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Por jeaark

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๐—ง๐—ต๐—ฒ ๐—ฟ๐—ฒ๐—ณ๐—น๐—ฒ๐—ฐ๐˜๐—ถ๐—ผ๐—ป ๐—ผ๐—ณ ๐—ฝ๐—ฒ๐˜๐—ฒ๐—ฟ โ”todo el que conozca a los Hale, con solo la darle una corta mira... Mรกs

โ”ACTO UNO
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โ”ACTO DOS
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ACTO TRES.
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Por jeaark


Séptimo, octavo, noveno, décimo. Sin duda había perdido la cuenta de los golpes a puño cerrado que le propinaba mi hermana mayor a Theo, solo podía ver como de su nariz no dejaba de soltar ríos de sangre, no era para nada satisfactorio el presenciar como lo trataban sin poder hacer nada al respecto.

—Está bien, no tienes que parar —le indico el de ojos avellanas completamente rendido, con una voz demasiado débil.

—Créeme, no lo haré —Malia alzó la mano con las garras de fuera, dispuesta a matarlo allí mismo. En el suelo de la cocina.

Hasta aquí llegue.

—¡Hey, es suficiente! —intervine abriéndome paso entre el par de betas del alfa verdadero, y estos mismos al querer detenerme, no tuve más que golpearlos en sus puntos débiles, derribándolos al suelo—. Aléjate de él —ordene directamente. La coyote haciendo caso omiso, alzó más la mano para tomar impulso en el momento de encajarlas. Rugí en alto llamando su atención, a este paso mis ojos cambiaron a los azules eléctrico, similares a los de ella—. Ahora —volví a ordenar con más firmeza en la voz.

Podría decirse que no me sorprendí cuando mi hermana mayor —a regañadientes—, se elevó sobre el cuerpo de Theo dejándolo completamente libre. Scott la tomó del brazo alejándola hasta quedar en la pared más lejana, aunque siguiera emitiendo gruñidos por lo bajo.

—Tranquilízate, ¿si? —pidió el alfa mirándola—. Va a regresar bajo tierra.

Ya quisieras.

—No puedes —sonreí abiertamente al escuchar la negación por parte de Liam, quien adolorido, se incorporó hasta llegar al par de mayores. Mientras que yo solo me hincaba al lado de mi novio ayudándolo a recargar su espalda en el refrigerador, y de la isla tome una de las servilletas, limpiando con ella el rastro de sangre que estaba entre su nariz e boca —. Recuerda a Stiles.

—Scott también lo recuerda. Lydia y yo lo recordamos —bravo Malia sin quitarnos la mirada.

¿Que tanto recordaba de Stiles sin basarse en la grabación que les di?

—Los doctores del terror sabían de la cacería salvaje. Puede ayudarnos —agregó el ojiazul sin tomarle importancia a lo antes dicho por mi hermana.

—O podría matarnos.

—Es mi responsabilidad —siguió defendiendo el chico manteniéndose firme. Su alfa lo miró confundido por dichas palabras—. Noshiko me dio la espada —le mostró tal herramienta. Mordí el interior de mi mejilla admirando el metal, estaba a nada de romperla por la mitad.

—Es tan incomodo cuando mamá y papá pelean —comentó mediante un susurro Theo con su vista en mi persona, me limite a sonreír burlona dejando de pasar la servilleta con manchas carmesí por su rostro.

—¿Prefirieres Theo Dunbar McCall ó McCall Dunbar? —le seguí alzando ambas cejas de manera juguetona.

—¡Cállense!

Idiotas.

Mi padre se enterará de esto.

A mi nadie me ordena callarme.

—Ambos tienen razón —Hayden se dirigió a su alfa, refiriéndose a la discusión antes de nuestros comentarios—. Si Theo intenta algo, lo regresaremos con los cambia pieles, pero por ahora...

—Se irá ya —demandó Scott interrumpiéndola, por inercia negué con la cabeza. Odio su gran negatividad, aunque bueno, no lo culpo después de lo qué le hicimos pasar.

Mentira.

Sigo odiando su negatividad

—Solo que Liam es quien tiene la espada —sabiendo lo que se avecinaba después de otro comentario por parte del castaño, lleve las manos a mis oídos para cubrirlos. Aunque eso no serviría de mucho teniéndolos sensibles.

—¡Cállate! —ordenaron a unísono los cuatro frente a nosotros.

—Dejen de gritar así, no es como si estuviéramos sordos para que eleven la voz —reñí masajeando ambos oídos con mis dedos índices, dolía. Con solo hacerse una señal, el ojiazul e alfa verdadero se retiraron de la cocina para conversar más privado en la sala de estar. Lo cual era irónico estando rodeados de sobrenaturales.

—Malia —la llamó la pelinegra bloqueándole el paso , cuando avanzó un poco hacia nosotros.

—¿Me darían un momento a solas con Theo? —pidió sonando extrañamente amable. Me alce en mis piernas con cautela, no sin antes tirar la servilleta utilizada al cesto de la basura.

—¿Por que?

—Para poder matarlo —aquí de nuevo utilizo su característico tono brusco.

—Miren, se qué hay sentimientos encontrados por todas partes —mi hermana ladeó la cabeza asesinándolo con la mirada—. Pero yo podría ser su única opción para detenerlos —ambas chicas de la manada me miraron por unos momentos, de mi parte solo se ganaron un asentimiento, confirmando lo dicho.

—Matémoslo —terminó por decir Malia volviendo a hacer detenida por Hayden.

—Hermana mayor, si quieres matar a alguien con gusto puedo llevarte a Heichen —hable tendiéndole una mano al castaño para que se pusiera de pie. Escuche como el beta y alfa terminaban su conversación, si que eran rápidos.

—¿Para que? —guiñe un ojo en su dirección, no podía decirlo frente al resto de la manada. Eran capaz de intentar detenerme, además, solo necesitaba personas que ya habían acabado con vidas. A menos que quieran cambiar el color de sus ojos.

—Puedo regresarte a la tierra cuando sea —Liam se plantó frente a nosotros, dirigiéndose a Theo con la espada de Kira a la mano.

—Necesitas un transformador que soporte cinco mil millones de julios —se adelantó a responder, sabiendo que no tardaría mucho en hacer esa pregunta—. Se donde encontrar uno y puedo mostrarte como funciona.

—¿Hablamos de ese mismo transformador que pienso?

—El mismo, Kenz —confirmó confundiendo a los presentes, resople —. Te lo dire si Malia promete no matarme —condicionó hacia el beta. Mi hermana alejada gruñó completamente disgustada, bueno, teníamos algo en común. El molestarnos si algo nos impide asesinar.

—Lo promete —mentiroso.

—No, no es verdad —exhibió la chica de cabello corto—. ¿Realmente vamos a hacer esto? —interrogó a su alfa con enfado—. ¿Confiaremos en el?

—¿Tienes una mejor idea? —le preguntó directamente Hayden con disgusto, claro, se estaba metiendo en contra del plan de su novio.

—Tengo una —habló después de quedarse en silencio por cierto tiempo—. Quizás no sea mejor, pero al menos no es el —comenzó a andar de brazos cruzados hacia la puerta trasera de la casa.

El.

Maldita.

—¡Alto! —sentí el como mi voz salió más potente de lo que esperaba, que me gane la absoluta atención de los chicos—. Ni se te vaya a ocurrir ir con el, debe estar en completo reposo —clave mi mirada en su persona, mientras se daba media vuelta para darme la cara.

—Es hombre lobo, sanara rápido.

—¡Es la tercera vez en su vida que sufre quemaduras demasiado graves! No sanara rápido por dentro —con mi dedo golpe con suavidad la parte superior de mi cabeza, toda persona tiene recuerdos. Papá recodaría el sentir las llamas alcanzar su piel—. Por favor ten poco de conciencia y deja a papá descansar —pedí transmitiendo un pequeño gruñido a media habla, se había escapado por si solo.

—No es mi padre.

—Y es evidente, por que solo lo utilizas para tu conveniencia sabiendo perfectamente que se encuentra mal —recibí un gruñido de su parte.

¿Se enojaba por decir nada más que la verdad?

—Le daré algo a cambio —sin objetar alguna otra palabra, Malia siguió su camino saliendo del interior de la casa. Tense la mandíbula gruñendo por lo bajo, di unos cuantos pasos al frente, tenía intenciones de ir tras ella e detenerla, pero el que una extremidad desconocida se enroscara en mi muñeca; me lo impidió.

—Te necesitaremos con nosotros para el plan, recuerda que tu fuiste quien se unió —la voz de Liam inundo mis oídos, giré mi cabeza mirando fijamente sus ojos celestes—. Además de controlar a Theo —agregó comenzando a emanar el aroma a nerviosismo. Idiota.

—No la hagas decidir entre esto o su padre —advirtió mi pareja sacando bruscamente el agarre del ojiazul en mi muñeca, me coloco detrás de él resguardándome, con solo ver las facciones duras que hacia en el rostro podia confirmar que estaba molesto. Había captado también el peculiar aroma.

—Pero es una parte esencial en esto, si no viene, no saldrá como lo planeamos —contradijo la pelinegra uniéndose, antes de enviarme una mirada sincera de disculpas.

—Podremos arreglarnos solos, yo me controlaré.

—Enviaremos a Theo de regresó abajo —el lugar se quedó en absoluto silencio después de aquellas palabras. Que incluso Scott al pie de la puerta de la cocina, estaba asombrado de que fuera su beta quien las pronunciara, siendo este mismo el que lo convenció hace unos momentos de lo contrario.

Le dediqué mi peor mirada al chico, haciéndolo pequeño en su lugar. Me ponía entre la espada y pared.

—Liam —le nombró su alfa detectando el olor del remolino de mis emociones, era evidente que en cualquier momento si no me pondría a llorar; habría sangre derramada en el suelo. El ojiazul ignorando a su alfa siguió firme ante lo dicho.

¿Por que insistían el tenerme ahí?





—Esto fue una mala idea.

—No es una mala idea.

—Es una idea terrible —admitió el de ojos avellanas incluyéndose en la conversación de la pareja, sonreí de lado caminando a su mismo nivel. Mi sonrisa no duró mucho cundo Liam tiro de la cadena de Theo bruscamente—. Te dije donde está el transformador. Te dije como funciona. Ni Mackenzie, ni yo necesitamos estar ahí cuando explote.

—No va a explotar —le silencio Hayden irritada—. Ellos montan rayos. Podemos usar eso para capturar uno y retenerlo ahí hasta saber que quieren. Es una buena idea.

Inevitablemente rodé los ojos en blanco, era más fácil el decirlo que actuarlo en su momento.

Saldrá algo mal.

—Quieren atrapar a un jinete fantasma. Miles de cosas podrían salir mal, es una idea terrible.

—La mala idea fue traerlo de regreso —mordí mi lengua antes de llevarle la contraria, si hablaba, de nada serviría estarles aplicando la ley de hielo desde el día anterior—. Scott tiene razón. Esto es un error —murmuro el beta decepcionado de si mismo. La pelinegra dio un paso hacia su novio, planteándose algo en mente.

—Tomaste un riesgo. Nosotros tomamos un riesgo... —resople echando mi cabeza hacia atrás, al mismo tiempo que hacía oídos sordos. Se aproximaba un beso, lo sabía perfectamente al convivir con ellos desde hace meses. Siempre era incómodo, más eso no parecía importarles, estaban sumidos en su burbuja de "amor".

Si me hacían elegir entre esta pareja o la pareja de Mason y Corey, elegiría sin dudas a la de mi mejor amigo. Respetaban demasiado mi presencia cuando yo estaba con ellos, se limitaban el darse besos o acaricias amorosas, se trataban más que nada como un simple par de amigos.

Baje la cabeza comenzando a examinar las cadenas e muñequeras de Theo, si no mal recordaba era el repuesto que usaba Malia en la fiesta de la cabaña de Lydia. Las había desechado por estar un poco descompuestas —eso no todos sabían—, si las seguía utilizando con una luna llena más, y Malia podría estar cazando en el bosque con Scott detrás intentando atraparla.

—¿Quieren que los dejemos solos? —interrumpió mi pareja el momento amoroso de los betas de McCall—. Cierto, no puedo —alzó las cadenas con obviedad—. Supongo ahora saben que se siente cuando los interrumpen —acusó mirando en concreto a mi amiga pelinegra, le tenía rencor después de lo del día anterior.



El ser rencorosos era una de las cosas que teníamos en común.

Entre mis manos, me atreví a tomar ambos candados que tenían las muñequeras y con un fuerte tirón los destrocé dejando libre Theo. Lo siguiente que se escuchó entre el silencio del bosque, fue el de las cadenas caer al lado de nuestros pies.

—¡Dios!

—¿Como hiciste eso?

—Mackenzie al igual como su padre, volvió a la vida más fuerte que antes —comenzó a explicar Theo, sabiendo que no les dirigiría la palabra a ellos por ahora—. Y a eso súmenle la fuerza de evolucionar como su primo, Derek —les guiñó el ojo, lanzándole las muñequeras junto al resto de la cadena a Liam en un movimiento rápido, después de recogerlas del suelo. El ojiazul reaccionó de manera instantánea, aun así, aquel el duro material chocó contra su pecho.

Que dolor.

Ni modo.

—Mejor nos damos prisa —comentó Hayden luego de que el sonido de un relámpago hiciera presencia en el cielo.

Entrelace mi mano con la de mi chico, volviendo a retomar la caminata. La pelinegra se posicionó frente a nosotros para guiarnos, mientras que ojiazul nos seguía por detrás, para asegurarse de que no huyéramos. Una cabaña en medio del bosque se visualizó a lo lejos, con aromas familiares en su interior.

—Lo logramos.

—Claro que si —le respondió sin dudar el moreno a la pelinegra, que observaba maravillada la reja de fierro.

—¿Que paso con las cadenas? —cuestionó el alfa señalando las muñecas desnudas de Theo, como respuesta Liam siendo el último en entrar, las azoto en el suelo malhumorado.

—Mackenzie fue lo qué pasó —obtuve tres miradas en mi persona, por lo que me limite a encogerme de hombros seguido de un guiño de un ojo.

Corey a mi derecha alzó la mano para chocar los cinco, bajo la atenta mirada de mi novio lo hice gustosamente. Liam empujó por el hombro a Theo para un mostrara a lo que vino, gracias a eso el agarre de nuestras manos se deshizo, lo que causó un un gruñido amenazara salir de mi garganta.

—Supongo que pasaste buena noche —se burló mi amigo alzando simultáneamente las cejas, le di un ligero empujón ocultando una sonrisa. El si que sabía como cambiar mis estados de ánimo.

—Después te cuento —moví los labios sin emitir algún sonido, sospechaba que Corey sabía leer los labios, y un asentimiento de su parte me lo confirmo. Definitivamente mi audición y su manera de leer, nos convertía en el dúo que se enteraba el cotilleo completo en la preparatoria.

—Mason, ¿seguro de que esto funcionará? —cuestionó McCall con algo de angustia, después de que Theo les mostrará el aparato.

—Lo que esté dentro de esta jaula esta aislado de toda corriente eléctrica exterior —comenzó a explicar, dando a la mitad una pequeña pausa—. El jinete fantasma no podrá usar un rayo para escapar.

—Pondremos un pararrayos en el techo —le siguió Corey señalando la parte mencionada, por lo cual todos llevaremos nuestras miradas a lo señalado—. Y lo conectaremos a un cable conductor, lo que llevará al jinete a ese punto —lleve mis ojos a la placa de metal postrada en el suelo.

—No podemos enviarlo directamente a la jaula, porque neutraliza el electromagnetismo. Cualquier rayo rebotaría, y por eso mismo, se mantendría adentro —siguió con la explicación el creador del plan.

—Si el jinete fantasma aterriza aquí, ¿como lo meteremos a la jaula?

—Debemos engañarlo para entrar —respondió mi amigo castaño al alfa.

—¿Con carnada?

—Yo lo haré —hablo la pelinegra como voluntaria—. Estaré bien. Soy más rápida que tu —se dirigió a lo lejos a Liam intentando tranquilizarlo.

—Tan pronto Hayden salga, Scott y Liam... —el moreno se acercó a las puertas juntándolas—. Ustedes cerrarán las puertas. Y yo pondré una barrera de serbal —nos mostró entre sus manos, un bote con aquel contenido en el interior.

—Yo estaré en el techo para bajar el pararrayos.

—Luego vigilaremos por si aparece otro jinete —Mason dejó de hablar, dejando así por terminado el plan.

—¿Que te parece? —preguntó directamente el ojiazul a su alfa. Absolutamente todos a excepción del último, Theo y yo, desprendían el aroma a nerviosismo, que era un tanto desagradable para mi olfato por cierto.

—Creo que es la mejor idea que tenemos —respondió por fin calmando las emociones de los chicos, su aprobación era valiosa.

—Mientras que todo salga perfecto y no escape, y nos mate a todos —se incluyó mi pareja después de unos segundos, ganándome el brindarles negatividad al plan.

—Y mientras que tu transformados funcione y no incendie el lugar —le contradijo la beta.

—Y que no haya una catastrófica erupción solar —agregó de manera monótona Mason.

—Hagámoslo —pidió Scott McCall con entusiasmo.





—No es por nada —empece a hablar terminando con el silencio que se plantó entre nosotros—. ¡¿Pero acaso mi parte "esencial" en este plan era ser de apoyo moral o espectador?! Dunbar, eres patético —brave entre dientes, apretando fuertemente los puños hasta lograr que los nudillos se pusieran más blancos de lo normal.

—Le quitaste la pistola al jinete, y ayudaste en cerrar la reja —musitó el alfa encogiéndose de hombros, resguardando "disimuladamente" a su beta detrás de su espalda. Mire al chico con rasgos latinos irónica.

—¡Lo primero no estaba en el plan, y lo segundo fue solo por que el brazo de Theo quedo atrapado!

—Kenz, tranquila —murmuro el de ojos avellanas a mis espaldas entrelazando sus manos en mi estómago, así abrazándome por detrás. Apreté los dientes sin dejar de querer matar al beta frente a mi con la mirada—. Solo la querías tener a la vista para vigilarla, ¿o me equivoco? —le interrogó directamente.

—Si y no —alce una ceja confusa a sus palabras—. Se supone que tu parte esencial sería la de Hayden, eres más rápida que ella —me cruce de brazos a la altura del pecho, sonriendo con amargura. Aun molesta era extremadamente egocéntrica, regalo de papa—. Pero al ver tu fuerza momentos atrás, decidimos que intercambiarán lugares, Hayden antes estaba encargada de ayudar a Scott con la reja.

—Contándolo de esa forma, haces ver a tu alfa como un debilucho —el nombrado miró casi ofendido a su beta, quien comenzaba negar simultáneamente con la cabeza—. Eso no explica el si y no —añadí volviendo al tema para que continuara.

—Al final tampoco te dijimos sobre lo último que harías, por que también teníamos a Theo como remplazo.

—En si, solo me trajeron para vigilarme —aclaré acusadoramente—. Según tu, ¿que planes malvados haría, además de cuidar a mi moribundo padre? —su silencio solo me hizo enfurecer más—. Vuelvo a decirlo y espero que esta vez te quede muy claro, si más tarde veo a mi padre en malas condiciones; te arrancaré la garganta con mis propios dientes.

—Si lo hace —le confirmó mi novio para elevar su temor en mi—. Te lo digo yo que estuve presente cuando hacía eso.

—Y yo que presencié las amenazas iguales de Derek —se unió Scott asintiendo, quien al darse cuenta que concordó con la muerte de su propio beta, sacudió la cabeza un par de veces cambiando de tema—. Tratemos de hablar con el —con la mirada señaló al ser frente a nosotros atrapado en la reja.

—¿Sr. Jinete fantasma? —se animó Liam a llamarlo, para olvidar lo antes conversado—. ¿Sr. Jinete? —su alfa, Theo y yo compartimos miradas confusas por cómo lo llamaba.

—Modales ante todo supongo —me encogí de hombros, interrumpiendo su intento de comunicación—. ¿Como sabes que es hombre? Puede ser mujer pero le gusta esa apariencia —fue mi turno de ganarme miradas incrédulas por el comentario—. ¿Que?

—Lo dejaremos ir si nos dice cómo recuperar a nuestros amigos —siguió ahora no muy seguro del cómo dirigirse.

—A todos. Queremos que vuelvan todos.

—Díganos cómo recuperarlos —el ojiazul uso un tono más directo, aún así el jinete con sombrero siguió de pie sin moverse si quiera un poco.

—¿Este es el plan? —cuestionó Theo en voz alta, sin creerse lo que sucedía frente a sus ojos.

—No había un plan para esta parte del plan —susurró Liam mirando fijo al ser en la reja.

—Está bien. Lo atrapamos. No puede salir —hablo McCall tratando que la decepción no recayera en su beta—. Solo debemos descubrir cómo comunicarnos. Quizá no puede oírnos —añadió después de un tiempo.

—Tal vez habla un idioma antiguo.

—O quizás solo responde al dolor —comentó mi pareja acercándonos a la reja, ya que mi cintura seguía rodeada por sus brazos en caso de que cualquier momento de descontrolara.

—O al miedo —murmuro Dunbar.

—Nada asustará a esta cosa. Mírenlo —sentí su respiración chocar ligeramente contra mi oreja, más no me concentre en eso, si no en lo que dijo—. Es un muerto viviente.

—Algo anda mal —lo miremos inmediatamente—. ¿Por que dejó de tratar de salir? —recién terminó, el jinete emitió un sonido extraño de lo que sería su boca que nos dejó desconcertados.

—¿Habra pedido refuerzos? —negué.

—Cuando Corey hizo visible al jinete en la fiesta, otro más apareció.

—O descubrimos cómo hablar con el o nos vamos de aquí —aviso Scott como alternativa, si nos quedábamos más tiempo sería arriesgado.

—O llamamos a Parrish para que venga ahora —solté ganándome tres miradas en mi persona.

—Pero la última vez no funcionó —me recordó el ojiazul refiriéndose al enfrentamiento que tuvo con un jinete en la preparatoria, mientras Hayden y Mason eran grandes espectadores.

—La última vez estaban equivocados, no tenia miedo de Parrish, trataba de comunicarse con el —explique a la vez que pequeños fragmentos de la fiesta me golpeaban la mente—. Quieres hablar con el sabueso del infierno, ¿me equivoco? —reuniendo valentía enfrente al jinete, este solo ladeó un poco la cabeza entendiendo las últimas palabras. Al menos era un inicio.





En el momento en que el colega del alguacil traspasó la puerta de la cabaña con los truenos sonando de fondo causó que el portador de la gabardina larga dejara de lado su papel inmóvil, su cabeza siguió los movimientos que hacía Parrish al acercarse a él.

—Es un progreso más —murmuro Theo cuando el jinete se acercó al límite de la reja, estando más cerca al hombre frente a él.

—Pregúntale cómo recuperar a todos —susurró Liam.

—Dinos cómo recuperamos a todos —recién terminó, el de sombrero alzó el "rostro" entreabriendo lo que serían sus labios. Hice una mueca cuando un sonido nada agradable se emitió ello.

—¿Que fue eso?

—¿Dijo algo?

—No hablamos taka taka —gracias al comentario recibí un pequeño jalón de cabello.

Alguien despertara sin manuela mañana.

Una pista; es similar como a un chihuahua.

—Dijo: "sabueso del infierno" —chasque la lengua por tal respuesta.

—¿Es algo bueno? —preguntó el de ojos avellanas después de golpear al beta menor en la mano.

Ja, nadie toca mi cabello.

—Pregúntale de nuevo —pidió McCall a Parrish al notar cómo este se volteó hacia nosotros, el sonido del manotazo llamó su atención.

—Si, por que un pase de lista no nos ayuda en nada —me cruce de brazos. No me tomaba en serio el asunto al querer ocultar mi inseguridad e miedo con comentarios fuera de lugar, y el que mi pareja aún me abrace por la espalda me decía que no funcionaba.

—¿Que quieren de nosotros?

Borrarnos de la realidad.

Somos la Cacería salvaje. Cazamos para siempre. Los que cazan con nosotros cazan para siempre.

—¿Que significa eso? —inquirió Dunbar perplejo, mire los rostros de los dos restantes y estaban igual. Al parecer no fui la única en escuchar esa voz terrorífica en mi mente.

Retiro mi comentario anterior.

Al parecer habló taka taka y no sabía.

—Dinos lo que quieres —exigió con firmeza el castaño claro.

Somos la Cacería salvaje. Los que cazan con nosotros cazan para siempre.

—Eso aclara las cosas —comentó sarcástico Theo.

—Ya está, la grabadora se descompuso.

—¿Que debes hacer para recuperar a todos? ¿Quieren algo de nosotros? —sentí los bellos de mi cuerpo erizarse cuando el jinete dejó de "mirar" a Parrish para enfocar su vista en otra persona.

—¿Por que está mirando a Scott? —arrugue la nariz a cuando el beta del nombrado comenzó a desprender preocupación.

—Sabe que Scott es el alfa —dedujo la quimera luego de mirar a ambos casi desafiarse con solo mirarse.

—Debe haber algo que quieras.

Solo existe la Cacería. Nadie se resiste. Nadie escapa.

—Bien, dijo nuevas palabras —ironicé.

—Si no se puede negociar, tendremos de luchar —seguramente Theo sintió mis músculos tensarse bajos sus brazos al escuchar aquello—. Iré a buscar a mis amigos. Iré por todos. No me detendré. Nunca me detendré hasta recuperar a todos —hizo su pequeño e típico discurso acercándose a paso firme a las rejas, el de sombrero lo miró por unos segundos hasta desviar el movimiento de su cabeza.

Uh, temblaste puta.

—¿Parrish? —lo llamó Liam al notarlo ponerse rígido, miraba de manera fija al jinete frente a él—. ¿Que está pasando?

—Scott... —le advirtió Theo soltando su agarre para ponerse frente a mi dándome la vista absoluta de su espalda.

El mismo sonido desagradable de antes se hizo presente —se terminó mi modo traductor— junto a unas llamas emerger del pecho de Parrish, todas sus prendas se hicieron cenizas a excepción de su ropa interior. Lo cual fue un gran alivio, no me apetecía ver un segundo aparato masculino por ahora.

Soy papa casada.

Las llamas aumentaron hasta acaparar todo el cuerpo del oficial. Y el que diera un paso, pisando la línea de serbal nos decía que no estaba en su sano juicio. Teníamos al verdadero sabueso del infierno en persona.

—¿Que hace?

—Va liberarlo —respondió para seguido junto a su beta posicionarse frente a Parrish y empujarlo lejos de la jaula—. Oye, Parrish, detente.

Theo lo tomó del hombro para ayudarlos a alejarlo, ganándose así una quemadura de mano y un fuerte empujón que lo mandaron al costado derecho. Alce las manos con inocencia cuando los ojos llamativos del sabueso hicieron contacto con los míos, ya no tenia la habilidad quimera de ser tolerable al fuego por lo tanto no me arriesgaría quemarme jugando con fuego.

Irónica frase en esta situación.

El Parrish desquiciado ignoro mi presencia con intenciones de seguir con lo suyo, más alfa e beta lo intentaron impedir.

—¡No!

—Tenemos que hacer algo —alcance a escuchar a Liam mientras yo me dirigía a la mesa para buscar el frasco que había utilizado Mason rato atrás.

—Si. A la cuenta de tres —reunieron fuerzas esperando el conteo—. Tres —sin más comenzaron a llevar al sabueso en contra su voluntad a la entrada de la cabaña, junto a mi costado. Chasquee la lengua al percatarme el como Parrish se agarró del marco de la puerta para estabilizarse, me acerqué a ellos dando un puñetazo fuerte en sus dedos, sabía que siendo sabueso no tenía tolerancia al dolor, y al ver que se soltaba del marco me lo comprobó.

Verifique cómo mis nudillos se tornaban algo rojos, más lo ignoré para agarrar el frasco de mi búsqueda y acercarme a mi novio una vez que el peligro estuvo fuera de la cabaña.

—¿Te lastimaste? —me interrogó ya de pie.

—No tanto como tú, o como estarán ellos —agarre con delicadeza su mano, generando pequeñas venas negras a lo largo de mi mano. Sabía que al ser quimera no sanaba tan rápido, y su tolerancia al dolor era más bajo que al de nosotros—. En fin, toma —le tendí el frasco con cenizas de serbal—. No queremos que el pájaro se libere de su jaula.

—¡Hey! Es una gran ofensa para los pájaros llamar a esa cosa así —"regaño" tomando el frasco para seguido abrirlo y acercarse a la jaula donde el jinete se encontraba entre la soledad.

—Tienes razón, ni Alexandra puedo llamarlo por que ahora sería una ofensa para ellos —rio por lo bajo trazando de nuevo la línea dándonos tranquilidad por un momento.

—Me gustaría conocer a Alexandra para confirmarlo —habló una voz ajena al pie de la puerta.

Inmediatamente fui jalada hacia atrás, siendo resguardada por Theo en un rápido movimiento. Ni diez microsegundos reino la tranquilidad en la cabaña.

—¿Has estado aquí todo el tiempo? —cuestionó mi chico cambiando de tema, con la guardia en alto. El era un peligro más grande.

—¿Como podía quedarme lejos? —contestó el señor Douglas con otra pregunta. Se acercó a paso lento hasta quedar a dos metros de distancia y tan solo uno del jinete fantasma capturado.

—Quizá deberías decirles quién eres realmente. ¿Hauptmann?

Trague en seco cuando los ojos del hombre cambiaron a un rojo intenso, buscando una alternativa desvíe la mirada hacia el frasco de serbal pero maldecí mentalmente al no ver siquiera un cuarto de cenizas. También se me ocurrió en dispararle con la pistola del jinete pero esta estaba en el bolsillo de Scott.

Estamos más que jodidos.

Convertido del rostro, el alfa en un instante nos tuvo bajo sus garras a pesar de los intentos de Theo en que nos soltara. Me tenía agarrada de la chaqueta mientas que al de ojos avellanas lo tenía con sus garras en su columna baja, al nivel del comienzo de las piernas.

—Rompe la barrera —ordenó girándonos frente a la reja donde el jinete nos miraba atento, aún sin saber su idioma sabía que deducía que ese era su último día con "vida"—. Rompe la barrera o te partiré en dos —sentí un nudo en mi garganta al escuchar la amenaza.

Theo respiro precipitadamente mirándome de reojo después al jinete y viceversa, dudaba en hacerlo. De hacerlo, volvería bajo tierra gracias a Liam.

—O algo mucho mejor, la decapitare si no lo haces —añadió cambiando su agarre en mi chaqueta hacia mi cuello, incrustando sus largas garras a lo largo de mi garganta. Un dolor inmenso me recorrió hasta los dedos de los pies, el sabor metálico no tardó en llegar a mi paladar, era cuestión de segundos para comenzar ahogarme con mi propia sangre. Ni siquiera esto se comparaba con el dolor que sentí aquella noche en la iglesia de Mexico.

Cuando una gota de mi líquido carmesí cayó al suelo, Theo de manera automática pasó su pie por la línea; rompiendo la barrera de serbal.

Garett Douglas ahora sabía su debilidad.

De las dos mías, solo conocía a una de ellas.

Cuando su orden fue cumplida, nos lanzó a un costado como basura para que no interfiriéramos en sus planes, y la verdad estaba muy ocupada en escupir la sangre atascada en mi garganta como para hacerlo. Solo alce la mirada cuando escuche un rugido seguido de mordiscos, al instante me arrepentí hacerlo, de no haberlo hecho, no hubiera presenciado un acto tan desagradable.

Theo con sus pocas fuerzas me tomó de la mejilla para que lo mirara a él y no seguir viendo como Douglas sacaba algo del interior del cerebro del jinete. Pero el que su rostro haya reflejado temor e asco, puedo decir que lo que sea que haya sacado no se desperdicio.

Pasaron pocos minutos en que la manada regresara, a ese paso Douglas ya se había marchado, y yo ya me había encargado en mover a mi pareja lo más alejado de donde fuimos lastimados. Actuando a la defensiva le rugí en la cara a Hayden acorralándola contra la reja, luego de que tomara a Theo en un brusco movimiento. Solo la dejé libre cuando mi ancla entrelazó nuestras manos alejándome de ella.

—¿Que hicieron? —cuestionó con tono demandante, le gruñí por lo bajo con los ojos azules eléctrico.

—Fue el Sr. Douglas —respondió Theo aun atemorizado—. Le comió el cerebro.

—¿Por que tardaron tanto? Estuvimos apunto de morir —demande de forma acusadora, al mismo tiempo que un escalofrío me recorría la espalda.

La peligra suavizó las facciones del rostro, deteniendo su mirada en mi persona. El que me mirara sorprendida me daba a entender que no tenía la mejor apariencia, la sangre —casi seca— abarcaba en lo que era mi ropa, cuello y cabello. Más que nada me los dos últimos ya que el color de las prendas que usaba era negra.

—Scott tenía razón. Me equivoqué —otro gruñido más emergió de mi garganta, sabía a donde iba esto. Había ignorado mis palabras—. Te mandaré de regreso.

—No fue su cerebro —murmuro el nombrado analizando la cabeza del jinete muerto—. El Sr. Douglas comió su glándula pineal —casi se me escapa un suspiro de alivio al escucharlo decir lo señalado.

—No pudo haber sido Theo —Mason intento convencer al ojiazul—. Implicaría lastimar a Kenzie y sabemos que el no hace eso, solo mírenla —dos pares de ojos más se fijaron en mi estado, quedando asombrados de ello. No todos los días estoy cubierta de sangre—. Además hay asesinatos como este desde hace semanas —agregó.

—Chicos —llamó la atención Liam—. Su látigo desapareció.

—¿Donde está Corey? —pregunte alarmada sin esperarme más tiempo, me solté de Theo acercándome a la entrada—. Le envié un mensaje hace varios minutos, y desde entonces llevó esperando que entre por aquí.

—Se quedó para seguir vigilando, tal vez por eso no ha venido —explicó Hayden, la mire incrédula.

—No, nosotros tenemos un código. El debería de estar aquí apenas envíe el mensaje —sin notarlo mi respiración empezó a fallar, aún no me curaba lo suficiente al ser una herida de alfa, y al hablar e gruñir seguro hizo la curación más lenta—. Tu sabes del código —señale al moreno, quien ya tenía una expresión de angustia recién mencioné el código.

—Debiera de estar aquí ya —concordó.

—¡¿Donde está Corey?!

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