El Esposo Correcto² [Changlix]

Capítulo 027: Punto de quiebre

La pareja real se encontraba abrazada, Félix estaba recortado plácidamente entre los brazos de su esposo, mientras este acaricia su cabello con cariño.

El menor estaba cansado, se supone que ya deberían haberle dicho sobre la salud de su hija, pero nadie se acercaba a informar sobre ello.

-- Ya pasó mucho tiempo -- el menor murmura bajo, pero aún así San lo escucha.

-- Tranquilo amor, estoy seguro de que en cualquier momento nos avisan sobre ella... -- el castaño calla un momento, para luego mirar a su esposo con curiosidad -- ¿Qué nombre le pusiste a nuestra hija?

Félix sonríe levemente, aquella mirada que le estaba dando, era como si escondiera algo.

Antes de que le respondiera, el doctor Jongho entró a la habitación junto a San.

-- Lamento la interrupción, pero tenemos los resultados de su hija -- la pareja mira fijamente a San, el cual trae unas hojas en sus manos -- primero que nada, pido que respiren un poco, así nos evitamos más tragedias.

Changbin entrelaza sus dedos con los del menor, necesitaban ser fuertes, sea cual sea el resultado.

-- Bien, según los análisis, la menor presenta un pequeño problema en sus pulmones por el medicamento que le dimos a su esposo -- San mira a Changbin, el cual solo asiente -- por suerte, no es muy grave, aunque tomará un tiempo para que se estabilice. Sobre ambos, al ser prematuros, ambos deben quedarse en las incubadoras, hasta que su formación concluya.

-- Por lo tanto, podrán llevarse a sus bebés en un tiempo estimado de un mes o menos, dependiendo de los avances -- Jongho le sonríe a la pareja -- Félix necesita reposo también, nada de estrés por un tiempo.

-- ¿Puedo verlos? -- Félix preguntó ni bien los doctores dejaron de hablar.

-- Posiblemente luego, aún debes recuperarte.

El menor solo asiente, es cierto que se siente cansado, pero necesita verlos. Antes de que se desmayara, pudo escuchar a Changkyun, pero necesita ver a su pequeña.

Ambos doctores se despidieron, dejando solos a la pareja real, los cuales pudieron respirar tranquilos al comprobar que el daño no fue mucho.

No podrían soportar otra mala noticia.