Princesa maldita I ( Terminada )

41. Clarice

Arabelle Rose White

-De verdad Alastair te envío o me estás intentando engañar, no quiero que me asesinen, tengo miedo.-mencionó asustada

-Tranquila, de verdad, mi nombre es Arabelle, soy una princesa como tu y solo quiero sacarte de aquí y llevarte con él.

-Pero estoy en esta jaula, no hay manera de salir, esta hecha de hielo, ya intente usar mis poderes, pero estas cadenas en mis manos impiden que pueda usarlos, estoy indefensa y tengo miedo.

-Lo sé, se lo que es eso, ya estuve encerrada y encadenada varías veces, pero tienes que confiar en mi, soy la única que puede sacarte y tenemos que hacerlo rápido antes de que todos se den cuenta.-dije preocupada.

-Esta bien.-dijo asintiendo.-Confiare en ti, debemos apurarnos, ellos vendrán, los hombres oscuros vendrán, alguien les hizo eso, están quemados y rotos por dentro, puedo sentir su sufrimiento y duele.

-¿Eres capaz de leer las mentes de los demás?.-pregunte curiosa.

-Si, es un poder horrible.

-Me lo imagino, debe ser una gran carga, ahora déjame a mi.-dije usando mi magia para destruir la jaula, la destroce, saque a la niña y deshice sus cadenas.-Sígueme.

-¿A donde creen que van?.-dijo un soldado.

El hombre frente a nosotras lucia quemado, como muerto, con la piel carbonizada, era algo sacado de las pesadillas de cualquiera, él se acercó a nosotras, quería a la niña pero yo no sé la daría sin pelea, no permitiría que se la llevara.

-Si quieres sobrevivir aléjate, quieres pelea, te la daré y no acabará bien para ti.

-El nos aviso que vendrías, él calcula todo, cuando más rápido lo entiendas, mejor será, nuestro Rey nos hizo poderosos, te daremos una gran batalla si eso es lo quieres.

-Quiero lárgame de aquí, pero si así lo quieren, pues intenten evitar que me largue con ella.-dije molesta y más segura que nunca.

El hombre me lanzó un poco de su poder, me lanzó por los aires, me tomo por sorpresa, le dije a Clarice que corriera al bosque, que me esperara, iría por ella, todos lo haríamos, que no se alejara, ella respondió con un si, se alejó y yo me levanté a dar pelea.

Llegaron más hombres igual que el, poderosos, pero mi gente también estaba conmigo, llegaron mis amigos, nos enfrentamos a estos hombres, soldados de Lorcan caían, yo usaba mis poderes, quemaba, congelaba, movía la tierra, ahogaba, hacia lo que pudiera salvarme en el momento.

El hombre frente a mi murió, se destruyó y me agradeció por asesinarlo, el pobre estaba en contra de su voluntad, como muchos más, no sabía manera de salvarlos, porque ahora eran unas criaturas oscuras, algo que nunca en mi vida había visto, corrompidos por un poder desconocido, algo más antiguo de lo que todos conocimos.

La batalla acabó con un sin fin de hombres desechos, hombres convertidos en ceniza, pero tenia frente a mi a un hombre de mi pasado, era Hunter, todo el era diferente, no lucia como una criatura extraña, lucia similar a Lorcan, su piel era igual de blanca, su cabello igual, todo el era como antes, pero eso difería del Hunter que conocí, aún sus ojos eran diferentes el uno del otro.