Mis Chenry One-Shots

By OtherDefaultUsername

24.1K 1K 143

El título lo dice todo. Historias Chenry basadas en episodios, universos alternativos, role-reversal y más, q... More

Confesiones Inducidas
Así Que Te Necesito
Un Plan A Través Del Tiempo
Corazonada
Cita de Ensueño
Dimensión (Des)conocida
Solo Para Ti
El Peligro Permanece
Películas De Terror
Charlotte y su chico bueno
Toxic
Dulces Sueños
Mí héroe
Riesgo Profesional
Encubierta
Yo quisiera
Extraños En El Elevador
Amor En Tiempos De Las Guerras Clon
Flores Amarillas
Atrapados Infraganti
Amor a la Distancia
Encuentro Lindo
Eso Que Llaman Amor
Cuando Alguien Más La Quiere...
¿Solo Amigos? (Parte 1)
Confesión En La Cueva
Baby Danger
Baby Danger (2)
Admirador Secreto
Amor y Peligro
Contigo en la Distancia
☆ Baby Danger 3 ☆

Expreso al corazón

443 27 3
By OtherDefaultUsername


El chico nuevo de la cafetería no deja de escribir mal su nombre, Charlotte esta decidida a averiguar el porqué.

AU CoffeeShop para superar un pequeño bloqueo mental.

Leyó el nombre en letras negras a un lado de su taza y cerró los ojos, suspirando de frustración y exasperada porque no era la primera vez que algo así le ocurría en este lugar.

La primera vez que ocurrió lo había pasado por alto como una equivocación de principiante, lo había entendido, incluso aunque su nombre no debía ser muy difícil de escribir y de recordar, quizás Henry se había sentido nervioso por tratarse de su primer día y había cometido un pequeño error... pero eso había sido hacia cuatro semanas.

Después de todo ese tiempo, después de todas las veces que había ido a esa misma cafetería con sus amigos, de haber corregido su error, este sujeto tendría que haber aprendido su nombre. El muy maldito se sabía muy bien los nombres de sus amigas.

Pero parecía haber un problema con el suyo. Henry seguía escribiéndolo mal, pronunciándolo mal. No importaba cuántas veces ella lo corrigiera hasta el cansancio, siempre había algo mal. Si no le faltaba una T, le faltaba la TE. Pero eso podía pasarlo, lo que más le molestaba era cuando iba más allá y escribía un nombre completamente diferente, como esa vez que escribió Christelle...

Pero esta vez había sido el colmo, este chico se había atrevido a escribir solamente 'C', sin hacer ningún intento de escribir un nombre, aunque fuera parecido.

Sus amigos, notando lo indignada que se volvió, trataron de calmarla, de convencerla de que no valía la pena ir y hacer una escena por algo tan tonto como un nombre, pero ellos no entendían. Su nombre era importante para ella. De más joven había luchado contra sentimientos de inseguridad, contra la baja autoestima, sabía lo que era sentirse ignorada y lo mucho que dolía, y cuando alguien hacia algo como eso, cuando alguien deliberadamente (porque no había manera de que este tipo no lo hiciera a propósito) elegía olvidar su nombre o pronunciarlo mal, ella no podía dejarlo pasar así como así. Era una ofensa grave y no iba a quedar impune.

Se levantó de su asiento bajo las preocupadas e inseguras miradas de sus amigos y caminó directamente hacia el mostrador llevando consigo la taza de café intacta.

Su paso era firme y determinado, sus ojos estaban endurecidos y sus dientes apretados, poco le faltaba para empezar a echar humo por las orejas de lo fastidiada que se sentía. Sus amigos ya estaban haciendo muecas de dolor y empatía por el pobre barista, pero bueno, él se lo había buscado.

Sin embargo, unos pasos antes de llegar a su destino, la joven vaciló. Ella no podía rebajarse a hacer un escándalo, no iba a empezar a gritar ni insultar al chico, iba a quejarse como la persona civilizada que era. Se compuso y tomó una profunda y relajante respiración, cerrando los ojos brevemente antes de caminar con total tranquilidad el resto del camino.

—Disculpa —llamó con voz educada.

Trató de sofocar la chispa que estalló en su vientre cuando el joven se giró hacia ella al oír su voz, dedicándole esa amistosa, dulce y encantadora sonrisa que hizo a sus entrañas volverse de gelatina y a sus rodillas debilitarse. Ella estaba enojada con él por olvidar así su nombre cada vez que venía, no podía dejarse llevar por sus cálidos ojos ni su brillante sonrisa.

Tragó saliva aunque sintió su garganta completamente seca, y forzó su mente a concentrarse en la razón por la que se había acercado a él y no en lo apuesto que era el chico de cerca.

—¿Cómo puedo ayudarte? —preguntó el rubio con esa maldita sonrisa todavía curvando sus lindos labios que ella definitivamente no estaba mirando.

Charlotte parpadeó y alzó la mirada, frunciendo el ceño en molestía por lo relajado e indiferente que lucía este chico cuando ella estaba hirviendo de frustración y enojo.

Ella no le respondió, sino que alzó su vaso para mostrarle la razón por la que había ido a hablar con él. Y no era porque temiera que su voz saliera temblorosa y sin aliento en su presencia.

El chico tuvo que echar su cabeza hacia atrás un poco para contemplar mejor la taza y entender a qué se estaba refiriendo antes de posar sus bonitos ojos en ella y observarla con una expresión confundida que se veía muy inocente y linda como para que ella estuviera enojada con él.

—¿Hay algo mal? —preguntó, fingiendo inocencia.

Sus fosas nasales flamearon mientras ella exhalaba fuertemente en irritación.

—Esto es lo que está mal —respondió la chica, empujando la taza a su rostro para que viera a que se refería.

Sus cejas se fruncieron de forma graciosa mientras él miraba hacia abajo para leer mejor, pero luego volvió a mirarla como si nada, encogiéndose de hombros.

—¡¿Es en serio?! —exclamó Charlotte, finalmente perdiendo la paciencia para expresar su frustración e indignación.

El chico, contrario a lo que uno esperaría, no se veía ni avergonzado, ni sorprendido ni asustado o confundido. Más bien, tenía una pequeña sonrisa que lucía entre traviesa y juguetona, casi como si hubiera estado esperando que algo así sucediera y encontrara la situación muy divertida. Como si todo eso fuera a propósito solo para hacerla estallar...

Charlotte volvió a enseñarle la taza, esta vez apuntando al nombre que había escrito a un lado. O más bien, a la letra C entre comillas.

—Ese no es mi nombre, es una letra, de hecho no has escrito mi nombre bien ninguna de las veces que vine aquí —lo regañó—. Y parece que soy la única persona que pareces olvidar.

Henry a pesar de haber sido regañado en público, no pareció inmutarse ni un poco, ni siquiera mostró una pizca de culpa o vergüenza.

—Oh, lo siento, parece que no soy bueno para recordar y apuntar nombres —se excusó indiferente.

Charlotte lo miró con la boca abierta, incapaz de creer el cinismo de ese chico. Henry parecía estar tomando todo como una insignificancia, o peor, era como si se estuviera burlando de ella, porque estaba mintiendo, recordaba muy bien el nombre de sus amigas, así que eso de no tener buena memoria era una excusa muy estúpida. Y era un tonto si creía que iba a caer en eso, estaba por hacer que estallara su mal humor y que lo poco que le quedaba de paciencia y cortesía se esfumara. Pero entonces Henry apoyó los brazos sobre el mostrador y se inclinó hacia adelante, hacia ella, con una media sonrisa coqueta en su rostro.

—Podría intentar apuntar tú número, tal vez tenga más suerte —agregó en un tono de voz más bajo.

Lo que fuera que estuvo por salir de sus labios murió antes de que pudiera procesarlo. Su rostro ardió de súbito, tanto por la cercanía como por lo que implicaron sus palabras.

De repente, todo el enfado, la ira, la frustración y la impotencia que sintió la dejaron vacía y solo pudo mirarlo desconcertada después de parpadear.

—¿Disculpa?

El chico no se decepcionó de su reacción, más bien volvió su sonrisa más suave y adorable de lo que era y vio como sus mejillas se volvían de un rosa muy suave.

—¿Todo esto fue un ardid para llamar mí atención? —cuestionó Charlotte, curiosa y bastante...sorprendida.

Debería estar molesta de que ese chico la hubiera hecho rabiar y frustrar todo ese tiempo solo para poder coquetear con ella, pero no podía sino sentirse algo halagada y orgullosa de ser capaz de llevar a un chico a esas instancias solo para interactuar con ella.

—Siempre que vienes estas rodeada de chicos geniales, no sabía de otra manera para que me notaras y te me acercaras sin compañía —explicó Henry con sinceridad, encogiéndose de hombros con una expresión tímida.

¿Chicos geniales? Pensándolo, dedujo que se refería a Max y Jack, dos de sus mejores amigos, uno un genio con mucha confianza en si mismo y el otro un músico muy talentoso y simpático. No pudo evitar sentir ternura por el chico, debía de compararse con ellos, estudiantes prometedores, y sentirse inferior por trabajar en una simple cafetería, incapaz de hablar con ella, temiendo ser duramente rechazado por sus circunstancias.

Advirtiendo que la muchacha no parecía reacia a sus avances, Henry decidió tentar a su suerte e intentar de nuevo.

—Entonces... —el chico tamborilleó sus dedos sobre el mostrador y ladeó ligeramente la cabeza, de nuevo esbozando una media sonrisa pero esta vez esperanzada—. ¿Me vas a dar tu número o uno de ellos vendrá a golpearme?

Charlotte arrugó la frente y miró sobre su hombro a lo que Henry señalaba. Ahí estaban Max y Jack, listos para levantarse e ir hacia ella porque habían notado su cambio de humor y se preocuparon. Ella les sonrió de forma tranquilizadora haciendo un gesto con la mano para que se calmaran y se quedaran en sus asientos porque todo estaba bien. Luego volvió a mirar a Henry de forma pensativa mientras este le dedicaba una sonrisa pequeña.

/

Charlotte regresó a la mesa junto a sus amigos, que habían observado la escena desde lejos, y tomó asiento con una nueva taza de café recién hecho en sus manos y una sonrisa radiante en su rostro.

Lo primero que notaron fue que esa taza tenía su nombre bien escrito, con un corazón al final. Intercambiaron miradas confundidas y extrañadas, luego la miraron a ella.

—¿Qué pasó con el barista? —preguntó Jack.

Ella no contestó de inmediato ya que su teléfono vibró y al revisarlo encontró un mensaje de un número desconocido.

Su sonrisa se amplió y alzó sus ojos en dirección al mostrador para dedicarle el gesto al chico rubio acompañada de una mirada coqueta. Su respuesta fue su propia media sonrisa acompañada de un guiño mientras se guardaba el teléfono que acababa de usar y se daba la vuelta para seguir con sus labores.

Charlotte tomó la taza entre sus manos y la acercó a sus labios para dar un sorbo aún mirando en dirección al chico. Luego bajó la taza y quitó sus ojos de él y los dirigió a sus amigos que estaban esperando curiosos por su respuesta.

—Él no volverá a olvidar mi nombre —aseguró con una pizca de picardía en su voz.

Y bebió otro sorbo.

/

Henry es un hombre con ingenio xD 😉

Gracias por leer 😃

Bye-bye!

Continue Reading

You'll Also Like

8K 430 32
Kosta es un chico de 14 años piel pálida,alto,cabello negro,usa lentes etc el se muda con su mama a Serbia Belgrado ya que su mama iba por un trabajo...
19.3K 586 14
Después de que Leo termina con las momias, decide regresar a Puebla con su familia. Pero hay algo que tiene muy inquieto al chico, ya que tiene la mi...
205K 24.7K 48
Por un caso que esta investigando la aurora Hermione Granger llega a la mansión Malfoy en busca de su ex compañero, llevándose la sorpresa de que el...
726K 58.2K 85
"Uncanny: una experiencia sobrenatural o inexplicable, extraña o más allá de lo ordinario" Todos los vampiros tienen un compañero destinado, alguien...