11. Calabozo oscuro

85 36 119
                                    

Arabelle Rose White

Desperté de nuevo en una celda, sabía que estaba en los calabozos, estaba viva y lo agradecía, no recordaba que había sucedido después de lo que escuché que me dijo Natalie, solo me sentía muy cansada, también estaba temblando porque este lugar era más frío, sucio y abandonado que el cuarto en donde me había encerrado antes, me encontraba encadenada, intentaba levantarme pero el peso de las cadenas en mis pies y brazos me dificultaba caminar dentro de esta, en el lugar no había ventanas para poder ver el exterior, mi única compañía era la luz del sol que entraba por los barrotes oxidados de una pequeña rejilla en la pared,los barrotes se encontraban muy lejos y yo no me alcanzaba a estirar para ver por esta, parecía que era de día, pero no estaba segura, tenía miedo de que lo que hubiera aquí abajo, era el único lugar al que nunca tenía permitido entrar, pero si tenía idea de cómo salir, quería ver de qué se me acusaba para saber porque estaba encerrada, supongo que provocar un movimiento de todo el castillo es señal de ataque, así que por eso debo estar aquí, volvieron a mi mente los recuerdos con Hunter, lo quería y me dolía su traición pero no dejaría que mis últimos recuerdos fueran dirigidos para el, no dejaría que también me quitara eso.

Grite una y otra vez para que alguien viniera a sacarme, nadie contestaba, mi voz se estaba agotando y tenía sed, me volví a sentar en el piso con tierra y frío, imaginaba que lucia como todo menos como una princesa, no me había cambiado de ropa desde hace cuatro días, desde que estuve encerrada, que este vestido se veía desgastado y mugroso, ya no sabía ni que pensar, seguí gritando y nadie contestaba, hasta que el hombre de a lado de mi celda dijo que guardara silencio que por mas que gritara no saldríamos de aquí, tenía razón, ahora estaba aquí, tendría que buscar la manera de salir, pero lo haría hasta que supiera la razón de mi encarcelamiento.

Después de pensar que nadie vendría a verme, llego Lorcan, por una vez me sentí bien porque sabía que vendría por mi, por fin tenía esperanza de que él haya vencido a mi madrastra y hermanastra, él se acercó a mi y me tocó el rostro, aunque no de una manera paternal, me incomode, yo nunca le había mostrado intenciones ajenas a actuar como si fuera una hija para el.

-¿Que pasó?, ¿Por que estoy encerrada aquí?.-dije exaltada.

-Has quemado a tu pueblo, te has convertido en un dragón después de desmayarte y decidiste quemarlos a todos, se que no eras tú, era Natalie la que se metió en tu cabeza, aún así eres muy peligrosa y por eso te quedarás aquí hasta que te pueda aclarar todo y tu decidas tomar el bando correcto.

-¿ Y cuál se supone que es le bando correcto?.-dije molesta.

-El mío, estar a mi lado es el lugar ideal para ti, se que es rápido, pero yo te amo desde que te vi y dejame decirte que no descansaré hasta que te quedes conmigo, esperare lo que tenga que esperarse para que tú estés lista y créeme cuando te digo que me desharé de quien sea para tenerte, no descansare hasta que tu seas mía.

-Estás demente, yo no te amo y nunca lo haré, no creo que haya nada para cambiar eso, yo te veía como un padre, no como alguien para amar, puedes esperar toda una eternidad pero te seguro que yo no te amaré.

-Las cosas han cambiado, asesine a Natalie y a Jessabelle por ti, así que lo mínimo que deberías es agradecerme, las quite de nuestro camino, ya no hay nada que me detenga, ahora solo tienes que decidir quedarte conmigo y saldrás en este instante para ser mi reina, todos piensan que has muerto en el ataque al castillo y agradezco que sea así, ahora podrás estar conmigo.

-Estás loco, no me casare contigo, prefiero pudrirme aquí por la eternidad, mataste a dos personas, sin escucharlas antes, eres un monstruo.-dije gritando y exaltada.

-No somos tan diferentes, tu eres como yo, aunque niegues tu naturaleza, llegará el momento donde lo entenderás y dejarás que ese poder dentro de ti no se contenga, me amaras y gobernaremos juntos.

-Si eso pasa prefiero morir antes, creí que me veías como una hija y por eso me cuidabas, no sabía que tenías otras intenciones, debí notarlo, soy una tonta, debí darme cuenta de que el mal estaba frente a mi, pensé que había bondad en ti, pero solo hay frialdad, te obsesionas, no amas, esto no es amor, no trates de engañarte, uno no obliga a nadie a estar con quien no quiere, eres un maldito egoísta como todos, eres un cobarde por tenerme encerrada, por acorralarme y por amarme cuando el amor es todo menos muerte y dolor, lo que tu haces esta mal y aunque todos crean que estoy muerta, yo luchare, volveré con mi pueblo y les haré saber que no los abandonare.

-Entonces puedes pudrirte aquí, no pienso escucharte hasta que decidas correctamente, hasta que me escojas y estaré esperando hasta que eso pase, pero te dire una cosa, si amas a alguien mas, esa persona pagará con la muerte, así que espero que seas muy coherente con lo que decides, te veré luego amor de mi vida. -dijo tocando mil rostro.

Le escupí en la cara, su toque me asqueaba, no sabía cómo no me había dado cuenta de que la oscuridad había estado tan cerca de mi, que había compartido momentos con el, pero ahora entendía que los lobos se disfrazaban de ovejas, para no llamar la atención y aunque quería llorar no podía hacerlo, me sentía tan mal, si él tenía razón entonces yo quemé a mi pueblo, sin miramientos ni contemplaciones, sabía que no habría un lugar en este mundo donde yo pudiera pertenecer y lo mejor sería irme de aquí, olvidarme de lo que soy y huir, era mi castigo por no darme cuenta de la verdad, por no ver lo que estaba frente a mi, debí notarlo, me carcomía el alma saber que también asesino a mi familia postiza, esas dos mujeres no eran perfectas en absoluto pero no se merecían morir por mi culpa, aunque algo no cuadraba, como no podía recordar haber hecho nada de lo que decían, ni siquiera un imagen aparecía en mi cabeza, ya no sabía lo que era mentira y lo que era real. Estaba realmente perdida. Hasta que escuche al hombre de la celda de alado, una voz aparentemente familiar, pero no sabía donde la había oído.

-Mi consejo de rey a princesa seria, se mas inteligente que yo y cásate con el, quedate del lado ganador.

-¿Quien es usted?, no veo cómo le pueda importar mi vida, si me caso con quien lo haga será porque así lo desea, no porque un hombre me lo diga, ¿no le han enseñado a no meterse donde no lo llaman?.-dije molesta.

-Si me han enseñado, pero por dar un consejo no se puede tomar a mal, una joven como usted, porque debo suponer que al ser la princesa no es mayor de los 20 años, quizás hasta sepa cómo pararlo con ese amor que el dice profesarle, hasta podria ayudarlo a detener su locura.

-¿Alguna vez se ha enamorado? .-pregunte sin pensar.

-Si, alguna vez lo hice.

-Entonces sabrá que el amor es lo más valioso qué hay, es lo que nos motiva y no se debe entregar a alguien por el que no se siente nada más que repugnancia, así que no me diga que sabe lo que es mejor para mi, porque yo se lo que quiero y esto no es.

-Entiendo princesa, lo crea o no, también he amado y eso tarde o temprano nos destruye, solo espero que el amor obsesivo que él dice tenerle no nos destruya a todos.

-Yo también espero que los dioses nos protejan, porque las decisiones que he tomado me han llevado por este camino, por cierto, ¿cual es su nombre?.-dije curiosa.

-Soy Alexander rey del norte o lo era, ahora somos dos personas sin reino.

-Pero no descansaré hasta recuperarlo.-dije quitándome las cadenas congelándolas y haciéndolas explotar.

Salí de la celda sin fuerza, saqué a todos los presos y les dije que escaparan, eso los distraería y me daría la oportunidad de escapar, guié mi mirada a ese hombre con una oscuridad, tan perdido como yo, con un rostro hermoso, con una belleza oscura y por primera vez deseé haberlo conocido antes de todo esto, era una lástima que no volviera a verlo, me dirigí con la multitud de hombres encerrados y mujeres y me mezclé convirtiéndome en un rostro más de ellos, dirigiéndome por una puerta que yo solamente conocía, sabia a donde llevaba y por primera vez haria lo que fuera por salir de aquí.

Princesa maldita I ( Terminada )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora