16. Mestizo

70 31 78
                                    

Arabelle Rose White

Algo en mi se sintió mal, sabía que era una mentirosa y me carcomía eso, me sentí mal por verlo a los ojos, diciéndole puras mentiras, no merecía su bondad, no merecía nada, solo todo lo que estaba pasando, por no pensar en nada antes y no ser tan inteligente como pensaba que era. Me retire a mi habitación, me encerré, tomé un baño para después quedar dormida y sentirme como en casa, él me hacía sentir así aunque intentara negarlo con todas mis fuerzas, yo estaba perdida, porque cada que lo veía me hacía sentir a salvo y no sabía que eran esas emociones que estaba experimentando.

1 mes después...

Había pasado un mes y Lorcan no había logrado encontrarme, yo estaba acostumbrada a ser una empleada, ya recibía mi paga y había logrado juntar mi buen dinero, estaba lista para marcharme en unos días, quería hacerlo, de verdad, pero los sentimientos que sentía por él me detenían,  en tampoco tiempo me había hecho buena amiga de Cassian, o eso pensaba, peleábamos juntos, por cierto ya era muy buena con la espada, mis poderes los ocultaba, no quería llamar la atención, todo estaba normal, solo que había demasiado trabajo, en unos días se celebraría el baile anual de máscaras, diversas personas de todos los reinos vendrían, estaba segura que Lorcan estaría aquí y me encontraría, tendría que marcharme antes de que él viniera por mi, tendría que hacerlo porque si no dañaría a todos como lo hizo con mi familia, no quería que nadie saliera lastimado y menos por mi culpa. Pero ya no podía ocultar lo que sentía por el príncipe de la casa de fuego y le diría acerca de quien soy, le contaría todo. Tomé mi medallón que me dio Sereia y lo puse en mi cuello, después alguien tocó en la habitación, yo salí a revisar y era el, Cassian, con una mirada curiosa, estaba planeando algo, conocía esa cara, no lo invité a pasar, no quería que nadie malinterpretara la situación, así que salí a hablar con él afuera.

-Vengó a ver qué tal te pareció el libro que te di ayer, es uno de mis favoritos, espero que no te haya decepcionado.

-En absoluto, me encanto la manera en la que estaba redactado, podía sentir los sentimientos y vivirlo como si estuviera dentro, quede enamorada.-dije feliz.-Pero si te conozco bien cómo creo que lo hago, creo que tú vienes por otra cosa, dudo que estés aquí solo por el libro, ¿que necesitas de mi?.-dije preguntando.

-Necesito de ti muchas cosas, pero me refiero a utilizar tus poderes, me gustaría que me acompañaras al baile de máscaras, que fueras mi acompañante, solo si tú quieres, tú puedes tener una noche de princesa y yo tendré una gran acompañante que no sea una pesada y aparte una amiga, piénsalo, yo te enviaré todo, un vestido, pero necesito que cambies de forma y escuches a los invitados, que estés al pendiente y si escuchas algo raro me avisas.

-No lo se, recuerde que le mencioné que había un hombre importante buscándome, cómo se que no lo voy a ver y exija que vaya con el, que me aleje de todo esto, no quiero irme, lo haré si promete que me protegerá y no dejará que me lleve.

-Te prometí que te protegería y lo haré con mi vida, eres importante para mi, yo siempre cumplo mis promesas.

-Gracias por eso, entonces estoy dispuesta a hacerlo, si tú me cuidas, yo también lo haré contigo, seré tu espía si así lo quieres, porque se donde esta mi lealtad, no te preocupes por el vestido y todo eso, puedo ir con lo que quieras.

-Serás mi acompañante y te verás digna de la realeza, no voy a permitir que nadie hable mal de ti o  te ataque, eres importante para mi y no sé cómo te metiste aquí, aunque mi corazón pertenecía a alguien más, en un mes te haz metido aquí dentro y no dejo de pensar en ti.

-Hay algo que tengo que decirte.

-Me lo dirás en otro momento, hoy no hablemos de nada, vayamos a un lugar, uno que es muy importante para mi, seamos dos personas normales, hoy no necesitas trabajar, ven conmigo, pero tendrás que cambiar tu rostro, necesito que lo hagas, no pueden enterarse de que saldremos, la gente hablará y no queremos eso.

-Esta bien.- dije cambiando mi rostro, mi cuerpo y mi ropa por mi rostro normal por el de la cocinera Tamara, una mujer mayor y de la que nadie sospecharía para nada.

Caminamos por su castillo hasta llegar a la parte que daba al bosque, sabía que se dirigía al lago cerca del castillo, el que estaba cerca del pueblo, caminamos por un largo rato, me platicó de cosas muy normales, hasta que llegamos al hermoso lago, era más hermoso que la última vez que me había escapado, esta vez me sentía incómoda bajo esta piel, no me pertenecía y moría por mostrarme como soy, pero no lo haría, no aún, hasta que supiera por completo que de verdad podía confiar en el. Me senté cerca del agua y vi mi reflejo, una mujer que no era yo, volví al rostro frío de Hera, al cuerpo que tampoco me pertencia, sin embargo se  sentía bien no llamar la atención.

-Estás perdida en tus pensamientos, ¿que tanto piensas?

-Estaba pensando en lo mucho que me gusta este lugar, en lo hermoso que es, es como si fuera tan puro, tan lleno de vida.

- Lo es, también es agua mágica, puede curar heridas y revelar la verdad.

-¿Si la tocó revelaría todos mis secretos?

-Asi es, pero dudo que ocultes algo, eres tan transparente como esta agua y hay algo que quiero hacer desde que entraste al castillo.-dijo lanzándose sobre mis labios.

Me beso de una manera que nadie lo había hecho, con intensidad, con deseo, como nadie en la vida me había visto nunca, sus ojos no mentían, él sentía algo por mi, por la mujer que era solo una empleada. Yo continué el beso, estaba feliz era como si todo mi cuerpo reaccionara a su contacto, él me hacía sentirme poderosa, pero también me hacía sentir mal por mentir, quería decirle todo, pero si se enteraba de la verdad yo lo perdería para siempre, no podía arruinar lo único bueno que había conseguido en mi vida, pero tenía que hacerlo, no quedaba nada mas que decirle.

-¿Por qué no entramos a nadar?.-dijo seguro.

-Es qué hay algo que tengo que decirte.

-Me lo dirás luego.

Entramos al agua, yo lo hice con mi ropa, no quería quitarme nada, el quito su camisa y entró al agua, entro primero y después yo, me sumergí y luego cuando salí el me vio sorprendido. El agua había cambiado mi magia y me había mostrado en mi forma normal, yo era Arabelle de nuevo.

-Arabelle, como, no puedo creerlo, tú estás viva, no puedo asimilarlo, ¿todo este tiempo me has engañado?, me has visto la cara, viendo lo destruido que estaba por tu perdida y viendo cómo me estaba enamorando de ti de nuevo y ahora descubro esto, ¿Por qué no me lo dijiste?.-dijo molesto.

-Espera, no te vayas.

Él estaba enojadisimo, nunca lo había visto así, salió del lago y me dejó ahí, salí de ahí y lo seguí, rogué porque me escuchara, porque me dejara explicarle, pero el solo desapareció dejándome sola y volando con sus grandes alas blancas de ángel.

Princesa maldita I ( Terminada )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora