Una Novia Para Max (BG.5 libr...

By darlis_steff

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Maximiliano Greene es conocido en la industria del entretenimiento por ser uno de los mejores agentes, repres... More

Una Novia para Max
De Maximiliano Greene a Papi Max
Capítulo Uno
Capítulo Dos
Capítulo Tres
Capítulo Cuatro
Capítulo Cinco
Capítulos Seis
Capítulo Siete
Capítulo Ocho
Capítulo Nueve
Capítulo Diez
Capítulo Once
Capítulo Doce
Capítulo Trece
Capítulo Catorce
Capítulo Quince
Capítulo Dieciséis
Capítulo Diecisiete
Capítulo Dieciocho
Capítulo Diecinueve
Capítulo Veinte
Capítulo Veintiuno
Capítulo Veintidós
Capítulo Veintitrés
Capítulo Veinticuatro
Capítulo Veinticinco
Capítulo Veintiséis
Capítulo Veintisiete
Capítulo Veintiocho
Capítulo Veintinueve
Capítulo Treinta
Capítulo Treinta y Uno
Capítulo Treinta y dos
Capítulo Treinta y tres
Capítulo Treinta y Cuatro
Capítulo Treinta y Cinco
Capítulo Treinta y Siete (FINAL)
BG.5 Más que un grupo

Capítulo Treinta y Seis

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By darlis_steff


Capítulo treinta y seis.

Maximiliano.


26 de diciembre, 2016.

—¿Has atrapado a alguno, Allen? —escucho a Theo antes de desplazar la mirada a Allen gateando por el suelo de la sala.

—Nada aun, Theo —Grita antes de darme una mirada—. Levanta los pies.

Lo hago sin dejar de verla cuando casi pega la mejilla al suelo para revisar debajo del sofá y me sobresalto cuando de manera inesperada se incorpora y alza el crucifijo hacia mí.

—¿Qué haces?

—Eres tan guapo que pensé que eras un espíritu por lo irreal que te ves —Me sonríe.

—¿Se supone que ese es un halago?

Todo lo que hace es reír antes de arrodillarse y apoyando una mano sobre mi rodilla vuelve a alzar el crucifijo hacia mí.

Todavía intento no reír ante el hecho de que Allen trajo dos crucifijos para jugar con Theo, no es necesario decir que mi sobrino gritó con emoción antes de abrazarla y asegurarle que la amaría toda su vida mientras que Thomas la llamó una traidora y que si lo llamaban de la escuela o alguien se quejaba de que su hijo lo reprendiera como el diablo, él la culparía y les diría que se entendieran con ella... Cara aun no ha visto el regalo.

Allen y yo llegamos a casa de papá la tarde de navidad y haber visto la alegría en los ojos de papá fue mi mejor regalo junto a la manera en la que nos abrazó a Thomas y a mí luego de la cena.

Pero ahora que estamos aquí, en este preciso instante, sonriéndole a Allen tomo el crucifijo de su mano y lo giro hacia ella.

—¡Sobrino! Creo que hay un giro de trama interesante, conseguí uno para ti.

—¡¿De verdad, tío M?!

Escucho los pies de Theo venir a toda prisa, apareciendo poco después con los ojos muy abiertos, subiéndose con el índice los lentes por el tabique de la nariz y un crucifijo exactamente igual al que sostengo se encuentra en su mano.

Ve cómo apunto hacia Allen y frunce el ceño.

—Tío M, esa es tu novia, es Allen, ella no es un espíritu.

—¿Estamos seguro de ello? —pregunto—. Se ve muy irreal.

—Soy real —asegura Allen.

—No lo sé, tengo mis dudas.

—¿Qué tengo que hacer para que me creas cuando digo que soy real, Maximiliano?

—Yo te creo, Allen —asegura Theo dándome una mirada demasiado juzgona para un niño de nueve años—. No la molestes, tío M.

—¿Desde cuándo estás de su lado?

—Ella me dio un crucifijo, tú y papá no.

—¿Quién le dio un crucifijo a Theo? —Nos sorprende la voz alarmada de Cara.

Sonrío hacia Allen que abre mucho los ojos y dejo el crucifijo entre sus manos para que tenga la prueba de su culpabilidad cuando se pone de pie y ve a mi excuñada al lado de un Thomas que sonríe ampliamente hacia Allen sabiendo que ha sido atrapada por Cara.

—Fue Allen —la señala mi hermano—, le dije que no y ella me desafió al dárselo.

—Los mentirosos se van al infierno, papá.

—Bueno, Theo, según tú iré por todo al infierno —dice mi hermano.

—No es mi culpa que te condenes a ese destino, papá, dijiste que debíamos ser responsables de nuestros errores.

—No puedes decir que no lo esté criando bien, Cara —se regocija Thomas—. Mira cómo lo enseño a ser responsable.

—Todo lo que veo es que dejaste que le dieran un crucifijo.

—Es cierto, él solo dijo que me culparía, pero no me lo impidió —Voltea Allen todo.

—¿Y tú que hiciste, Max? —Me exige saber Cara cruzándose de brazos.

—Ver, porque no es mi hijo y no me involucro en la crianza por respeto a ustedes —Me excuso, saliéndome exitosamente de este lío.

—Allen cumplió mi sueño, mamá, bueno mi penúltimo sueño, el último es abrir muertos.

—Quiero creer que habla de ser médico forense —comenta Thomas.

—Claro que es eso —defiende papá viniendo desde el pasillo—. Dejen a mi nieto jugar tranquilo con mi nuera. Excelente regalo, hija, eres la única que escuchó al niño, sus padres estaban más ocupados teniendo sexo clandestino.

—¡Papá! —grita Thomas al mismo tiempo que Cara dice:

—¡Maximiliano!

—¿Tienen sexo? —y esa pregunta viene de Allen.

Me dedico a entrecerrar los ojos hacia mi hermano que pese a sonar escandalizado, tiene una sonrisa complaciente mientras Cara se encuentra sonrojada.

—No quiero hermanos, papá, me gusta ser hijo único —rompe Theo el silencio.

—¿Sabes cómo se hacen los bebés? —le pregunta Cara con cautela.

—Sí, mamá, el abuelo me lo explicó.

Todos volteamos ver a papá que sonríe con orgullo. Si le dio la misma charla que a Thomas y a mí, no inventó sobre abejas y fue muy honesto, pero de una manera no explícita, por lo que tuvo que haber hecho un buen trabajo. Siempre pensé que papá era de los pocos padres no incómodos que supo cómo darnos una charla sobre el sexo sin demasiados detalles, pero sin mentiras.

—Entonces... ¿Nadie me odia por el crucifijo? —pregunta Allen con fingida inocencia.

—En esta casa está prohibido odiar, Allen, eso me dijo mamá y los que odian van al infierno —razona Theo incluso se acerca para agarrarle la mano en apoyo—. Los cristianos no odiamos.

—¿Y quién le dijo al niño que somos cristianos? —Le pregunta Thomas a Cara con el ceño fruncido.

—¿Somos ateos, papá? ¡Oh, ya sé!

—Creo que no querremos escuchar lo siguiente —advierto porque esa siempre es la premisa de algún comentario... Peculiar.

—Podemos creer en BG.5, la otra vez la amiga de mamá dijo que ellos eran dioses.

—No funciona así —intento razonar.

—¿Entonces mi papá es Dios?

—¿Qué? —decimos todo al mismo tiempo.

—La otra vez yo estaba durmiendo —comienza Theo— y escuché sonidos raros, venían de la habitación de mamá...

—Creo que deberíamos comenzar a comer —interrumpe Cara.

—Espera, quiero seguir escuchando cómo es que mi hijo lento cómo la vida es un Dios.

—No soy lento, papá.

—Calla y déjame escuchar, Tom. Prosigue, nieto.

—Y escuché a mamá llamar a Dios, entonces papá le dijo "no es Dios, cariño, soy yo" y mamá en voz rara dijo que era lo mismo.

Se hace un largo silencio en el lugar mientras Theo pasea la mirada por cada uno de nosotros.

—¿Es papá un Dios, mamá?

—Tu tío...

De inmediato volteo a ver a Allen que por suerte no culmina la oración, pero que esconde su risa en una falsa tos.

—Vayamos a comer —dice finalmente papá— y no, hijo, tu papá no es un Dios.

—Pero mamá...

—Tu mamá solo estaba demasiado emocionada, nieto. Ven, ayúdame a traer la comida a la mesa.

—¿Por qué estabas tan emocionada, mamá?

—Porque se sentía bien —responde con simpleza mi hermano.

—¿Y la ayudabas?

—Siempre la ayudaré, hijo —Le guiña un ojo.

Allen suelta otra falsa tos mientras papá sacude la cabeza en negación y Cara le golpea sutilmente el brazo a mi hermano.

—Vamos por la comida, Theo, necesito sacarte de este lugar —comienza a alejarse papá.

—¿Puedo llevar el crucifijo, abuelo?

—Puedes, yo no te reprimo.

Allen me da un toquecito en el brazo y me sonríe.

—Te dije que ellos volverían.

Volteo a ver a mi hermano que ahora tiene una conversación o discusión en voz baja con Cara que mueve mucho las manos. Supongo que en este momento ellos se encuentran en una historia interesante.

—Sí, tal vez tenías razón —murmuro antes de tirar de ella frente a mi cuerpo y envolver los brazos a su alrededor.

»No creas que no me di cuenta de que te libraste del castigo por regalarle un crucifijo a Theo.

—Ah, pero tú puedes castigarme más tarde —asegura, enlazando sus brazos detrás de mi cuello.

—Pero ¿Es realmente un castigo cuando te gusta? —pregunto con la vista clavada en sus labios.

Tararea un "humm" antes de levantarse en las puntas de los pies y dejarme un beso suave en la boca.

—Iré a ayudar a Maximiliano padre —anuncia, saliendo de mi abrazo y guiñándome un ojo.

La veo alejarse sin dejar de sonreír, pensando en los días que hemos tenido desde que ella llegó. El primer día lo pasamos en mi apartamento conversando, teniendo sexo y a petición de ella jugando un horrible juego de mesa. Nochebuena la pasamos con Andrew y Leslie, ambas familias unidas, y fue increíble. La mañana de navidad la pasamos en la casa de Harry, todos nos habíamos reunido ahí, aunque solo estuvimos un par de horas antes de hacer el viaje por carretera hasta llegar a casa de papá en donde cenamos y compartimos regalos, y en dos días volveremos a Londres.

Han sido días increíbles y he trabajado poco, he estado más relajado y siento que he disminuido mi trote sin renunciar a mis responsabilidades, como si encontrara un equilibrio.

Sacudiendo la cabeza vuelvo la atención a mi hermano y a Cara, ahora ella está sonriendo mientras él le acaricia la espalda baja con una mano y le dice algo en susurros. Solo me basta esa visión para saber que estarán bien, que podrían estar reconstruyendo algo que en primer lugar nunca quisieron dejar ir.

***

27 de diciembre, 2016.

"Aquí descansan los restos de una de las mejores mujeres del mundo. Madre, esposa, abuela y un ser humano excepcional.

Volaste demasiado pronto, pero los ángeles siempre se van sin avisar. Nos vemos en el paraíso, amor."

—¿Son palabras de tu papá? —me pregunta Allen cuando termino de acomodar el arreglo de girasoles sobre la lapida de mamá.

—Sí, él nunca fue el hombre más romántico o al menos no de manera planeada, mamá siempre quiso que le escribiera cartas, así que esta fue una de sus cartas para ella.

—Debió estar tan desbastado, me dijo que fueron novios desde los quince años.

—Se sintió perdido, admiro que mantuvo su fortaleza. Aun le escribe cartas, desearía también hacerlo ¿Sabes? Mamá y yo intercambiamos cartas a la antigua, a ella le parecía algo tan bonito, conservo cada una de ellas.

—¿Por qué no le seguiste escribiendo? —suena curiosa, pero también cuidadosa sobre cómo me lo tomaré.

—No me sentía listo ni siquiera podía venir con tanta frecuencia aquí —susurro lo último viendo el nombre de mamá: "Tracy Greene".

—¿Y ahora?

—Todavía lidio con el hecho de que pude haber hechos muchas cosas diferentes, haber compartido más con ella y darle más de mi tiempo, pero entiendo finalmente que no podía cambiar el desenlace final, lo que sucedió no estaba en mis manos ni en la de mi hermano o papá, no somos responsable de su muerte.

Y me tomó años comenzar a entenderlo, aun ni siquiera es sencillo aceptar que esa es la verdad, pero trabajo en ello y es esa conclusión la que hoy me hace pararme aquí sin sentirme indigno o culpable, además, Thomas tiene razón, mamá me amaba y me entendía, ella no estaría molesta conmigo y ella nunca se arrepintió de esperarme, me conocía lo suficiente bien para saber que en ocasiones podría llegar tarde y aun así era feliz, era mi mamá y siempre alegaba "te esperaré siempre, cariño, una madre nunca renuncia."

—Un placer conocerla, señora, Greene —le habla Allen—. Tienes una familia maravillosa que me ha tratado increíble. Su hijo me hace feliz y espero también darle esa felicidad a él, puede estar tranquila, él lo está haciendo bien, es todo un orgullo. Le prometo que seré la mejor nuera que pueda imaginar, bueno, junto a Cara y que le daré a su hijo un romance tan bonito como el que tuviste con Maximiliano padre.

Sonrío, ella es tan especial.

Mis palabras no son dichas en voz alta, sin embargo, pienso en cada recuerdo que tengo con mamá, abrazando el dolor, pero también la felicidad y dicha de haber tenido cada una de esas oportunidades. Siempre la extrañaré, pero quizá las palabras de papá tienen razón y nos reencontraremos en algún paraíso o en otras vidas.

—Me gusta que estés aquí, Allen.

—Soy feliz justo en donde estoy ahora —Me responde tomándome de la mano y entrelazando nuestros dedos.

***

31 de diciembre, 2016.

Es imposible que hoy consigas un lugar silencioso en la casa de los señores Jefferson. Risas infantiles, adultas, conversaciones, gritos y llantos resuenan por el lugar.

Me parece sorprendente cómo hemos conseguido conservar la tradición a lo largo de los años y cómo nuevas personas se han ido uniendo hasta el punto de que la casa de los Jefferson que siempre se sintió inmensa ahora comienza a quedarse pequeña.

Podría dedicar más tiempo a estos pensamientos, pero alguien tira de mi pantalón y cuando bajo la vista me encuentro con unos ojos exactamente iguales a los de Harry que me ven con emoción.

Tenes a mi muñeco.

Por muñeco se refiere a Heath de casi siete meses que se encuentra en este momento en mis brazos jugando con mi cabello mientras balbucea.

—¿Me lo das? —Me pregunta con impaciencia al ver que no le respondo—. Pur favourr.

Me agacho para estar a su altura y Heath lanza un gritito feliz cuando su hermana extiende los brazos para cargarlo, lo más divertido es que el bebé en realidad busca de arrojarse a sus brazos mientras sonríe. Me queda bastante claro que Heath ama ser su muñeco, él es un bebé bastante risueño que ríe por todo y que llora muy poco.

—¿Qué te parece verlo así y cargarlo mañana que te ayudemos?

No parece muy convencida y no ayuda que Heath quiera tirarse a sus brazos, pero para mi fortuna, Zoey grita su nombre junto a la palabra "ayuda" mientras se tironea del cabello con Nathan, es solo otro día para los mellizos Nowell y me compadezco de Kurt que cargando a Heaven se acerca a ellos para separarlos.

Halle acude al llamado de su amiga y ahora tienes a tres niños peleando. Nathan tira del cabello de Zoey y ella del de él, Halle está jalándole la camisa a Nathan para alejarlo y Jeff los ve mientras come una galleta, no es un bebé peleador, es más un observador burlista que le arroja migajas de galletas diciendo uno de sus nombres de tanto en tanto.

—Qué lío —Escucho a Allen decir y cuando me levanto descubro que ve entretenida toda la pelea.

Ahora Dan intenta que Halle suelte a Nathan que grita mientras Zoey llora aun tironeándose del cabello con su hermano, Adam ve todo sentado al lado de Jeff que le comparte de sus galletas y Skylie parece buscar más ayuda adulta viendo que es demasiado para Kurt que ahora sostiene a una Heaven que llora.

—Es demasiado —comento riendo—. Por fortuna en este momento sostengo al bebé feliz.

Y para afirmar mi punto, Heath se ríe cuando Allen le hace una mueca.

—Los niños son lindos, pero tan raros y complicados —me comenta.

Nunca hemos hablado de niños, todo es muy reciente, pero recuerdo que hace un tiempo cuando me habló de su infancia, mencionó que tras la golpiza de aquella basura que su padre asesinó, sufrió daños que le complican y disminuyen sus probabilidades de ser madre, también sé con base a algunas conversaciones breves que ser madre no se encuentra en sus planes inmediatos, no sé si a futuro, pero cual sea el caso si nuestra relación es duradera, los hijos para mí no son una meta o algo que me harán sentir realizado como ser humano, estaré bien si los tengo tanto cómo si no sucede, con cualquier escenario estoy bien por lo que eso no será un problema en nuestra relación.

—¿Quieres cargarlo? —le pregunto porque aun es tímida sobre cargar a los bebés de BG.5.

De manera torpe estira los brazos y la ayudo en tanto la guío sobre cómo cargar a Heath. El bebé parece desconcertado por cómo lo sostiene y se queja antes de buscar de trepar por su pecho.

—Se está escapando —Se alarma ella con los ojos muy abiertos y debido al tipo de maquillaje que trae, estos se destacan de un color hermoso.

—No se escapa, solo siente que lo dejarás caer y busca sobrevivir —Me rio intentando nuevamente que lo sostenga mejor y cuando lo conseguimos, Heath la ve con fijeza como si se asegurara y luego se relaja sonriendo.

—No pesa tanto cómo imaginé y huele muy bien.

—Excepto cuando se caga —aporta Ethan desde atrás y cuando volteamos lo encontramos sosteniendo a una Love muy dormida—. Ella cree que soy su cama.

—Pero te niegas a acostarla en el coche—digo.

—Se va a despertar cuando lo haga y solo estará cabreada, me evito un drama.

—Dejas que una bebé te controle —señalo.

—Solo evito que la llorona de la familia nos dé una noche de dramas —Me dice acomodándole el lazo morado en la cabeza—. Ubica una de tus manos en la espalda de Heath, se siente inseguro con tu agarre, Allen.

—Guau suenas experto —comenta Allen haciendo lo que él le sugiere.

—Muchos bebés de práctica.

—Aquí estás —Llega Leslie—. Dame a Love para poder acostarla, con ella ya tenemos a dos soldados caídas.

—Se va a despertar —refunfuña Ethan cuando Leslie toma a la bebé dormida con cuidado.

—No lo hará, no seas paranoico —Le besa la mejilla—. Gracias por haberla dormido.

Desestima el agradecimiento con una mano y los tres, cuatro contando a Heath, vemos como Leslie se acerca a Andrew quien tiene los tres coches unidos en su poder.

Love llora en cuanto la acuestan.

—Se lo dije —se regocija Ethan—, esa caprichosa se iba a despertar en cuánto supiera que nadie le hacía de cama.

Un resoplido de bebé nos hace ver hacia Heath que estira sus brazos hacia Ethan intentando llamar su atención, al parecer aun no confía en que Allen lo sostenga.

—¿Es en serio, Heath? Es mi momento de descanso.

—Toma, quiere ir contigo.

Allen no duda en entregárselo y el niño resopla feliz agarrándose del cuello de Ethan y comenzando a mover el cuerpo al ritmo de la canción que está sonando, eso nos hace reír.

—Siempre tan amado ¿Mu fortuna o maldición? —finge suspirar antes de alejarse.

—Tan presumido —se ríe Allen.

—Un rasgo característico en él —comento, viéndolo llegar hasta Grace a quien le entrega a Heath riendo de lo que sea que ella le diga.

—Este ambiente es tan bonito, quiero muchos momentos así.

—Tendremos muchos —prometo, atrayéndola hacia mí y presionándole la espalda contra mi pecho mientras la envuelvo en mis brazos.

Nuevamente paseo la mirada por el basto jardín, sonriendo cuando veo a Doug cargando a Ashton mientras Katherine les tomo una foto, Hilary hace lo mismo por sus hermanos y los señores Wood sonríen mientras se hacen cargo del coche con dos de las trillizas en tanto Andrew y Leslie conversan con Naomi, Jeremy, Emma y Peter. Hay tantas personas que resulta difícil resumir qué hace cada una de ellas, pero puedo garantizar que la pasan bien, que son felices y guardan este momento especial.

Acerco mis labios a la oreja de Allen y le beso el lóbulo antes de susurrarle importantes palabras:

—Ahora esta también es tu familia, Mary Alena.

—Quieres hacerme llorar.

—No, mi pequeña descarada, quiero hacerte feliz.

—Lo haces, Maximiliano.

Y durante toda esta noche la veo sonreír y relacionarse, no hay tristeza, todos la reciben con felicidad y cuando el año nuevo comienza y le doy un beso, Allen llora, pero no es de tristeza.

Es feliz.

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