Infinite x Universal

Capítulo 8: Hyouka-Eru Chitanda

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Capítulo 8: Hyouka.

Eru Chitanda fue educada para ser muy elegante y educada. Quienes llegaron a conocerla la describieron como sensible, emotiva, amigable e inocente. También se mostró alegre e infantil. Siempre mantuvo un comportamiento positivo y rara vez albergaba emociones negativas.

Sin embargo, contrariamente a sus modales bien educados, puede volverse compulsivamente entrometida cuando está intrigada o curiosa por algo. En ese momento, sin que ella lo supiera, estaba mostrando tendencias hiperactivas e ignorando el espacio personal de un cierto solitario podrido.

"Senpai, tengo curiosidad."

"¿Por qué no puedes estar callado, en cambio?"

Eru Chitanda hizo un puchero y le dio una pequeña sacudida en el hombro. Al principio se sentó en su silla, rotundamente. Pero más tarde, por su fuerza de voluntad, supuso, él se balanceó hacia adelante y hacia atrás, al igual que su abuelo en una mecedora.

Ella todavía lo molestaba. "Hikigaya-senpai, cuéntame más sobre el club de servicio".

"¿Por qué me preguntas? Pregúntale a Yuigahama. Ella es quien fundó este club. Ella también es la presidenta. Ve a molestarla".

"Pero Hiratsuka-sensei me dijo que hablara contigo."

"Ella hace eso alguna vez. No sé qué le pasa a esa mujer. No he tenido un solo momento para mí desde que comenzó este nuevo semestre. Siempre estoy lidiando con un problema tras otro. Y la mayoría de ellos han han sido chicas. ¿Qué pasa con eso? "

Dijo todo esto mientras se balanceaba hacia adelante y hacia atrás. Parecía que estaba disfrutando esto. También parecía que estaba ignorando su propia presencia. Eru se sintió un poco molesto e hizo un puchero, tratando de pensar en una manera de hacer que él la escuchara.

Sin nada en mente, se acercó a él y se encorvó, acercando sus rostros uno al otro. Ella no había tenido la intención de hacer eso, pero simplemente sucedió. También cometió el error de abrir la boca para tragar aire y esto fue realmente un gran ...

¡Bonk!

"¡Ay! ¡Hikigaya-senpai!"

"No me 'Hikigaya-senpai'. ¿Qué diablos estabas tratando de hacer, Chitanda?"

Eru Chitanda sintió que las lágrimas le picaban en los ojos. Hikigaya-senpai se había golpeado la cabeza con un libro. Ella se alejó un poco de él y siguió frotando el lugar que había golpeado, con los ojos cerrados.

"Solo quería que me prestaras atención, senpai." Dijo con un pequeño quejido.

"Te presté atención, Chitanda. Quiero decir, es un poco imposible ignorarte y leer un libro por aquí, y tú agachándote, balanceándote y tejiendo y ..."

"Eres malo, senpai."

Si bien Eru Chitanda todavía tenía los ojos cerrados, no se dio cuenta de que colocó el libro sobre la mesa y se levantó de su asiento. No fue por miedo a él, sino por una rabieta de un niño pequeño que mantuvo los ojos cerrados. Lentamente, se acercó a ella y luego ...

"¿Senpai?"

"Shhh. Estoy revisando tu cabeza en busca de golpes."

Eru Chitanda sintió que se sonrojaba un poco. Hachiman Hikigaya-senpai estaba de pie frente a ella y le frotaba suavemente la cabeza, acariciando su cuero cabelludo con sus ágiles dedos. Ella dio un escalofrío involuntario y casi perdió el equilibrio, tropezando más cerca de él.

Teniendo en cuenta su acción, levantó otra mano para mantenerla de pie. Ella todavía no podía abrir los ojos mientras él todavía pasaba sus dedos por su cabello. Se había vuelto insoportablemente silencioso. Se preguntó si estaba haciendo esto para vengarse de ella.

Por supuesto, ahora que miró hacia atrás en sus acciones, podría haber sido un poco entrometida. Desde el momento en que entró en el club de servicio, dio su presentación, lo había estado molestando, cuando todo lo que hizo fue pedirle que esperara hasta que llegara Yuigahama-senpai.

"Senpai, lo siento. No volveré a hacer esto." Ella soltó un pequeño resoplido.

"¿Eh? Estás haciendo que esto suene a acoso sexual."

Eru Chitanda se sonrojó. "No digas cosas así de manera tan casual".

"Está bien, no lo haré."

Eru Chitanda abrió los ojos, todavía sonrojada y lo vio retroceder un poco. Se estaba frotando la nuca, sintiéndose bastante avergonzado.

"Lo siento, te golpeé en la cabeza. Pero pensé que me ibas a besar".

Dio un paso atrás y sintió que el color subía a sus mejillas. Una vez más cerró los ojos, bajó la cabeza y agitó las manos frente a ella, frenéticamente.

"No iba a besarte, senpai."

"Entonces, ¿qué estabas a punto de hacer? Tengo curiosidad."

Ella hizo un puchero cuando él le arrojó sus propias palabras a la cara. Ahora que lo pensaba, realmente no tenía idea de por qué había hecho eso, se trasladó a su espacio personal, doblando su cuerpo, encontrándose cara a cara, tan cerca de él, sus labios apenas separados.

"¿Bien?" Buscaba una explicación.

Ella no tenía ninguno. "Yo ... me emocioné mucho".

"Emocionado por unirse al club de servicio. Serías el primero".

A Eru Chitanda no le gustó cómo la seguía despidiendo. Luego pensó en vengarse de él y dejarlo sin palabras como ella. Y si eso no era posible, lo mínimo que podía hacer era verlo sonrojarse. Entonces ella le preguntó lo obvio.

"¿Por qué seguiste frotando mi cabeza, senpai?"

Él apartó la mirada de ella, incapaz de mirarla a los ojos.

"Bueno, gritaste cuando te golpeé con mi libro. Así que me preocupé. Se supone que frotarte la cabeza así es relajante".

"Fue reconfortante". Tan pronto como dejó escapar las palabras, se tapó la boca con ambas manos. "¿¡Qué estoy diciendo !? Por favor, perdóname senpai."

Ella hizo una profunda reverencia.

Él soltó una risa seca.

"No necesitas disculparte." Luego añadió en voz baja. "Parece que encontré otro Yuigahama."

Eru Chitanda sintió curiosidad por su Yuigahama-senpai.

"Entonces, me dejarás unirme al club de servicio".

Él suspiró. No sabía por qué, pero tuvo la clara sensación de que él no estaba esperando lo que tenía en mente. "Bueno, primero, déjame contarte sobre el club de servicio".

"Bueno." Ella sonrió.

"Está bien", repitió. "La mejor manera en que puedo describir lo que hacemos es, en lugar de darle un pescado a un hombre hambriento, tratamos de enseñarle a pescar, para que pueda cuidarse solo y no necesite nuestra ayuda en el futuro. ¿Entiendes lo que estoy tratando de decir, Chitanda? "

"¿Pero y si no tiene caña de pescar?" Ella preguntó.

Hikigaya-senpai parecía tener dolor físico. "Cruzaremos ese puente cuando lleguemos allí, Chitanda".

Eru Chitanda tomó un asiento cerca de él y sonrió. "Está bien, cuéntame más."

"No hay nada más que contar".

"Por favor, tengo curiosidad."

"Tch, está bien, bien."

Hachiman Hikigaya no sabía qué pasaba con esos grandes ojos morados de ella, pero de cerca, cuando se inclinaba hacia él, adquirieron una especie de brillo etéreo y se encontró cediendo a sus demandas.

Verdaderamente esta chica era peligrosa. No se le podía permitir unirse al club de servicio, pensó. Pero, ¿sería capaz de disuadirla? No lo sabía.