¿Ardera Troya con los celos de nuestro galante Sol?, para fortuna de la pareja protagonista aún no se percataba de aquel atractivo joven que inescrupulosamente coqueteaba ante la aturdida Marisol. Aquel joven se acomodaba a su lado con una confianza única, que aturdía aún más a nuestra protagonista al poner en duda si lo conocía, sino ¿Por qué tanta confianza con alguien que recién viene conociendo?, esa pregunta estaba claramente dibujada en el rostro femenino que no tenía ningún problema en demostrar su confusión. Pero aquel joven acomoda sus lentes oscuros que brillaban con las luces del salón, esboza una victoriosa sonrisa en su varonil rostro y tomando nuevamente de la pequeña mano femenina le queda mirando fijamente ante la incrédula Marisol.
—No podía esperar menos, realmente eres única — dibujando una sonrisa en su rostro.
—¿Se puede saber quién eres? — arquea una ceja la veterinaria apartando rápidamente su mano.
—¿Yo?, Alguien que te conoce muy bien — revolviendo los cubos de hielos que decantaban en aquel líquido gris de su vaso — ¿No crees que sea más interesante así? —
—No es gracioso — poniéndose de pie rápidamente — Debes estar confundiéndome, mejor me retiro — reteniéndola del brazo y sentándola en un solo movimiento.
—Ni lo sueñes — moviendo su dedo índice — De aquí no te moverás — sonríe.
—No te conozco, así que te agradecería... — siendo inmovilizada ante un susurro en su oído del desconocido.
¿Pero quién es aquel misterioso hombre?, ahora sí contaba los minutos para que su sol la sacara de las manos del desconocido hombre, pero de alguna manera había algo en su rostro que se le hacía familiar ¿Qué podría ser?.
—¿Quién es el que está con Marisol? — apunta el rapero de la voz grave — Ví que la jalo del brazo para sentarla —
—¡¿Qué?! — dirigiendo su mirada alarmado el galante oriental — ¿Quién mierda es ese tipo? —
—HEY!— deteniéndolo rápidamente TOP —¿A dónde crees que vas?—
—¿A dónde crees?— zafándose del brazo del rapero— Es obvio que Marisol no está cómoda ahí, le pediré que no le siga molestando—
—¿Es eso no más? ¿O no soportas a un desconocido frente a ella?— enarca una ceja TOP.
—¡¿Pero qué dices?!, no son celos si es lo que estás pensando — emite frustrado el galante oriental caminado rápidamente hasta el lugar.
Marisol no podía zafarse de la mano del desconocido, sus forcejeos eran en vano y gritar en aquel lugar, no sería recomendable ya que no quería asustar a la gente que tenía a su alrededor. Una descabellada idea pasaba por su mente, en golpearlo con el bolso que sostenía en su otra mano pero le preocupaba la reacción que tuviera su esposo, ya que conociendo bien sus celos podría transformarse en algo peor, — ¡Mierda! ¿Qué puedo hacer?— grita en sus pensamientos ante la irónica sonrisa del rostro varonil que le miraba fijamente.
—¡Suéltame ahora! ¡O grito en este mismo instante! — bufa Marisol irritada.
—No creo que seas tan tonta, sabes muy bien lo celoso que es tu esposo y el caos que puedes ocasionar, ¿Te arriesgaras? — tomando del mentón femenino y acercándose lentamente.
—¡Imbécil! — emite Taeyang tomándolo de la ropa —¡¿Qué pretendes?! ¡¿Quién mierda eres?! —
Ahora si Marisol tenía su corazón pendiente de un hilo, ver a su Sol enojado de esa manera y enfrentando aquel hombre no era precisamente su idea — ¡Young Bae! — grita pero nuestro oriental estaba cegado ante la rabia que le provocaba aquel atrevido hombre — ¡Por favor déjalo! — emite frustrada Marisol ya que odiaba ver a su Sol en esa faceta, no le gustaba que se fuera de golpes sin motivo alguno, aunque esta vez motivos si los tenía.
—No Marisol, este hombre de aquí no sale cuerdo — sosteniéndolo fuertemente de la chaqueta negra.
—¿Crees que me dejaré? — emite aquel hombre intimidante.
—¡¿Qué estás diciendo?! — pero antes de que el galante Sol pudiera propinarle un derechazo, éste se zafa fácilmente del fornido oriental, acomodándose al lado de Marisol nuevamente.
—¡Marisol! Es doloroso que trates así a tu exnovio, ¿No recuerdas qué nos prometimos que seríamos amigos? —
—¡Pero qué estupideces estás diciendo! — nuestra Marisol estaba perdiendo la paciencia.
—¿Se lo negarás a tu esposo? — emite dolido el hombre de cabellos castaños que escondía su mirada bajo sus lentes oscuros.
—¿Marisol? ¿Lo conoces? — dice confundido Taeyang.
—¡Obvio que me conoce! ¿O no mi amo...?— acercándose rápidamente para besar los labios femeninos, pero antes que pudiera lograr su objetivo, su rostro es totalmente empapado por aquel líquido gaseoso roseaso.
—¡Una más! ¡Y te juro que yo misma te saco de los cabellos fuera de este salón! — bufa enrabiada ante el sorprendido oriental y el resto de BIGBANG que observaba curioso.
—¡Definitivamente no esperaba menos de ustedes! — estallando en una gran carcajada aquel hombre.
Taeyang toma de la mano femenina y no puede evitar dibujar una enorme sonrisa en su rostro — My lady, como siempre tan impredecible — la observaba detenidamente mientras arreglaba los flequillos revueltos al defenderse de aquel hombre. Pero el desconocido seguía riendo a carcajadas colmando esta vez la paciencia del oriental que golpeando fuertemente la mesa no duda en enfrentarlo nuevamente.
—¿Qué es tan gracioso? — emite desafiante el oriental mientras se acercaba el resto de BIGBANG.
—¡De todo esto Young Bae! ¡Es muy gracioso! ¡Lo siento! Hace mucho que no me reía tanto — intentando contener la risa — ¡Ah! ¡Marisol has pasado la prueba! —
—¿Qué? ¿Nos conocemos como para que me llames tan informalmente? — bufa confundido.
—¡Obvio! A cada uno de mis Donseng los llevo en mi corazón — sacándose los lentes — Te he extrañado mucho Young Bae — emite finalmente Seven.
Hasta ahí no más duro el enojo, nuestro oriental habría ampliamente sus rasgados ojos al ver a su Sumbae de regreso del ejercito — ¡¿Cuándo regresaste?! — abrazándose ambos calurosamente, habían pasado dos largos años sin verse. Ahora Marisol entendía por qué le resultaba familiar, pero se maldecía al haber empapado con bebida al artista — ¿Cómo me disculpo?— su cara de vergüenza ni siquiera la podía levantar. Los demás chicos abrazaban al mismo tiempo a Seven, que ya no podía contener las lágrimas de emoción al tan confortante rencuentro y más de alguno intentaba contenerlas para no transformar aquel encuentro en un mar de llanto.
A pesar del susto y de la rabia que acababa de pasar con la broma de Seven, nuestra protagonista no puede evitar dejar correr unas lágrimas de emoción. En su estado, ver aquella escena era conmovedor porque era ver a todo BIGBANG como verdaderos niños alrededor de una persona que significaba mucho para ellos, pero estaba olvidando algo muy importante que cada vez que lo recordaba su mente se trastornaba.
—Oye Marciana ¿Cómo se te ocurre empapar a Seven de esa forma? — se acerca el rapero.
—¡Díos! — alumbrándose su mente — Tú aléjate, mejor anda a buscar unas bebidas para que compartan — emite preocupada.
—¿Me estás mandando? — bufa TOP.
—Mientras más lejos estés Marciano, mucho mejor — temblaba su barbilla al intentar alejarlo.
—Así que era verdad lo que decían — anticipándose Seven a la pareja de Marcianos.
—¿Qué decían? — tapándose la boca la veterinaria al temer lo peor.
—Que no te gustan los fanservice — hacía un leve movimiento de cejas Seven.
Y dichas esas palabras Marisol se tapa el rostro, ya que sabía muy bien que los "hermanitos Choi" eran muy conocidos por ser "demasiado afectuosos" para su gusto. —¡Marciana!— grita el rapero que al levantar la mirada la veterinaria ve los "cariñitos" que se daban en sus rostros y las miradas coquetas que se brindaban.
—¡Marciano idiota! — exclama la veterinaria escapando al baño.
—Esa marciana tan tonta, siempre mira cuando no debe — soltando todos una gran carcajada.
—¡Young Bae! — grita Seven — Has escogido la chica correcta, paso la prueba así que está totalmente aprobada para ti pero...— guiñándole un ojo — Tú no la pasaste, sigues igual de celoso y bruto para tu cosas —
—¡Hyung! — bufa el oriental mientras rascaba su cabellera.
—No has cambiado en nada, ve a buscarla, debo pedirle disculpas por el mal rato que le hice pasar — sonríe felizmente.
Marisol moja su rostro una y otra vez, le daba escalofríos recordar la escena ya que jamás en su vida pensó verla en vivo — Ese idiota lo hace para molestarme no más... pero él también — alborota su cabellera — Los hermanitos Choi son un peligro para la sociedad — musita mientras cerraba la llave del lavamanos. Deteniéndose por unos segundos en su reflejo en el amplio y bien detallado espejo, se pierde por un momento al pensar en su actual vida; definitivamente el embarazo le hacía pensar más de lo acostumbrado referente a su vida, estar con aquel hombre que jamás imaginó conocer y ahora ser como si nada su esposa y estar esperando dos bebés de aquel hombre que más de alguna vez robo sus sueños antes de conocerlo. Ahora su realidad, era verlo bailar en vivo, ver aquella sonrisa dibujada en aquel perfecto rostro varonil y la mirada intensa que más de alguna vez la encandilaba — Gracias mi Dios — agradecía en sus pensamientos mientras salía del elegante baño sin pensar bien hacia dónde dirigiría sus atolondrados pasos.
—¿A dónde va mi Señora Dong? — rodeándola con sus bien torneados brazos el oriental — ¿Estás muy cansada? Si quieres vamos a dormir —
—¿Podemos?, han sido demasiadas cosas en muy poco tiempo — esbozando una pequeña sonrisa Marisol.
—My lady... — suspira al mirarla con detenimiento — Hoy dormiré feliz en tus brazos, gracias por estar aquí — brindándole un dulce beso en la frente femenina, ya simplemente no tenía palabras para explicar lo que sentía su rebosante corazón.
Regresando ambos por los elegantes pasillos del hotel, un temblor de mediana intensidad se hacía presente en la ciudad — Ya era extraño que no temblará — emite relajado el oriental acostumbrado a aquel balanceo mientras Marisol se aferraba fuertemente al cuerpo de su esposo intentando contener el susto de aquel movimiento telúrico. Regresando después de unos eternos segundos la estabilidad al suelo japonés, caminan con cuidado hasta su habitación pero unos pequeños chillidos le llaman la atención reconociéndolo inmediatamente Taeyang.
—¡Daesung! — exclama Marisol sorprendida — ¿Qué estás haciendo ahí escondido? — asomándose en la puerta de la habitación de la pareja.
—¡Odio los temblores! — chilla bajo el abrigo marrón de Ammy.
Así como lo leen, nuestro ángel sonriente estaba nada más y nada menos que escondido en las "polleras" de su amada esposa Ammy, una escena muy curiosa pero definitivamente graciosa ya que Daesung no tenía ningún problema en demostrar su miedo a los temblores y el único lugar seguro para él eran las faldas de su esposa.
—¡Hombre! Debes ser el pilar de la familia — emite Taeyang.
—¡Odio los temblores! — chilla nuevamente Daesung.
—No se preocupen ya se le pasará, descansen. Mañana pasaré temprano por ti Mary — dice Ammy, cerrando la puerta Taeyang.
—Desconocía esa faceta de Daesung — emite sorprendida Marisol.
—Daesung es un hombre muy miedoso, y no entiende de razones en momentos así... — soltando una carcajada — Es divertido asustarlo — siendo remecido por la veterinaria.
Definitivamente era un día con demasiadas emociones y pequeñas anécdotas, ¿Cómo sería el resto de los días en la ciudad nipona?, quién sabe, pero lo único que tenía claro nuestra protagonista que estar durmiendo con su hombre era un placer único; poder posar su mano sobre aquel atlético torso y apoyar su cabeza en el hombro masculino, era prácticamente la vida misma y nuestro Taeyang no se quedaba atrás, de solo tenerla en sus brazos y poder sentir aquel aroma inconfundible de su chica era toda la energía que necesitaba para los siguiente días de intenso trabajo.
—¿Qué piensas? — acariciando la mejilla femenina — Pareciera que algo te está molestando — emite dulcemente.
—Estoy más sensible de lo normal y por ende más nostálgica, no me hagas caso — acurrucándose más.
—Yo quiero saber, dime ¿Puedo ayudarte? — agrega complaciente Taeyang.
—No sé si ayudarme pero... quiero regresar a mi país — dice decidida Marisol.
Fin capítulo CVI