Capítulo Cuatro

165K 22.9K 44.3K
                                    




Capítulo cuatro.

Meredith Allen.


30 de enero, 2016.

— ¿En qué piensas, Allen?

Desplazo la vista de mi café hacia Loraine y suspiro dirigiendo la mirada ahora hacia sus galletas, pero me recuerdo todo el entrenamiento que acabo de tener en el gimnasio y además de que tengo miedo de que mi nuevo entrenador me consiga comiendo galletas porque hoy es mi primer día en este gimnasio. En el anterior mi entrenadora, digamos que estaba haciendo un entrenamiento asqueroso que me tenía hambrienta y aunque tal vez necesito recordarme que esto es temporal, que se supone Londres es solo algo transitorio, necesito un equipo que me ayude a mantenerme saludable y no en forma de una manera enfermiza.

—Pienso en tres cosas —respondo finalmente—. La primera es que ¡Dios! Tengo envidia de tus tetas y tu nariz, Loraine, tendrías que casarte con tu cirujano porque siempre fuiste hermosa, pero esas cirugías lo acentuaron. Tus tetas me seducen y tu nariz me dice "soy una chica con clase respirando mejor que tú".

—En primer lugar, no puedo casarme con mi cirujano porque vive en Estados Unidos, lugar del que me haces correr, y segundo tampoco puedo hacerlo porque él tiene un tierno enamoramiento por ti, sueña con que un día entres por su puerta para algo más que arreglarte las ojeras.

—Sí, bueno ¿Te acuerdas como una marca importante me dijo que el día que cambiara mis naranjas estaría muerta? "Las modelos con tetas son para playboy" qué desagradable.

— ¿Eso no fue lo que dijo tu tía?

—Sí, porque se copió de esa mujer —Doy un sorbo a mi café— y la nariz, pese a que no es perfilada ni perfecta, no la odio, nos llevamos bien, es amiga de mi cara y la acepto.

—Conmovedor —dice riendo por lo bajo, soy su payasa favorita—. Ahora que ya hablamos de mis tetas y nariz, háblame de las otras dos cosas en las que piensas.

—La segunda es un sueño húmedo que tuve con Brad Pitt —Hago una pausa y ella me alienta a continuar—. Me iba a follar y duro, así me lo dijo. Loraine ¿Puedes creerlo? Y le dije "papi, sí" eso es bastante travieso, muy travieso.

Papi... —repite—. Bueno, es mayor que tú por muchos años, en tus sueños tal vez eras una sugar baby. No consigo entender cómo Brad llegó a tu sueño para follarte, pero no juzgaré. Una vez Tom Cruise me nalgueó en un sueño y me hizo contarlo.

Rio porque ni siquiera creo que sea una broma y porque siempre estaré encantada del nivel de confianza que manejamos, es mi mejor amiga en cierta manera.

—Creo que soñé con Brad porque me vi dos películas suyas seguidas. El sueño fue muy sexy, estoy segura que hubiese sido muy buen sexo —suspirando teatralmente tomo otro poco de mi café—, fue el primer sueño lindo en mucho tiempo.

—Ese no fue un sueño lindo, fue un sueño húmedo.

Encogiéndome de hombros quiero replicar cuando veo lo más peculiar de esta fría mañana pasar frente a la cafetería con un pantalón deportivo y un suéter, una bolsa deportiva sobre su hombro y cabello despeinado. Parece exasperado hablando por teléfono mientras dos hombres a su lado, que parecen acompañarlo, conversan.

Podría decir que esto es una casualidad, pero es mentira porque sé que este es uno de los cincos gimnasios exclusivos en donde se entrenan personas que requieren privacidad y seguridad. Loraine – representante perfecta – consiguió una membresía para mí y ahora soy bienvenida siempre que me comporte y no siembre caos. Sabía, porque pregunté, que Maximiliano Greene era de los pocos entrenando algunos días aquí, no es que sea una acosadora, pero me dije que entrenar viendo "casualmente" siempre que la vida me bendijera al hombre que me ayudó en dos oportunidades, no era malo. Además, es importante tener en cuenta que adrede escogí los días que él no registró y horarios adversos a los suyos, así que ¿Cómo he terminado encontrándome con él el primer día?

Una Novia Para Max (BG.5 libro #5.5)Where stories live. Discover now