Capítulo Veinte

134K 20.2K 29K
                                    


Capítulo veinte.

Meredith Allen.


10 de marzo, 2016.

No sé muy bien cuál es el propósito de venir, pero aquí me encuentro: esperando por Dallas Meyer, mi exnovio y quien pensé era mi amigo.

Me quito los lentes de sol y suspiro viendo hacia las calles, pensando en nada y sintiendo alguna especie de agotamiento físico y emocional. He estado pensando tanto que dormir ha sido un poco difícil, por fortuna soy experta maquillándome y hoy lo he hecho porque no quiero verme bien y estoy lista para dar sonrisas que resulten creíbles a cualquier cámara que quiera captarlo, por ejemplo, justo ahora hay un hombre recargado de un árbol capturando imágenes de mí y le hago un saludo con la mano para vender una imagen amigable incluso si quiero que se vaya.

Vuelvo la vista al café frappe frente a mí y pienso en que prefiero mi clásico café caliente, pero pese que estamos entre los meses en donde la temperatura es agradable al no ser ni muy fría o muy caliente todavía me siento sedienta a cada instante lo que me hace extrañar el frío, lo que es raro porque antes de Londres no prestaba demasiado atención a las estaciones o el clima, pero últimamente me encuentro señalando en mi cabeza todas las diferencias entre este lugar y en el que estuve, casi creería que estoy nostálgica.

Loraine me ha preguntado dos veces si planeo retornar los planes y volver para estar el tiempo que en un principio tuve estipulado antes de irme a Francia para proyectos que tengo en París, pero he sido bastante cerrada al respecto porque estoy desanimada. Siento que estaba estableciendo una rutina en un lugar que no es mi hogar y en el que no me quedaré, que estaba creando lazos afectivos ¿Y para qué? Para luego caer en esta fea realidad y sentirme mal por no estar allá.

Estaba haciendo amigos, porque independientemente de la tensión más que amistosa entre Maximiliano y yo, él se convirtió en mi amigo, fue la primera vez, aparte de Loraine, que tuve a alguien que me escuchó, dio consejos, pasó tiempo conmigo y lo disfrutaba sin esperar nada a cambio. También creo que algunos de sus guardaespaldas pudieron ser amigos y estaba animándome a interactuar con mis vecinos. Me gustaban los trabajos editoriales y entrevistas a las que iba y aunque los fotógrafos estaban muy presentes, de alguna manera no me pareció tan invasivo cómo lo es aquí.

Maximiliano debe de haberme tachado de su lista, no lo volví a contactar y tampoco di explicaciones, pero tal vez me doy demasiada importancia porque amigos lo sobran y mujeres supongo que cualquiera se interesaría románticamente en un hombre con sus cualidades.

Estoy en ese momento en donde me sumerjo en un hoyo y parezco desganada de levantarme, lo he conversado durante mucho tiempo con mi terapeuta, pero de alguna manera está más allá de mí.

—Allen...

Alzo la vista encontrándome con Dallas y por un momento estoy paralizada. Su cabello negro está despeinado y más largo de lo que lo estuvo el tiempo que salimos, lo veo más musculoso, pero sus lindos ojos me recuerdan los buenos tiempos.

No me pongo de pie y noto que tiene incertidumbre sobre cómo saludarme, pero debe de notar que no estoy siendo muy receptiva porque termina por tomar asiento y nos envuelve un silencio incómodo durante unos breves minutos.

—¿Cómo has estado? —pregunto porque quiero ser civilizada y evitar que él me haga la pregunta a mí.

Sus ojos pierden tensión y poco a poco comienza a hablarme de la película que comenzará a grabar y estoy genuinamente feliz por él porque sé cuánto trabajó para quitarse la imagen de adolescente y conseguir proyectos que apuntaran más hacia el drama y temas complicados. Siempre lo he admirado cómo profesional, es un actor completo que desde sus inicios ha sido subestimado y aunque aún pude considerarse relativamente nuevo en la industria, solo lleva casi cinco años, sé que puede conseguir muchas cosas.

Una Novia Para Max (BG.5 libro #5.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora