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Erick se movió inquieto por la habitación, con su mano repasando la piel de su barriga hinchada sobre la tela que formaba su camiseta. 

Dami estaba sentado a los pies de la cama. Movía sus pies de arriba a abajo, aunque ni siquiera llegaba al suelo. Jugaba con Chocolate, pues le estaba susurrando cosas que Erick no llegaba a comprender. 

Richard había ido hacía menos de diez minutos. Le había informado que dos personas procedentes de Landrem habían llegado para atenderlo según él lo pidió. Su corazón no daba más de sí solamente con imaginar que tendría una conexión con Landrem de nuevo. Eran tan demente que no le asustaba. 

Solamente de imaginar la expresión de Joel al haberse enterado de lo que hizo; de que necesitaba un médico porque ahí todos querían acabar de raíz con su embarazo, y que Erick había pedido mediante amenazas a Liam. Se le caía la cara de vergüenza, sin saber ni imaginar lo orgulloso y enfadado a partes iguales que eso ponía al que él consideraba su amante encubierto de película veraniega. 

La puerta entonces sonó. Fueron dos ligeros toques antes de que Richard asomara su cabeza, abriéndola de más para que las dos personas consideradas extranjeras, pudieran pasar al interior. 

Fue Damien el primero en responder a ese estímulo visual. 

—¡Tío Louis! 

Dami corrió hacia el alma pura sin pensarlo. Louis lo cargó de inmediato, llenando su carita de besos infinitos. Liam les sonrió, antes de desviar la atención a un Erick que parecía bloqueado en su lugar. 

—Estoy seguro de que con Damien no tenías esa barriga. 

Erick no pudo evitar sonreír lentamente, mordiendo su labio inferior pero sintiendo su pecho morir en hormigueos que le recordaban cuál era su verdadero destino. 

—Oh cállate, Liam. 

Liam le sonrió, dejando su maletín en el suelo cuando Erick no dudó en abrazarlo con fuerza. Él correspondió, porque realmente todo el mundo en Landrem le había extrañado en demasía. Erick se había convertido en la normalidad de Landrem, y nadie podía cambiar eso. 

Cuando Erick se separó de Liam, sus ojos se cristalizaron al encontrarse esa mirada ansiada tan marina como nunca encontró antes. Louis dejó a Dami en el suelo y le abrazó con tanta fuerza, que Erick solamente pudo corresponder de igual manera. 

—Te hemos echado tanto de menos…

—Nosotros a todos vosotros también… Tienes que contarme cómo está Álex. Y Harry. Y Chris y Niall. Dios, y Zabdiel y Zayn— Erick hizo una pausa, se separó con una mueca— Y Joel… 

Louis ladeó su cabeza con una expresión melancólica de igual modo. Llevó una mano a la mejilla de Erick, acariciándolo. Sintió la mano de Liam en su hombro, dándole apoyo. 

—Cariño, créeme cuando digo que absolutamente todos hemos notado tu ida. Joel está… No sé cómo explicarlo. Está como cuando no estabas. Trabaja mucho, no duerme absolutamente nada. Harry me contó que junto a Zayn y Zabdiel intentaron frenarlo un poco, pero que no atiende a razones. 

Erick sintió una daga en su pecho. Ni siquiera pudo desviar la atención de Louis, ni cuando Liam comenzó a hablar. 

—No lo ha hablado, pero ha cambiado completamente desde que no estáis. Ha vuelto a ser rudo y constante. 

—¿Está con alguien?— Preguntó Erick rápidamente. 

—¡Ni de coña, cariño!— Le contestó de inmediato Louis— Es que ni mira a las almas puras que llegan a la mansión. Esa debe de ser la última de tus preocupaciones, no te engañará con nadie. 

Landrem || Joerick  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora