𝕮𝖗𝖚𝖘𝖍 εїз KTH⁴

By blossxm_s

1.1K 129 2

❝Por mas que intente despertar, mis sentimientos no cambiaran. (No puedo controlar mi corazón) El solo sigue... More

Prologo: latidos
La niña que convencio a una bestia
El rostro de la verdad
Antidoto de ti
Domesticar
Una Nueva Rutina
Reminiscencia de una deidad y una montaña
Leyes de piedra y ceniza: mi primer viaje.
El otro lado de mi soledad
Su Suelo Es Mi Tumba
Los Tintes Del Trauma
Te Recuerdo Sonriendo En Tu Siesta
El Album Del Pasado
Viajar A Mi
El Fantasma De La Opera
Coronas y Espinas
Segundas Opiniones
Porque El Me Ama
Los Colores De Su Alma
Abuela, Madre e Hija
La Ultima Gran Dinastía
Bicho de Amor
Ojo por Ojo
El Camino a Busan
La Nueva Reina
Culpa Y Lastima
Promesa
Lady Kim Hanam
Llamado de emergencia
Realización
Tres de Copas
Bendicion o Maldicion
El Otro Lado
Barrera
Estallido Emocional
Mal Entendido
Listos o No
Un Lugar Hermoso
Superheroe
Revelación
Tigre Adiestrado
Mascaras
Efecto Sorpresa
Parecer
Latidos: manzana
Latidos: niño interior
Felices Juntos
Save Me

Imparable

9 2 0
By blossxm_s

Escuché tres golpes leves en la puerta y me levanté como un rayo a abrir solo un poco.

Por un ojo vi que solo había una mano extendida hacia mi, grande, delgada y de muculos fuertes. La tome y Taehyung la estrujo un poco. No me dijo nada más mientras me llevaba por el pasillo. Habia cierta delicadeza y seguridad en su forma de tomar mi mano. Era mas evidente ahora que había regresado.

No me atrevía a decir nada por miedo de empezar a llorar sin consuelo.

— Es muy contagioso y peligroso, propongo quedarnos en tu departamento esta noche. — su voz era tranquila y yo no levante mis ojos de la alfombra. — solo para ver si se desarrolla la enfermedad, también tendremos que cambiar nuestras ropas.

— Los demás se van a preocupar...

— Voy a llamar a Jimin mientras tu entras.

Ya habíamos llegado a la puerta doble, el roble oscuro que tanto recordaba en mi adolescencia.

— ¿No vas a entrar conmigo? — le pregunté manteniendo la suavidad en mi voz.

— Es tu privacidad.

— Nada de lo que voy a hablar con él es un secreto para ti, puedes saberlo.

— No. — su tono fue más autoritario y el reflejo en sus ojos era de instinto. — hay cosas de su relación que no quiero escucharle dar más excusas, que no debo sentir compasión por su situación.

— Estas insinuando que lo voy a perdonar muy fácil...

— No puedo influir en lo que sientes por él, pero yo sé que no lo voy a perdonar. Voy a seguir cargando con esto hasta que muera.

— ¿Y por qué no lo mataste? — mi pregunta lo tomó por sorpresa, sé que tembló debajo de la palma de mi mano. — tuviste la oportunidad, tuviste mi aprobación... el apoyo de todo un país.

El no pareció pensarlo mucho, parece que la respuesta era muy obvia y el sentía que se desgastaba con decirlo en voz alta.

Aun así su voz no perdió la delicadeza de las flores, como si acariciara mi mejilla con cada palabra.

— Porque su alteza aún tiene un par de palabras que compartir con él.

Yo solté su mano y sin mirar atrás abrí las puertas, dejándolas cerradas en su cara.

Intente tranquilizar mi respiración y la luminosidad de esta habitación me dejo ciega por un rato. Estaba acostumbrada a lo sombrío del pasillo. Mi corazón quería salir de mi boca, abrir las puertas y huir con Taehyung a un reino donde no tenga que enfrentarme a mi padre. Postrado en una cama, vendas en sus brazos y cuello. Su piel estaba grisácea y sus ojos un poco desenfocados en el techo. Su cabello era una maraña de cabellos negros con canas, su rostro se veía un poco inflamado.

Estaba esperando una muerte que no iba a llegar pronto.

— Padre...

— Iseul, quédate ahí. — me advirtió con una voz hueca.

Antes él se ganaba el apoyo de todos con su carisma. Ahora parecía más un cadáver.

— No me voy a infectar, voy a estar bien... Taehyung está en la puerta. El no dejaría que me infectara. — murmuré caminando hasta quedar frente a la cama doble, las sábanas de seda verde. — ¿Como esta? ¿Tiene mucho dolor? Solo hace poco me enteré de lo que sucedía y decidí desobedecer lo que me dijo. Sobre alejarme de usted.

— Ya no duele, perdí el gusto y los sentidos. Es extraño... pero sé que tú sabes más del dolor que yo.

— No diga eso. Soportar el dolor no es una cualidad.

Tome su mano rígida sobre las sábanas, aun permeancia un poco cálida en la palma, pero el dorso estaba congelado. No lo tome muy fuerte por miedo a que se le arrancara la piel.

Unos pequeños orificios eran visibles entre sus dedos, en su barbilla y por debajo de las vendas.

— Siempre fuiste mi hija más obediente, me sorprende que me desobedezcas a esta edad. — no era un regaño, mi padre nunca fue duro conmigo e incluso cuando lo merecía nunca alzó su voz.

— Es porque estoy preocupada por usted. Dígame ¿cuándo comenzó todo esto?

— Hace unas semanas, tal vez meses atrás cuando recién empezaron los temblores. Yo fui el primer infectado y todos los doctores llegaron a la conclusión de que era un virus extraño... fuera de este mundo y su ciencia.

— ¿Un virus fabricado en un laboratorio?

— Un virus fabricado para torturar y hacer morir a la gente lentamente... pronto se contagiaron mis consejeros, luego sus familias. Así es como todos empezaron a aborrecer verme. — para alguien que vivía del apoyo de los demás esto debía ser horrible.

Yo me sentí aún peor tomando asiento a su lado, sus ojos por fin se enfocaron en los míos. Estaban rojos en sangre y lágrimas.

— Padre, no es su culpa.

— ¿No lo es? ¿Entonces porqué fui el primer infectado?

— Esa persona... — yo chasque la lengua, ni siquiera debía considerarse persona. — solo lo hace por venganza, no por poder. El poder ya lo tiene y no ha venido a quitarle el título de presidente. No le interesa... así que piense en alguien que debe resentirlo demasiado, odiarlo y despreciarlo. Alguien a quien le hizo mucho daño.

— Tú. La primera persona que pienso y a la que le hice mucho daño eres tú... pero también eres la única persona que me ha tomado la mano desde que todo comenzó.

Yo ladeé la cabeza y empecé a llorar con él, tomo una posición mas sentada contra el cabecero y yo me recosté en su hombro. El aun intentaba mantener su distancia, pero a mi no me importaba morir mañana.

Así sentada en su cama, con mi cabeza en su hombro podía cerrar los ojos y fingir que era una niña. Que vine a visitarlo y fingir que solo era hija de un socio suyo hace muchos años.

Podía fingir que no era mi papá, aunque ambos estábamos en la misma habitación.

— Yo no lo odio y tampoco lo desprecio. Mi resentimiento hacia usted no es el mismo de antes... he sanado. — mi voz salía un poco nasal y tome los pañuelos de la mesa de noche para también limpiar sus lágrimas. — la razón por la que vine también es porque el resentimiento que llena mi corazón de cosas feas, debe salir y no puedo despedirlo con esto aquí clavado en mi corazón. Quisiera ser buena y amarlo con honestidad.

— ¿Viniste... a matarme?

La sangre se congelo en mis venas por un momento, la esperanza en su voz y en sus ojos.

— No. Esa no es la forma en que me deshago de mi resentimiento...

— Todos lo hacen así.

— Yo no soy todos, a veces solo basta una charla y un poco de honestidad. Solo si usted quiere hablar un poco conmigo. — deje un mechón de mi cabello detrás de la oreja.

El solo me vio, por segundos que parecieron horas. Me veía como si no me conociera o como si no me hubiera visto en años.

Entonces puso su mano libre en mi cabeza.

— Adelante, hace mucho tiempo nadie me habla con honestidad.

— ¿Que tanto?

— Desde que estuve con tu madre, tal vez no sepas mi versión de la historia... porque tu madre tiene razón, su versión es la que más te conviene. La más real. Mi versión es un poco sacada de un libro de fantasías, estuve con tu madre no solo por su comida exquisita, porque bailaba bien y porque es hermosa. — sonrió un poco recordando esos años de amorío ilícito. — ella es la única mujer que me ha escuchado con atención en toda mi vida, ni siquiera mi madre hizo eso conmigo. Ella era honesta, me decía que era torpe, pero al menos tenía encanto. Nunca menospreció algún invento o alguna idea política, ella era crítica y daba buenos consejos como tú. Ella era como el océano, extenso, salado, fresco, misterioso, libre... eso era lo que más amaba de ella. Su libertad.

— En su versión ella también resalta eso.

— ¿En serio? Creí que solo hablaba de que me gustaban sus pechos. Volviendo al tema, tu madre hacia lo que quería y decía lo que quería cuando quería. No quería estudiar y su ideal era tener dinero para pagar la colegiatura de su hermano. Para un hombre en sus treintas, que nunca sufrió por el dinero y que fue obligado a ir a la universidad, perseguir un puesto político y económico... eso era como encontrar un mundo nuevo.

— Ella era como ese boleto de avión a un mundo desconocido.

Empatizaba con mi papá, me pasó lo mismo cuando visitaba a Taehyung. Él era la personificación de mi propia libertad.

— Me enganché de tu madre como su hijo menor, no me arrepiento de las cosas que hicimos... tal vez le hice creer a tu madre eso con mis acciones. En realidad, no recuerdo ser más feliz desde ese entonces. Creí que ella sería capaz de liberarme de mi propio padre, de mi hermano mayor, pero solo logré arrastrarla a ella a este mismo infierno donde crecí. — no había decepción en su tono, el simplemente estaba reflexionando. — luego llegaste tú y contigo trajiste tantos problemas... admito que por un momento me arrepentí no ayudar a tu madre con dinero. Incluso pensé en que podía abortar y llevarla a otro país lejos donde nadie la buscara a preguntar sobre mí.

— ¿Por qué no lo hizo? ¿Por qué tenía miedo de que un día saliera a la luz? En esta época nadie sabe quién soy... usted y su familia son cuidadosos. — ladee la cabeza sintiendo curiosidad.

— Porque tenía esperanzas... aún en medio del caos... tenía esperanzas de que tu madre pensara otra cosa de mí. Pensé muchas veces en dejar a mi esposa, mis hijas e irme con ella. Si hacia eso en algún punto ella no iba a superar el dolor de haberte perdido y si no lograba perdonarme, yo no tendría un recuerdo de lo que tuvimos alguna vez. Tal vez soy tonto y fui imprudente por esos años, pero tenerte fue lo más inteligente que he hecho en mis años de vida. Eres un vivo reflejo de tu madre y yo, tienes su frescura, su extensión, el brillo de las olas... pero también tienes mi maldición, una cadena atada en tu pie, mi incredulidad y angustia.

Yo asentí un par de veces, tenía razón, tal vez mi padre en ese entonces no dejo que mamá abortara por miedo a que ella lo odiara cuando reflexionara en lo que hizo. Tal vez lo evito para que ella no hiciera un escándalo.

Pero después de nacer sé que lo hizo porque era la única forma de que siguiera atado a ella como un fino hilo. Mi padre se enamoró, locamente y despiadadamente.

Aun teniendo esposa e hijas, nunca sintió que era su familia. Era la de su padre. La que su hermano le dijo que tuviera, la que le convenía mostrar en la televisión, la que le aseguraría buenos socios y aliados en la política. Su esposa era una mujer que tenía astucia y un corazón gélido para los negocios. Sus hijas eran elegantes, inocentes, un poco presumidas para reflejar el amor inmenso de un padre ejemplar.

— ¿Sabe algo? Cuando Taehyung conoció a mi madre, me dijo que era muy parecida a ella... nunca nadie me había dicho eso. Además de usted nunca nadie lo había notado. Entonces entendí algo... — mordí mis labios nerviosa y sequé las lágrimas en mis mejillas. — desde que era niña y todos cuestionaban que fuera su hija, empecé a buscar mis semejanzas con usted. Lo intenté tanto que lo creí, mi inteligencia, la forma en que sonreía y reía en voz alta, mi astucia para los juegos de mesa, el gusto por los caballos... todas son cosas que adopté para que usted viera que si era su hija. Que no era de otro hombre y que no debía contratar a un laboratorio diferente cada año para hacer una prueba. Hace poco comprendí, que tener el cabello corto en bop y reír fingidamente ya no era necesario, que podía dejar crecer mi cabello como mamá y que podía reír como quisiera. Fue tan difícil entender que no tenía que convencer a nadie más....

— Siempre te dije que parecías a tu madre, no porque dudara de que fueras mi hija. Es porque me gustas más de esa forma... es verdad que tienes mi sonrisa, pero al menos tu ríes más honestamente que yo. Eso es admirable, Iseul.

— Fue tan difícil... creo que nunca había podido contarle como me sentía. Se que mi amor solo compite con el que usted siente por sus otras hijas y su esposa, pero, desee tanto que se quedara en casa por un instante. Que no fuera para discutir o fingir frente a mí una familia que no éramos, solo para decirle como me sentía.

Mi padre estaba llorando, no era arrepentimiento, era dolor. Pena, tristeza, horror, él estaba horrorizado viendo mi rostro.

Y yo tome valentía de la persona que esperaba por mi allá afuera.

— Siempre intente ser la mejor en todo, alcanzar todo rápido y que destacara en lo mínimo. Creí en mi tonta cabeza que así sería lo suficientemente buena... para que me escogiera. No por siempre, pero por un tiempo. Mi madre me regañaba mucho y nunca supo cómo detenerme, creo que incluso usted creyó que era su culpa. No lo era, era la mía, que siempre aceptó todas sus sugerencias como si fuera la ley y vivía con un miedo estúpido de que alguien se diera cuenta de mis padres. — reí un poco recordando la paranoia de esos días en la escuela elemental cuando todos empezaban a hablar de sus papás y yo no recordaba con exactitud lo que había inventado mamá en el desayuno. — supongo así son las hijas únicas con sus papás, no voy a mentirle ahora... siempre sentí una envidia enferma de sus otras hijas, ellas lo veían más veces que yo y las llevaba en su auto a la escuela. Si recitaban un poema o bailaban en la escuela usted siempre iba a apoyarlas. En mi caso ni siquiera mi madre podía ir por miedo a los chismes de las otras madres. Ese día que fue a nuestra escuela a saludar después de ganar la alcaldía... creí que moriría. Todos hablando de lo genial que eras, que deseaban ser sus hijos, como se sentiría jugar con usted. Me sentí como ellos, deseando por un momento ser su hija. Ahí frente esa multitud era otra extraña y cuando usted solo me acarició los cabellos a preguntar cómo me llamaba...

— Iseul.

Mi padre dijo mi nombre implorando que me callara, pero no iba a callarme. Ya no iba a callar, nunca más iba a callar sobre quien era mi padre y quien era yo.

— Quise gritarles frente a todos que era Yan Iseul, que era su hija menor y que dejara de verme como una niña más. ¡Quería gritar hasta quedarme sin voz y sin vida! — me ahogaba con las palabras y las lágrimas ya era como un riachuelo cayendo por mi barbilla. — pero eso iba arruinarlo, no sé nada de política y a esa edad me parecía aburrido... pero sabia entonces que lo iban a odiar. Que iban a odiar a mamá y le iban a hacer daño, que usted podía fingir fácilmente no conocernos y dejarnos. Pensé tanto que ni siquiera fui capaz de darle mi nombre. Ya no lo sabía... no lo supe por muchos años.

— Se que fue horrible... yo estaba ahí, vi el dolor y el terror en tus ojos. Mis consejeros en ese entonces no te conocían, no podían saber que no debía ir a esa escuela. Lo lamento, Iseul.

— Esta bien, al menos ese día pude recitar un poema que había escrito para usted y usted aplaudió. Fingí en mi mente que fue a verme a un recital. Después le perdí el gusto a las muestras artísticas... si nadie iba a verlas. — hasta ahí había llegado mi vida artística.

— Creí que te habías interesado en la ciencia por ti misma.

— Cuando crecí vi como había tomado todo el amor que debía sentir por mí misma y lo había dado a su otra familia, entonces no me sentía lo suficientemente buena. Aunque era inteligente y obediente no lograba tener su atención... entonces escuché por accidente una conversación que tuvo con mi tío.

— Iseul. — mi padre me estrujo la mano como si quisiera reprenderme. — no me digas que...

— ¿Qué? ¿Que mi interés por la ciencia solo fue porque usted le pedía alguien lo suficientemente inteligente para cumplir sus expectativas? Que esperaba esa persona cayera del cielo y lo salvara, que usted iba a agradecerle intensamente con lo que quisiera. Esa debía ser yo al crecer, entonces convencí a mi madre de comprarme libros de ciencia, cambiar los cuentos tontos por cosas fuera de este mundo y convencí a mi tío de llevarme con él a ese lugar que usted juró nunca volver a llevarme. — mi padre me había llevado a un laboratorio hace muchos años, cuando aún era una niña y había salido todo mal. Conocí a Jimin ahí y todo el drama de Dojin hizo que me prohibiera regresar. — esa era una de las pocas cosas que usted hacía conmigo y también lo prohibió, le gustaba alardear de las cosas que tenía ahí. No al nivel de mi tío, pero si como un padre le muestra sus músculos a su hija. Entonces mi tío aceptó, incluso me preguntó qué haría en el verano. No le quise decir donde iría, pero sé que al regresar él ya sabía, me pregunto de Quelpart, me ofreció muchas cosas que no entendí y transfiguró mi mente, mis recuerdos, mis intenciones, sentía mi cerebro y mi corazón desnudo frente a él.

— Es un imbécil.

— Yo también era una idiota, él sabía que no tenía valor y lo usó contra mí. Su amor valía la pena, pero yo nunca lo gané... usted quería lo mejor, pero esa nunca fui yo. Ahora entiendo que esto es todo lo que puedo llegar a ser. Después de estar tantos años a su lado, apoyando sus sueños y velando por que este a salvo... finalmente encontré la luz que había apagado cuando era una niña. Ya no voy a ocultar todas estas heridas. — negué una vez y sus lágrimas ya habían empapado las vendas de su cuello. — ¿Le duele saber que use todo ese dolor para convertirme en un monstruo y en un juguete más de mi tío? No necesito sus arrepentimientos, debo agradecer que nunca aceptó mi cariño. Con el tal vez nunca hubiera podido traer a Taehyung y nunca lo hubiera amado tan desmesuradamente... no tuviera espacio suficiente para él y para Junghyun.

— Lo siento... Iseul. Lo lamento tanto. Es un dolor incluso peor que esta maldita enfermedad... el me lo dijo... el me lo dijo que todo era mi culpa. Lo admito, te perdí.

— Yo lo lamento aún más, por la sonrisa que está en mi rostro cada amanecer y la felicidad corriendo por mis venas. Lamento por como mi vida termino tomando un camino más oscuro... por no ser lo suficientemente buena para que me eligiera.

— Debería ser al contrario... yo no merezco que me elijas ahora. Eres la única hija que está aquí siendo honesta y llorando conmigo.

— Mis hermanas están locas, usted lo ha dicho. Nunca le gusto que estuviera con ellas. — trague duro peinando su cabello a un lado. — Junmyeon por otro lado tiene sus propios problemas que lidiar.

Trozos de cabello se caían en mis manos. Sin duda esta enfermedad no era de este mundo.

—No deberías relacionarte mucho con ese monstruo.

— Es su hijo.

— Eso solo lo empeora. — dio un suspiro derrotado viéndome a los ojos con verdadero miedo. — toda su historia sobre mi abandono y el apoyo paternal de su tío es mentira. El desde niño ha sido demasiado violento para mi gusto y aunque lo tuve en mi casa en la infancia... prefirió las alas de su tío.

— Vio a su propia madre morir de apedreamiento colectivo en su pueblo, hay cosas que los niños nunca deberían pasar. Aprecio sus disculpas y que nunca haya estado lejos de mi por mucho, pero siento que también le debe unas disculpas a él. No justifico sus actos en base de su odio... pero tampoco puedo juzgar algo que pudo haberme pasado bajo las mismas circunstancias.

Era una verdad a la que había llegado después de pensarlo mucho, Junmyeon no estaba bien de la cabeza y mi tío tuvo que haber encontrado una buena rata de laboratorio. No tenia padres y tenia un gran odio hacia su progenitor que era capaz de mover montañas y hacer desaparecer un continente.

Si mi tío lo intento conmigo, teniendo una madre amorosa y una estabilidad económica, era obvio que lo intentaría con aquel que no tiene nada que perder.

— Iseul, pequeña... ¿tu madre está segura? — yo asentí recordando que se había quedado en Suiza con mi tío. — voy a ofrecerme como cualquier estudio que quieras hacer ahora.

— Voy a encontrar la cura, para usted. Está bien. Comamos algo primero.

Saque una caja de mi bolsa, había podido hacer unos canelones y también hornee unas galletas. El no quería comer al comienzo, pero solo al ver la puerta algo le lleno de terror.

Gire a ver si Taehyung estaba ahí, pero estaba cerrada.

— No quiero la cura para mí.

— ¿Qué? ¿Por qué? Confié en mi... no será demasiado tarde. Voy a apresurarme.

— No, Isie, tienes otras cosas que disfrutar antes de que todo empeore. No te preocupes más por este cadáver parlanchín. — casi reímos al unísono por sus expresiones. — además, estaré más orgulloso de ti cuando en el infierno me encuentre a mis enemigos. Les diré que tu lograste buscar la cura de sus males.

— ¿I-infierno?

No era un tema para comer, pero al menos ya no quedaba mucha comida en nuestras manos.

Él era consciente.

— Se que no voy al cielo... no lo merezco. Ninguno de mi familia lo merece.

— No es algo que usted decida. — me senté mejor a su lado apoyando mi cabeza en su hombro y subiendo mis piernas a un lado. — si se arrepiente de sus pecados, es decisión de Dios quien ve nuestros corazones con piedad.

— Piedad... esa virtud... Taehyung-ssi me preguntó que significaba.

Yo sonreí a un lado, sonaba a algo que Taehyung preguntaría.

— Piedad es reconocer las circunstancias y la imperfección del otro, ser capaz de sentir el dolor ajeno como el propio. Es un acto más externo que la compasión.

— Parece que él la tuvo conmigo, aunque no la conozca. ¿Tú le enseñaste eso?

— Las circunstancias le enseñaron todo lo que sabe... yo solo les pongo nombre. Aunque el insista que soy yo influenciando en él, todo este tiempo es el mismo quien ha aprendido de su propio dolor. — jugué con los botones de mi abrigo sintiéndome tímida de repente, hablar de mi novio con mi papa no debería ser tan triste. — padre, ¿cree que los demás si van a creer en mi cura? Si lo logro algún día, ¿van a confiar en su efectividad?

— No lo sé, unos se han matado con el primer brote en sus pieles. Hay desesperanza y terror en todos... las masas son fáciles de manipular en ese estado. Sobre todo, si se han acostumbrado toda su vida a malgastar el dinero y vivir de apariencias.

— Entonces voy a decir quien fue mi padre... tal vez así me crean.

— Vas a manchar tu nombre, niña. — dijo con un tono de reproche.

— No... lo voy a limpiar... el tuyo y el de mi tío, el de mi abuelo, el de mis hermanas y el de Soobin. Quisiera cambiarlo para cuando reencarne pueda vivir un poco más libre. ¿Qué le parece?

El trago en seco y cerro sus ojos antes de dejar un beso en mi frente.

Había deseado tanto estos instantes, hablar con nuestros corazones en nuestras manos, decirle cuanto dolor me había ocasionado. Confesarle que me había convertido en un monstruo y que las cadenas ataban mis manos por el mismo deseo de que el me amara.

Había enterrado todo eso hoy, tal vez con la primera persona que me enseño el desprecio, la persona ahora que me tomaba la mano y me llamaba hija. La persona que planeaba alardear de mi hasta sus últimos días, incluso en el más allá, mi padre era una escoria. Un villano torpe y bruto. Sin embargo, era el padre que me había tocado en esta vida. ¿Merecía pudrirse en vida? Tal vez, pero yo además de su hija soy una doctora, una hija ilegitima y una ingenua loca.

Era mi deber meterme en problemas y revolcarme en el barro de la miseria.

— Iseul — la voz de Taehyung atravesó la madera. — tenemos diez minutos.

— ¿El... se quedó afuera? ¿Tú se lo pediste?

Mire a mi padre temblar de miedo mientras volvía a sentarme en el colchón.

— Él se ofreció, no quiere verlo.

— Si me ve tal vez olvide lo que es la piedad, supongo. — dejo salir un suspiro mientras se sentaba a mi lado.

— Es un buen hombre... muy bueno, padre. Olvide todo lo que le ha dicho mi tío de él, incluso lo que yo he tenido que decir para que le den un poco más de libertad. Él es mucho mejor que todo eso.

— ¿No tienes miedo de que se entere? Iseul, no dudo que te ame con locura y que te proteja con su propia piel... pero la bestia dentro de él es preocupante. Cuando lo sepa todo vas a sufrir mucho.

— No voy a sufrir más que él. Nunca llegare a sentir tanto dolor como el cuándo se entere de todo el mal que he ocasionado y no... no tengo miedo. — saque la aguja de su estuche y prepare el codo endeble de mi padre. — el me hace más fuerte y cada día me convenzo de que no quiero estar en ningún otro lugar. Si va a matarme con sus garras o si va a matarme con su silencio cuando todo termine, me tiene sin cuidado, ya me decidí a no volver a abandonarlo.

— ¿Tu tío sabe de eso?

— Debe saberlo, si no lo sabe le voy a gritar en su decrepita cara cuanto nos amamos.

— ¿Decrepita? Lo vi bastante rejuvenecido cuando vino a verme.

Yo me quede estática evaluando la sangre en su contenedor. Estaba a punto de tomar una muestra del orificio cuando confesó eso.

— Me enteré... que el también estaba infectado, es el quien confesó que había un virus. Me dicen que esta moribundo.

— Hace tres días vino a verme y está muy bien. No sé de qué hablas.

Fue como si me cayera un balde de agua fría encima. No quise decirle más a mi padre para no preocuparlo y cuando Taehyung abrió la puerta con insistencia, nos encontró tomados de las manos.

— Iseul, hay cambio de guardia en cinco minutos. ¿Necesitas que despeje la puerta delantera?

El me preguntaba si necesitaba hasta el amanecer, él se encargaría de noquear todos los hombres por mi durante ese tiempo. No me miraba a mí, miraba la pared detrás como si no quisiera ver a mi padre en mis manos.

Yo di un suspiro y mi padre me hizo un gesto de que me fuera.

— Voy a regresar, lo prometo, voy a traerle una cura. — le di un beso en sus manos y escuché un leve gruñir a mis espaldas. — debe cuidarse mucho y comer lo que traje, hay suficientes galletas. Anímese un poco y rece como le enseñe... vea el amanecer todos los días. No se quede en cama.

— Parece que aprendiste a ser mejor papá que yo.

Reí un poco apreciando su buen humor.

— Te amo.

— Yo también quisiera amarte... Iseul.

— Con querer me basta, adiós. — el dejo un beso en mi mejilla y yo salí de la habitación.

Taehyung estaba de brazos cruzado apoyado en la pared. No dijo nada mientras tomamos el mismo camino de vuelta al escondite. No supe si había escuchado todo lo que le había dicho a mi padre y tampoco me importaba, en realidad, él iba a irse hasta la tumba con eso. Eso me bastaba.

Cuando bajamos las escaleras había más hombres que antes. Todos habían despertado del sueño.

Yo di un paso delante, pero Taehyung tomo dos más adelante y acabo con todos, una ferocidad más fuerte que en el camino de ida. Yo caminaba a pasos torpes detrás. Mis puños estaban listos por si alguien se salvaba de su paliza, pero incluso creí que partió un par de extremidades hasta llegar a las escaleras de la cocina.

— Creí que practicaría mi técnica para dar puñetazos...

— Mi plan fue que lo practicaras con tu padre. — dijo tranquilo, sus botas haciendo crujir la madera. — salió mal, como esperaba.

— No es justo.

— Tómalo como una clase de observación.

— Solo observo como te reprimes de matar cualquier cosa de dos patas que se atraviese en tu camino.

El dejo salir una risa, un poco de galán y abrió la puerta al frio exterior. Vi sus ojos un brillo peculiar que solo era visible en la noche.

Bajo la luna y las estrellas.

— Tengo que corregirte, solo me reprimo de matar cualquier cosa que se atraviese en tu camino.

— ¿Es porque estoy aquí?

— Es porque me estás viendo... — ladeo la cabeza a un lado tomando mi mano para correr los metros faltantes. — tienen suerte de vivir porque me estás viendo.

Miwoo se había encargado de los guardias en la reja, una montaña de hombre inconscientes. Dejamos el auto donde estaba para huir en el de Miwoo.

— Parece que alguien te arrancó los ojos. — dijo la menor examinando mis ojos hinchados.

— Soy muy sensible... a la enfermedad y el abandono, es normal que quiera llorar escuchando las historias de ese hombre.

— Por amor a Dios, entonces es eso. ¿Planeas encontrar la cura de esa cosa?

Yo asentí una vez casi enterrando mi menudo cuerpo en el asiento trasero, pero Taehyung me tomo de la cintura hasta casi dejarme sobre su regazo.

Mi cabeza en su pecho, donde su corazón aun latía como si estuviera peleando.

— No será algo rápido. Es un virus extraño y contagioso. — explique vagamente. — pueden estar tranquilos, solo infecta a las familias más prestigiosas de la ciudad.

— Nunca creí que iba a agradecer nacer en una familia pobre y humillada. — Miwoo dijo con diversión.

— Yo siempre supe que ustedes tenían ese privilegio... que un día la escasez los iba a bendecir.

— Suenas como toda una niña rica dando sus últimas palabras.

Taehyung siseo y le ordenó callarse el resto del camino.

Yo no planeaba quedarme dormida y Taehyung supo al instante que no íbamos a poder dormir. Miwoo ofreció su departamento porque el mío estaba confiscado.

Por el montón de vecinos que estaban infectados.

Agradecí su hospitalidad, habló con Taehyung un par de cosas y ella parecía contenta concluyendo que mi padre era el responsable de todo. Aunque Taehyung probablemente sabía que no era la verdad, decidió dejarle tranquila y realizada. Ella al final cambio sus planes de venganza para concentrarse ahora en sobrevivir, encontrar la verdadera razón de todos los desastres.

— Ha sido un día jodidamente largo, los voy a dejar. — nos dijo en la puerta de la habitación de huéspedes. — nada de hacer cosas sucias, las paredes son delgadas y mañana necesito madrugar.

— No hacemos cosas sucias, hacemos cosas, pero no son sucias.

— Conozco tus intenciones, Kim Taehyung.

— No es lo que crees. — me defendí ruborizándome hasta el cabello.

— Ya no me importa, traigan a Hanam una próxima vez... tengo que hablarle de algo. Buenas noches.

Cerro con un portazo y ambos nos vimos con un poco de complicidad.

Mi ropa la había quemado a un lado, monitoreaba mi temperatura cada hora y me cambie a unos pijamas que me presto Miwoo. Eran de flores.

Taehyung en cambio pasaba sus dedos con callosidad, sobre mi piel a cada rato para intentar detectar algún cambio. Mi padre me había dicho que era rápido y que los síntomas se presentaban no más de seis horas. Estuvimos ahí sentados en la cama, uno al lado del otro con piernas entrelazadas. Cada uno sumido en sus propios pensamientos.

— Te lo dije... que no ibas a infectarte. No perteneces con ellos. No eres despreciable.

— No es algo que yo decida, Tae. Es el creador quien definió la formula. — el me halo un poco del brazo para dejarme recostada y subir sobre mí.

Dejo un beso en mi barbilla antes de descansar su cabeza en el espacio, entre mi cuello y mi hombro.

— Aún si es así, no puedes arriesgarte otra vez. Se que se lo prometiste, pero no vas a volver a verlo... al menos, no como hoy. — su voz era serena y casi como ronroneándole a mi oído. — si haces la cura yo puedo llevársela o llevar alguna otra carta que quieras mandar.

— ¿Harías eso por mí?

— Haría todo por ti.

Sonreí por lo cursi que sonó, él no lo decía con galantería. Él lo decía con honestidad y un poco de agresividad.

— No es necesario, ya has hecho suficiente. El me pidió que no le diera la cura y debo obedecer. Él está esperando su muerte, ya se resignó... si no es eso, alguien más puede entrar a matarlo.

— ¿Vas... a organizar un funeral como el de tu abuela?

El odiaba los funerales, aunque solo había ido a uno le dolía en su corazón. Seguramente pensando en las cosas que no pudo hacer por sus padres, ni siquiera es capaz de preguntarle a mi abuelo en donde los enterró.

Se resentía a si mismo por no despedir a sus padres con flores, comida y velas.

— No hay razón para hacer un funeral tan grande... no es alguien muy recordado o amado. Solo seré yo y tal vez un monje que ayude a rezar.

— Yo también estaré ahí... Junghyun también.

— ¿Van a estar los dos?

— Sí, yo mismo iré al mar y lo traeré del pie. — sonrió un poco imaginando esa escena. — no vas a enterrarlo sola. ¿Quieres que sea en un lugar hermoso?

— No creo que queden muchos lugares hermosos en esta ciudad...

— Voy a buscar uno en mi próxima visita.

Yo pase mi mano por sus cabellos y él se apoyó en la caricia pidiéndome más. Lo hice con mis dos manos que parecían diminutas en la inmensidad de su espalda. La cama era más pequeña de la que usábamos en casa, pero eso nos mantenía más cerca, más cálidos, más reales.

Bese su oreja y el me abrazo con más fuerza, estaba atrapada entre sus piernas.

— Taehyung, gracias.

— Sabes que no es necesario.

— Pero quiero hacerlo, agradecerte un millón de veces... hoy, mañana, siempre. Tatuar mi agradecimiento y mi amor en tu cabeza. — sentí su risa en mi piel desnuda.

— Tienes deseos muy extraños, Isie.

— También quisiera otra cosa... pero parece casi imposible.

El apoyo sus codos en el colchón y alzó su cabeza, para dejar sus ojos sobre los míos. Tenía el entrecejo fruncido y los labios maltratados de tanto morderlos.

— ¿Qué es? Dime lo que sea, no será difícil.

— ¿Lo prometes?

— Lo prometo, su alteza. Solo tiene que decirme que es lo que quiere. — dejo un beso en mis pestañas y yo reí por las cosquillas.

— Quisiera cargar con ese peso sobre tus hombros, quisiera aliviar un poco el peso del resentimiento, el odio, el arrepentimiento, el horror. — se quedó estático sobre mí y yo pase mis manos, acariciando desde sus hombros desnudos hasta su cuello. Una y otra vez. — me dices que matando a mi padre vas a sentirte mejor... pero yo sé que no es así, yo lo he intentado. Aunque mates a todos los hombres malvados y hagas justicia por tu familia vas a seguir lamentándote. Culpándote por no ser más grande, más fuerte, más confiable...

— Iseul...

— Shh, lo sé, yo lo sé Taehyung. Lo estas intentando y lo haces muy bien... pero déjame cargar el peso contigo. Mis hombros son estrechos y un poco débiles, pero puedes apoyarte en ellos. Hoy, mañana, en tu próxima vida, al menos el tiempo que tome deshacerte de todos esos sentimientos.

— No quiero aplastarte con todo esto... no quiero lastimarte... no otra vez.

Sus lágrimas caían de sus ojos a mi rostro y yo deje que se resbalaran hasta caer en la almohada. El lloraba por mí y yo lloraba por él.

Esta vida no era fácil, no tenía piedad con los que la viven al máximo.

— Taehyung, mírame.

— Eso hago...

— Mírame de verdad. — sus ojos brillaron debajo de sus pestañas, como las pupilas de un tigre solitario. — no me voy a quebrar tan fácilmente... no si te tengo conmigo. Lo prometiste, que harías todo por mí.

— Eres astuta, Yan Iseul.

Yo me reí secando su rostro con mis dedos y sus brazos se flexionaron acercándonos aún más.

El dejo salir su risa sobre mis labios. Un beso bastante húmedo.

— Durmamos ahora, mañana tenemos que regresar a la realidad.

— Maldita realidad.

— No maldigas en la cama, Taehyung.

— Lo siento, lo siento, tu padre es uno de los hombres más suertudos del mundo. — puso los ojos en blanco, recostándose a mi lado y cuchareando conmigo. — aunque tenga una enfermedad de mierda y su esposa sea una bruja, parece que se ganó la lotería con su hija.

— Esa es una forma revolucionaria de resumir su suerte.

— Es que imagínate... morir y decir que tu hija fue Yan Iseul. San Pedro debe estar guardando un estadio entero para toda tu familia, Isie.

Yo solté una carcajada con sus ocurrencias, luego recordé lo que dijo mi papá.

— Él dice que va al infierno. — murmuré.

— Al menos lo sabe. No va a sorprenderse en el purgatorio.

— ¿En serio crees que San Pedro tenga un estadio apartado para mi familia?

Sonreí cuando el dejo salir su risita rectangular, la maldad y el afecto llenando cada palabra.

— Si no es así voy a subir y arrastrarlo por la sotana.

— ¡No! Vas a retar a todos los santos del cielo...

— Por usted haría todo, su alteza.

Le di un par de golpes en el pecho, pero él no se inmuto y tampoco dejó de reír.

En la mañana siguiente, desperté en una cama solitaria, ropa doblada a un lado de la almohada y agua aún caliente. Me apresure por arreglarme mientras en el fondo escuchaba las voces de Taehyung y Miwoo discutiendo algo. Ambos eran la personificación de una hermana menor rebelde y un hermano mayor rígido.

Él se había ganado la lotería con Hanam, su verdadera hermana menor nunca atravesó esa etapa. Al menos... le hizo a Jungkook sacar un par de canas que ya olvidaba.

Al salir me asome por la pequeña ventana de la habitación, era bastante humilde y de muebles antiguos. Por la ventana casi no pude ver nada, había niebla y nieve se había atascado en el pasador. Limpie un poco el cristal para encontrarme a un par de niños rebuscando en el callejón de la basura.

Una mujer los esperaba en una esquina, ninguno de ellos tenía ropas para el invierno, pero se habían ingeniado con cualquier ropa que encontraran en las calles. Al menos como ellos ya había tres grupos de personas en la calle lejana, alrededor de una hoguera en común. No supe cuánto tiempo estuve ahí, viendo, lamentando, quedándome sin respiración y solo expectante con los recuerdos que se arremolinaban en mi cabeza de mis vidas pasadas.

— Iseul, ¿qué sucede? — la voz de Taehyung me hizo saltar en mi lugar y volví a colocar la cortina.

— Na-nada. Solo veía afuera.

— No creo que veas algo... hay mucha neblina.

— Sí, solo insistí. ¿Ya nos vamos?

El ladeo la cabeza y se acercó a rodar la cortina, pero yo lo tome de la muñeca con fuerza. Negué, una, dos, tres veces casi implorándole que no viera.

— Tenemos que comer algo antes de irnos. — dejo salir un suspiro y me tomo del codo hasta el pasillo. — yo le dije a Miwoo que no era necesario, ella insistió.

— En nuestra próxima visita podemos traerle unos vegetales de la huerta.

— Sí, eso estaría bien.

Su voz era plana hoy, tal vez cualquier cosa que discutió con la menor lo dejó de mal humor. Tal vez no podía definirlo como eso... era como su lado más automático. El aún era gentil y cuidadoso conmigo, por la forma en que dejó los alimentos frente a mí en la mesa.

Miwoo estaba frente a mí, su uniforme ya organizado y su cabello en una coleta alta. Su delineado más definido que ayer. Ojos en llamas altas.

— No tenías que darnos desayuno hoy... sabemos lo difícil que es conseguir alimentos. De igual manera lo agradecemos y esperamos traerte algo del campo.

— Sí, es bastante difícil pero mi abuela me enseñó a tratar bien a la visita. — Enfrió un poco de su taza de café antes de tragársela.

¿Como se tomaba todo eso de un trago? ¿Acaso no le quema?

— ¿Dónde están tus abuelos? Si están abajo puedo ir a saludarlos un poco, tal vez necesiten un chequeo.

— No, gracias. Están en Ilsan con mis tíos. Todos allá tienen una gran finca.

— ¿Por qué no vas con ellos? — no había probado bocado y Taehyung me pincho un costado con una de sus manos, señalando con la cabeza el plato. — la vida en el campo aún no es tan difícil.

— ¿Quieres que huya? ¿Como ustedes? Mi vida no es meditar o hacer crecer plantitas mientras rezo que alguien venga a salvarnos... yo no creo en ningún Dios. Todos son unos imbéciles buenos para nada.

Taehyung dejo caer su mano pesada en la mesa de madera, todo encima tembló e incluso mi café a medio tomar regó un poco. El la miraba a ella con una advertencia en sus pupilas.

Cualquier conversación de antes solo había encendido un fuego bastante extenso.

— Creo que empiezo a entenderte... entender el mundo en el que estas viviendo. A mí me llevaron lejos de aquí, pero eso no significa que estemos huyendo, si tu deseo es el mismo que nosotros o se parece puedo ofrecerte a ir con-

— Miwoo se va a quedar aquí. — Taehyung me interrumpió sin siquiera disculparse. — ya dejó en claro que solo tenemos ideales diferentes.

— Es porque no me gusta trabajar con tantas personas... puedo hablarlo con Nanhee noona porque es colega. El resto de ustedes no me llaman la atención. Gracias de igual forma. — se encogió de hombros llevando sus platos a la cocina.

Yo dejé salir un suspiro comiéndome solo un pan, lo comí lentamente bajo la mirada pesada de Taehyung. Seguía viendo mi plato como si quisiera hacérmelo comer a la fuerza.

Quise bromear, pero eso solo iba a empeorarlo todo. Pensé en escribir la dirección de nuestra casa. Al menos las coordenadas.

— No lo hagas. — él tomó el trozo de papel y lo hizo pedazos.

— Taehyung, no entiendo que sucede entre ustedes dos, pero no puedes seguir con esa actitud. Miwoo te ayudo muchas veces y es tu amiga. — dije finalmente perdiendo la paciencia. — si necesita ayuda o corre peligro puede venir con nosotros, yo no tengo problema. Tal vez cambie de opinión sobre nosotros cuando ganemos la primera batalla o-

— No la quiero en tu casa, no quiero que ella sepa donde vives, donde estas a salvo... ya no confío en ella.

Nuestras voces eran un murmuro, pero sentí que lo grito en mi oído.

No pregunté más y después de una tensa despedida salimos al exterior. Ya Taehyung se había levantado más temprano a traer el auto, ni siquiera me dejo ver la calle cuando me encerró en el copiloto. Yo tomé la bolsa de comida que había dejado en el desayuno y miré por la ventana atenta.

Era inútil, todo estaba nublado.

— Tae, en el callejón de atrás hay una familia rebuscando que comer en la basura. ¿Puedes manejar hasta ahí?

— Ya hablamos de esto...

— No le hará daño a nadie un poco de comida caliente. — empecé a hacerle ojitos, mientras se colocaba el cinturón. — debemos apresurarnos mientras aún estén ahí.

— Te vas a sentir frustrada porque no tienes suficiente.

— Esta bien, es un sentimiento momentáneo, la próxima vez tendré más.

— Iseul... es eso... lo que dices es aterrador. — su mandíbula estaba flexionada y los dedos casi arrancaban el timón. — no siempre vas a tener dos vasos de agua en el desierto. No siempre vas a tener una tercera opción que salve a todos.

— Pero hoy la tengo... comida caliente y alguien que cree en mí. Taehyung, por favor, no hay nada de malo en lo que hago. ¿Tú crees?

— Su alteza-

— Yo sé que no vas a volver a traerme.

El giro a verme, sus ropas hoy eran color beige, sobre unos jeans y un beret que despejaba su frente. Parecía que nada hubiera cambiado en el desde que regresó.

La diferencia es que sus ojos y sus movimientos eran más salvajes.

— ¿Por qué dices eso?

— Porque lo vi en tus ojos, no vas a volver a traerme y vas a dejar que me encierre en el campo. Empiezo a entender por qué Miwoo no puede dejar este infierno y por qué tú me llevaste a esa casa en la primera oportunidad. — el ruido del motor era lo único que se escuchaba en el silencio. — tal vez escuchaste a mi maestro decir que soy demasiado blanda y compasiva, que eso iba a convertirse en mi ruina. Pero la apatía y el egoismo no me hará mucho mejor... así que, por favor, llévame con ellos. Aunque sea la última vez.

— Yo me voy a bajar, esa enfermedad no es lo único extraño sucediendo en esta ciudad.

Yo asentí sonriendo un poco.

Así manejo hasta el callejón donde se preparaban para ir. Taehyung tomo la comida que había dejado en el desayuno y se bajó a saludar a los niños con afecto en sus guantes, se agachó a compartir con ellos la comida mientras la mujer miraba el auto.

Lo miraba detenidamente, casi como si pudiera verme detrás del cristal. Yo permanecía con mi cabeza en el vidrio viéndolos comer tímidos, agradeciendo con palabras rotas.

"¿Va a regresar mañana?" Escuche que la mujer le preguntó.

Entonces entendí lo que se refería Taehyung, el pronuncio un "No" un poco tosco. No era grosero, pero ambos sabíamos que la intención de la mujer era abandonarlos al primer rico que los ayudara.

"¿Va a dejar que unos niños se mueran de hambre? Usted teniendo dinero para tener un auto, ropa cálida y comida caliente. ¿Va a abandonarlos ahora?"

"Quien planea abandonarlos es usted, señora"

La mujer pareció ver mi movimiento en el auto y camino hasta tocar el vidrio con sus nudillos.

— Usted es mujer, tal vez es joven para ser mamá... ¿pero puede llevarse a mis hijos? Llévelos a ellos y yo misma voy a enterrarme en la nieve. — empezó a gritar como una demente mientras los niños le tomaban de las piernas implorando que no los regalara. — ¡Este es el problema de los más ricos!¡Solo muestran piedad una vez y nos abandonan! ¡No es suficiente! Si quieren hacer algo por el bien de todos deberían matarnos juntos y quedarse con toda esta miseria.

— Le voy a pedir que se aleje de mi auto o voy a tener que arrastrarla por la calle.

Fue una mala idea dejar que Taehyung lidiara con esto. Él estaba en su lado más irritable y por más que intento apartarla de mi puerta a las buenas ellas no dejo de golpear el vidrio de mi ventana.

Entonces la tomo con un poco más de violencia dejándola en la pared contraria. Le dijo un par de cosas que no reconocí pero que la dejaron estupefacta en la nieve.

Yo intenté abrir mi puerta, pero él había colocado seguro. Yo seguía viendo mi ventana mientras Taehyung entraba y manejaba a toda velocidad por la avenida. No quise volver a ver por la ventana nunca más, mis ojos estaban clavados en la carretera y en la niebla.

Nadie habló hasta que salimos de la ciudad.

— Lo lamento, tenías razón. — encontré mi voz y el solo aceleró. — lo lamento mucho, Taehyung. Todo lo que dijiste se hizo realidad.

— ¿Estas bien?

El me ignoró olímpicamente.

— No, pero es momentáneo.

— Se que no todos son como ella, sé que estás pensando que hay otros que si aprecian la ayuda... pero no leemos mentes, Isie. No quiero hacerte sentir culpable o como si tus esfuerzos fueran inútiles. — su voz era fuerte y como una rosa con espinas. — eres bastante útil y tus intenciones son hermosas, perfectas, divinas. Simplemente deja que yo lidie con esto si sabes que no vas a soportar ver lo mismo pasar una y otra vez. No es huir, es cuidar de ti misma. Aprende a proteger tus sentimientos y evitar situaciones tan traumantes.

— Lo haré... estarás a cargo de mis propiedades y de la comida. Lamento ser tan terca.

— Al menos tomaste conciencia.

Puso los ojos en blanco lleno de burla y yo sonreí poniendo mi mano encima de la suya en el comando de cambios.

— Ahora cuéntame que sucedió con Miwoo. — intenté inyectar chantaje en cada palabra. — no creo que sea solo porque me odia, tú lo dijiste... que ella odia a todos.

— Es sospechosa. Las cosas que dice y hace ya no me inspiran confianza por eso no quiero que le ofrezcas otra vez irse con nosotros.

— Pero ella aceptó ayudarnos en la guerra.

— Una cosa es ayudar en la guerra... otra cosa que sepa donde vivimos. ¿No te parece un poco extraño? Anoche fue tan fácil entrar y salir, incluso ella nunca me dijo que sería tan sencillo. Pudimos haber hecho esto antes, pero ella esperó ahora. — ladeo la cabeza llena de sospecha.

Yo creía que estaba actuando un poco paranoico y sugestivo, pero no quise interrumpir el curso de sus pensamientos.

— Sugieres que ella tiene más alianzas con esa persona que creó la enfermedad. Que actúa como espía para ambos bandos...

— Aún no tengo pruebas, pero no planeo tenerlas ahora. Me alejaré de ella y estudiaré el caso desde lejos.

— Al menos deberías decirle... no para advertirla de que sabemos algo, sino para que no piense que es por mi o por algo de su personalidad. Yo conozco a las personas como ella, se esfuerzan para que los demás no vean sus sentimientos y siempre terminan en un mal entendido. — veía un poco de Dojin en ella, mucho, a decir verdad. — si es verdad que tiene una alianza con ellos, debemos intentar que regrese a este bando. Atacarla a la primera es perjudicial. Tal vez pueda convencerla que de este lado estará mejor.

— ¿Crees que también te esté espiando?

— ¿Qué?

— Era muy torpe para darme cuenta... pero ella siempre pareció dispuesta a perseguirte, interrogarte y si pudiera encerrarte en un lugar a sacarte toda la verdad. Ahora tiene más sentido su obsesión contigo y no me gusta. No me gusta que ella vuelva a verte así que olvida esa idea.

Es porque tiene sentimientos por ti, tonto. Una vez más por alzar muros tan altos e indestructibles, volvía a ser víctima de un mal entendido. Si Miwoo tenía una alianza o no con ese monstruo no me importaba.

Era una buena mujer, un poco altanera e impulsiva, pero sería incapaz de hacerle daño a Taehyung. Eso ya la hacía una aliada.

— Si quieres mi consejo... no deberías soltar su mano y arrepentirte otra vez, no lo soportarías. — el me vio con sorpresa en sus pupilas y yo no dije nada más.

Él sabía a qué me hacía referencia y estaría alerta de que algo así sucediera de nuevo.

En casa las cosas siguieron su curso, Jimin me vio nervioso cuando bajé mis cosas del auto, pero le aseguré que no iba a acercarme a Dojin al menos por tres días. Esos tres días me encerré en el anexo de mi habitación, entre tubos de ensayo y encimas creadas pude descifrar lo que habían creado.

A mi sorpresa era bastante sencillo y con un simple cambio de ADN pude revertir los efectos de la enfermedad. Hice varias muestras, creando el virus en el laboratorio para cambiar sus efectos.

Estuve ahí tres días sin ver mucha luz solar, solo las voces de los demás al entrenar.

— Su alteza, ya es de día. — Taehyung dejó mi almuerzo a un lado del escritorio. — sé que me pediste discreción y privacidad tres días pero empiezo a extrañarte en tu propia casa.

— Lo siento por hacerte esperar, ya está listo.

— ¿Tan rápido?

— Tengo una motivación muy grande... yo también te extraño. — él se sentó en el escritorio y yo apoye mi cabeza en sus muslos.

El peinó mi cabello mientras yo masticaba el trozo de carne, un animal recién cazado por esos mismos dedos que acariciaban mi cráneo con cuidado.

El empezó a leer mis reportes, aunque no entendía nada.

— Estoy muy orgulloso de ti, creo que voy a explotar de orgullo. Voy a hacer una muralla con tu rostro en él.

— Yah, no exageres, aún no sabemos si funciona en humanos infectados. Debemos hacer las pruebas.

— Puedes hacerlo conmigo, no hay problema. — yo alcé mi cabeza y el me ofreció su brazo musculoso por debajo de su hoodie — yo creo en que va a funcionar... así que no tengo miedo.

— Yo si tengo miedo así que probarlo en ti no es una opción.

— Probarlo en ti es un no rotundo.

— Creí que confías en su efectividad. — alce una ceja cruzándome de brazos.

Sus piernas se tambalearon en medio de los papeles y tubos de ensayo.

— Es diferente, los síntomas son cosas que pueden doler demasiado. No dejaría que eso te pase.

— No es necesario tener esta discusión... ya pensé en alguien.

Esa tarde baje a pasear por el jardín mientras se ponía el sol, los demás bromearon sobre si mi cita con Taehyung me había dejado incapacitada.

— Son unos sucios de mierda, lady Yan es una señorita. — Hoseok me defendía mientras se apoyaba en su espada. — seguramente estaba descubriendo los orígenes del universo. Algo importante.

— Yan, espero que nos digas siquiera algo de lo que estas planeando. Te gustan mucho los secretos.

— ¿Que es una mujer sin secretos? En la cena les explicaré todo, no sean impacientes. Pídanle a Taehyung algo de paciencia. — Taehyung sonrió al verme alardear de su virtud.

Seokjin paso un brazo por su cuello en un intento afectivo de ahorcarlo.

— Deberíamos tomar como ejemplo a Yoongi-ssi. Es el pilar de la consideración y la paciencia.

— ¿Puedes cerrar la maldita boca un segundo? — Yoongi siseo como una serpiente. Sorprendentemente no estaba en su forma de dragón. — mi vida privada no es objeto de burla para todos ustedes.

— Yoongi hyung tiene razón.

Todos miraron a Namjoon y dejaron salir una carcajada.

Sin duda su entrenamiento no solo fortalecía sus habilidades para la pelea, pero para soportar los comentarios subidos de tono y ofensivos. Su entrenamiento era tan diferente al nuestro dónde hablábamos de hiervas para cada dolor, ropa de invierno y si es conveniente pegar en las partes íntimas en una batalla.

Vi con emoción como mis amigas vinieron de su entrenamiento, como siempre, Dojin lideraba el grupo al lado de Gyeol que usaba un delineado. Todas hablaban de algo diferente y al verme casi corrieron para darme un abrazo.

— ¿Estas bien? ¿Aun sientes fiebre? — Nanhee tomó mi temperatura con su mano en mi frente.

— Solo fue un resfriado... ya pasó.

— No deberías haber esperado por nosotras afuera, es muy pronto para que salgas. — Baerin me reclamó tomando mi mano hasta abrir la ventana corrediza a la cocina. — tenemos tanto que contarte. Raeki propuso una pijamada.

— ¿Pijamada?

Miré a Raeki asentir tímida y yo sonreí emocionada. A Taehyung no le agradó la idea, pero se tragó sus palabras después que Hanam no dejara de hablar por minutos de las cosas que podíamos hacer.

La cena estuvo pronto y todos nos sentamos a comer. Había un alboroto y una emoción en todos, pensé en no decir nada para no preocuparlos.

— Tae, ¿y si simplemente lo dejamos pasar?

— Te vas a arrepentir.

— Pero es que hay tan buen ambiente... siempre soy yo la portadora de malas noticias. — susurre en su oído y el negó un par de veces. — está bien, está bien, tienes razón. Debo enfrentarlo.

— Tranquila, no lo harás sola.

Dejo un beso por encima de mi cabello y yo me apoye sobre mis rodillas para llamar la atención.

— Hagan silencio, Iseul tiene algo que decir. — la voz profunda de Taehyung llamo la atención y le dio un zape a Jungkook que no se quedaba quieto. — adelante, mi vida.

— Eh... lo que quería decir es bastante puntual, tal vez sorprendente para algunos. Ah, ¿por dónde comienzo?

— Por el comienzo, lady Yan.

Mire a Yoongi con una mueca de desaprobación.

— Taehyung y yo no fuimos a una cita... en realidad fuimos a otro lugar.

— Esto se vuelve más interesante y erótico. — Dojin murmuro y yo estuve a punto de enterrar mi cabeza en el suelo. — eso ya lo sabíamos, Isie, sigue hablando.

— En efecto fuimos a ver al presidente, está infectado y pudimos infiltrarnos en la casa azul fácilmente. El me conto sus síntomas y lo que había sucedido desde el inicio, fue el primer enfermo y confirmó que solo se contagian las personas de familias prestigiosas. — mire a Dojin que mantuvo la mirada sin una pizca de temor. — también las personas que por alguna razón terminaron involucradas con ese prestigio. No sospecha de nadie en particular... pero si aún sigue en el poder es porque esa persona no le interesa la presidencia.

— Tiene algo de razón el sorete, ¿no tuviste miedo de infectarte? ¿Acaso te infectaste y por eso te encerraste todo ese tiempo?

Jungkook no dudó en preguntar un segundo que había sucedido después.

— No me infecté, con Taehyung revisamos que ninguno de los síntomas se presentó. El creador debe tener una fórmula más exacta de las personas en riesgo.

— Es bastante extraño... no es usual que un virus tan contagioso se comporte de esa manera. — Namjoon me miraba confundido.

— Es verdad... por eso decidí traer una muestra y estudiarlo con precisión. Solo necesite un par de horas para ver que era uno bastante sencillo, un virus tradicional y bastante fácil de curar. Parece que su creador no centro su atención en eso, solo quería molestar con los ricos por un rato.

— ¿Molestar? Esas personas están encerradas y unas se han suicidado por eso. Unas incluso se arrancaron la piel. — Jimin era el que había seguido el rastro de eso, tenía comunicación con unos autómatas de casas ricas y ellos le habían informado de todo. — entiendo que la mayoría son despreciables, pero familias como los Hwang y su familia, señorita Yan, no creo que deban pasar por algo así.

— Creo que eres el único que piensa bien de mi familia, gracias Jimin.

Sonreí inclinando mi cabeza.

— Entonces... ¿ya tienes la cura? ¿Necesitas ayuda en algo más?

— En realidad solo necesito probarla en un humano infectado. Las probabilidades de que funcione son altas, pero no pretendo distribuirlas sin estar segura. — mire a Baerin que se removió incomoda.

Como un autómata cuidadora, tenía instintos bastante marcados y difíciles de controlar. Ella sabía que era ser rata de laboratorio y un banco de órganos y sangre.

Le asegure con la mirada que no tenía que hacer nada de eso. No era humana.

— Puedo decirle a Kai que lo intente con ese humano, nadie lo quiere al final del día. Si se muere es un favor a la sociedad. — Dojin ofreció la ayuda.

— Eso estaba pensando... Kai puede venir mañana y le explico todo.

— ¿Ese hombre es de confiar? — Taehyung se incluyó en la conversación. — puedo llevarlo a su casa si no es mucho problema.

— Si me preguntas es un hijo de puta.

Yoongi estaba respirando humo en ese momento y Baerin a su lado solo dejo un par de palmadas en su espalda.

— Es de confiar, es mi mano izquierda aquí con todo esto de los autómatas. Quedó a cargo un tiempo y sabe demasiado, es un clon útil. — Jimin le aseguró y Taehyung cedió solo un poco.

— Ahora que mencionas el clon... hay otra noticia que me dijo el presidente. Su esposa y sus hijas no están infectadas, están en confinamiento en un lugar que ni él sabe así que son sospechosas, pero yo las conozco. No son capaces de terminar un problema de física básica. — dije lo último con un poco de burla y superioridad. — entonces hay alguien más detrás de todo esto. Hace un par de días antes de mi visita fue el ministro multiversal a verlo, charlaron en su habitación y se le veía muy sano.

— Pero ese día estaba moribundo y vi en todas las dimensiones que no usaba un disfraz.

Namjoon se cruzó de brazos atónito con la noticia.

— Lo que me lleva a pensar que tal vez hay un clon. Nunca supe si se creó un clon para él, durante la revolución de autómatas nunca supe si se rebeló contra él. Sin embargo, es la única explicación para que hayan dos hombres iguales y en situaciones diferentes.

— ¿El que Dojin, Jimin y Namjoon vieron es un clon? — Raeki pregunto confundida.

Debía estar confundida, debajo del agua no sabían de la existencia de clones.

— No, los clones no pueden enfermarse. La persona que vieron si es el ministro... su forma humana y enferma. El que fue a visitar al presidente es un clon.

— ¿Con que intención?

— Con la intención de buscar una firma o una aprobación de algo horrible. Esa persona que encontré en el laboratorio, la que mató a todos sus experimentos... ese no es el ministro. Ese fue su clon.

— No es tu culpa que no te hayas dado cuenta.

— Debía saberlo, sé muy bien como reconocer un clon. La línea de sus manos no es definida, partes de su cabello son irregulares y en sus ojos hay un punto en blanco. — repetí las imperfecciones que mi tío nunca pudo arreglar. — entonces no puedo saber desde que momento él ha estado siendo suplantado. No será mucho tiempo, su clon se parece mucho a él y tienen el mismo sadismo.

— Con la diferencia de que al real le gusta alardear de lo que hizo y el clon prefiere mantener discreción. — Seokjin concluyó sintiendo escalofríos.

— Isie... no quiero sonar entrometida, pero aún me crea mucha curiosidad por qué no te infectaste. Se que el creador tiene una formula especifica, pero conozco a tu madre, sé que ganó mucha fortuna en su juventud.

Hanam me veía en sus ojos como semillas llenas de intriga.

— Tal vez es una respuesta muy fácil, es porque soy una hija ilegitima de mi padre.

— Iseul. — Taehyung me tomo de la mano debajo de la mesa. — creo que has dicho suficiente.

— No, no quiero callarme. Se preguntarán por qué tardé tanto tiempo en esa visita... es porque el presidente es mi padre. Es esta la razón por la que no quise decirles donde iba, algunos de ustedes lo odian y hablan mal de él, a mí no me molesta. Pueden seguir haciéndolo. — Hoseok que comía el muslo de un pollo lo dejo caer en su plato con un ruido sordo. — la cura es algo que el me pidió hacer para los demás y la razón por la que conozco tanto sobre este mundo paranormal es porque desde muy pequeña visite los laboratorios. Incluso Seokjin es testigo de la primera vez que lo conocí en el Área 51.

— ¿E-el presidente de Corea es tu padre? Que maldito plot twist tiene esta dimensión.

Taehyung no estaba contento con mi confesión a mi lado, el aun quería mantenerlo en secreto y aun no quería que me expusiera de esta forma.

Pero ya lo había dejado salir con mi padre. Ellos merecían saber esto de mí.

— En un pasado les pediría discreción con mi verdadera identidad, pero ahora ya no importa quien lo sabe.

— Es muy valiente de tu parte decirnos esto, prácticamente te has sentido atacada todo este rato que entrenamos contra todo lo que tu conoces. — Gyeol dijo por primera vez algo en la noche. — incluso si es tu padre eres capaz de decirnos sus debilidades y secretos. Eso lo admiro de ti, Iseul.

— No es difícil. He sanado con él lo que debía y solo quería liberarme de esto con ustedes.

— Ahora más cosas tienen sentido, gracias a los dioses no te has contagiado. Recemos entonces para su pronta sanación. — Baerin murmuro con una sonrisa.

No quise decirles que él no quería sanarse.

En la pijamada llena de confesiones, chismes y secretos no pude dejar salir el nudo que permanecía en mi garganta. Decir que mi tío era el ministro iba a empeorar las cosas, aun no sabíamos que intenciones tenía el clon o si mi tío ya había muerto.

No quería confesarlo, al menos no hasta que pudiera preguntarle un par de cosas a Junmyeon.

El hijo ilegitimo de mi padre y el que lo odiaría tanto para crear un virus.

Continue Reading

You'll Also Like

639K 59.6K 46
"ADAPTACIÓN" Me ví obligado a casarme con el hombre más frío, cruel, orgulloso, prepotente y multimillonario de todo el país solo por un contrato que...
868K 128K 101
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...
205K 11.4K 101
Segunda parte de One Shots - Selección Mexicana La primera parte se encuentra en mi perfil más de 100 One Shots Pequeñas historia de tus futbolistas...
398K 26.1K 97
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.