Infinite x Universal

Capítulo 2: Tu mentira en abril # 1

Capítulo 2: Tu mentira en abril # 1

Kaori Miyazono abre los ojos y regresa a la tierra de los vivos. El monitor de salud emite un pitido constante y ella asume que alguien la había llevado hasta el centro de enfermería de la universidad. No es la primera vez que siente una sensación de impotencia.

Había perdido el conocimiento, había perdido todos sus sentidos, y se derrumbó, el mundo entero se volvió negro en un instante y no había nada que pudiera hacer al respecto, excepto aceptar su enfermedad. Fue algo difícil de comprender, enfrentarse cara a cara con su propia mortalidad a una edad tan temprana. Había muchas cosas en la vida que había estado esperando hacer y, por la forma en que están las cosas, es posible que no pueda lograr ni la mitad de ellas.

También podría llegar un momento en que ya no pueda tocar el violín.

¡Su violín!

A pesar de lo mucho que le dolía mover sus extremidades, de alguna manera se incorporó en una improvisada posición sentada, balanceándose sobre sus codos temblorosos, su cabello rubio balanceándose aquí y allá mientras miraba a su alrededor como una loca, buscando en vano su violín.

No, esto no podría pasar, pensó, no puedo perder mi violín, prefiero morir -

"Buscando esto."

Kaori Miyazono se volvió para mirar a los pies de la cama de la enfermería y había un extraño sentado en una silla que sostenía su preciada posición. Ella trató de gatear hacia él, pero visiblemente se estremecía con cada infortunado esfuerzo y eso hacía que él se levantara de su asiento con bastante rapidez y acudiera en su ayuda.

"Oye, deja de moverte. No quiero que te caigas y te rompas el cuello".

"Apenas puedo moverme. No me voy a caer". Kaori se quejó y luego suplicó. "Por favor, devuélveme mi violín".

El extraño parecía dolorido e inseguro, teniendo que tomar una decisión tan injusta. Podía ver en sus ojos, bastante atemorizantes, cómo la estaba evaluando, pensando si tomar en consideración los ruegos de una mujer que parecía medio loca con su cabello despeinado y ropa arrugada, cubierta de tierra y hojas caídas, rogando por un violín que no encajaba con su actual conjunto de hospitalizados.

Obviamente había causado una mala primera impresión, pensó, pero eso no era motivo para mantenerla alejada de su violín.

"No quiero que un completo extraño toque mi violín".

"Tch. Dice la mujer con la que casi partiste esta cosa por la mitad al caer sobre ella."

"¡Yo hice que!"

Ahora se sintió alarmada. Esto estuvo mal. Siempre llevaba su violín a todos lados y cuando empezó a asistir a esta prestigiosa universidad eso no cambió. Pero en lugar de practicar en el auditorio como la mayoría de los músicos, eligió tocar al aire libre porque se adaptaba más a su estilo de interpretación.

Pero ahora, debido al deterioro de su condición médica, estuvo a punto de dañar su instrumento musical, algo que nunca antes había sucedido.

En cuestión de segundos se sintió al borde de las lágrimas, pero no podía llorar porque si comenzaba a llorar ahora, nunca se detendría y entonces su vida también podría terminar. Pero no, no es así como quería que terminaran las cosas. Todavía tenía tiempo, todavía tenía su violín.

"Mira, deja de llorar. Aquí", colocó el violín en algún lugar de la cama, a su alcance y ella no pudo sentirse más feliz en ese segundo.

"Gracias."