Jezabel que están mirando a su abuela en el suelo — Chicos... ¿quieren quedarse?

— No — Dice Denzell con seriedad — Me quiero ir contigo, mamá.

— Yo me quedaré — Dice Jezabel.

— Hablaré con tu padre para que deje quedarte — Ella asiente y me acerco a ella — Vigílala — Susurro para nosotras — Y... no dejes que llame a Tangie, luego hablaré con ella al respecto.

— Sí mamá — Beso su frente y antes de irnos, me encargo de limpiar el desastre para luego irme junto a Denzell que está bastante molesto.

— Denzell.

— Mmm.

— No te enfades con tu abuela, debes de entenderla.

— ¿Porqué debería? Ella no entendió lo que tuviste que hacer — Suelto un suspiro.

— Ella perdió a una hija y la entiendo porque yo perdí a Stella, pero su dolor es mayor al mío porque ella vio crecer a Mara, hubo un lazo ahí, uno muy fuerte.

— Y aún así quería que le hicieran daño a mi hermano — Baja la mirada — Porque antes no se puso en tu lugar y ahora tampoco lo hizo — El picazón en los ojos vuelve — Mi abuela no nos quiere ¿verdad?

— Claro que los quiere, es solo que... — Suelto un suspiro, esto es más difícil de lo que imagine — Ahora mismo el dolor no la deja pensar con claridad, solo dale un poco de tiempo.

— Bueno, aún así no la necesitas, mami — Alza la mirada — Me tienes a mi, a mis hermanos y a mi papá — Sonrió.

— Más que suficiente.

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