El viaje de tren fue largo, silencioso y por supuesto angustioso. Lucy notaba como su pequeña empezaba a temblar de frío. La fiebre le aumentaba y su respiración se ralentizaba. Tres de los evidentes síntomas de aquella enfermedad. ¿Que madre no se preocuparía al ver a su hija así? Lucy no seria una excepción. En cuanto el tren paró, una luz iluminó todo el vagón, haciendo aparecer a Loke, sin ningún tipo de hechizo o convocacion, algo que sin duda asusto a Erza y Gray.
-Loke, llevamos a casa, rápido. -Las ordenes de la rubia fueron directas. Y el espíritu del león cumplió. Al de pocos segundos todos los integrantes de aquel pequeño vagón estaban en el pueblo donde días atrás los Dragneel llevaban una vida tranquila.-
-Gracias tío. -Natsu le dio una FUERTE palmadita en la espalda. Tal vez aun siguiese enfadado por haber dejado escapar a su hija. Tras aquello y como si hubiese sido vencido, Loke desapareció.-
-E-Ese era... -Erza y Gray no reparaban en lo que habían visto. Cuando aquel espíritu apareció, una fuerte cantidad de magia rodeo a Lucy. Aquella joven e inocente Lucy que siempre le costaba salir vencedora de un combate-
-T-Tio Loke... -murmuró Luna con una pequeña sonrisa. La mejor que podía dar en un momento asi-
-Chicos, nos vemos en un cuarto de hora. -dicho esto, los dragneel echaron a correr a una velocidad realmente extraordinaria-
-Son... Realmente poderosos... -Erza quedo atónita ante tal velocidad. Sin duda su emoción subia a cada momento que los veía así de poderosos, aunque la preocupación por aquella pequeña pelirosa no cesaba-
-Tal vez debamos....-El fullbuster tampoco sabía que decir, estaban totalmente perdidos en aquel pequeño pueblito de algún lugar remoto de Magnolia- se.. ¿Seguirles? -Y dicho esto, ambos magos empezaron a andar por el camino que momentos antes habían escogido sus compañeros-