Damen
Llegó el día más esperado para todo el pueblo, desde el momento de la muerte de mis padres, todos añoraron mi coronación.
Ya que hasta que no contrajera matrimonio y fuera mayor de edad, no podría gobernar de manera adecuada.
O sea que mientras soy príncipe soy como un "rey" pero provisional.
Me despierto temprano para cerciorarme que todo esté listo y perfecto, no puede suceder ningún problema, todo está calculado, por lo mismo, todo es perfecto cuando lo planeo yo.
Así me fue enseñado: desde pequeño cumplir las expectativas es parte de mi vida.
Estoy en el despacho, leyendo unas cartas que me fueron enviadas de personas del pueblo, deseando que mi cumpleaños haya sido satisfactorio, y también expresan su emoción porque ahora seré su rey.
Nunca me ha costado trabajo llevar una relación buena con el pueblo, hasta que decidí revelarme y buscar el amor por mi propia cuenta.
Mis pensamientos son interrumpidos por el toque de la puerta y seguidos se escucha una voz —¿Está bien? ¿Puedo pasar? —Dice Cédric y al instante abre la puerta.
—Todo está listo, necesito que usted se prepare, solo vendrán los miembros más altos de la sociedad, y después usted hará su juramento en el centro del pueblo —Ordena Cédric.
Desde que murieron mis padres, técnicamente él se convirtió en mi tutor y le agradezco mucho, sin él no sería nada en esta vida, nunca me ha dicho su edad, pero dado que no se ve tan viejo, supongo que tiene aproximadamente la misma edad que tendrían mis padres, unos 50 años.
Le iba a contestar algo, pero me interrumpe el grito de una voz reconocible, es Morita. No sé a quién le esté gritando, pero se le escucha entretenida en lo que está haciendo.
Empiezo a pensar cómo fue que llego hasta aquí. Siempre se me impuso que debía escoger a alguien del pueblo para casarme, pero en eso sí les lleve la contraria. Mis padres me decían, que el amor aparece en el momento menos esperado y no se tiene que forzar.
Y así fue, yo nunca salí del reino con la intención de enamorarme a primera vista, pero la vi y quedé impactado, simplemente ella es inigualable.
Ese día, Kaia me abrió la puerta sin importarle su apariencia, estaba toda desaliñada, también perdida en sus pensamientos y fue cuando sentí un enorme vacío en mi corazón, que sólo ella podría llenarlo.
Después la vi por la ventana del despacho de su padre, tan afligida que quise salvarla, pero le he hecho más daño que bien. Sé que esto que siento no es bueno, pero no lo puedo evitar, idealicé tanto el amor perfecto y bajo las condiciones en las que me quería manejar el pueblo, que vi la oportunidad perfecta en Kaia.
Nunca quise causarle tanto sufrimiento, y, aun así, todavía la tengo retenida bajo este castillo.
Con tantos secretos, tanto drama y melancolía, solo espero el momento en el que podré confiarle todo, secretos que ni el pueblo sabe.
Deseo que ella me ame, como yo lo hago, con tanto fervor, que cada que me vea sienta lo mismo que yo, que se sienta viva cada que nuestros ojos se encuentren, que no pueda separarse de mí como yo de ella, quiero eso y más, pero no puedo, porque la lastimé en el pasado y lo sigo haciendo, simplemente quiero dejar de hacerlo, pero no puedo, tendría que liberarla y dejarla tener su libertad que tanto anhela.
Tanto me perdí en mis pensamientos que no me di cuenta en el momento en el que se fue Cédric. En eso nos parecemos Mora y yo, siempre inmersos en nuestros pensamientos, luchando contra nuestros demonios.
Pues ya que estoy solo, seguiré divagando en mis memorias, pensando en la única persona que me hace sonreír de manera real.
Es que cada una de sus acciones, me sacan de quicio, hay días en las que no aguanto sostener una conversación con ella, porque me molesta mucho en la forma en la que me desafía como nadie lo ha hecho, hasta su mirada es diferente a la de todas las demás. Es muy estresante no querer estar con ella, pero al mismo tiempo todo me pide no alejarme.
Los días que escapó, fueron horribles para mí, no podía dormir, comer, nada, mis pensamientos solo estaban en ella. Por eso toda mi persona se centró en su búsqueda, y terminé pagando muy caro.
Tuve vómitos y mareos constantes, además de mi baja de peso, todo, solamente gracias a ella. No sabe y nunca sabrá el efecto que tiene sobre de mí. El día en el que lo sepa, todo lo que he construido se derrumbará.
No sé en qué momento sucedió, ni cómo, solo sé que lo que siento por ella no es lo ideal, pero no puedo dejar de sentirlo.
Es muy difícil liderar un reino, con tantos secretos y estar enamorado al mismo tiempo, pero lo sobrellevo.
Si tan solo, ella demostrara mínimo quererme, pero no, aun cuando nuestra relación ha mejorado, sigo dándome cuenta de que me odia.
Haré lo que sea con tal de siempre tenerla.
Los pasos siguen escuchándose ahora más atareados y sé que ya llegó la hora en la que tengo que alistarme para cumplir con mi deber.
Ya en mi dormitorio, tengo colgada la prenda que me pondré para la coronación, todo el conjunto es color negro y arriba le agregué mi capa como toque sorpresa.
Esta capa, significa mucho para mí: mi padre siempre la portó con orgullo y fue de las pocas cosas que se quedaron conmigo después de su muerte, tenerla sobre mí es sentir que no estoy solo.
A veces, hasta siento que su olor llega a mis fosas nasales, pero sé que solo son juegos de mi mente.
Salgo, y camino por los pasillos, portándome impenetrable, pero por dentro estoy desolado, hasta que aparece ella, con su pequeña sonrisa que siempre intenta ocultar.
Me escudriña con la mirada y me hace un gesto de aprobación.
Los dos bajamos las escaleras, cada uno, en una esquina, sin intercambiar ninguna palabra, ambos nos dirigimos a la sala del trono donde será mi coronación.
Ahí, ya están esperando todas las personas invitadas, como lo planee, yo soy el último en llegar, seguido de Morita.
Entramos ambos con seguridad y ella se posiciona un banco atrás de la plataforma, mientras que yo me subo a él.
Una ola de vitoreo suena cuando lo hago y un sacerdote comienza la ceremonia.
Al final de esta, saca una enorme corona de una urna de cristal y una espada, la espada que le pertenecía a mi padre.
Lentamente me la pone en mi cabeza y me da la espada, entonces grito el lema de mi pueblo—¡Cambiar no es inhumano!
—¡Cambiar no es inhumano! —Gritan fuertemente y una ola de aplausos inunda fuertemente el recinto.
Me levanto orgulloso, portando la corona y la espada, ahora sé que mis padres se sentirían orgullosos de mí.
El resto de la ceremonia sigue como lo esperado, me felicitan, platicamos un rato y llega el momento de que se retiren.
No quise hacer una fiesta, ya que el pueblo está pasando por momentos difíciles debido a mi falta de atención hace unos meses, y aún estoy sufriendo de las consecuencias.
Entonces opté por juntar ambas fiestas de coronación en la de Mora y así ahorrar.
Después voy al despacho a dejar la corona en el mismo cristal donde estaba, ya que la utilizaré para ocasiones especiales, como la capa, es decir, para los momentos en donde me siento inexplicablemente solo.
Cédric abre la puerta sin tocarme y me ve tristeando, después de unos segundos se da cuenta de su error y su cara se petrifica, pensando en que me enojaré, pero no, en estos momentos me viene bien su compañía.
—Perdone por la interrupción—Dice y automáticamente añade—Vengo a entregarle algo que siempre ha sido de usted —Saca unos sobres de su bolsillo y me los extiende.
—Antes de que los abra, permítame decirle que cualquier cosa que diga ese sobre, lo podrá superar, porque es increíble —Exclama sinceramente, con una sonrisa.
—Gracias, no lo hubiera logrado sin ti, eres una parte importante para mí, y velo por tu felicidad, lo sabes ¿verdad? —Comento sinceramente, parte de mi soledad hace que me vuelva sincero y demuestre mis sentimientos.
Sonríe orgulloso y contesta —Gracias, estoy muy orgulloso de usted.
Siento bonito escucharlo decirme eso, creo nunca había escuchado que alguien dijera eso de mí, hace que me sienta bien.
—¿Quiere que me quede con usted hasta que termine de leerla?
—Estaría bien que me dejes solo—.
Acata mi indicación y sale rápidamente, mientras abro la carta, cuando otra vez tocan la puerta insistentemente.
—Pasa—Ordeno molesto, por la interrupción.
Stella abre la puerta con una mueca de enojo y hace que también me moleste.
—¿Por qué no fui requerida en tu coronación, si yo misma ayudé a organizar? —Interroga indignada.
—No eras necesaria—Contesto simple.
—¿Cómo? ¿Acaso ser tu mejor amiga no es nada para ti? Siempre he estado para ti Damen, además fue descortés no invitarme.
—La verdad se me pasó decirte, pensé que al ser tú una de las que me apoyó a organizarlo, irías.
— Para la otra, también aprendo a leer las mentes, digo, ya de paso—Contesta irritada, pero ya bromeando, que es un gran paso. Ya no está enojada —Ponte de nuevo eso—Señala la corona—Tienes que hacer el anuncio al pueblo, ya te dimos suficiente tiempo para meditar o lo que sea que estás haciendo.
— Te veo en diez minutos abajo, esperaremos en los carruajes —Comunica.
Me arreglo de nuevo y me echo una última miradita al espejo de mi despacho para asegurar que quedé de nuevo impecable. Seguro el pueblo me espera emocionado, todo estará adornado y yo ya tengo memorizado lo que les diré.
Llegamos sin contratiempos a la plaza principal del pueblo, que es donde daré mi anuncio, y desde que entramos todo está completamente adornado, además de que los vitorees se escuchan por todos lados. Están emocionados por su nuevo rey.
Tengo que salir, junto con Mora, aunque ella aun no sea coronada, daremos el anuncio y eso es todo.
La insistencia de salir con Mora es porque siempre se exigió que el príncipe debía tener una esposa antes de su coronación, es como una muestra de responsabilidad.
Kaia, ya sabe lo que tenemos que hacer, y se me hace raro que no ponga resistencia, y así es como salimos al balcón del edificio que nos protege para poder dar mi primer anuncio como rey.
—¡Pueblo de Atheya! Hoy no vengo como su príncipe, ahora soy un rey. Una nueva era ha comenzado y vengo con la promesa de que todo mal se romperá, porqué yo nunca hago falsas promesas, durante mi mandato, reinará la paz y todo aquel que me contradiga lo pagará caro.
Pero, antes que nada, quiero recordarles que —Me preparo para dar el grito —¡Cambiar no es inhumano! —Grito con voz gruesa, y fuertemente, haciendo que retumbe en toda la plaza.
Acto seguido, todos gritan lo mismo.
Kaia nunca me suelta la mano y rápidamente noto que cambió su semblante a uno pensante, escuchando cada una de las palabras que dije, y es que ella, aún no sabe nada de tantos secretos, pero pronto los sabrá.
Al regresar al castillo, corro rápidamente a mi despacho y otra vez dejo todo en su lugar para comenzar a leer las cartas que me dio Cédric.
¿Qué cosa tan importante tiene?
No puedo ni imaginar qué es lo que tiene, porque el haberla ocultado hasta este momento es símbolo de que me destruirá, así de importante pienso que es.
La primera carta, por fuera tiene el sello del castillo, y automáticamente sé de quien es, las emociones me invaden y ya no puedo abrir con cuidado el sobre.
Es una carta de mis padres, para mí, habla sobre mí, sobre lo que se imaginan por lo que pasé y lo fuerte que soy.
Serás el mejor Rey de todos los tiempos, de eso estoy segura, hijo, siempre cree en ti.
-Mamá-
Por su puesto, también hay unas cortas palabras de mi papá, donde me alienta a seguir adelante y que en estos momentos sabré bien qué fue lo que los hizo tomar esa decisión.
Siempre creí que criar a un hijo fuerte era lo mejor que podía hacer, pero al verte crecer, me di cuenta de que estaba en un error, eres todo lo que necesita un pueblo, esa sensibilidad te llevará muy lejos.
Estoy muy orgulloso de todo lo que has hecho hijo, entenderás nuestras razones para desaparecer después de esto, y anhelo obtengamos tu perdón.
Todo lo hicimos por ti, y la felicidad del pueblo.
Sabes que no fuimos perfectos, pero hicimos lo que pudimos, aprende de tus errores y de los de los demás, eres una luz en la obscuridad, aprovecha eso.
Te ama, tu siempre orgulloso padre.
Así acaba la primera carta, haciendo que derrame mucha agua de mis ojos, como pocas veces me he permitido hacerlo.
La segunda carta es más gruesa, y sigo leyéndola, mis padres me advirtieron que sabría toda la verdad, y tengo miedo de ella.
¿Recuerdas aquel libro que leíamos antes de dormir?
Sí, ese que siempre te dije que estaba basado en una leyenda de un pueblo popular. El que no tenía un final, y siempre le inventábamos uno nuevo.
Esa leyenda sí existe, tú ya lo sabes seguramente, pero a eso no es a lo que quiero llegar.
Tu padre y yo descubrimos cómo librarnos de ella.
Desde que nos casamos nos prometimos eliminarla, antes de tener descendientes. Pero, llegaste tú y todo cambiaste, nos olvidamos de ello por un tiempo.
Un día, de los que salimos al acantilado, tu padre de reojo notó una sombra entre los arbustos, y la siguió.
Se encontró con la mujer que nos condenó a todos, la primera reina del pueblo, la bruja, y ella le contó una parte de la historia que nadie conoce el final.
Aquella mujer, tenía que matar a quien más amaba.
Intentó con su esposo, pero no funcionó.
Intentó con el fruto de su matrimonio, y lo logró.
Pero aquel bebé no era de ella, si no de la sirvienta. Su hijo estaba seguro. A la misma sirvienta se lo había dado a cuidar. La sirvienta aceptó el trato, su hijo a cambio de dinero, y el cuidado del príncipe por un precio más alto.
Porque todos somos insaciables cuando de poder se trata.
Pero a él, no se le podía engañar, y esto le costó muy caro.
Sobre su reino una maldición cayó y solamente a ella, la condenó a la vida eterna, para que pudiera verlos sufrir, sola en el bosque.
Solo hasta recibir el sacrificio que él había pedido, el maleficio terminaría.
Pedía un alma de un ser amado de la reina.
Tu padre, después de escuchar semejante aberración, salió huyendo de ahí, pensando en que solo eran alucinaciones por el exceso de trabajo.
Tardó mucho en contarme lo que había sucedido ese día, porque todo este embrollo me involucra indirectamente a mí, LA REINA.
En todo este tiempo, nunca encontramos de nuevo a la reina, y esparcimos el rumor del bosque tenebroso, para que nadie se la encontrara y pudiéramos buscar otra alternativa.
Pues tú eres a quien más amo.
Al final, parece que descubrimos qué hacer para romper la maldición.
Hijo, espero que en algún momento me perdones, hicimos todo esto para que tuvieras un futuro mejor.
Te amamos mucho, papi y mami.
Recuerda que nunca estás solo, porque los dos vivimos en tu corazón.
Llego al final de la carta y pienso que me dejó aún más confundido de lo que ya estaba, ¿Qué es lo que acabo de leer?
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Asi estoy en estos momentos 👺👺👺.
Con este capítulo,anuncio que vamos a un poco más de la mitad de la novela y les agradezco a todos ustedes por su apoyo,porque no soy nada sin ustedes.(Hasta de los fantasmones 👻).
Sin más que decirles,les deseo una bonita navidad,no olviden de decirles a sus seres queridos cuanto los aman.
♥️Los ama mucho,Naomi ❤️