Lost at sea: Collapse

By Ensalitrada

37.3K 3.1K 20.2K

3º Libro de Lost at sea ¿Deseando saber cómo acaba esta trilogía? Yo que tu, lo leería. 28-06-2021 2º #Ro... More

Introducción
Una experta ladrona de camisetas
Octavian tiene una fiesta del té con sus peluches divinos
Percy descarga su torpeza con unas macetas
Una interminable lista de delitos que me provoca sueño
Aprendo que no debería intentar hacer mis sueños realidad
Me quedo con ganas de hacer una barbacoa
Los privilegios de ser la novia de Leo
Se aprueba dormir con un arma bajo la almohada
Ya no se puede llorar sin que te amenacen
Lanzamiento olímpico de ojo
Lanzar cuchillos se convierte en desestresante natural
Frank está a un suspiro de morir en su cocina
Tres cocineros experimentados en intestinos de vaca
Nos sugieren crear nuestra propia matanza
Me pienso si es mejor revivir un brazo o un cerdo
Los muertos hablan a través de caballos enanos
Me aficiono a molestar mientras trabajan
Una cutre historia de miedo que provoca pesadillas
Vuelvo a darme cuenta de que no sé mentir
Hazel resulta ser una tramposa jugando
Una maestra de la actuación a grandes niveles
Nos convertimos en jugadores profesional de ajedrez
Todos mis problemas empiezan por culpa de unos ojos
La comida es el idioma universal para hacer caso
Siento un frío muy extraño surgir en mí
Me hacen un regalo visiblemente más útil
Piper y Hazel están cerca de cargarse la madera del suelo
A Chris le falta sangre en las venas
Tres diferentes borrachos y de nuevo al rechazo
Aún con resaca, el trabajo es lo primero
Un cambio de aliado poco equiparable
Dos expulsadas de la habitación por buena convivencia
Copio el truco de Will para coger sol
Le doy más trabajo de la cuenta a Will
Echamos a suertes qué mito es el real
Tengo una peculiar y siniestra costumbre nocturna
Dos espías nocturnas la mar de cualificadas
Cambiamos el mapa por una paloma blanca
Percy es el niño solitario de una feria
El día en que la moralidad fue lo menos moral
No me quedan ni sillas en el camarote
Will se convierte en decorador profesional
Hazel amante de los animales y de los tés
Reyna me salva de una posible insolación
Tengo un don para ver árboles brillantes
Los tres condecorados de honor como cebo
La moneda me da más problemas que cuando no la tenía
Comienzo a creerme que sí tengo buena memoria
Un gobernador con el mismo poder que un burro
Me convierto sin saberlo en un ladrón de calcetines
Decidimos dónde tenemos menos probabilidades de morir
Me dan la peor noticia del mundo
Una caída de lo más desagradable
Estamos sorteando si ser devorados o ahogados
Decido que vamos a morir interminables veces
Nos libramos de tener que fregar el barco
Una ofrenda mal hecha que solo gasta comida
Una habitación con terraza chill-out
Hazel tiene una mala afición con golpearme
Una explosión de color en todo lo negro
Una tarifa premium que solo provoca problemas
Me hago la idea de que tendré una casa rosa
Nos toca de imprevisto decirle adiós a la gran Thalia Grace
Clarisse nos da el empujón que necesitábamos y yo me canso de ser bueno
Comienzo a repasar toda la fauna marina
Némesis me hace una muy tentadora propuesta
Si hablo, la fastidio. Y si no, también.
Poseidón parece que será el nuevo tripulante del Argo II
Me reto a mí misma a una carrera
Le robo el puesto a Nico de chico siniestro al hablar con muertos
Leo le hace una propuesta indecente a Clarisse
No nos sirve planear las cosas con antelación
Nico vive su peor pesadilla hecha realidad
Le destrozamos los Asfódelos a Hades
Otra nueva pista que me confirma que doy asco ligando
Unos perros con buen olfato y también muy listos
Le hago un bigote a Océano
Echo de menos vivir en la ignorancia
Comparto un recuerdo permanente con Ethan
Nico lo mismo que te abre cocos, te abre latas
Una macro-fiesta metálica con fuegos artificiales
Oh gran Thalia, concede mi deseo
Nuestra llegada a España es un auténtico éxito
Soy todo un señor y el último que se desmaye, gana.
Aún en son de paz, nos tienen miedo
Nunca volveré a ver a los perros de la misma manera
Una rápida lección de francés de la mano de Thalia Grace
El destino del mundo depende de una botella
Pasamos de ser los capitanes a una penitencia perpetua
Clarisse se convierte en pastora asesina
La primera vez que tengo puntería, condeno a la humanidad
Me convierto en una cigueña pero sin plumas

Asistimos a un concierto de muerte

388 32 258
By Ensalitrada

POV Reyna

Las quejas e insultos no se hicieron esperar en el momento en que Jason Grace comenzó a tocar cada una de las puertas de las habitaciones informándonos de que ya habíamos llegado. Una muy buena noticia, pero siendo el aviso de madrugada cuando deberíamos estar descansando, ni siquiera yo estaba conforme con nuestra suerte.

-Engendro gótico - llamé, porque a pesar de todas las voces, seguía durmiendo. - Levántate.

-Soy la capitana - me recordó como si no lo supiese. - Ordeno seguir durmiendo.

Lo peor es que parecía decirlo en serio. Volvió a acomodarse en mi cuerpo para soltar un suspiro corto en queja, del que ya había aprendido que era la señal de Thalia para estar apunto de volver a ceder al sueño. Tiene una facilidad enorme para dormir.

Me fastidiaba soberanamente que estuviese replanteándome seguir acostada unos minutos más. Todo es culpa de Thalia, escuchaba su respiración pausada cerca de mi oído trasmitiéndome a mí misma esa calma y necesidad de no levantarme de la cama, como si fuese una epidemia de pereza y me lo estuviese contagiando.

Aurum y Argentum, mis perros que a cualquier movimiento o susurro mío ya estaban levantados y en posición, ahora también dormían a nuestros pies moviendo de vez en cuando el hocico. En pocos meses Thalia nos había cambiado a todos, sobretodo a mis canes, ahora más glotones y gandules.

Me negué totalmente a sucumbir a la pereza, en pocos segundos Thalia estuvo tirada en el suelo mientras maldecía a todo mi árbol genealógico. Parecía una larva, envuelta en mantas tratando de liberarse de tal agobio, no sin parar de mirarme con rabia por no haber sucumbido a sus deseos de seguir durmiendo.

-Perra mala - me insultó sentada con las piernas cruzadas en el suelo.

-Vístete antes de que Piper y Silena fuercen la puerta - advertí lanzándole su ropa.

No habría sido la primera vez, sobretodo porque a Silena parecía encantarle curiosear en las habitaciones ajenas como motivo de su existencia. Si no nos hiciesen falta ambas para luchar, hace bastante tiempo que las habría lanzado por la borda, consecuencias de meterse donde no les importa. Desgraciadamente lo único que podía hacer era dejar a mis perros en guardia para que las echasen, por fortuna al menos Beauregard les tenía miedo.

-¿Eres consciente de que puedo electrocutarte y seguir durmiendo? - preguntó con fastidio mientras se vestía con la misma velocidad que una tortuga.

Tras un pequeño accidente antes de ayer con Leo, habíamos descubierto todos que pese a las dudas, mi novia seguía teniendo los poderes que le había otorgado Zeus. Aunque no los usaba demasiado, ni para practicar como Leo, seguía prefiriendo solo usarlos en momentos clave por si "se le acababan". Eso sí, la reciente noticia provocó que Zöe y Clarisse comenzasen a gritarle al cielo como dos estúpidas reclamando si no había nadie mejor para tener poderes. Pues no, no lo había.

-Sí - respondí pasando mi mano por su cara apartándole algunos mechones. - Pero es de mí de quien hablamos - susurré juntando mi cara a la suya a pocos milímetros de distancia - ¿Lo harás?

-Maldita sea, no - farfulló con fastidio - ¿Vas a besarme o...?

Ya no era un secreto que Thalia para expresar su cariño se la pasase fastidiando y lanzándoles un pequeño chispazo a quien se pusiese enfrente suya, solo por diversión. A todos, exceptuando a mí como siempre, podía sacarla de sus casillas todas las veces que pudiera y seguiría sin recibir siquiera el amago.

Como predije Piper no tardó en comenzar a tocar la puerta, solo porque no pudo abrirla a empujones como una desquiciada. Me esperaba que estuviese desganada como todo el mundo, pero ilógicamente no paraba de empujarnos por el pasillo hasta el comedor con tanta prisa como Travis Stoll cuando le comunican que su turno ya ha terminado.

-Están desbordados - señaló Jason con la cabeza a Frank y Hazel que no paraban de servir desayunos a toda prisa. Zang tenía un gran trozo de pan en su propia boca, comiéndolo como podía mientras seguía entrando y saliendo de la cocina.

-¿Y a nadie se le ha ocurrido ayudarles? - pregunté sentándome en frente.

-Están con Percy la mayoría, ya comieron y están cogiendo las provisiones y armas - contó mientras nos pasaba un plato de comida a Thalia y a mí - Ya hice tu parte, Thalia.

-¿Tenía que hacer algo? - preguntó con un largo bostezo. Me estresaba cuando no se ponía la mano delante de la boca.

-Sí Thalia, pero ya da igual - negó Jason tratando de disimular la sonrisa.

-A la próxima no hagas tú nada - aconsejé ignorando la patada de Thalia debajo de la mesa, - Es su obligación, no la tuya.

-No es molestia, me sobraba tiempo - se excusó Jason.

-¿Ves? Le sobraba tiempo - apoyó Thalia - Déjale con su ilusión y buena obra, mujer.

-Tienes un morro - habló Piper rodando los ojos - Y tú eres tonto - se dirigió a Jason.

Quizás lo era, pero Jason tenía predilección por Thalia, sobretodo porque cada vez terminaba antes sus tareas para ayudar a su hermana con las suyas, en este caso hacérselas, así ambos terminaban y podía pasar más tiempo con ella.

Thalia ya había hablado conmigo sobre Jason, le reconocía abiertamente como su hermano y no como <<la sustancia anómala con la que comparte sangre>>. Aunque la intensidad de su relación venía siendo únicamente como amigos, pero para Jason eso parecía ser mas que suficiente y estaba totalmente contento por haber ganado por fin su perdón.

-Deberíamos dejarles aquí - sugirió Piper y negué. Mis perros iban conmigo.

-Los dejaremos aquí - afirmó Thalia ignorando mi opinión - Si te niegas usaré mi súper cargo de capitana. No van a ir.

-Están más preparados que algunos aquí - insistí. No era cierto, pero no pensaba dejarles atrás.

-Le diré a Di Angelo que deje algunos esqueletos para que jueguen o los muerdan, me importa una mierda - continuó - Pero Aurum y Argentum no van a ir. Ya es suficientemente jodido el Inframundo para nosotros como para también exponer a mis hijos perrunos. Se quedan.

-Están entrenados, han sido de utilidad muchas veces - repetí - Van a ir.

-Contra monstruos, no estúpidos soldados de Octavian - me debatió - En España te recuerdo que nos perseguían y no se cortaron ni un pelo en herirle la pata a Aurum. Se quedan, es una orden.

Si mal no recordaba, esta era la primera vez que dictaba una orden en contra de mis sugerencias. Thalia siempre solía consultarme antes de tomar una decisión importante, sobretodo porque yo sueño ser la voz de la razón cuando ella solo es un manojo de impulsividad. La mayoría de veces no pensábamos igual, pero no había impuesto algo en contra mía sin tratar de razonar un poco, ahora parecía que tenía la idea fija y yo no podría oponerme.

-Tú mandas, capitana - ironicé volviendo mi mirada al plato.

-Uh... así cuidan el barco - murmuró en voz baja Jason y le dirigí una mirada mordaz - Perdón, solo trataba de ayudar.

No sabía si me molestaba el hecho de que puede que tenga razón o que parecía haberlo decidido hace tiempo sin decirme nada, ni siquiera consultármelo. No era una decisión momentánea, al igual que a Percy, a Thalia tomar decisiones por más sencillas que fuesen le costaba varios minutos; a no ser que estemos apunto de morir y decidan lo primero que se les pase por la cabeza.

Se había instalado un ambiente tenso, el que Piper intentó romper con una anécdota que consideraba ella sola divertida junto a Leo. Fue la única que se rió, aunque a Jason parecía también haberle hecho gracia, pero no se atrevió a reírse.

Como siempre los enfados tontos con Thalia me duraban cada vez menos. Esta vez vi un pequeño tomate rodar por el borde de mi plato hasta acabar en el centro junto a mi comida, seguido de él un trozo mal arrancado de pan.

-¿Es una ofrenda de paz? - pregunté pinchando el tomate y mirándola.

Tenía una sonrisa de lado, divertida con mi frustración mientras asentía.

-¿Puedo ordenarte que no me ignores? - preguntó tratando de aguantar la risa - Te pareced a Aurum enfadada.

-Vete a la mierda.

-Ya van tomando forma, ya hicieron las paces - le informó Piper a Jason sin quitarnos el ojo de encima.

Es un hecho que Thalia me ablanda, al menos un tercio de las veces. Correspondí a su sonrisa para afirmarle que ya volvía a caerme en gracia y de alguna manera, había aceptado su decisión con respecto a nuestros perros aunque no me hiciese nada de gracia.

-Cuando yo me enfado simplemente te largas ¿por qué no me das comida? - le espetó Piper a Jason.

-¡Te doy tu espacio! - exclamó el rubio y luego miró a su hermana - Todo esto es tu culpa.

-Vaya novedad - susurré recibiendo un codazo de Thalia.

-Aprende de mí, soy la cúspide del puto romanticismo - se señaló a sí misma con altanería - Le di mi tomate.

-No te gusta el tomate, ibas a dármelo igual - tiré abajo su momento.

Como siempre cuando no le interesaba un tema, procedió a hacer oídos sordos y seguir halagándose a sí misma. Habían tantas facetas diferentes de Thalia que dudaba algún día poder conocerlas todas, en unos momentos era muy segura de si misma y en otros dudaba cada uno de sus pasos y acciones. Este último afortunadamente solo lo demostraba en su mayoría conmigo, otra forma que tiene de hacerme sentir importante para ella.

Pocos quedaban comiendo como nosotros, cada uno a sus propias conversaciones pero el rostro de nerviosismo era similar en cada uno. Ya no era solo estar en el Inframundo, que se podría considerar el lugar más terrible, sino que encima todo se estaba volviendo tan complicado que el grupo entero tenía que desembarcar. No había positivismo por ningún lado, mires como lo mires.

Escuché un pequeño chispazo y automáticamente recé para no encontrarme a mi novia con los pelos de punta a mi lado, no sería una buena manera de comenzar el día. Afortunadamente había sido provocado y medido. Sin reparar en mi vista sobre ella, comenzó a quemar poco a poco la comida como Leo le había enseñado a usar más o menos sus poderes mientras volvía por quinceava vez a darle las gracias a Apolo por su ayuda.

Siempre pensé que sería cosa de un día, como mucho tres ofrendas de comida, pero no había parado y no parecía tener intenciones. Otra cuestión es que seguía haciendo las ofrendas a su manera, totalmente al revés del sentido lógico que sería primero el fuego y luego echar la comida, pero claro, es el engendro gótico, no nos caía a ninguno de sorpresa. Thalia es así, estaba entretenida con su pequeño ritual sin darse cuenta que de nuevo me estaba haciendo sentir la persona más amada del mundo con ese simple gesto.

-¿Qué? - preguntó cuando notó mi mirada sobre ella.

-Nunca te enteras de nada.

-Nos reíamos de Thalia pero la pretora también babea por su chica - se burló Piper provocando que apartase rápidamente la mirada, salvaguardando un poco de orgullo.

-Siempre dije que era jodidamente irresistible y nadie me hacía caso - explicó Thalia con obviedad. - Además es mi jodida novia, es lógico.

Cuando tuviese un poco de tiempo libre, comenzaría a contar cuántas veces Thalia dice una mala palabra al día. Los Stolls podrían hacer una puja sobre ello.

-Jason ¿tú babeas por mí? - le preguntó Piper.

-¿Eh? - tartamudeó levantando la vista de su plato. No estaba prestando atención.

-De verdad, eres un romántico - rodó Piper los ojos.


La gran muralla del Hades resultaba bastante imponente, una clara señal de que nuestra idea de escalarla si el plan de Cerbero salía mal iba a ser imposible. Ni los mejores escaladores lo conseguirían. Era gris, pero tan brillante que parecía estar bañada en aceite.

-Papá te quiere, volveremos lo más pronto que podamos - se despedía Leo del Argo II acariciando la madera.

Yo ya me habían despedido de mis perros, un poco agrio porque rápidamente se pusieron a atormentar a tres esqueletos que había creado Nico, así que Thalia tampoco tuvi oportunidad de hacer uni de sus dramas.

-Sí ha cumplido - murmuró Percy a mi lado mirando el barco.

-Eso parece.

Hécate desde el primer momento no nos había dado buena espina, no porque nos fuese a intentar matar sino porque no parecía al principio muy predispuesta a ayudarnos. Percy y yo habíamos tratado de concienciarnos que quizás su supuesta ayuda iba a ser una vil mentira y que seguramente, cuando volviésemos solo nos encontraríamos trozos de madera flotando como restos.

Ahora veíamos que sí había cumplido su palabra. Nosotros seguíamos viéndolo pero la imagen estaba borrosa, como si estuviesen dándole un calambrazo al barco y provocando que vibrase a toda velocidad. Seguía extrañándonos recibir un poco de ayuda, no estábamos para nada acostumbrados.

-Si tocas un muerto se siente como un venti, pero más blando y líquido - me susurró Thalia.

-¿Ya has tocado uno? - pregunté sin creérmelo y asintió - Pensé que aguantarías tu curiosidad aunque sea cinco minutos.

-Empezó Travis - señaló al Stoll que a pesar de fracasar repetidas veces, trataba de robarle en los bolsillos a uno. - Y Percy le puso la zancadilla a uno.

-Chivata - acusó Percy alejándose de los muertos - ¿Pero lo viste? Se cayó.

-Te quiero alejada de los muertos, no provoques más desastres - dije tirando de Thalia - Y a ti también - avisé a Percy.

-Es una excusa para darme la mano ¿verdad? - preguntó Thalia con picardía señalando mi agarre en la suya - Y fue bonito mientras duró - finalizó con dramatismo llevándose la mano al pecho cuando la solté.

-Tus gustos - susurró Nico en mi oído pasando a mi lado - Te lo advertí.

-El tuyo está intentando hablar con esa mujer - rebatí señalando a Will que se creía capaz de comunicarse con los muertos.

-Empate.

La idea preconcebida que tenía de los muertos en el Hades era similar a lo que habíamos visto al llegar surcar el agua, almas verdosas y que se deshacían al tacto, pero aquí todo era diferente. A unos pocos metros vimos a Caronte llegar en su barca, los muertos parecían tan borrosos como nuestro barco, pero una vez que tocaban la tierra, sus rostros de nuevo iban siendo cada vez más nítidos aunque seguían siendo parcialmente transparentes.

No parecían perdidos ni mareados, como si supiesen a dónde ir, pero estaban más tranquilos que los de la secuencia de gritos que habíamos vivido estos pocos días. Quizás ya les inundaba la tranquilidad al haber conseguido cruzar en la barca de Caronte, cuando conozcan su destino seguramente algunos vuelvan a gritar.

Escuché la risa baja de Thalia a mi lado cuando sucumbí a la curiosidad y rocé el brazo de uno que caminaba a mi lado. No, no era similar a un venti como dijo Thalia, recordaba exactamente lo que fue capturar a uno y era totalmente diferente. Mi mano traspasó levemente su brazo, pero lo sentí y quizás él también, lo que en vida habrá sido su piel, se hundió levemente ante mi intromisión antes de volver a su forma inicial con media palma de mi mano en él. Le sentía, viscoso pero poco pesado. Como si las almas fuesen de gelatina, es el tacto más próximo que les he encontrado.

-Veo al perro - anunció Frank.

-Mide por lo menos cuatro metros, es que si no lo ves estás ciego - respondió Rachel con exasperación.

A ojo diría que cuatro metros se quedaba corto, para mí serían mínimo seis, pero no tenía intención de ponerme a hacer cálculos de última hora que no servirían para nada. Había que reconocer que Cerbero es un perro bastante elegante y regio, su pelaje brillaba tanto que quitaba la atención de los muertos. Pensé que me sorprendería por sus tres cabezas, o al menos quedarme un poco extrañada, pero ahora simplemente lo miraba y automáticamente me parecía algo normal. Habíamos visto y vivido tanto en los últimos años que un perro de tres cabezas dos veces el barco de alto, no me sorprendía.

-¿Cómo voy a dormir a eso? - preguntó Will preocupado, perdiendo la seguridad con la que gozaba estos dos últimos días - Si desde ahí arriba seguro que no me escucha.

-Serás como un puto grillo - apoyó mi dulce novia la causa. Jamás diría algo esperanzador, nunca.

-Tenemos cuerda, podemos atarte y elevarte a modo de polea - sugirió Travis señalando la cuerda que traía Beckendorf enrollada en su hombro.

-Serás como un rubio sacrificio humano - se mofó Thalia ignorando mi advertencia.
-Toca alto - ideó Percy encogiéndose de hombros

-Estoy seguro de que a ninguno se nos había ocurrido, Prissy - ironizó Clarisse.- Vais a ver que no pasamos.

Fuimos acercándonos levemente, sobretodo separándonos parcialmente para no ser tan vistosos a ojos de Cerbero, aunque él parecía bastante entretenido rugiéndole a los muertos que se atrevían a saltarse la fila para avanzar más rápido.

-Tú no hace falta que ye escondas - le dijo Thalia a Nico que iba a mi lado - Ya tienes el puto aspecto de muerto.

-Lo sé Thalia, las cinco veces que ya me lo has dicho me ha quedado claro - respondió Nico con aburrimiento.

Se libró de una respuesta de Thalia porque Percy le hizo señas junto a Leo para que fuese con ellos, habiendo encontrado otra alma que parecía más predispuesta a entretenerles. Ese muerto sí que había tenido un desgraciado destino, ni en la cola antes de entrar al Hades donde se decidirá su destino, podría descansar. Ahora mismo estaba sufriendo si era consciente teniendo a Percy delante suya sacándole la lengua como un idiota.

-Si le respondes es peor, ve a hablar con Will - dije dándole un pequeño empujón.

-No me trates como un niño pequeño - se quejó retrocediendo de nuevo a mi lado. - Sé lo que hago.

-¿De veras? Perdí diez dracmas por tu culpa, aún me los debes.

Cometí el error de confiar en Nico en ese sentido, pensé que él sería el primero en dar el paso ya que su situación era tan mala que ni tendría nada que perder.
Desafortunadamente fue Will que ya había vuelto a demostrar que la vergüenza es algo que rigiese su vida.

Ahora todo estaba de vuelta en el lado de Nico. Solace ya había soltado la bomba y es Nico quien debe reaccionar. Pensé que lo haría a las horas, tal y como Thalia hizo conmigo, pero el ojinegro volvía a demostrar que tanta frialdad y seriedad para todo solo ocultaba a un chico incapaz de controlar sus nervios.

-Yo no pedí que apostases por mí - se exculpó - Además estamos en una misión, no puedo desviarme del objetivo.

-Suenas como yo.

-Algo he aprendido.

-¿Cómo vas con Hazel? - pregunté viéndola junto a Piper, en su caso tratando de que la morena no se uniese a Leo y el resto.

-Trato de hablar con ella, pero sigue culpándose por haber sugerido que me matasen.
No me caía de sorpresa, había visto que su relación estaba tirante. Hazel tartamudeaba cada vez que se acercaba con vergüenza, no se ha perdonado aún. La entendía pero sinceramente si queremos avanzar de alguna manera, no solo en la misión, debemos comenzar a dejar todo atrás como sea. Eso estaba haciendo Nico, era difícil pero no había otra forma posible de actuar.

Del mismo modo en que ellos dos deberían hacerlo, también entraba Thalia en juego. Mientras siga con la idea de matar a Annabeth no va a avanzar, todo lo que había conseguido, ese control y superación por el estado de su hermana había comenzado a tambalearse en el momento en que me hirió. Ni siquiera a mí me hacía caso, por más que le repitiese que no echase por la borda todos sus avances, estaba centrada en hacerle pagar lo que casi provoca. Comprendía su enfado, seguramente yo habría pensado en hacer lo mismo antes de recapacitar y controlar mi rabia, pero debería escucharme, cosa que ahora no hace.

Habían varias filas, aún así algunas almas se alejaban tratando de pasar por su cuenta, consiguiendo únicamente un empujón de alguna de las cabezas y un intenso ladrido que ponía los pelos de punta. Estábamos lo suficientemente cerca como para que nos notase y si no me equivoco ya lo había hecho, su cabeza de más a la izquierda nos observaba con atención pero sin alterarse; posiblemente valoraba si queríamos entrar o simplemente estábamos aquí de paso.

-No nos atacará - afirme viendo cómo esa cabeza volvía a relajar las orejas cayéndole a ambos lados de su cara, quitando la posición de defensa. - Al menos si no le molestamos. Mientras nos estemos quietos, estará calmado.

-¿Y tú cómo sabes eso? - espetó Clarisse señalando la cabeza - Suelta babas, seguramente ya está apunto de merendarnos.

-Reyna es experta en fieras ¿verdad Thalia? - canturreó Silena con malicia.

-Tus muertos en vinagre, Bauregard - respondió mi novia.

-Reyna sabe bastante de perros, solo hay que ver a Aurum y Argentum - estableció Jason la paz - Will ¿estás listo?

-¿Para tentar a la suerte y que corra el riesgo de devorarme? Lo estoy.

Comenzaba a dudar que pudiese tocar aunque sea una nota correcta, nos quedamos parados mientras le veíamos dar unos pasos hacia Cerbero sacando la lira que llevaba colgada a la espalda como el carcaj. Sus manos temblaban al igual que todo su cuerpo, parecía que en cualquier momento se desmayaría.

-Por no dejarme darle un chispazo quizás se coma a Will - me dijo Thalia sentándose en una roca a mi lado - Esto te envenenará la conciencia de por vida.

-Peor es que te deje electrocutar a un perro - especifiqué viendo la escena - Lo conseguirá.

Will es alto, pero visto desde nuestra posición y con Cerbero casi a su lado, parecía incluso más minúsculo que una hormiga.

-Tenemos que formular un plan para cuando Will le sirva de palillo de dientes - sugirió Chris Rodríguez con socarronería.

-Cállate - silenció Nico.

-A mí ni te dirijas, sucio traidor - respondió Rodríguez apretando la mandíbula.

-Luego se matan - habló Percy - Ahora cállense que desconcentran a Will.

Empezamos a escuchar unas pequeñas notas, no sonaba muy bien, menos aún cuando la lira se le resbaló de sus manos y casi cayó al suelo si no la hubiese recogido en el aire al ver el desastre. Miré a Nico que si bien tenía una cara concentrada mirando al rubio, parecía preocupado.

-Quizás sea demasiado para él solo - murmuré.

-No, solo... da igual, necesita tiempo - respondió en voz baja. - Tenemos ventaja, Annabeth aún no llegará. Confiemos en él.

-El chispazo será débil, prometo dejarle vivo - susurró Thalia en mi oído.

-Al próximo comentario sobre electrocutar al perro te hundo en el Estigio.

Will miró unos segundos hacia nosotros con la boca entreabierta como si fuese a pedirnos ayuda, estaba bastante asustado, pero ninguna palabra salió de él. Me fijé en que ahora su vista estaba puesta en Nico a mi lado, como si estuviese en trance, del cual despertó con un corto asentimiento de Di Angelo en ánimo y volvió a mirar al perro.

Cerbero ya no le prestaba atención, ni a nosotros tampoco, con ninguna de sus cabezas. Estaba de nuevo centrado en su trabajo, lo que junto con el apoyo silencioso pero importante para el rubio de Nico, era una total fuente de tranquilidad. En el momento en que cogió una fuerte respiración calmándose para empezar a tocar, a Percy le fallaron las ganas de parecer un capitán serio y se tiró al suelo como el resto apoyando a Will desde la gravilla negra.

Había escuchado muchas veces en mi tiempo en el Tormenta a Will tocar las mejores melodías demostrando su talento, así que ahora que comenzaba poco a poco a tomar forma, dudaba del por qué creía que necesitaríamos un segundo plan. Solo las primeras notas provocaron que mi mente se transportase directamente al Tormenta, una época donde no estábamos sumidos en el caos y tampoco esperábamos que algo así nos ocurriese a nosotros.

Había intentado en vano moverme, las cuerdas alrededor de mis muñecas me tenían en una situación bastante problemática y si no fuese porque tengo a dos chicos vigilándome de cerca, habría ideado otra manera de escapar.

-Ten cuidado, a Calipso la desarmó en segundos y a Malcolm lo ha dejado inconsciente - informó el moreno que me había atado - Si Castellan no me hubiese ayudado, nos mata uno a uno.

-Has apretado demasiado la cuerda, puedes estar haciéndola daño - se acercó trotando un fauno. Es la primera vez que veía uno, esperaba verlo en algún bosque, no abordo de un barco.

-Si aflojo un poco, nos matará.

No tiraron con brusquedad de mí, solo lo justo para que caminase al mismo son de ellos hasta su barco. No me importaba, en el momento en que me soltasen o encerrasen en alguna parte, escaparía. Si me propongo algo, lo hago.

Lo que más me llamó la atención no era el gran barco en sí, sino el contraste de la realidad a lo que yo me esperaba. Comencé a escanearlo, sobretodo en busca del receptor de una melodía suave pero sinuosa, encontrándome en lo alto de la vela mayor un chico rubio que parecía incluso moverse al ritmo de su propia música aterradora. En adición, a pesar de la tétrica canción y de las caras enfadadas y hartas de la vida que pensaba encontrar, solo vi frente a mí al chico rubio que me frenó junto al moreno y a su lado otra chica rubia igual de sonriente.

-Ella es quien os pateó el trasero ¿verdad? - preguntó con burla.

-Muy duro - respondió el rubio, no parecía para nada resentido - Es fuerte y hábil, pero afortunadamente no parecía tener mucha práctica.

¿Cómo esperaba que la tuviese? Apenas había practicado y la tripulación a la que usaba de transporte había sido atacada por todos estos. No quedó ninguno vivo, excepto yo y pensaba continuar así por un largo tiempo.

-Soltadla - les dijo y al igual que yo tenían una mirada dudosa, pero no la desobedecieron. - Soy Annabeth Chase.

No tuve el instinto de atacarla una vez que estuve libre, me daba igual ser la única desarmada, sabría desenvolverme bien en la pelea, pero había algo en ella que me instaba a mantener la calma.

-Reyna - apreté su saludo.

-Él es Luke Castellan, mi hermano - presentó al rubio a su lado que también me tendió la mano pero no la acepté. Aún así seguía sonriente - ¿Hace cuánto estabas con tu anterior tripulación?

-Ni siquiera les conocía - revelé causando sorpresa en ella - Necesitaba transporte y se ofrecieron a llevarme. Fueron de utilidad.

-No creo que lo hagan gratis, la amabilidad no es algo que brille últimamente - respondió perspicaz.

-Fue un trato - especifiqué - Yo no los mataría si me hacían el favor.

-Entiendo - sonrió - Siento haber intervenido en tu viaje, pero necesitábamos provisiones - señaló a algunos de los suyos que almacenaban en un lateral de cubierta todo lo que habían saqueado antes de hundir el barco - Podemos ofrecerte transporte, también que no nos mates nos parece buena oferta.

-¿Por qué? Los piratas tienen aún menos fama de amabilidad que unos simples mercaderes - cuestioné con desconfianza - Y ¿por qué no me habéis intentado matar como al resto?

-Luke tiene buen ojo, sabe ver el talento para la lucha - señaló al que parece ser que es su hermano - Tampoco creo que hubiésemos salido ilesos, tenemos dos bajas gracias a ti.

-Podrían haber sido más.

-No lo dudo - aceptó - Te llevaremos al puerto más cercano sin ningún contratiempo, pero me gustaría que te quedases. No me gusta desaprovechar aliados fuertes y sospecho que serás importante aquí.

La chica, por los pocos minutos que la conocía, no me caía nada mal. A pesar de esa pequeña sonrisa que portaba, tenía un aura imponente, como de esas personas a las que no te gustaría tener en contra.

Di un repaso rápido a cubierta viendo a algunos, cada uno a su propio trabajo sin reparar en nosotros. Eran pocos, al menos los que estaban en cubierta, así que entendía que debían estar trabajando bastante cada día para tener un barco apunto ellos solos. La única que no hacía nada era una chica pelinegra, algo baja que cargaba una botella de vino que reconocí del barco donde pasé dos meses.

-Thalia Grace, mi hermana mayor - presentó Annabeth señalándola en el momento en que trastabilló presa del alcohol cayendo al suelo. - Una de las mejores, la mejor en mi opinión - especificó con una profunda mirada de cariño hacia la chica. - Que no te engañe, es su día libre, suele estar más espabilada.

-No le mientas, si la va a conocer igual - carcajeó Luke a su lado. - Es buena chica, solo... de primeras no es muy amable.

-No estoy aquí para hacer amigos.

-Deberás tener confianza en nosotros del mismo modo que nosotros la tendremos en ti - replicó Annabeth - Nos jugamos la vida y luchamos juntos, somos un equipo. Si aceptas, serás una de nosotras.

-Tendré que pensarlo, tengo tiempo - asintió a mis palabras - De igual forma, debería comunicárselo al capitán, no creo que le siente bien que tomes una orden sin consultar.

-No, no le gustaría, es un tanto... mandón - bromeó Luke recibiendo un golpe de Annabeth.

-Idiota - le insultó con gracia antes de volver a dirigirse a mí - Yo soy la capitana del Tormenta, un placer.

Su orgullo al pronunciar su título se incrementó ante mi mirada de sorpresa. Una chica capitana, jamás me lo hubiese imaginado dadas las circunstancias de la época, aún me sorprendía que hubiesen chicas a bordo, pero una al mando... simplemente increíble.

No se lo dije al momento, pero en ese instante reconociendo a Annabeth Chase como la capitana, supe que me quedaría.

Un peso extra me sacó de mi recuerdo, me preparé para empujar a Thalia por su inesperada muestra de cariño en público pero solo la encontré dormida con la cabeza en mi hombro ajena a todo.

-Segunda - anunció Travis señalando a mi novia - La apuesta a que Percy sea el siguiente se dobla.

Busqué con la mirada al nombrado, viéndole con la cabeza apoyada en su mano y los ojos cerrándosele poco a poco y abriéndolos unos segundos antes de volver a que le pesasen los párpados. Un metro alejado de él estaba Leo Valdez, que con la cabeza en las piernas de Calipso y uno de sus pies apoyado en la espalda de Jason, dormía a pierna suelta soltando pequeños suspiros.

-El plan era que durmiese el maldito perro, no estos imbéciles - bramó Clarisse.

Dirigí mi mirada a Cerbero, que continuaba con su tarea mientras Will seguía tocando su melodía, durmiendo poco a poco a la tripulación sin tener efecto alguno en el animal.

-No le está haciendo caso, es normal que no funcione - hablé señalando al perro - Tenemos que volver a llamar su atención.

-Que alguno vaya corriendo tratando de colarse, ya verás como reacciona - sugirió Katie con pinta cansada.

-Como aparezca ahora Annabeth vamos a dar buena guerra - ironizó Percy con un largo bostezo.

-De nuevo tengo que despertarte - murmuré en voz baja comenzando a mover a Thalia - Eres un desastre.

-¿Es algún tipo de fantasía joderme siempre la siesta? - gruñó espabilándose - ¿Ya se durmió el puto perro?

-No, pero tú sí - negué con burla.

-Es imposible estarse despierto con esa maldita música - señaló a Solace que paraba unos segundos de tocar tomándose un respiro.

Ni siquiera cuando Will frenó se percató Cerbero de ello, como si el rubio hubiese sido solo un pequeño grillo talentoso que si no te centrabas en él, ni le escuchabas.

-Tengo una idea pero Will seguramente termine agotado - habló Calipso empujando la cabeza de Leo para despertarle - ¿Y si toca algo más ameno?

-El punto es dormirle, no que se monte su propia fiesta - respondió Zöe.

-Lo sé, pero al menos para atraer su atención sin que nos juguemos la vida - explicó Calipso - Cuando repare en Will de nuevo, que cambie progresivamente la melodía a una lenta de nuevo. Si está atento, funcionará.

No teníamos nada mejor, todos estuvieron a favor de la idea de Calipso excepto Thalia que seguía insistiendo en darle un chispazo al perro y Clarisse que seguía diciendo que corriésemos y solo los más rápidos conseguirían pasar. El resto, mala suerte. Aplastados o devorados por Cerbero.

Will se tomó unos largos minutos de descanso, estirando los dedos y sacudiendo sus manos como si hubiese estado toda una tarde atando cabos en cubierta. Nos miraba con recelo, seguramente luego exigiría a los capitanes tener mínimo dos días de descanso en cuanto volviésemos al barco por haberle explotado tanto.

-Estuve pensando... ¿me encontraré a Luke en los Campos de Asfódelos? - susurró Thalia luego de un rato. - Y ¿me reconocerá? No sé si están obligados a beber del Lete.

-Creo que es opcional - respondí en el mismo tono - Pero son millas y millas de extensión, muchísimas almas, es prácticamente imposible que nos crucemos con alguno que conozcamos.

-Ya - respondió cortamente - Pero pensé que tendría un poco se suerte en eso. Da igual, tampoco es como si fuésemos afortunados.

-Lo siento - murmuré atrayendo su mirada, - quizás debería haber...

-No, no me gusta que mientan solo para hacerme sentir bien - formó una pequeña mueca, un fatídico intento de sonrisa - Gracias.

Me dolía por ella, la despedida con su hermano no había sido la mejor, ni siquiera la forma en la que encontraron su cadáver. La bonita historia de aquel trío que causaba envidia por ese amor que se tenían había sido cruelmente manchada de por vida; era imposible recordarles ahora con una sonrisa, sus sucesos no son fáciles de obviar.

-Rachel tiene montones de hojas para sus intentos de de pancartas contra el mal cuidado de la naturaleza, podemos pedirle una - hablé consiguiendo de nuevo su atención - Seguro que si escribes una nota y la dejas en una roca, en algunos meses o años, lo leerá. En los campos solo caminan sin fin, la verá; y estoy segura de que no bebió del Lete para no olvidaros.

Solía tener mejores ideas, pero por la sonrisa ilusionada que me dedicó mientras asentía supe que esta vez sí había conseguido levantarle el ánimo. Thalia se merecía todo lo bueno que pudiese pasar.

-Le escribiré también que es más viejo de lo que pensaba - añadió con su humor de siempre.

-Tú siempre tan amable - bromeé antes de dejar un beso en su mejilla.

Will empezó poco después a tocar de nuevo, incluso parecía enfadado porque no hubiese funcionado al primer intento. Sus dedos se movían con maestría por la lira, mirando fijamente a Cerbero como si le estuviese retando a un duelo de música. Hasta Leo parecía espabilarse poco a poco con la música luego de que su novia le hubiese despertado.

Cerbero comenzaba a a reaccionar, pero muy débilmente. Solo su cabeza de la izquierda se movía de arriba a abajo al compás de la música y lanzaba algún ladrido alegre soltando aún más babas, pero las restantes apenas se movían; le miraron una vez antes de volver a su tarea.

-Supuestamente este poder es para pelear - murmuró Nico mirando sus manos - Y con vosotros he creado esqueletos para arreglar un barco.

-Es de más utilidad en el barco.

-Ya - murmuró moviendo parcialmente sus manos - Esto va a ser ridículo.

Enfrente nuestra la tierra se abrió un poco, como si fuese el cráter de un volcán, surgiendo unas esqueléticas manos dando paso a cinco nuevos esqueletos que se arrodillaron frente a Nico, totalmente a sus expensas.

-Uh... haced música - ordenó Nico y no fui la única que le miró como si estuviese loco, los esqueletos también - Golpead lo que sea, seguid el ritmo del rubio - señaló a Will.

-No me lo creo - traté de no reír al verles trotar hacia Solace.

-Thanatos me va a quitar los poderes - sentenció con agonía.

Will se exaltó un poco al verlos a su alrededor, equivocándose en algunas notas pero luego parece ser que los reconoció y continuó con su melodía, sin perder el ensimismamiento de la cabeza de la izquierda. Los esqueletos parecían tan perdidos como nosotros, mirándose entre ellos sin saber muy bien qué hacer.

El más alto fue el primero en reaccionar, arrancándose una de sus costillas sin cuidado alguno y tras unos segundos mirando el hueso y a Will, golpeó el cráneo del que tenía más cerca cuadrando con una nota alta del rubio. Nico se pasó las manos por la cara con vergüenza cuando el resto comenzó a imitarle, comenzando el espectáculo.

Eran ruidosos, sobretodo porque pegaban tan fuerte que uno ya tenía medio cráneo roto. De igual modo sirvió no solo para atraer la atención total de Cerbero, también la de las dos cabezas restantes de Cerbero que sacaban la lengua con júbilo soltando varios ladridos y moviéndose al ritmo de la música.

-Me he dormido con la música de Will y esto es un sueño estúpido ¿verdad? - preguntó Frank golpeándose levemente la mejilla varias veces.

Una de las patas delanteras de Cerbero se sacudía, golpeando con diversión la tierra levantando gravilla y aplastando algunas almas que estaban en proceso por entrar. Incluso sentí temblar la piedra donde estaba sentada.

-¿Bailas? - carcajeó Thalia tendiéndome la mano.

-¿Tu estás loca? Estáte quieta - ordené sujetando su brazo por si pensaba levantarse.

Afortunadamente antes de que a alguno más de la tripulación se le ocurriese hacer el tonto como a mi novia, Percy le hizo una débil señal a Will para que comenzase a cambiar el ritmo a uno más lento. Ignorando las quejas de Leo y Travis que parecían dispuestos a bailar.

-¡Que no! - le gritó Katie al Stoll cruzándose de brazos.

-Aburrida.

-Creo que deberías ir devolviéndoles a su sitio - le dije a Nico cuando notamos a Will disminuir la velocidad pero los esqueletos seguían ya a su aire golpeándose entre ellos con los huesos que le quedaban.

-Será lo mejor.

Los fue quitando gradualmente, al mismo tiempo en que Will ralentizaba su melodía. He de reconocer que estaba nerviosa pensando que Cerbero volvería a su tarea en cuanto la animada música se calmase, pero Will tenía tan ensimismado al perro que seguía siguiéndole la música aunque fuese más lenta.

-Está relajándose - hablé viendo a Cerbero estirar una pata colocándose mejor.

-¿El perro o tu novia? - bromeó Silena señalando a Thalia que amenazaba con tumbarse.

-Ni se te ocurra - le advertí obligándola a sentarse recta. Tenía una facilidad para dormir innata.

La cabeza de en medio soltó un largo bostezo, pero volvió a mecerse al son de la música con calma junto al resto. Su cuerpo ya estaba totalmente tumbado, las cabezas cada vez perdían más altura danzando y soltando pequeños gruñidos bajos, contento con la demostración del talento de Will. Poco a poco sus movimientos iban ralentizándose, sus barbillas rozando la gravilla hasta apoyarse totalmente sobre la tierra y rozarse unas con otras, con los ojos apenas abiertos.

Will cayó de rodillas en la gravilla, soltando un grito silencioso elevando su puño en victoria cuando las tres cabezas cerraron los ojos y a la vez, dejaron escapar un largo suspiro. Dormido.

-Luego lo celebramos, tenemos que darnos prisa - apuró Percy levantándose - Por los dioses, no hagan ruido. Buen trabajo Will.

-Ha estado chupado - se mofó limpiándose el sudor de la frente cuando nos acercamos a él - Cuando quieras nos volvemos a montar un dúo - le dijo a Nico guiñándole el ojo - ¿Puedes prestármelos más veces?

-Todas las que quieras - aseguró con una sonrisa que luego ocultó cuando me vio mirándole con burla - Quiero decir..., sí, claro. Si no estoy ocupado.

Los muertos parecían desconcertados, seguramente preguntándose por qué en vida no les habían explicado que a veces habían conciertos improvisados en el inframundo. De todas maneras ninguno se movió de su sitio, luego de ver todos los que había aplastado Cerbero mientras se divertía con Will, no tenían ganas de correr esa misma suerte.
Afortunadamente Cerbero tenía mucho pelo, pero no cuerpo, había un pequeño lateral entre él y la muralla por donde pudimos pasar lentamente. A pesar de seguir dormido, sentía los nervios en la garganta cada vez que la mata de pelo rozaba mi brazo o pierna; un monstruo de seis metros dormido o no, es imponente.

-Creo que voy a vomitar - anunció Rachel cuando todos pasamos sujetándose la barriga.

-Apunta hacia allá - indicó Zöe al lado contrario de donde estaba ella.

Todo estaba un poco más iluminado que fuera de las murallas, hasta los sonidos parecían ser diferentes y ni siquiera veíamos el otro laso de la muralla. Parecía ser tan enorme como lo fue Roma en su momento.

-Joder, que ha funcionado - habló Clarisse mirando la gran y peluda espalda de Cerbero - ¡Hemos cruzado! - gritó.

Nos alejamos unos metros antes de comenzar a celebrarlo en vítores, sobretodo Charles y Frank que levantaron en volandas a Will celebrando su hazaña. La verdad es que se merecía todas las ovaciones posibles.

-¡¿Pero qué te he dicho?! - le grité a Thalia cuando lanzó un rápido y pequeño rayo en dirección a la espalda de Cerbero.

-Y ya la cagado - masculló Chris.

-Tranquilos, no se dará la vuelta - calmó Thalia - Fue un chispazo pequeño al culo ¿ves? Está vivo - me dijo señalando a Cerbero que luego de soltar tres fuertes ladridos volvía a estar en posición.

-¿No podías irte sin hacer lo que te diese la gana? - espeté.

-Error doña perfecta - dijo levantando su dedo índice enfrente de mi cara donde aún tenía unas pequeñas chispas - No pensarás que le vamos a dejar dormido para que Annabeth venga y tenga todo el puto trabajo hecho. Eso la retrasará, que se joda.

-Y todo piensas - sonreí viendo cómo me guiñaba el ojo.

-Andando, tenemos un largo camino - ordenó Percy con una sonrisa cansada - Will si quieres puedes tocar algo animado por el camino.

-¡Dimito!

*******************************

¡Tres hurras por Will!

Continue Reading

You'll Also Like

404K 26.5K 97
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
229K 15.7K 64
Amor no correspondido, mentiras y dolor, venganza y avaricia... ¿Podrías apiadarte de ellos? ~Bughead 🚫No se permiten copias ni adaptaciones. Grac...
691K 89.6K 63
"Y si no eres el amor de mi vida diré que me equivoque de vida y no de amor" Cuando Izuku observó como Kacchan le decía que sería padre, supo que en...
22.2K 1.4K 32
Aixa tiene una actitud como la de cualquier chica, una personalidad normal y un aspecto nada sobrenatural. Pero lo que la hace diferente es lo que ha...