Capítulo Ocho

162K 22.8K 47.2K
                                    


Capítulo ocho.

Meredith Allen.


17 de febrero, 2016.

Estoy cubierta con una sábana mientras leo el artículo sobre Dallas Meyer, mi ex, iniciando un apasionado romance con una hermosa nueva modelo. Hay muchos indicios y supuestamente fuentes cercanas afirmándolo. Siento un pinchazo en mi interior, una sensación amarga que me recuerda viejas sensaciones de dolor, decepción y desconcierto cuando lo que consideré una de las pocas relaciones estables en mi vida, terminó abruptamente.

Y es que Dallas en sí no es una mala persona, fue un gran apoyo y en su momento un buen novio, pero olvidó decirme que yo no era lo que quería o quién podía hacerlo feliz. Me dio una falsa confianza que rompió en millones de pedazo y una herida de sentirme traicionada.

—Eso fue cruel, Dallas, muy cruel —Murmuro debajo de las sabanas ampliando las fotos en el teléfono.

Y es cuando estoy deslizándome a otra foto del chisme que el teléfono vibra y sin querer respondo la llamada: es mi tía a quien he estado evitando.

¡Mierda! No debí contestar.

— ¡Medieeee! —dicen del otro lado del teléfono y me estremezco.

—Hola, tía Rochelle.

—He estado intentando comunicarme contigo la última semana y en su lugar solo pude hablar con esa asistente poco comunicativa.

—Oh, lo siento, es que estaba ocupada con trabajo —Me excuso— y es mi representante.

—No puedes dejarme detrás del trabajo, Medie, no a quién te ha ayudado tanto.

Trago y me incorporo, sentándome en la cama, destapándome de la sabana porque repentinamente siento que me ahogo en esta conversación.

— ¿No es así, Medie? —insiste.

— ¿Cómo has estado, tía? —Evado.

—Tan bien cómo se puede estar cuando eres ignorada por tu sobrina, siendo que lo diste todo cuando no era tu deber hacerlo.

—No te ignoraba, tenía mucho trabajo —repito—. He tenido grandes proyectos, buenas oportunidades.

—Sí, la asistente de tu asistente me mandó un informe, nada muy detallado, la verdad.

Loraine hace que su asistente realice pequeños informes, de esa manera mi tía no insiste demasiado y no se vuelve una loca acosadora de información. Eso sí, cada informe tiene mínima información, cómo una especie de filtro que nunca dice las cosas en detalles o de manera extensa y es que cuando era más joven, firmé un contrato con mi tía que la hace participe en mi carrera y solo hasta el año que viene podré romperlo. Al menos ella era lo suficiente novata al igual que yo y que su abogado para tener un contrato de mierda sin muchas especificaciones que no me ata financieramente o que le dé gran poder sobre mis decisiones profesionales, pero sin embargo, es un contrato que la tiene presente.

— ¿Cuánto estoy obteniendo de estos tratos? Necesito informe de ello, Medie.

—Lo que estipula el contrato, cómo siempre, tía.

— ¿Y qué hago yo con un diez por ciento?

Lo hace sonar como si fuese un dólar cuando ambas sabemos que el diez por ciento de mis ganancias por contratos, para alguien que no hace nada, es algo bastante impresionante e incluso si hiciera algo, es mucho dinero porque soy una modelo cotizada y Loraine consigue grandes contratos y publicidades.

Una Novia Para Max (BG.5 libro #5.5)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ