ONE SHOTS (Famosas y tu)

Madison Montgomery

GIP

POV Tu

Bienvenidos a mi infierno personal. Muchos creeréis que estoy exagerando, probablemente yo también lo haría si alguien me dice eso y incluso me reiría de ello. La gente puede llegar a ser muy exagerada, diciendo que su vida es un infierno; porque an tenido un mal dia en el que se les ha derramado el cafe y se an roto una de sus preciosas uñas. Sarcasmo claramente.

Pero yo estoy siendo completamente sincera. Todo por culpa de la maldita Cordelia y la estúpida de Zoe con su perro faldero. Vivo el mismo dia una y otra y otra y otra vez, desde hace ya no se ni cuanto tiempo. Al principio contaba los días, pero al final acabe perdiendo la cuenta y de contarlos.

Estaba atrapada en un bucle, donde vivía el dia anterior al que me escape de casa a los 15 y no podía escapar. Las primeras veces intentaba escapar, corría por la casa en la que crecí; tratando de escapar y huir de mis padres. Pero nunca lo conseguía. Si conseguía salir por alguna puerta o ventana, corría con todas mis fuerzas y veía como mi casa se veía cada vez mas lejos. Pero de un momento a otro, reaparecía en mi habitación y acabe dejando de tratar de escapar.

Todas las mañanas me despertaba en mi cama, desayunaba tranquilamente y veía un rato la tele; mientras mis padres hacían los recados o lo que hicieran ese dia. Cuando volvían, mi padre me arrastraba por el pelo y me tiraba en el suelo del sótano. Mi madre preparaba las correas y con ayuda de mi padre me ataban al poste del sótano dándoles la espalda.

Entonces; uno de los dos me rompía la camiseta por el cuello y mi padre empezaba a azotar con un látigo la espalda. Mientras mi padre me azotaba, gritaba junto a mi madre que era un monstruo y la hija del diablo; ya que había nacido siendo intersexual. Ya sabéis, cuando una niña nace con un órgano reproductivo masculino y al revés.

En cada latigazo, podía sentir la piedra de la punta golpear y arañar la piel de mi espalda. Como con cada golpe, las heridas en mi espalda se hacían mas largas y profundas. Como cada vez las heridas dejaban escapar mas sangre y como esta me bajaba por la espalda. Después de los latigazos que mis padres consideraban necesarios, me desatan las manos y me dejan encerrada en el sótano por horas.

Luego a la hora de la cena, volvían y me subían a mi habitación, donde me dejaban una rebana de pan de molde y una botella de agua. Tan pronto como mi padre salía de mi cuarto, diciendo que esto lo hacían por mi bien y que en un futuro se lo agradecería; me metía en mi baño y me duchaba para quitarme la sangre del cuerpo.

Esto lo hacían cada semana, todos los sábados y así el domingo llevarme a la iglesia y que así; el señor entre en mi por mis heridas. Pero después de haber sufrido esto por mas de un año, me escape mientras dormían por la ventana de mi cuarto y nunca mas volví a esta casa; hasta ahora.

Por si no lo sabíais ya; me llamo Y/n Petersen y tengo 19 años. Escape de casa cuando tenia 15 años, viví en la calle durante siete meses; hasta que una mujer joven y Rubia me encontró durmiendo en las calles de Nueva Orleans. Dijo que yo era diferente, que tenia algo que muchos deseaban y soñaban con poseer; pero que solo unas pocas personas lo tenían. Eso que tenia era el don para la magia, aunque admito que en un principio me reí de ella y la llame loca.

Tras una charla, me convenció para que fuera con ella y me enseño su escuela para brujas. Donde conocí a unas personas increíbles y a la que consideraba como al amor de mi vida. Resulto que si tenia poderes, con el tiempo aprendía a controlar la mente, a ser capaz de mover objetos y a teletransportarme. O como Cordelia le gustaba llamar; Telequinesis, Concilium y Transmutación. Pero yo prefiero ser mas basta y decirlo como para un muggle.

Todo iba bien, hasta que llego Zoe y con ella el zombie perrito faldero de Kyle. Desde la llegada de la primera, todo se torció y nunca volvió a ser lo mismo. Yo compartía habitación con Madison, y ella y yo éramos pareja por así decirlo, nadie mas que Nan lo sabia y eso era por que un dia me leyó la mente. Pero cuando llego Zoe, Cordelia pensó que seria una buena idea ponerlas juntas en la habitación y a mi colocarme en otra sola.