35. He vuelto

49 16 108
                                    

El mundo mágico estaba siendo todo menos mágico, hasta ahora nos habíamos adentrado en el bosque, ahí dormiríamos hoy, mañana buscaríamos un lugar donde quedarnos, más bien tendríamos que adueñarnos de él, teníamos que tener la protección de un hogar, todos estábamos cansados, mientras yo me dispuse a hacer la fogata, con el fuego dentro de mi, Assha revisaba que no hubiera extraños en el bosque, Jack se transformaba en lobo para asegurar el perímetro, Cassian estaba ayudándome con la madera para la fogata, Ania estaba sentada encima de un tronco y Alexander había ido a explorar un poco.

-Podrían apurarse, me estoy congelando.-dijo Ania ordenándonos.

-No sabes de lo que hablas, podría congelarte aquí mismo para que sepas lo que es realmente eso, así que guarda silencio, no has parado de quejarte durante todo el camino.

-Pues yo soy una princesa, no tengo la necesidad de ensuciarme las manos, para eso están los súbditos.

-Iré a buscar a Alexander, Assha te encargo que los vigiles, no soporto un segundo más con ella aquí.

-Yo me encargo.-dijo Assha.

Camine entre los árboles viendo el bosque tan oscuro que me rodeaba, no había magia como antes, las ninfas no volaban, los árboles estaban muertos, la vegetación se había perdido, la vida estaba muerta. Encontré a Alexander con una quimera en sus manos.

-Ese es el gran banquete que nos espera, estás loco, ¿has matado a ese pobre animal?.-dije molesta y sorprendida.

-Me sorprende que tu lo digas siendo una asesina a sangre fría.

-Pero ninguno ha sido un animal que no tenía culpa, solo personas que han hecho algo malo, no mato por gusto y lo sabes.

-Lo sé, lo he encontrado muerto aquí, algo grande lo ha asesinado, pero no tengo idea quien o qué cosa.

-Podría ser cualquier cosa, mejor alejémonos.

-¿La gran Arabelle tiene miedo?.-dijo riendo.

-Claro que no tengo miedo tonto, es que es mejor estar alejado del peligro, no queremos llamar la atención.-mencione sonriendo.

- El peligro está en todos lados, esta en mi, en ti, pero diablos Arabelle no puedo dejar de verte como un idiota, quiero besarte a cada segundo.

-Hazlo, ni siquiera preguntes, no tienes idea de cuentas ganas tengo de que me beses.-dije sonriendo.-Alto, escucha eso, hay alguien por aquí.-mencione preocupada.

Nos pusimos detrás de un árbol y podíamos ver que lejano a este había un árbol caminante, que brotaba magia oscura y que tenía atrapadas a unas ninfas de fuego,en pequeñas jaulas como rehenes, yo nunca había visto uno de esos, sabía que existían, pero ver a un árbol con vida propia era escalofriante, más porque este tenía cuernos que sobresalían de su cabeza.

-Tenemos que ayudar a esas pobres ninfas, no podemos dejarlas ahí, yo distraeré a esa cosa y tú te encargarás de liberarlas, ¿trato?.-dije sonriendo.

-Preferiría que no te pusieras en peligro, deja que me encargue.-mencionó preocupado.

-Puedo hacerlo, aparte se necesita fuego para destruirlo, a menos que tengas ese poder, lo mejor es que me dejes hacerlo a mi.

-Esta bien, pero ten cuidado.

-Siempre.-dije sonriendo.

Él espero, yo me puse delante al árbol con vida para que me siguiera, le grite.

-Tronco parlante, deberías meterte con alguien de tu tamaño.

-Mocosa insolente, como te atreves a interrumpir mi juego con las ninfas, que no sabes que no debes llegar sin invitación.-mencionó el árbol.

Princesa maldita I ( Terminada )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora