𝕮𝖗𝖚𝖘𝖍 εїз KTH⁴

By blossxm_s

1.1K 129 2

❝Por mas que intente despertar, mis sentimientos no cambiaran. (No puedo controlar mi corazón) El solo sigue... More

Prologo: latidos
La niña que convencio a una bestia
El rostro de la verdad
Antidoto de ti
Domesticar
Una Nueva Rutina
Reminiscencia de una deidad y una montaña
Leyes de piedra y ceniza: mi primer viaje.
El otro lado de mi soledad
Su Suelo Es Mi Tumba
Los Tintes Del Trauma
Te Recuerdo Sonriendo En Tu Siesta
El Album Del Pasado
Viajar A Mi
El Fantasma De La Opera
Coronas y Espinas
Porque El Me Ama
Los Colores De Su Alma
Abuela, Madre e Hija
La Ultima Gran Dinastía
Bicho de Amor
Ojo por Ojo
El Camino a Busan
La Nueva Reina
Culpa Y Lastima
Promesa
Lady Kim Hanam
Llamado de emergencia
Realización
Tres de Copas
Bendicion o Maldicion
El Otro Lado
Imparable
Barrera
Estallido Emocional
Mal Entendido
Listos o No
Un Lugar Hermoso
Superheroe
Revelación
Tigre Adiestrado
Mascaras
Efecto Sorpresa
Parecer
Latidos: manzana
Latidos: niño interior
Felices Juntos
Save Me

Segundas Opiniones

17 2 0
By blossxm_s

Mi pincel se deslizaba sobre el lienzo suavemente, llenando de color en formas de flores unas mas pequeñas que otras. Me concentré tanto con mantener el equilibrio de colores que salté en mi asiento cuando alguien tocó la puerta del pequeño salón de clase.

Miwoo entro con cara de pocos amigos y el rímel corrido.

— ¿Por qué te fuiste sin dejar siquiera una carta? Creí que eras del tipo romántico. — se quejó con voz profunda mientras caminaba a mi lado en su traje desajustado.

— No creer necesario.

— Claro, solo piensas en pintar... ojalá todas las victimas pudieran escapar así de la realidad.

Yo deje el pincel a un lado temiendo arruinar la obra, todas las malas vibras de Miwoo eran justificadas.

No había podido dormir en toda la noche después de ese testimonio.

— Miwoo si lo que dice ese hombre es verdad no vale la pena siquiera pensar en mis padres. Tu jurarme ayudarme a encontrar el culpable... mis padres son culpables. — mis palabras salían rápido porque era algo que había pensado de camino a la academia de pintura. — no poder siquiera ver a Iseul a los ojos. Mis padres no eran inocentes.

— Estoy conteniéndome de darte una bofetada. ¿Podrías dejar de decir tantas estupideces? Mira, si tus padres hicieron experimentos horribles con humanos o siquiera los planearon... eso no importa. Ese era su trabajo y tu escuchaste a ese hombre, ellos nunca supieron a quien se le practicarían esas atrocidades. ¡¿Los vas a juzgar por algo que ni siquiera entiendes?! Si su hijo lo hace entonces le estas dando razón a sus asesinos. — Miwoo me gritaba a este punto, sus ojeras solo reflejaban las mías que habían salido de tanto pensar.

Yo me quité el mandril y pasé mi mano sucia de pintura seca por mi cabello intentando calmarme.

— Miwoo...

— Ellos no son como ese hombre insinuó... ellos son tus padres, Tae. La verdad tiene varias formas de interpretarse.

— ¿Tus padres fueron iguales?

— Si lo supiera no estaría aquí, tonto.

Ella aparto la mirada hasta la ventana de un lado. Se sentó encima de una mesa sin hablar por unos minutos.

Yo recapitulé todo lo que ese hombre nos había dicho anoche, la mitad de cosas no las entendí y no las escuché por pensar en cómo Iseul habría llegado a casa. Lo que había pasado era traumático.

Mas traumático el testigo, un hombre cincuentón en una cárcel de mala muerte y con los ojos en unas gafas. Nos contó como algunos agentes del gobierno le extirparon los ojos aun estando consciente y amaneció en una celda con un crimen que él no había cometido.

Todo esto nos lo dijo sabiendo el peligro de abrir su boca.

" Conocí a Kim y su esposa cuando solo eran dos jóvenes universitarios, ambos venían de una zona rural en Daegu y en esa época solo los unía el amor a la ciencia, ni siquiera se veían al otro con amor. Un reclutador de talento del gobierno fue a nuestra universidad y primero reclutó a Kim... luego su amiga hizo sus prácticas de enfermera en un hospital militar"

Escucharlo hablar de mis padres tan claramente me hacía pensar, que incluso si era ciego, se aferraba a todos sus recuerdos para siquiera ver algo.

"Nunca nos especificaron que haríamos en esa base militar, tu padre era ingeniero electrónico y pensó que lo máximo que podría ser sería un cordón de seguridad. Yo recién me graduaba de ingeniería quimica, ambos trabajamos juntos en un par de proyectos menores. Luego vino este hombre... prefiero llamarlo hombre porque no es una persona. " en ese momento yo sentí el frio hierro de mi asiento atravesar mis ropas. "Le empezó a dejar más trabajo a tu padre, cosas que parecían imposibles... una cabina de ondas eléctricas, una cúpula que extrajera el oxígeno, chips inteligentes para manejar animales e incluso una camilla que revolucionaría las de la inquisición"

Yo no sabía que era la inquisición, pero Miwoo me resumió con unas cuantas palabras esa barbarie.

"¿Todos ustedes tenían permitido hablar esto con alguien más?" Le preguntó Miwoo.

"No, lo hablábamos entre nosotros en los baños. Luego supimos que ahí también había micrófonos. Cuando empezaron a traer a las primeras personas para las pruebas... todos eran voluntarios. Tu padre me dijo que planeaba terminarlo para irse lejos de ahí con tu madre quien aún trabajaba en ese hospital, pero solo decirle eso al innombrable, hizo que trasladaran a tu mama a ese mismo laboratorio".

"¿Que hacia ella ahí?" Me atreví a preguntar.

"Cuidaba a los voluntarios después de las pruebas, estudiaba sus signos vitales y hacia informes de su salud. Para ese entonces fue más notorio que tu papá no sentía cariño... así que formalizaron su relación justo antes de que abrieran un laboratorio más grande" fue en ese momento que su relato se volvió más terrorífico. "Ese laboratorio era un infierno en la tierra, había niños, hombres, ancianos... incluso mujeres raptadas del norte. Ahí descubrimos que no eran voluntarios. Yo seguía en labores de mantenimiento, pero tu padre siempre me contaba con código morsa el horror que vivía todos los días. Tu madre sabia disimular menos, lloraba en los pasillos y varias veces tuvo castigos"

"Cuando descubrió su embarazo también se llenaron de responsabilidad, podían huir a otro país, ¿con que dinero? La paga en el laboratorio era buena porque era como vender tu propia alma al diablo, pero no suficiente con un niño en camino. No sé si ellos hacían bien o mal, las victimas de esos estudios atroces siempre tenían opiniones divididas... unos que decían que tu padre era el más frívolo y sanguinario. Otra mujer me dijo que tu madre se inventó una enfermedad en su informe para que le consideraran no apta para ningún estudio. En esa época todos lo reconocían como sunbaes... por ser los primeros empleados que aún sobrevivían"

"Entonces... usted nos dice que era difícil irse de ahí, ¿cómo el señor Kim decide irse?"

"Él no lo decide, cuando aún se estaba experimentando con las mujeres embarazadas del norte... el innombrable trae a otro hombre. Era su hermano que tenía unos asuntos amorosos con otra mujer de la costa. Esta le habló de una isla donde los barcos se perdían y que se rumoreaba habría más cosas interesantes." El hombre tragó en seco y hubo vacilación antes de dejarlo salir. "No puedo contarles mucho... porque jure nunca volver a nombrar a esa maldita isla por el bien de este planeta. Pero lo que vimos ahí, tu padre y yo en ese entonces, es algo irreal. Seres que podrían eliminarnos si quisieran... todo lo que el gobierno nos oculta, lo que destruye".

Supuse que hacía referencia a Quelpart y sus mundos, dragones, alienígenas e incluso humanos que viven en el agua.

Así que mi padre ya había ido antes de llevarnos.

" ¿Papá dijo algo sobre regresar algún día con familia?" Pregunté intrigado.

"No lo dijo en ese momento, calló por muchos meses despues de regresar e incluso ni a tu madre le conto algo. Había tenido un encuentro con el mas allá o alguna mierda parecida. Los del gobierno se interesaron más por ese trozo de tierra... luego empecé a ver esos mismos seres llenar las jaulas y sus imponentes presencias eran la diversión de muchos. No puedo pensar bien sobre tus padres, Kim. Yo mismo escuche a la mayoría de científicos reírse y divertirse del dolor de lo desconocido. Por eso no puedo darte una buena imagen de tus padres... por más que quiera solo tengo en la mente y en los oídos esa deshumanización"

El hombre hizo todo lo posible por recordar nombres o rostros, pero Miwoo confirmo horas después que ninguno seguía vivo.

El hombre perdió contacto con mi padre días después de mi nacimiento, él tuvo traslado a una base cerca de Daegu y tuvo su propia familia. Cuando se enteró del escape de mis padres indagó por un tiempo con los pesqueros de Busan, pero ninguno le dio una pista... indagó tanto por tantos años que tuvieron que extirparle los ojos y encerrarlo.

De esa forma nunca vería el futuro de sus colegas.

— Si el sigue vivo... es porque hay algo de el que ellos aún quieren. — Miwoo concluyó aún sentada en esa mesa.

— Miwoo, ¿crees el decir la verdad?

— No lo creo, lo sé. Alguien que le arrancaron los ojos y vive en una cárcel no tiene nada que perder... no tiene otra verdad que la que sigue viendo una y otra vez en la oscuridad.

Yo guarde el cuadro a medio pintar a un lado mientras recogía mis materiales.

Tendría que regresar pronto a casa.

— Entonces mi padre tuvo que planearlo... ir a esa isla, es un milagro que lo dejasen entrar. — aún tenía preguntas, pero al menos ahora podían tener una respuesta. — puede haber dos razones de ese viaje, huir u otra misión ahí.

— ¿Misión?

— Mi padre había ido antes por trabajo. Esta vez poder ser igual.

— No creo que haya arriesgado a su hijo y a su mujer embarazada en un viaje de trabajo.

— Tal vez no confiaba dejándolos atrás. — razoné yo, si estuviera en su lugar, ¿qué haría?

No lo sabía, porque mi padre ahora es un desconocido. Antes creía saber que haría el hombre que me cargaba en sus hombros por el bosque.

Ahora era difícil incluso recordar su rostro.

— Tae, cuando mi familia fue a ese viaje... yo creí que eran vacaciones. Luego mi tío me contó que su trabajo lo llevo a buscar una mejor forma de vivir, ya había escuchado de tus padres cuando eso pasó así que pensó en lo mismo. Vendrían por mí en cuanto pudieran pisar tierra firme.

— ¿Que tenías en ese entonces?

— Una maldita asma que nunca he podido curar. — lo dijo con enojo contenido.

Yo sonreí a medias dándole unas palmadas en su espalda.

— Tú tenías que quedarte atrás... para nunca olvidarlos. Para siempre buscarlos y honrarlos.

— Es difícil. No dejarte llevar por la desesperación o el odio. Esas personas están disfrutando de sus riquezas y sus familias, su libertad ¿qué tenemos nosotros?

— Nos tenemos al otro y tenemos paz interior. — recordé a Iseul hablar sobre la tan anhelada paz interior. — animo, no voy a detenerme incluso si mis padres son unos desconocidos.

Ella me dio un manotón diciendo que dejara de decir soserías.

Sali esa mañana aún con los primeros rayos del sol sobre el vidrio del auto. Aún perfeccionaba mi manejo, la confianza que tenia se iba al carajo cuando Iseul me pedía que la llevara. Tenía que negarme porque aún dudaba de mantenerme concentrado con ella en el copiloto.

Tal vez aún no descifraba mis padres... los pocos recuerdos que tenía son borrosos y están teñidos de una inocencia bastante utópica.

Al menos yo tenía a Iseul.

Por alguna razón todo se volvía mejor cuando me daba cuenta de esa realidad, al bajarme del auto y subir el ascensor mi ánimo mejoró un montón. Como cuando sale el arcoíris después de una lluvia torrencial o la primavera después del inclemente invierno.

Entre sin tocar la puerta dejando mis zapatos a un lado.

La música estaba tan alta que Iseul no se dio cuenta que había regresado, estaba frente al mesón de la cocina cuidando que sus dumplings no se quemaran, un cepillo de dientes en su boca y sus manos en su espalda intentando cerrar su sostén. Sus manos eran tan pequeñas que nunca alcanzaba.

Camine sigilosamente mientras ella dejaba el cepillo a un lado. No tenía pasta dental.

Acerqué mis manos a las suyas haciendo que saltara del susto y yo reí colocando el cierre en el lugar que ella acostumbraba. La prenda a encajes color blanca resaltaba aún más su palidez, su cabello negro largo y la piel de mi mano morena.

Dejé mis manos en sus caderas aún en shorts de pijama y encajé mi barbilla en su hombro desnudo.

— ¿Necesitas otras manos?

— Gra-gracias... — tomó los palillos y agachando la mirada volteó los dumplings. — estoy retrasada. Dormí demasiado.

— Que alivio.

— ¿Qué?

— Que alivio que dormiste demasiado. Termina de cambiarte mientras sirvo el desayuno. — ella se hizo más pequeña cuando deje unas palmadas en su cadera.

Sin siquiera dirigirme la mirada corrió como una niña a su habitación. Yo sonreí más grande, intentando guardar en mis recuerdos su rostro sonrojado y pecho rojo de la vergüenza.

Ella a veces olvidaba que ya no vivía sola y yo no me quejaba.

— Buenos días. — volvió a saludarme cuando nos sentamos en el suelo a comer.

— Buenos días, su alteza.

— ¿Como te fue en la reunión ayer?

La pregunta que tanto evitaba.

— El hombre nos contó mucho, conocía a mis padres en la universidad y trabajaron juntos por muchos años. — terminé resumiéndole todo. — es difícil conocer a mis padres con sus palabras tan aterradoras...

— Entonces necesitas otros ojos, no puedes construir la verdad con un solo testigo.

— ¿Por qué?

— Taehyung, estoy segura que tus padres no eran malas personas... por encima de las circunstancias tuvieron que haber otras razones. — dejo su comida a medio comer y me culpe un poco por llenarla de tantas malas noticias tan temprano. — ellos tuvieron que amarlos mucho, por ti y por Hanam se montaron en un viaje peligroso. Hasta el último momento los protegieron.

— Tal vez su mayor enemigo era la culpa...

Tome de mi jugo de naranja de un solo trago.

— Incluso si es así, ¿justificas su muerte con su culpa?

— No, Isie fue horrible. — yo volví a dejarle más carne a su plato como era de costumbre. — pero ahora no puedo confiar solo en los pocos recuerdos que tengo de ellos. Pueden traicionar.

— Son los únicos recuerdos de tus padres... en vez de dudar, debes aferrarte a ellos.

— ¿No estás de acuerdo?

Parecía que todo este tiempo haláramos de un lado diferente de una cuerda tensa. La entendía, su naturaleza de siempre ver lo bueno en los demás, pero yo había crecido de otra forma.

Yo había aprendido desde pequeño a desconfiar de mi sombra. Ahora adulto solo lo confirmaba como la mejor forma de sobrevivir.

— Hablemos de eso en otro momento.

— ¿Qué?

— Nuestra segunda cita, mejor hablemos de eso.

Volvió a sonreírme como si nada sucediera.

Terminamos de comer y me cambie rápidamente para acompañarla hasta el estacionamiento. Últimamente ella tenía muchas restricciones en su casa, que no hablara muy alto o que no le contara todas mis cosas a los demás por teléfono, que nos reuniéramos en un café cuando hablábamos cosas serias. Incluso colocaba música alta cuando hablábamos.

¿Acaso ya no quiere que este en su casa?

— Sobre lo que sucedió ayer, ¿pudieron arrestar a esa mujer? — yo tenía un mal presentimiento y fue Namjoon quien me confirmo que había una loca rondando el vecindario. — tienes que tener más cuidado.

— Lo tendré.

— Que extraño solo atacarte a ti.

— Tal vez no debí ofrecer mi ayuda...

Yo negué con la cabeza pasando mi mano en su espalda por encima de su abrigo.

— No cambies por eso.

— Tae, hablas mucho mejor ahora. Es increíble. — cambió de tema haciéndome sonrojar.

— Pensé que no... ¿notarlias?

— Notarias. — corrigió y yo quise aplastar mi cabeza. — no te pongas nervioso hablando conmigo, ya has mejorado tanto que tienes más acento que yo.

— He practicado mucho.

Salimos del ascensor juntos y pensé en las tardes de habladurías con mis compañeros. Ahora veía frutos del esfuerzo de Iseul en que hiciera amigos.

Sin ellos seguiría hablando mal, porque Iseul odia corregirme y nunca se burlaba, en el mundo exterior tenía que aprender o me tomaban de burla todo el día.

La llamada presión social.

— Voy a empezar a sentir celos, antes solo practicabas conmigo. Ahora hablas más con ellos que conmigo.

— ¿Celos? — pregunté ingenuo, no sentía celos de que saliera con Miwoo tarde en la noche pero sí que hablara con otros. — eres bastante peculiar, Isie.

— Déjame... no puedo evitar pensar en todo lo que has crecido.

— No hables como si fuera tu hijo.

— Claro que no, eres demasiado guapo para ser mi familia.

Frunció su nariz adorablemente y yo le abrí la puerta del auto.

Los cumplidos los decía tan naturalmente que los comprendía después de pensarlo varias veces. Le convencí que la llevaría en auto desde ahora mientras el peligro de aquel psiquiátrico pasara, Namjoon me advirtió que Iseul quedaba bastante indefensa por su naturaleza de siempre dar la mano antes de ver a los ojos.

Entonces mientras se mantuviera a mi lado yo me encargaría de desconfiar hasta de ese dichoso interno que tanto la asistía.

— Volviendo al tema del testigo... tengo que apoyar a Miwoo esta vez, tienes que rebuscar en tus recuerdos cualquier detalle de tus padres. Independientemente de por qué fueron a Quelpart o quiénes son los responsables, debes honrar a tus padres por cómo te amaron. No por como parece a simple vista. — parecía hablar con más confianza mientras jugaba con su cinturón de seguridad. — puedo sugerirles hablar con las víctimas de eso tan atroz, hay heridas que aún no habrán sanado. El reconocimiento hace parte de evitar la doble victimización.

— Es bastante difícil. Casi todos están muertos o no están en este planeta.

— Piénsalo mejor... Baerin, Jimin, Yoongi y Seokjin estuvieron en esos laboratorios. ¿Nunca has hablado eso con ellos?

Una lampara se incendió en mi cabeza. ¿Como no se me ocurrió antes? Tenía todas estas amistades establecidas y era mi momento de usarlas.

— Woah, Isie, tu cerebro es de oro.

— Lo sé.

Aunque hablara con confianza su sonrojo la delataba.

— Bueno empezaré a planear esas entrevistas después de abrir el taller... pero antes tenemos una cita pendiente. ¿Puedo irte a buscar hoy a las ocho? — manejaba a una velocidad estándar y solo giraba a verla en los semáforos.

— Tengo una cirugía a las siete, pero haré todo lo posible por no tardarme.

— Déjalo todo al interno.

Ella dejo salir un resoplido mientras veía más de cerca su ventana. Todo seguía pareciéndome nuevo en Seúl, pero ella tenía otra mirada, tal vez de alguien que ya se acostumbró y está en busca de algún cambio.

— Taehyungie... ¿Miwoo no te ha dicho nada del innombrable?

— No, ella tiene una lista de sospechosos. Pero incluso hay personas tan importantes que no tenemos idea de quien sea.

— Si necesitas ayuda puedes decirme, no soy muy buena detective, pero conozco muchos rostros. — yo asentí aceptando su ayuda, pero cruzaba los dedos para nunca tener que usarla. — mi madre también... siempre me pregunta por ti y como es tu vida en Seúl.

— Quisiera un día conocerla.

— Tal vez muy pronto. Podremos ir a visitarla cuando te establezcas por completo.

¿Por qué no vendría? Siempre quise preguntarle acerca de su madre. Ella siempre evitaba el tema y le dolía no tenerla cerca, se aferraba a las fotos como único recurso de tenerla cerca.

Ella, aunque tenía sus padres vivos vivía una vida como si ellos no existieran. Yo creo que eso es peor.

— Su alteza... el mensaje de Junghyun. ¿Malas noticias?

— No, son muy buenas noticias. Esta en Busan.

— ¿Iras a verlo? — pregunté antes de siquiera pensarlo.

Era costumbre de que Iseul siempre fuera a verlo cuando viajaba de este lado. Moonbin me lo dijo.

— No, su visita no es de vacaciones. Está ayudando a su hermano con algunos asuntos y solo voy a estorbar. — cuando llegamos a la calle del hospital ella tomo sus cosas rápidamente. — además, tengo cosas más importantes que hacer aquí.

— ¿Como qué?

— Ir a citas y arreglarme para la ocasión.

Dejo salir una risa nerviosa antes de que me bajara a abrirle la puerta.

El interno nos saludó desde el otro lado y yo solo le puse los ojos en blanco antes de regresar. Esa tarde estuve ocupado entre reuniones en la academia con algunos patrocinadores, unos clientes que querían comprar algunas pinturas y Miwoo que me llamaba cada hora cuando lograba hackear alguna página del gobierno.

No sé qué tan provechoso era eso, pero ella había logrado sacar algunos números de teléfono que acosaba hasta muy tarde en la noche.

Estacioné esa noche frente al hospital, revisé en la penumbra el rostro de Iseul entre los doctores y enfermeras que terminaban su turno a esta hora. Ella no estaba entre los asistentes así que baje del auto a buscarla, hoy había puesto menos esfuerzo en vestirme.

Pero seguía viéndome bien, había podido encontrar mi propio estilo en colores nude y ropas anchas.

Caminé a través de las puertas del hospital y saludé con amabilidad a las enfermeras en recepción. Ya Iseul me había dejado una credencial como visitante frecuente y yo la usé mientras atravesaba los pasillos un poco más vacíos de lo que acostumbraba.

Llegue a su consultorio y me recosté a la pared contraria esperando que saliera. No quería entrar o apresurarla.

Estaba entretenido en mi celular cuando la puerta se abrió, dejé de apoyarme en el pasillo y las palabras quedaron atascadas en mi garganta. Salió un hombre de tez pálida y mirada vacía, tenía una bata de doctor mientras cerraba tras él. Ni siquiera me miró y solo siguió su camino con una carpeta en sus manos.

Creí que ella estaba dentro así que entre, pero no había nadie.

— Ese imbécil... ¿Qué hacía aquí? — dije entre dientes saliendo y siguiendo su rastro.

Olía a perro mugroso.

Perdí su rastro cerca de la sala de operaciones así que solo me quedé ahí de pie viendo a todos los enfermeros que pasaban por mi lado.

— Oh, Taehyung-ssi, ¿buscas a Iseul? — la pediatra me preguntó y yo asentí aun con la atención perdida en ese hombre. — yo te acompaño entonces hasta la sala... esta en rol de modelo hoy.

No le entendí en ese entonces, entramos a una habitación pequeña llena de internos.

Detrás del vidrio veían en vivo las hazañas de Iseul.

— ¿Puedo quedarme aquí?

No quería causarle más problemas.

— Sí, no te preocupes. Espérala aquí. Está por terminar.

Ella se fue y yo tome asiento lejos de los estudiantes.

Mire con detenimiento a través del cristal las pequeñas manos de Iseul debajo de unos guantes lo tocaba con cuidado. Agudicé más la vista y reconocí su pequeña forma, montada en un pequeño escalón improvisado.

Incluso con tantas cosas puestas encima se veía hermosa, del tipo inteligente y comprometida. Su cerebro debía ser de oro.

Terminó con eficiencia y le dio unas cuantas instrucciones al interno que tenía a cargo. Al terminar dio unos pasos atrás, pero se inclinó hacia los demás estudiantes hasta casi correr a la sala de lavado.

Yo salí de la habitación entre comentarios "Woah, es muy buena" "es la sunbae más joven que tenemos" "¿tendrá novio?". Todos son unos malditos imbéciles si piden mi opinión.

Yo la espere en la puerta hacia la sala de espera y ella salió secándose las manos, aun con su gorro y tapa bocas.

— Iseul.

— Perdón hacerte esperar... no sabía que debía modelar para los internos. Tuve que hacer todo lento y explicar a la vez.

— Lo hiciste muy bien ahí dentro. — recordaba el montón de sangre y sesos, me daba escalofríos siquiera verlo.

Ella lo manipulaba todos los días sin cansarse o quejarse siquiera.

— Gracias. Estaba nerviosa con tantos ojos en mí.

Se quejó en un puchero mientras se quitaba el cubre boca y el gorro. En los pasillos a su lado creí que se rompería la espalda de tanto inclinarse a saludar respetuosamente. Quien no la conociera pensaría que es de primer ingreso, no parecía para nada una doctora de planta. Si buscara la palabra humildad en el diccionario aparecería su nombre o su foto.

Me invito a pasar a su oficina y decidí no decirle nada aún sobre el intruso.

Pero ese perro dejó su olor en el aire y no pude más que manipular sus cosas una y otra vez para que mi olor permaneciera en cambio.

Invitó a un paciente al consultorio y lo atendió amablemente mientras yo leía una de sus revistas en la camilla. Por la forma en que le hablaba y sonreía debí suponer que eran buenas noticias, luego me contó que no eran buenas noticias... el tumor era maligno así que debía enfrentarse a sesiones exhaustivas de quimio.

Por la forma en que Iseul se expresaba y creaba lazos de empatía con los demas, era fácil confiarle tu vida en sus manos, yo lo haría con los ojos cerrados.

Entonces entendí que no era tan exclusivo como pensé estando en Quelpart... tal vez soy un paciente más. No necesito medicamento o tratamiento, pero si su atención o compresión cada cierto tiempo.

Se cambio rápidamente para salir conmigo al estacionamiento.

— ¿Estará aún abierto? — veía su reloj preocupada caminando con más rapidez. — Woah, no sabía que era tan tarde.

— Había hecho una reserva para uno de tus restaurantes favoritos... pero ya deben haber cerrado.

— Lo siento.

Yo negué con la cabeza abriéndole la puerta y caminando hasta el lado del piloto.

— No te preocupes, buscaremos un lugar donde ir de camino al arcade.

— No tengo hambre. — dijo segura, pero yo sabía que mentía. — podemos volarnos esa parada y llegar directo al arcade.

— No, vamos a comer primero.

— Taehyung...

— Eres una niña malcriada. — me queje riendo y ella choco su frente en la ventana.

Ella misma ofreció parar en una tienda de conveniencia que quedaba en el camino, no era el lujo que ella acostumbraba, pero me dijo entre bocados que le gustaba ir ahí.

"No necesito de un lugar lujoso cuando hay comida caliente y Taehyung está a mi lado" eso me había dicho.

No sé si lo dijo a propósito, pero mi corazón se detuvo por microsegundos antes de latir velozmente.

Manejamos con la radio más alta de la acostumbrada, ella tarareando un par de canciones y hablándome de su día. Hoy estaba más comunicativa de lo que acostumbraba y por eso no quería arruinar su humor con lo del perro. No sabía si era un intruso o si entro con su consentimiento, prefería preguntarlo en otro momento.

— Tae, está abierto. — murmuró emocionada queriéndose salir por la ventana. — ¡está abierto!

Yo reí para mí mismo al estacionar, ni siquiera espero a abrir su puerta.

— Espera ahí, su alteza. Frio.

— Vamos rápido.

— No nos vamos antes que te pongas esto. — busqué en mi bolsa y le ofrecí mi bufanda.

Ella hizo una mueca e iba a alejarse a saltos, pero yo corrí tras de ella en el estacionamiento hasta acorralarla contra un carro.

Hoy estaba usando jeans ajustados y camisa manga larga con abrigo, pero no era suficiente.

— Pareces mi abuelo.

— Otra vez con eso... tal vez por crecer con él. — acomodé la prenda en su cuello expuesto y peiné su flequillo con mis dedos. — ya, vamos.

Me tomo de la mano naturalmente y agradecí nacer para este momento.

Ahora que ella tomaba la iniciativa para tomar mi mano o incluso abrazarme para darme las buenas noches, se sentía mil veces mejor que cuando yo lo hacía. Ahora nos envolvía una comodidad cada vez que nos acariciábamos desde nuestras propias mentes.

El lugar estaba iluminado y casi vacío, unas cuantas personas que seguían montando en cada atracción.

Iseul no necesito de un mapa, ella misma me guio a través de los caminos hasta su atracción favorita. Era una montaña rusa gigante y yo no pude estar tranquilo por un par de horas. Ella no era amante de la adrenalina, pero por alguna razón le gustaba montarse para gritar todo el rato e incluso llorar.

Era una masoquista.

— ¿Te gusto? — su cabello estaba en todos lados, pero se aferraba todavía a mi mano. — vamos a la ruleta de la fortuna ahora.

— ¿No vas a descansar?

— No, no, es emocionante.

— Gritaste todo el rato... — pase mi mano libre por su mejilla que aún tenía rastros de lágrimas.

Estaba helada por el frio.

— Me gusta, ¿te gusta a ti?

— Sí me gusta, Iseul. La ciudad se ve hermosa desde arriba mientras intentas arrancarme la mano.

Ella sonrió avergonzada arrastrándome hasta otra de las atracciones más famosas.

Ella siempre venia con sus padres así que se conocía cada trozo de memoria, me contó un poco de cómo sus padres se conocieron y a qué edad se enteró de su otra familia. Ella casi nunca me decía mucho de ellos... pero en un ambiente jocoso incluso bromeó con eso.

Era algo que había superado a la fuerza.

Yo en cambio mientras nos probábamos diademas de animales en una pequeña tienda, pensé en los míos. Si viviéramos de este lado supongo que habríamos venido varias veces. Este lugar tenía un leve rastro de mi vida pasada, tal vez vine con ellos antes de partir.

— Me gusta estas. — murmuré viendo mi reflejo en el espejo, unas diademas de tigre. — ¿Tú?

— Parecen una extensión de ti... yo me llevaré estas.

Se puso unas orejas de conejo y yo no pude evitar tomarle una foto con mi celular.

Constantemente revisaba ese álbum de fotos cuando necesitaba inspiración o cambiaba mi fondo de pantalla. Nos tomamos muchas fotos en un cubículo pequeño que iluminaba cada diez segundos. Nos tomamos tantas fotos que cada uno se quedó con dos tiras de fotos bastante lindas.

Tomando su mano hasta el centro del parque pensé en que, si nunca hubiera venido a este lado, Iseul nunca tendría una cita que mereciera. Como cualquier otra mujer en un parque sin tantas personas.

— ¿Quieres montarlo? — me atrapó mirando el carrusel.

— Es niños.

— Por hoy somos unos niños, Tae. Solo pídeme que montemos juntos.

— Vamos juntos, Isie.

Ella me sonrió y fue la primera en hacer la fila.

Como no había nadie más ambos nos montamos, yo escogí un caballo color café con detalles azules y ella uno blanco a mi lado. Sentado en esta atracción llegaron a mi mente más recuerdos. El rostro de mamá y la sonrisa de papá, le oía llamarme cada vez que giraba frente a él, mi madre pasando su mano cálida en mi espalda señalando cualquier detalle que me hiciera reír.

Sali de mi trance cuando el carrusel tomo más velocidad, Iseul estaba recostada en el tubo que conectaba su caballo al techo.

Con las luces de todos los colores y su sonrisa melancólica se veía más preciosa. La vi por tantos minutos rogando que volteara su cabeza que cuando lo hizo me asusté, tal vez leyó mi mente.

Sonrió y tomo la mano que le ofrecía.

— Es mi favorita. — admití un poco tímido, mi atracción favorita es de infantes. — ¿podemos regresar un día?

— Claro, podemos regresar cuando quieras.

— Gracias por traerme aquí.

— No es nada. Cada tanto necesitamos encontrarnos con nosotros de niños y hacerles felices. — yo estrujé su mano con fuerza.

Iseul de niña era más espontánea y tenía menos preocupaciones, estaba en un lugar cálido en mi corazón. Incluso si nunca regresaría la protegería en mi corazón tanto como la Iseul mujer la recuerda con tanta añoranza.

Nos bajamos y fuimos a comprar unos churros antes de irnos.

Verla tomar su chocolate caliente con popote y con orejas de conejo era un espectáculo. Estaba dispuesto a dejar salir un comentario gracioso cuando mi celular sonó.

— ¿No vas a contestar? — me preguntó cuando leí el nombre de Miwoo y volví a guardar el aparato.

— Puede esperar.

— No, puede ser importante. No hagas esperar a las personas.

— Esta bien... — acepté como un niño regañado y di unos pasos atrás. — espera aquí.

Ella asintió y siguió viendo la comida que vendía el pequeño puesto de churros.

Conteste dando la vuelta y centrando mi mirada de nuevo en el carrusel. Había algo sobre este lugar que seguía siendo mágico... como pre destinado.

— ¿Taehyung-ah?

— Sí, estoy aquí.

— ¿Dónde estás? — escuchaba el ruido del tráfico así que supuse estaba manejando.

— En un arcade con Iseul.

— Ah, que romántico.

— No llamar para eso... ¿o sí?

Ella dejo salir un suspiro, había una ironía y molestia en su tono bastante evidente.

— Mataron al testigo.

— ¿Qué? — la mano que se sostenía al té casi lo deja caer y sostuve el aparato con fuerza. — ¿el señor Chan? ¿Como?

— Lo encontraron muerto en su celda al parecer por envenenamiento y si no fuera ciego al menos les creería que fue un accidente. Es obvio el mensaje que nos dan.

— El mensaje...

— Tienen sus ojos en nosotros y todos a quien involucremos tendrán la misma suerte.

Sentí un escalofrío llenar mi espalda y di media vuelta para cerciorarme que Iseul seguía ahí. Por alguna razón su pequeña figura no estaba donde la dejé, alcé mi mirada en los demás puestos de comida pero no estaba en ningún lado.

Fue en ese momento que empecé a sentir el verdadero terror y arrepentimiento de venir a este lado. 

Continue Reading

You'll Also Like

160K 16.9K 38
⠀⠀⠀⠀ ⠀★ jeongguk es un ⠀⠀⠀⠀⠀⠀famoso actor porno ⠀⠀⠀⠀⠀⠀y taehyung un lindo ⠀⠀⠀⠀⠀⠀chico que disfruta de ⠀⠀⠀⠀⠀⠀public...
209K 11.7K 102
Segunda parte de One Shots - Selección Mexicana La primera parte se encuentra en mi perfil más de 100 One Shots Pequeñas historia de tus futbolistas...
608K 81.4K 46
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
204K 17.4K 36
|𝐀𝐑𝐓𝐈𝐒𝐓𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄| «El amor es el arte de crear por la sensación misma, sin esperar nada a cambio,más allá del placer mismo del acto creativo...