Perdona si te llamo Cayetano...

By RAbracadabrantes

114K 7.4K 10.1K

DARÍO tiene dieciséis años, estudia en el instituto privado más elitista de Valencia y (casi) todos sus amigo... More

YA A LA VENTA EN FISICO
PRESENTACIÓN
1. DARÍO
2. SALVA
CHAT: EQUIPO RAISA
3. DARÍO
4. RAISA
5. DARÍO
6. SALVA
CHAT: EQUIPO RAISA
7. RAISA
8. DARÍO
CHAT: FIESTA HALLOWEEN
9. SALVA
10. PELAYO
CHAT: RAISA-SALVA
11. DARÍO
12. SALVA
13. DARÍO
14. RAISA
15. DARÍO
CHAT: SALVA-DARÍO
16. SALVA
17. DARÍO
CHAT: EQUIPO RAISA
18. RAISA
19. PELAYO
20. DARÍO
CHAT DARÍO-SALVA / CHAT DARÍO-PELAYO
22. RAISA
23. SALVA
24. DARÍO
25. RAISA
26. SALVA
27. DARÍO
CHAT DARÍO-SALVA / CHAT EQUIPO RAISA
28. SALVA
29. PELAYO
30. RAISA
31. SALVA
32. DARÍO
33. DARÍO
CHAT DARÍO-PELAYO
34. SALVA
CHAT SALVA-DARÍO
35. DARÍO
36. RAISA
CHAT: FIESTA HALLOWEEN
37. SALVA
Agradecimientos (antes del final)
38. DARÍO (FINAL)
DIARIO DE ESCRITORA, 26/09/22
¡ANUNCIO IMPORTANTE! DIARIO DE ESCRITORA, 8/11/22
FECHA DE PUBLICACION EN PAPEL (¡felices fiestas!)
UNBOXING PERDONA SI TE LLAMO CAYETANO
LA HISTORIA CONTINÚA
EPÍLOGO + SEGUNDA PARTE
¡NUEVA NOVELA EN PREVENTA!

21. SALVA

1.8K 122 321
By RAbracadabrantes

🎵 Somebody Else -Flora Clash 🎵

La madrugada pasada, cuando Raisa, Isaac, Jonathan y yo volvíamos juntos a casa, mis amigos celebraron su enfrentamiento con los amigos de Darío como quien celebra que ha ganado la final de la Champions League... perdón si fallo en mi referencia, cumplo el cliché de tío que no es hetero que no tiene ni puta idea de fútbol.

Pero yo no me estaba riendo. No fue una mala noche... pero, yo qué sé. Darío no estaba contento. Se fue al baño a hablar con el auténtico Cayetano y cuando regresó casi una hora más tarde no parecía él mismo. Me dijo que estaba bien y que no estaba enfadado porque hubiésemos venido ni nada... El tema es que yo ya le conozco un poco y sé que algo había pasado.

En perspectiva, me habría gustado ahorrarme esta intromisión en su mundo.

En fin, le veré hoy, porque me ha pedido que quedemos en la biblioteca en la que Raisa pintó su mural de Rebeldes. Está a tomar por culo de mi casa, pero me da igual, si me hubiera mandado la dirección del jodido fin del mundo habría ido de todas formas. Quizás debería hacer que se me notase un poco menos la desesperación y las ganas de verle...

Ahora estoy en la cocina, desayunando con mamá. La mujer parece que ha dormido tan poco como yo esta noche pues las ojeras le ocupan toda la cara. Hoy no trabaja en el Súper, pero ha conseguido otro curro esporádico dando clases particulares a una niña y por eso estará liada también hoy.

—¿Qué tal lo pasaste anoche? —pregunta y su voz cansada y sin entusiasmo me hace pensar que en realidad no quiere saberlo, que solo pregunta porque es su obligación materna y que habría preferido comerse la magdalena que moja en el café en absoluto silencio.

—Bien. Muy bien.

—Me alegro —suspira—. Y te envidio, eh, hijo. Qué recuerdos de cuando era joven y también corría por la calle toda la noche con tu padre. Y aquí nos tienes ahora. A él durmiendo ahora después del turno de noche y yo teniendo que dar clases a una niñata rica de quinto de primaria...

—Tampoco te quejes tanto —le recrimino.

—Si yo no me quejo, trabajo es trabajo, solo te digo que me das envidia —suspira—. Y bueno, tu hermano también, que se pegó también una juerga de campeonato —dice señalando a Juanjo que aparece entonces para sentarse con nosotros en calzoncillos.

—Buenos días —suspira mi hermano.

—Anoche cuando llegaste a casa escuché a tu amigo Luis echar la pota en el portal desde mi habitación. Espero que aparezca pronto con una fregona.

—Estás lista si quieres esperarlo —dice Juanjo.

—Pues como no lo friegue él lo friegas tú, que no pienso acercarme a eso, ya es lo que me faltaba—recrimina mamá poniéndose de pie —. Bueno, yo me voy ya a cambiarme. Salva, cariño, ¿comes en casa tú también? Os he preparado cocido.

—No lo sé, ya te dije que había quedado —respondo.

—Sí, sí, por eso pregunto. Pues tú sabrás, ya me escribes con lo que sea. Pásalo bien —se despide de mí dándome un beso en la frente para hacer lo mismo después con Juanjo—. Y tú no te lo pases tan bien, que ya tienes una edad.

Juanjo pone los ojos en blanco.

—¿Has quedado con tu chico? —pregunta Juanjo cuando nuestra madre ya se ha marchado a vestirse.

—¿Mi chico? —repito, parpadeando rápidamente.

—Tu chico, tu pareja, como quiera que lo llames. Sé que tienes novio. Que escuché a mamá y a papá hablar del tema el otro día, cuando mamá le estaba contando todos los cotilleos y novedades de la semana.

Papá trabaja tanto que mamá y él tienen una tarde de la semana destinada exclusivamente a reunir todos los cotilleos de los últimos días. El informe semanal, lo llaman.

—Pues sí, me estoy viendo con un chico.

—¿Y quién es? —pregunta mi hermano.

—¿Y a ti qué cojones te importa? —pregunto, exasperado, que igual el tío viene con la mejor de las intenciones pero ya estoy a la defensiva—. No es uno de tus amigos, así que tranquilo.

—¿Y es abiertamente gay? ¿O también está en estado de negación?

Ya tardaba en aparecer en nuestra conversación su pullita característica. Respiro hondo, pues esto tengo que tomármelo con calma.

—No es de incumbencia y yo no estoy en estado de negación ni nada por el estilo —respondo—. Llevas ya un año sabiendo que soy bisexual, podrías haberlo buscado en google o haber leído un libro en vez de seguir con tus preguntitas de mierda.

—Salva, yo solo quiero saber que, si de verdad te gustan también las tías, ¿por qué te empeñas en salir con un chico? Son ganas de complicarte la vida a lo tonto —dice Juanjo.

—Yo no me estoy complicando la vida, me la estás complicando tú —exhalo—. Y joder, me parece una puta broma que no te has dado cuenta de que las personas no elegimos de quién nos pillamos.

—¿El otro día cuando comimos con los tíos no dijiste que eso de decir que los gais no eligen serlo, sino que nacen así ya estaba completamente pasado de moda y que siempre había un punto de elección? Podrías probar a dejar de contradecirte, para variar, así igual te empiezo a tomar en serio.

—¡Mierda, Juanjo! ¡Eso lo dije porque con ese argumento parece que ser LGTB es un castigo de Dios y que hay que decidir tolerar al colectivo porque ya tienen suficiente con lo que les ha tocado! —me levanto de la mesa, ya enfadado —. De verdad, yo ya paso de ti. Me voy, que he quedado. Si en el fondo lo que te pasa es que te mueres de celos porque a ti no te aguanta nadie.

—Claro que sí... —dice mi hermano poniendo los ojos en blanco.

Meto los cacharros que he usado para desayunar en el lavavajillas y después entro en la ducha para quitarme el sudor de encima, prepararme para mi cita con Darío y quitarme de la cabeza la estúpida conversación con Juanjo. De verdad, este tío no puede dejar de ser insoportable.

Aprovecho también para responder algunos mensajes que se me han ido acumulando mientras desayunaba.

CHAT: EQUIPO RAISA

ISAAC: Buenos días... ¿Todos bien? Yo tengo una resaca de la hostia...

JONATHAN: Todo lo bien que se puede estar estudiando matemáticas. Raisa, reina mora, a ver cuando me haces una visitilla...

RAISA: Te voy a empezar a cobrar, capullo.

JONATHAN: Pues mientras no conozca a una cayetanita que me saque de pobre... lo de ayer fue una misión fallida.

RAISA: Es que no se os puede llevar a ningún sitio sin que la acabéis liando.

JONATHAN: Es la marca de la casa.

ISAAC: Qué quieres que te diga, ellos se lo buscaron.

JONATHAN: Ya te digo. @Salva ¿Sabemos algo de nuestros pijos favoritos? ¿Llegaron bien a casa?

SALVA: Les recogió el chófer así que sí.

JONATHAN: Espero que le paguen la nocturnidad...

RAISA: JAJAJAJA

SALVA: He quedado ahora con Darío, pero ha sonado un poco borde cuando hemos hablado por WhatsApp

ISAAC: No te ralles. Siempre te pasa que si alguien te habla sin muchos emoticonos por WhatsApp piensas que está enfadado contigo.

RAISA: Jajajajajaja

SALVA: Bueno, ya os contaré. Os quierooo

ISAAC: Y nosotrooooos

***

Tras coger un metro con un par de transbordos me encuentro delante de la biblioteca en la que Raisa pintó su grafiti de Rebeldes en lo que parece una vida atrás. Darío me está esperando. Lleva un jersey de Polo de color verde del que sobresale el cuello de una camisa blanca, unos pantalones vaqueros azulados y unos zapatos náuticos marrones. Contengo las ganas de darle un beso y acepto el abrazo que él tiene reservado para mí.

—Hola —le saludo—. ¿Has visto que han quitado mi graffiti?

—Sí —responde, suspirando—. Solo duró un par de días, que me he fijado...

—Pues es una pena...

—No te quise decir nada para que no te vinieras abajo, pero siempre puedes pintar otro.

—Me pilla a tomar por culo este sitio —reconozco.

—Ya. Eso es verdad —reconoce él—. Gracias por venir.

—De nada —murmuro—. ¿Quieres que nos sentemos? ¿O que vayamos a alguna cafetería para hablar o algo?

—Podemos... podemos sentarnos, si quieres. En el parque hay unos bancos y una charca con peces y demás —dice.

Y entonces me doy cuenta de algo: desde que llegado aquí, Darío no me ha mirado a los ojos ni una sola vez. Me ha apartado la mirada, incluso. Ha posado sus ojos en sus propias zapatillas, en las paredes a su lado, en cualquier sitio con tal de no fijarse en mí. Y ese abrazo... tan falso, tan de plástico... Parece que tenía ganas de acabar antes de empezar incluso.

Siento un retortijón en el estómago.

Nos sentamos en un banco y yo, aún intimidado por su silencio, decido que empiece a hablar él.

—¿Sabes? Ayer me dio por ver la película de Rebeldes. Sí que es verdad que la adaptación de Coppola es bastante chapucera, pero la historia sigue gustándome... —habla.

—¿Crees que nosotros somos como los greasers y los socs? —pregunto.

—No, ni por asomo, menuda exageración —suspira—. Pero yo que sé, Dallas, Ponyboy, Johnny... sus interacciones en la película, todo me recordó un poco a la relación que tienes con tus amigos. Vuestra amistad siempre me ha dado una envidia tremenda. Además... no sé, nos habéis aceptado enseguida a Pelayo y a mí...

—Pero todo eso es bueno, ¿no? —interrumpo, sin entender todavía a dónde quiere ir a parar Darío.

—No, no es bueno. Porque no puedo unirme de repente a tus amigos y a ti, porque mi vida ya no es esa.

—¡Menuda tontería! —exclamo.

—No, no es una tontería. Me ha costado muchísimo adaptarme al instituto y a Ricardo y Jimena y a todo..., a mi madre le ha costado aún más y ayer ya viste la que se lió —explica—. ¡Joder! No dejo de pensar en el error que fue que vinieses anoche a la discoteca. ¿Por qué lo hiciste?

—¡Pelayo nos invito! ¡Somos amigos! ¿Qué pasa? ¿Pretendes que nos veamos solo en secreto? —pregunto—. ¿Te avergüenzas de mí?

—¡No me avergüenzo! ¡Lo que pasa es que quiero que dejemos de quedar! —exclama finalmente y yo siento que el estómago se me hunde por completo—. Joder, solo nos hemos visto... ¿cuántas veces? ¿Cuatro? No puedo arriesgarlo todo solo por... Yo... —Darío está tan nervioso que la voz le tiembla. Intento rozar su hombro para calmarlo pero él se aparta—. Cayetano sabe lo nuestro y sabe lo de mi padre y lo de mi madre y se lo va a contar a todo el mundo.

—¿Qué? ¿Qué dices?

—Que anoche nos vio. Sé que no nos besamos ni nada pero él supo enseguida que yo estaba contigo y quise hablar con él y la cagué más y... bueno, el caso es que sabe todo lo de mi madre. Sabe que le interpuso una denuncia por violencia de género a mi padre y ahora... ahora va a contarlo.

—¿Pero por qué haría eso Cayetano? ¿Por qué lo contaría? —pregunto, con mi cerebro rindiendo a mil por hora.

—¡Pues porque puede! —dice Darío—. Simplemente porque puede. Y porque dice que soy un hipócrita por ocultarlo. Si él lo cuenta... no te imaginas el daño que le haré a mi madre. Será como retroceder cinco años en cinco segundos.

—Menudo hijo de puta... —suspiro.

—Eso es lo de menos, Salva, yo... ¿has escuchado lo que he dicho? Te estoy diciendo que no quiero seguir viéndote.

—¡¿Pero qué cojones dices ahora?! —exclamo—. ¿Me culpas de lo que te ha pasado con Cayetano?

—¡Sí! —responde Darío, mirándome a los ojos por primera vez—. O sea, no, pero... ¿por qué tuviste que venir ayer? ¿Por qué tuviste que traer a tus amigos para que la liasen?

—No te confundas, mis amigos no la liaron. ¡Ellos solamente defendieron a Pelayo! ¡Qué es lo que tú tendrías que haber hecho! Pero estabas más preocupado de lo que pensarían esos pijos de mierda que de ayudar a tu amigo —quiero frenar antes de decir algo de lo que pueda arrepentirme, pero mis pensamientos se mueven tan rápido como lo hace mi corazón —. ¿No te das cuenta de que lo único que haces es huir de tus problemas? ¡Tu madre y tú no habéis hecho nada malo! No sé por qué os empeñáis en actuar como fugitivos y esconderos del mundo real...

—¿Y tú no te escondes? ¿Tú vives en el mundo real? —me espeta él, con los ojos brillantes.

—Sí. Sí que lo hago —digo.

—Y una mierda. Eres la persona más fantasiosa que conozco. Si vivieses en el mundo real entenderías que ni los imbéciles con los que me viste en la discoteca son mis amigos ni tú serás nunca mi novio...  Yo... mi vida no está aquí, Salva, solo estoy intentando hacer contactos, conociendo a la gente indicada para poder hacer algo con mi futuro dentro de unos años. Lo que pase ahora no puede importarme.

Parpadeo un par de veces porque juro que no entiendo nada.

—Tío, me parece que no te estás escuchando, porque estás diciendo unas gilipolleces...

—Eres tú quien no me está escuchando —repite Darío—. Dime, ¿cuáles son tus planes? Quedarte aquí, ¿no? Estudiar cerca de casa, buscar un trabajo a tiempo parcial...

—Pues sí, porque no todos tenemos tanta pasta como tú. Pero, además, aún no hemos acabado bachillerato...

—¡Pero lo acabaremos! No... no tiene sentido que me joda la vida por alguien... No ahora.

—¿De verdad crees que te estoy jodiendo la vida? —pregunto, con las lágrimas subiendo por mi interior y amenazando con emerger a la superficie—. Porque si es así yo tampoco quiero volverte a ver.

—Sí. Lo creo —dice —. Y eso es todo lo que he intentado decirte: que no quiero seguir con esto.

—Bien —murmuro, buscando mi dignidad y mi orgullo en algún lugar perdido de mi interior—. Que sepas que eres un hijo de puta y que el que no quiere verte más soy yo.

***
LO SIENTO.
¿Qué? ¿Cómo estáis?

Continue Reading

You'll Also Like

36.1K 1.1K 80
El corazón escarlata. El legado de las cadenas de Refugia. Lo supe desde el momento en que lo descubrí. Así se abrió paso a un gran y misterioso dest...
150K 7.1K 11
Vampiros, dragones... Excelente combinación ¿No lo creen? La portada la hizo una hermosa persona ~@Brunchi11 #10 en fuego. Prohibido la copia o ada...
122K 12.1K 40
Un peliverde, junto a un montón de niños fueron sujetos de pruebas para obtener un quirk, pero el único sobreviviente fue él #1 _ generadorrex 18/02...
216K 16K 27
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...