DIE FOR YOU / HEESEUNG

By straylovers

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Desde la muerte de su madre, la vida de Pandora cambia radicalmente. Tendrá que pasar por circunstancias difí... More

01. Panda
02. Change
03. Stressed out
04. Sudor y cansancio
05. Descanzo
06. Bad idea
07. Save me
08. Pink hair
09. Herida
10. Games
11 Ataque
12 Las penas y el alcohol no se juntan
14 By your side
15 Momento para recordar
16 Me haces sentir
17 Un viaje para recordar
18. Die For You
19. Alive
20 Nuestros encuentros
21 Angel
22 Pd: Te extraño
23 madrugada
24. U rock my world
25 Breath of life
26 ¿Are you real?
27 till the end
final
Playlist

13 Beach

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By straylovers

Narra Pandora

Me levante temprano.
La causa de este acontecimiento, cómo siempre, era debido a Heeseung. Pero esta vez era diferente, no se debía a que me había tirado agua, o una almohada en el rostro. Me había dado un beso en la mejilla, cerca de la comisura de mis labios y debido a esta simple acción, no había podido reconciliar el sueño después de su visita.

Baje a desayunar encontrándome con algunos de los chicos. Sunoo me siguió con la mirada un tanto molesto y le sonreí con inseguridad. Ya me había percatado hace algunas semanas que no le agradaba del todo mi presencia.

Me serví un vaso de leche y me senté junto a Jay quien miraba un punto fijo del comedor, dormitando.

— Hoy irmos a la playa con algunos del grupo, ¿Quieres ir Pandita? —inquirió Sunghoon, mordiendo con ganas la tostada con mantequilla que tenía en una de sus manos.

— ¿A la playa?, ¿No estamos en invierno?

— Vaya, ¡No lo había notado! —soltó Sunoo con ironía y apoyo las manos en el mesón mirándome de mal modo—. Nadie dijo que nos meteriamos al mar, "Pandita".

Asentí levemente sintiéndome algo pequeña y mire a Sunghoon.

— ¿Quiénes irán? —cuestioné con algo de interés y el pálido trago rápidamente para hablar.

— Obviamente yo, Jay, Sunoo y Heeseungie~  —indicó con entusiasmo y Sunoo frunció el ceño.

— Heeseung dijo que no iría.

— Pues Pandora lo hará cambiar de opinión —se metió Jay guiñándome el ojo. Ladeé a un lado mi cabeza con curiosidad y antes de preguntar, Sunghoon llamó nuestra atención.

— ¡Despertó la bella durmiente! —exclamó, mirando entretenido como Heeseung se acercaba y se sentaba al frente mío dandole una mirada pesada a los chicos al ver como estos se reían por el chiste del pálido—. ¿Sabes en dónde estabas durmiendo cuando desperté? ¡En el sofá de arriba!  —Rió a carcajadas al recordarlo.

— Sabes qur tomar mucho te vuelve estúpido, no lo vuelvas a hacer, ayer en la noche parecías sonámbulo... —menciono Jay revolviendo la taza de Té entre sus manos y Heeseung se giro a mirarlo levantando una ceja.

— Tú eras el que estaba fumando a media noche, ¿No? —Sonrió con molestia y Jay me miro de reojo.

— Puede ser, o puede que no, no lo sé. —Se hundió de hombros y posó una mano sobre mi espalda con suavidad—. ¿Y tu Pandita? ¿Cómo dormiste hoy?

Deje de tomar del vaso de leche y lo mire con desasosiego.

— Bien, ¿Por qué preguntas? —mascullé y Jay deslizo su mirada hasta Heeseung, quien comenzo a apretar con fuerza la manzana que tenía entre sus manos haciendo que las venas de esta se marcaran.

— Por nada lindura, sólo preguntaba. —Sonrió con calidez  y asentí volviendo a beber de mi vaso notando cómo Heeseung no le quitaba de encima su densa mirada a Jay.

Este último, comenzó a acariciar mi cabello mientras volvía a hablar con los chicos, enredando sus dedos en el de vez en cuando y haciendo que su acción me desconcentrara un poco, pero esté no lo notó. Lo que si notó, fue cuando Heeseung se levantó de su asiento bruscamente y se fue por el pasillo en silencio.

Los chicos lo siguieron con la mirada a excepción de Jay.

— ¿Por qué no te vas a vestir? Saldremos en un hora más y recién estás en pijama. —Me sugirió Sunghoon y asentí yéndome del comedor notando algo de tensión en la mesa.

De la radio sonaba un pegajoso Hip Hop.
Jay quién iba a mi lado, tarareaba la melodía mientras que yo tenía la mirada puesta en la fría y nublada ciudad que se transformaba de apoco en casas playeras y arena.

— ¿Cuánto falta? —pregunte al aire y Jay me sonrió entretenido.

— ¿Qué paso?, ¿Ya te aburriste?

— No, no es eso...necesito ir al baño. ¿Podríamos parar en alguna estación de gasolina?

Heeseung me miro por el retrovisor del auto y Sunghoon me pego una suave palmada en la cabeza soltado una risita.

— Ay Pandita, ¿Por qué no fuiste antes?

— Paremos en la carretera y que lo haga cómo lo hacemos nosotros —refunfuño Sunoo y Heeseung lo fulminó con la mirada.

— Hay una gasolinera en unos cuantos kilometros más, aguanta un poco —habló el moreno y asentí volviendo mi mirada al paisaje.

Apenas el auto paro, salí corriendo al baño. Heeseung bajo conmigo para comprar algunas cosas en la tienda, mientras que los demás chicos se quedaron recargando el tanque.

— Mierda.

Mi maldito periodo. 

¿Por qué justo ahora tenía que pasarme esto?
Para peor, ni siquiera había traído mi bolso.

No iba a dejar que me autosaboteara el día, por lo que tome una considerable cantidad de papel y me subí los pantalones sintiendo que tenía una especié de pañal en mi ropa interior.

Antes de salir, mire mi trasero en busca de alguna mancha y agradecí al cielo no tener ninguna. Salí a la tienda y busqué a Heeseung con la mirada encontrandolo en la sección de frituras agarrando muchos paquetes de gomitas.

Observe las estanterías a mi lado y mis ojos se iluminaron al ver junto a los desodorantes, una toallitas sanitaria.

Tome el paquete sintiendo algo de vergüenza de lo que estaba apunto de hacer y sin más, me acerqué a Heeseung dejándolo en su brazo lentamente junto a los demas bocadillos que tenía en este.

El moreno se dió vuelta a mirar curioso y al ver de lo que se trataba, pareció quedarse en blanco.

— Uhm, ¿Podrías pagarlas...? Prometo que te devolvere el dinero... —musíte tratando de no avergonzarme frente a él.

Heeseung asintió algo colorado y desvió la mirada hacía otro lado, carraspeando al ver que en la entrada de la tienda se acercaba hacía nosotros, Jay. Yo también lo noté y me puse aun más nerviosa.

— ¿Puedes pagarlas ahora? Es urgente —pedí casi rogándole y esté entorpeció sus movimientos botando un par de gomitas al suelo.

— ¿Por qué se demoran tanto? —Se quejó Jay llegando a la escena y los dos lo miramos nerviosamente—. ¿Qué? ¿Paso algo?

— No, nada —respondió rápidamente Heeseung y se fue a la caja a pagar recogiendo las gomas del suelo.

Me quedé junto a Jay a solas y esté me miro con intriga.

— ¿Todo bien?

— Perfecto. —Sonreí con esfuerzo.

Nos quedamos en silencio y Heeseung llego con una bolsa, sacando el paquete de toallas de color rosa chillón, entegandomelo en las manos.

— Gracias... —musité, sintiendo la mirada de los dos en mí y me fui casi corriendo de vuelta al baño.

Después de ese incómodo momento, seguimos el viaje y por fin, llegamos a la playa. Caminamos hasta una zona de esta cercana a unas rocas, en donde había una especie de fogata la cual los chicos comenzaron a encender mientras otros acomodaban las cosas en la arena.

— ¿Ya habían venido aquí? —pregunte con curiosidad, mirando un graffiti en una de las rocas que tenía escrito el nombre de Sunoo junto a un corazón.

— Claro, cuando tenemos tiempo libre. —Sonrió Sunghoon, mientras sacaba una pequeña radio para poner música.

Me senté en la arena al rededor de la fogata la cual comenzaba a escenderse. Jale los cordones de mi sudadera con fuerza para que el frio viento no entrara en mi rostro y puse mis manos al rededor de la fogata.

Heeseung se sentó a mi lado y comenzo hacer brochetas con malvaviscos. Observe sus nudillos los cuales tenían heridas recientes y este lo notó, sin tomarle importancia.

— Toma.  —Me entrego la brocheta y la recibí con una sonrisa landina. La puse en el fuego mientras algunos de los chicos repetian lo mismo.

Mientras loc chicos hablaban, comencé a sentir algunos cólicos. Trate de disimular mi malestar, odiaba cuando eso pasaba.

— ¿Tienes frío? —preguntó Heeseung y negué.

— Me siento algo cansada, solo es eso —Sonreí y esté asintió levantándose y yéndose de mi lado.

Lo seguí con la mirada y lo vi tomar una manta para luego dirigirse a mí y cubrirme con esta. Metió la mano en su bolsillo y saco unas pastillas que se me hicieron conocidas.

— Toma, las compre en la gasolinera, te ayudara con los dolores...

— ¿Cómo sabes...? —Mi madre me explicó un poco de lo que sucede, honestamente sonaba doloroso.

Tome las pastillas ruborizada y me tomé una mientras Heeseung se volvía a acomodar a mi lado.

— Bueno, no es tan así... diría que solo es molesto. —Sonreí a medias y esté también.

— Si estas cansada, puedes apoyarte en mi hombro.

— ¿En serio? —lo mire con los ojos bien abiertos y esté asintió con simpleza. Se acercó a mi y llevo mi cabeza con suavidad a su hombro, sacándome una sonrisa.

— Este lugar es bastante bello, no había venido antes. —Comenté y Heeseung asintió sonriendo con genuidad.

Esté momento era algo irreal.
No pensé que él pudiera ser tan tierno y amable al mismo tiempo.

Nos quedamos en la playa hasta que oscureció completo y el frío empezo a ganarnos. A pesar de los inconvenientes, fue realmente agradable pasar el rato con ellos y conocer esa faceta de Heeseung que de a poco iba mostrándome. Pareciera que por fin estaba ganando su confianza, y eso me hacía sentir muy feliz.

Pero lo que ninguno de nosotros sabía ni se imaginaba, es que en la parada en la estación de gasolina alguien nos había reconocido.

En especial a mi.

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