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By AndyPanda-14-zzz

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Lo que toca el alma, no se olvida. More

Prólogo
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Final (1)
Final (2)

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By AndyPanda-14-zzz

Felices 19

Brigid

11 de Junio. (Sicilia)

Suelto un suspiro lleno de frustración ante mi intento de envolver un maldito regalo, esto nunca fue lo mío, era más sencillo si compraba una bolsa de regalo en cualquier tienda que estar pegando papel con cinta en la caja que es el regalo para los gemelos.

Debí de haber aceptado la ayuda de Jezabel, ella era mejor en esto que yo, pero ¿como diablos lo hacía? A ella le quedaban perfectos, mientras que yo, ya estaba pensando en solo pegar el maldito moño porque ya no había tiempo para ir a una tienda en busca de una bolsa de regalo.

— Mierda — Siseo entre dientes con demasiado fastidio. El clima en Sicilia no ayudaba en estos momentos, hacia un calor insoportable y ni siquiera el vestido que traigo puesto me ayudaba a refrescarme un poco, todo el aire en Sicilia no era para nada fresco, me sentía en un maldito horno — Mierda...

«Mierda, mierda, mierda»

Esto no lucia para nada como un obsequio, hasta parecía que ya lo habían abierto.

— ¿Necesitas ayuda con eso? — Escucho el tono burlón de mi esposo detrás de mi.

— ¿Y me lo estás preguntando? — Se acerca y la colonia me avasalla tan bien, que hasta logra que mi malhumor se esfume o al menos que no quiera desquitar mi enojo con él. Últimamente hemos tenido más momentos de familia, risas y de sexo que de otra cosa, así que no, simplemente no podía enfadarme solo porque no podía envolver un regalo.

— Estas demasiado molesta ¿eh? — Dice mientras quita las cintas con delicadeza para no dañar el papel — ¿Es por el calor o porque no podías envolver esto?

— Ambos — Digo mientras me abanicó el rostro, joder, necesito mi tercer baño y a penas estaban por dar las cuatro y media de la tarde, el segundo baño me lo había dado hace una hora y así como salí, quise volver a entrar, pero recordé que tenía un regalo que envolver.

Me siento como un maldito tomate, todo mi cuerpo estaba enrojecido por el calor, probablemente vuelva a Londres bastante bronceada que de costumbre, pero no entiendo porque justamente hoy hacía un calor inaguantable. Hela debió de haber preparado la fiesta de cumpleaños en Rusia o al menos en Londres.

—Denzell y Araziel están frente a un ventilador, pero nuestra hija pareciera que no tiene problemas con el clima — Dice divertido.

— Así como tú — Digo al inspeccionarlo. Llevaba vaqueros negros, botas y una playera sin mangas que daba a relucir sus hermosos, fuertes y sensuales brazos, y en uno de ellos presumía lo hermosa que me vi en nuestra boda.

Su piel está bronceada como de costumbre, pero se veía bastante fresco a pesar de que llevaba vaqueros y botas que no ayudaban para el calor, pero no parecía molestarle en absoluto.

— Nací y crecí aquí, créeme que estoy bastante familiarizado con el clima de Sicilia.

— ¿En serio? ¿Entonces porque Araziel y Denzell están frente a un ventilador? Ellos... bueno, Araziel no nació aquí, pero sí que creció aquí, ambos deberían de estar muy bien familiarizados con el clima — Alza levemente la comisura de sus labios.

— Supongo son los genes, cariño — Me mira — Y Jezabel claramente heredó el no sudar demasiado a pesar del exceso de calor que se siente aquí.

— Es igualita que tú — Se ríe — En el carácter, en los ojos y ahora en esto.

— Y te agradezco por dármela — Sonrió sabiendo que está bastante cómodo de tener una hija a pesar de que dijo que solo engendraba varones — Y listo — Termina de poner la última cinta.

— Y ahora también es igual a que sabe envolver regalos, igual que tú — Me entrega la caja ya envuelta, más decente de cómo yo lo había envuelto. Soy un asco en eso — Gracias.

— Luego me agradeces y ya sabes de qué manera — Dice en tono coqueto.

— Tenemos todo el tiempo del mundo — Lo beso y me alejo con rapidez antes de que me agarre y perdamos más tiempo, ya llevábamos veinte minutos de retraso, sino llegábamos pronto, nos íbamos a perder el pastel y eso sería algo trágico para Denzell, más cuando sabe que el pastel es de chocolate y él es adicto al chocolate.

— ¡Oye, regresa aquí! — Salgo corriendo con diversión y bajo apresuradamente las escaleras antes de que se le ocurra venir detrás de mí y llevarme de vuelta a nuestra habitación.

— Mamá, no puedo — Me mira Denzell suplicante y me rio al ver el nudo que se ha hecho en la garganta con su corbata — ¿No puedo ir normal como siempre? — Dice fastidiado.

— Si tan solo fuéramos nosotros como familia, sí, pero tus tíos han organizado algo grande para tus primos.

— ¿En mi siguiente cumpleaños podemos hacer algo grande? — Pregunta mientras le ayudo a acomodarse la corbata, sí que se ha hecho varios nudos — Con pastel de chocolate de tres pisos, un centro de mesa con muchos dulces y una máquina para hacer algodón de azúcar, también me gustaría una zona de juegos como en el cumpleaños de Jezabel, me gusto mucho lo de la ruleta rusa — Sonrió divertida en cuanto termino de desanudar la corbata y acomodándosela como debe, para algunas cosas era bastante buena — Nosotros podemos tener una mesa especial, donde solo estemos nosotros.

— Suena bien — Acomodo los mechones de su cabello que estaban fuera de lugar — ¿Algún lugar en especial?

— En nuestro jardín o en Rusia, la última vez que fuimos me encantó la vista, es bastante grande y colorido.

— Ya veremos entonces — Me enderezó — Ahora ve a terminar de alistarte, ya vamos muy tarde.

— Sí mami.

— ¿Sabes donde están tus hermanos?

— Jezabel está esperando en la sala, pero no sé dónde está Araziel, se fue cuando le entró una llamada al teléfono — Dice antes de volver adentrarse al baño.

Entro a la sala para ver a Jezabel mirando su pantalla del teléfono, tiene el ceño levemente fruncido para luego chasquear la lengua, no tengo idea de que está viendo, pero al parecer no es de su agrado.

— ¿Sucede algo? — Suelta un gran suspiro antes de bloquear su teléfono.

— ¿Por qué están aliados con un hombre que trabaja en la milicia? — Me mira interrogante — ¿No se supone que son el enemigo también?

— Bueno, yo creo que la alianza está más que bien — Me encojo de hombros — Además de que el hijo de mi aliado fue quien te salvó la vida — Suelta un resoplido.

— Me cae mal.

— ¿Por qué?

— Porque se cree mucho solo por ser hijo del ministro — Se cruza de brazos — Y de que es cadete en una de las mejores centrales que existen, aunque yo creo que la mejor central de la milicia es la que está en Londres — Hace una mueca — Presume demasiado de que es cadete desde los siete años y está por subir de rango en cuanto pase sus pruebas.

— ¿Y tú cómo sabes todo eso? — Preguntó divertida y sus mejillas no tardan en volverse de un color rosado — ¿Has investigado sobre él?

— No — Dice avergonzada, ya ni siquiera me estaba mirando a los ojos — Hemos... estado hablando.

— ¿De verdad? — Trató de disimular mi sorpresa ¿en que momento intercambiaron números? — ¿Desde cuando?

— Dos días después de mi cumpleaños — Empieza a juguetear con la punta de su cabello — Quería agradecerle por haberme salvado.

— ¿Y?

— Y me di cuenta que es un tonto — Se levanta — Es bastante... insoportable — Bufa — Ya lo he bloqueado, así que no hay ninguna necesidad para que le comentemos esto a papá.

— ¿Y qué cosa no me van a decir? — Ambas volteamos a ver a Balderik que está mirando a su hija con una ceja enarcada.

— Ya estoy listo — Aparece Denzell en el momento adecuado — ¿Ya nos vamos? — Nos mira y frunce el ceño al notar la tensión en el ambiente — ¿Y Araziel?

— Aquí estoy — Aparece con una sonrisa de oreja a oreja — ¿Nos vamos? Mis primos ya me han enviado un mensaje de que somos los únicos que faltan.

Me aclaro la garganta en cuanto me acerco a Denzell. Balderik voltea a verme interrogante, así que con una sola mirada le doy a entender que en otro momento habláremos.

— Sí, es hora de irnos — Dice un tanto irritado.

— ¿Puedo conducir el auto de Jezabel?

— De ninguna manera, Araziel — Se interpone ella — Iremos en tu camioneta.

— Se irán en el mismo auto en donde vayamos nosotros — Dice Balderik con seriedad en cuanto salimos de la casa.

— Pero después de la fiesta, mis primos y yo queremos irnos a otro lado.

— Massimo y Kay ya tienen auto, pueden irse con ellos.

— Van a llevar a algunos miembros de la Bratva, no vamos a caber en sus autos — Balderik pone los ojos en blanco mientras mantiene la puerta trasera abierta para que Denzell se suba — Solo por esta noche, papá.

— ¿Puedo ir también? — Pregunta Jezabel con cara de corderito — Por favor, por favor.

Balderik me mira y yo simplemente me encojo de hombros. Él sabe que Araziel tiene mi permiso al igual que Jezabel, confío en ellos y en que sus primos van a estar al tanto de ella, además de que saldrán con gente de nuestra confianza. Hela tiene a los de la Bratva y yo a los Vory v Zakone, es imposible que algo suceda cuando están todos reunidos.

— ¿A donde piensan ir? — Preguntó esta vez.

— Estaremos cerca de la casa, Massimo y Kay quieren hacer una fiesta cerca del cementerio de la ciudad, hay un bosque y un pequeño parque cerca de ahí.

— ¿Cuántos estarán con ustedes? — Pregunta Balderik en cuanto cierra la puerta una vez que Denzell estaba dentro del auto.

— Mmm tal vez menos de treinta personas — Se encoge de hombros — Solo seremos nosotros, papá.

— Ya veremos después.

— Pero ¿puedo llevarme la camioneta? — Sonrió divertida antes de montarme al auto.

Veo cómo Araziel sonríe triunfante antes de irse con Jezabel a su camioneta.

— Tus hijos son algo fastidiosos a veces — Refunfuña en cuanto enciende el motor.

— Déjalos en paz, son jóvenes y está claro que quieren divertirse antes de que los pongamos a entrenar — Suelta un suspiro.

— Ojalá yo hubiera podido ir a una fiesta cuando tenía su edad — Hago una mueca. Colocó mi mano sobre la suya y acarició suavemente sus nudillos — Pero tienes razón, son jóvenes y quieren divertirse.

— Yo también soy joven, papá — Me río al ver la cara de Balderik — ¿También puedo ir con ellos a divertirme?

— Eres demasiado joven para ir con ellos, así que por ahora mantente al margen ¿estamos? — Veo por el espejo retrovisor como Denzell sonríe divertido. Le encanta molestar a su papá.

— Bueno, pero con tal de que juguemos una partida de fútbol en la consola, quien pierda compra una pizza de queso y otra de jamón.

— Hecho.

🖤

— ¡Feliz cumpleaños! — Me acerco a mis sobrinos para abrazarlos y besarlos tanto como sea posible, ambos se quejan, pero no se alejan en absoluto — No puedo creer que ya tengan diecinueve años — Los miro con cariño y a la vez con nostalgia. Estos dos fueron la primera sorpresa que me llevé cuando regrese con Balderik.

Agradezco de no perderme más de sus cumpleaños, aunque me hubiera gustado estar presente en su primer cumpleaños y no haberlos felicitado por videollamada.

Los detalló una vez más, está claro que los rasgos ya son aún más maduros, hace tanto que dejaron de ser esos bebés a los que les hacía cosquillas y mordía sus mejillas por la ternura que albergaban, pero a pesar de eso, aún mantienen aquello que los hace diferentes.

— Gracias tía — Dice Kay volviéndome abrazar — Y gracias por venir.

— Tengan — Les entregó la caja que contiene su regalo y la cual Balderik envolvió — Espero que les guste.

— Ya puedo imaginarme que es — Dice Massimo con diversión — ¿Será aquella consola de la que te hable? — Me mira — Solo por curiosidad.

Finjo demencia a lo cual Hela se ríe antes de darme las gracias por el regalo y por haber llegado. Ella me jala con ella mientras que mi esposo y mis hijos son los siguientes en felicitar a los gemelos.

Entro completamente a la casa que estaba llena de invitados, la mayoría de ellos son parte de la Bratva, muy pocos eran parte de los Vory v Zakone, ya que la mayoría se encuentra en Rusia para continuar al tanto, nadie ha bajado la guardia, menos cuando son eventos importantes.

La casa es bastante grande como para tener a más de cincuenta personas, más cuando solo tenían un sofá, que es lo suficientemente grande para que algunos puedan sentarse y el resto del espacio era ocupado por dos mesas grandes, una de comida y otra de postres que tenía una gran fuente de chocolate.

Todo estaba decorado con solo dos colores. Gris y Verde.

Veo a Seth salir del comedor con dos hombres, uno de ellos es el consiglere y el otro no tenía idea, probablemente era alguno de sus hombres o un socio.

— Hoy es un gran día y tenemos que disfrutarlo al máximo — Dice Hela llevándome hasta el mini bar que había en una esquina de lo que antes era su sala — Un ronda de shots — Le dice a la chica que estaba atendiendo — Y que estén bien cargados.

— ¿Qué? Por Dios, no — La miro aterrada — No planeo emborracharme.

Ni siquiera recuerdo cuando fue la última vez que me embriague, pero sí que recuerdo que borracha hago demasiadas tonterías, además de que no estaba segura de querer que mis hijos me vieran en ese estado, sería demasiado vergonzoso.

— Hace tanto que no nos divertimos — Se queja — Hoy es un día que no podemos desperdiciar, además de que mis hijos ya hicieron planes por su cuenta y piensan irse a otro lado para festejar su cumpleaños, así que, no voy a desperdiciar todo esto — Señala toda su casa que estaba muy bien decorada, incluso habían globos grandes que armaban la frase de Feliz Cumpleaños — Así que no puedes decirme que no.

La chica coloca los shots frente a nosotras.

Probablemente Araziel y Jezabel no estén mucho tiempo y se salven de verme borracha, pero Denzell estaría con nosotros y él sí que no se salvaría de ver a su mamá en estado de ebriedad.

— Solo esta ronda.

— Está ronda y las que siguen — Choca su shot con el mío antes de bebérselo de un solo trago — ¡Vamos! — Bebo mi shot y enseguida nos sirven otra.

— Nada de ponerse briagas — Me tenso en cuanto escucho la voz de mi esposo.

— Oh vamos, no seas aguafiestas — Hela pide otra ronda y en donde ahora incluye a Balderik — Además, tú igual necesitas despejarte un poco, hermanito.

— Te recuerdo que soy yo quien conduce y tengo que llevar a mi familia a salvo.

— ¿Y donde está Thomas? — Hela inspecciona el lugar — ¿Salen sin sus guardaespaldas?

— No son guardaespaldas — Dice Balderik. Enarcó una ceja cuando lo veo beberse el shot a pesar de que dijo que no iba a beber — Les di su día libre, están en casa.

— Vaya jefe — Dice Hela con diversión — Debes de tener todo bajo control como para ponerlos a descansar.

— Todos están agotados por la extensa búsqueda que ordene que hicieran, mañana temprano volverán a buscar en lo que queda de Londres.

— Sí están buscando a Desmond, dudo mucho que esté en la ciudad, no se arriesgaría demasiado a que la gente lo viera, ya debe de haber visto las noticias. Gian se encargó de que su rostro sea reconocido en todo el mundo, en caso de que se fuera a algún otro lado en el que nosotros no tengamos respaldado.

— No es suficiente, lo sabes.

— Como sea, hoy es el día en que ignoraremos que tenemos trabajo que hacer, nos haremos de la vista gorda y... — Agarra los siguientes shots que nos sirven — Beberemos hasta el amanecer — Nos entrega los shots y Balderik me mira de reojo.

No era mala idea despejarnos un poco, pero tampoco quería dar una mala imagen a mi hijo de diez años.

— ¿Está Nerón?

— Debe de estar en el jardín, lo vi hablando con... — Balderik se va con rapidez sin importarle lo demás. Hela se encoge de hombros y simplemente choca su shot con el mío — Salud.

Hago una mueca al sentir el ardor recorrerme la garganta hasta sentir el líquido caliente en mi estómago. «Joder»

Definitivamente debió pasar mucho tiempo como para que no esté soportando el sabor en la garganta y empiece a sentirme un poco mareada después de tres shots, ya no estoy en edad para esto, joder, soy toda una señora, pero incluso alguien de mi edad podría beberse más de diez y estaría fresca como lechuga, como Hela, que parecía no sentirse nada mareada a pesar de que ya va por sexto shot de la noche.

— Está vez prepárame un cóctel — La chica asiente y se apresura a prepárale la bebida mientras Hela aprovecha el momento para ver a su alrededor — Es estupendo ¿no crees? — Me mira de reojo — Yo aún no puedo creer que esto esté pasando, sinceramente pensaba que a esta edad estaría planeando como distribuir a mis hombres para mantener a mi hermano vivo, sin embargo, estoy con el triple de hombres a mi merced, distribuyéndolos para mantener vivos a mi esposo he hijos.

— ¿Era lo que querías?

— Joder sí, definitivamente soñaba con tener una familia, pero la vida me premió aún más con ser la Koroleva de la Bratva y no solamente la encargada de mantener vivo a mi hermano — Sonríe divertida — No me mal entiendas, está claro que daría la vida por mi hermano, pero quería ser más que su guardaespaldas.

— Y lo lograste — Asiente con emoción.

— Tengo todo lo que quería y más — Suspira aliviada — ¿Y tú? — Me mira — ¿Era lo que querías antes de conocernos?

Aprieto los labios en cuanto mirada recae en Jezabel que ríe junto a su hermano Denzell, mientras que Araziel llega con vasos y le entrega a ambos sus bebidas antes de unirse a la conversación.

— Definitivamente sí.

— Yo ayer tuve una duda bastante interesante, pero a la vez patética porque aún faltan años para mi descenso — Enarcó una ceja al tiempo que la chica le entrega su cóctel y a mi me da otro shot.

— ¿Ah que te refieres con descenso?

— Mi muerte — Dice con simpleza — No temo a morir, pero... me pregunto ¿quién de mi familia se sentaría en mi tumba a hablarme por horas? — Volteo a ver a Seth que aún estaba hablando con sus hombres, aunque ahora también Maksim se le había unido — Yo pienso que lo haría Massimo, siempre ha sido muy apegado a mi, pero... también creo que lo haría Kay, aunque no lo admita, me adora mucho más de lo que adora a su papá — Sonrió divertida.

— ¿Y qué hay de Seth? — Suelta un largo suspiro.

— Ese seguramente vendría detrás de mí para acompañarme al infierno.

Volteo a ver a mi familia preguntándome quien de mi familia se sentaría a lado de mi tumba a hablarme por horas. Yo y mis hijos lo hacíamos con Stella, pero era yo quien se quedaba más tiempo, así que...

Mi mirada recae en mi esposo que estaba hablando con Nerón. Probablemente él haría lo mismo que Seth. Vuelvo a mirar a mis hijos. Probablemente los tres.

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