8. Castigo

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Arabelle Rose White

Después de un día tan cansado emocionalmente y físicamente me sentía derrotada que no recordaba haberme quedado dormida en la cama con la misma ropa que ayer, estaba meditando sobre todo lo qué pasó, sobre cómo iba a enfrentar a todos los mentirosos de mi vida que me olvide por completo de pensar, él cansancio inundó mi cuerpo como un rio que fluye rápidamente.

Desperté con el desayuno en la cama, nana se había tomado el tiempo de dejarlo con una pequeña nota para no despertarme. Abrí la nota decía que anoche vino a visitarme pero no me quizo despertar, quería ver cómo me sentía, pero que hoy tenía mucho trabajo con la llegada oficial de Lorcan al castillo. Que apenas se había enterado que nuestra querida reina se había casado en secreto con Lorcan, lo cual eso ya lo convertía en rey, el tenía el control de todo, podia hacer y deshacer lo que quisiera, pero yo lo había conocido y me pareció buena persona, abierto a la conversación y sobre todo con buenos sentimientos, pero quizás no era como yo lo imaginaba.

Termine mi desayuno que consistía en diferentes tipos de fruta, un pan con mantequilla y jugo de naranja, decidí que me bañaría y me vestiría para salir fuera del castillo a escondidas para llevar provisiones a mi gente, abrigos y ropa para pasar el frío, esperando que ellos no me rechazaran y aceptaran lo que envié. Hoy iría al pueblo cercano a la casa de fuego, pero mañana iría a otro pequeño pueblo lejano, después de bañarme me puse mi vestido blanco menos llamativo, el menos extravagante con diseños cosidos del mismo color, tomé mi cabello en un moño para no llamar tanto la atención y no me puse mi capa encima para el frío de la mañana, salí de mi habitación para encontrarme con Hunter pero no le dirigí ni una palabra porque dolía su traición, lo vi e instantáneamente me aleje, le dije que estaba ocupada, que no quería verlo hoy, pero después le explicaría las razones de porque lo estaba evitando, odiaba hacer sentir mal a las personas, pero tenía que estar fuerte, no me podría quebrar, no ahora qué hay gente más importante que me necesita. Llegue al comedor y les dije que prepararan todas las provisiones, la ropa, los abrigos, todo, ellos me ayudaron a cargar carretas con esto y yo me subí a un carruaje por primera vez sin pedir permiso, no me importo el regaño o que me dijeran que tenía que estar protegida, me sentía con miedo a que la gente me odiara, pero tenía que hacer esto por mi gente, para ayudarlos. Subí al carruaje y le dije las órdenes al chofer de donde ir, el camino fue normal como siempre, un poco tardado, pero para mi fue increíble ver por la ventana y ver mi mundo con la luz del sol a todo lo que da, el grande bosque que se extendia frente a mi, todo era hermoso, cuando me di cuenta después de más o menos veinte minutos que parecieron cinco llegamos, baje del carruaje y mi chofer me ayudó a bajar, era un chico muy amable, con una sonrisa encantadora, un elfo muy sonriente, me ayudo a llevar los suministros al centro de la ciudad donde estaban las personas hambrientas, nunca había visto rostros tan iluminados, personas tan felices con unas cosas tan simples que yo tendría en un día común, pero ellos no tienen lo que yo y daría todo de mi porque su cara siempre estuviera tan iluminada. Las personas agradecían una y otra vez.

-Querida, muchas gracias por esto, no tienes idea lo felices que nos hacen, su majestad, en nombre de su pueblo, se lo agradecemos.

-Esto que hago es de corazón, ustedes son mi pueblo y no pienso dejarlos en malas circunstancias.-dije sonriendo.

Estuve hablando un buen tiempo con algunas de las personas, todos me trataron muy bien, me dijeron cosas acerca de que yo era un persona diferente a lo que esperaban y me dio gusto saber que mínimo alguien pensaba eso de mi, alguien que no pensara que yo era una princesa superficial, me gusto sentirme una persona normal, alguien que no tenía lujos.

Dejamos todo lo necesario y decidí ir hacia el lago en el que había estado la ocasión pasada, cuando era un simple pájaro, toque el agua con mi dedo, me senté un rato frente al agua viendo mi reflejo, revisé que no hubiera nadie, levante el agua frente a mi, como un simple juego, eleve pequeñas gotas de aire y la detuve en el aire, después las congelé y luego las devolví al agua, me reí, me gustaba esto, saber que podía controlar estos poderes, me encantaban, me hacían diferente. Escuche de pronto una rama quebrarse y cuando volteé había un joven detrás de mi, uno con cabellos de fuego, con unos ojos tan perfectos, todo el lo era, sentía que lo conocía y al parecer el si lo hacía porque se lanzó a mis brazos de una manera como si me tuviera afecto. Lo último que vi es que el ya estaba rodeándome y su calor inundó mi cuerpo, no me soltó y por primera vez sentí que todo estaría bien, aunque no fuera así, el me hacía sentir en casa.

Princesa maldita I ( Terminada )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora