capitulo 32

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A veces en la vida uno quiere evitar malos entendidos, dramas, tragedia, pero la vida es un puto caos y nada es como uno quiere...

Serpiente se separó inmediatamente de mí, mientras ella fingía una sonrisa que daba más escalofríos que la del Guasón. —Esta perra es tan falsa, no sé cómo Serpiente no se da cuenta —pensé. Yo por mi parte me levanté con cuidado arregle mi vestido y tomé mis cosas para largarme, el enojo me volvió otra vez.

— ¿Por qué te vas? Si se veía que la estaban pasando bien —masculló impidiendo la salida ya que estaba plantada en la puerta.

—Paulina por fa... —no terminó de hablar porque lo interrumpí.

—Está bien Serpiente, ustedes necesitan privacidad de pareja. Además, Paulina debe estar ansiosa por contarte cosas porque sí entró de esa manera tan apresurada fue por algo, ¿verdad querida? —le pregunté de forma sarcástica golpeando el escritorio que tenía al lado con mis uñas... trato de tener paciencia pero esta mujer saca lo más amargo de mí.

—Claro, quería pasar tiempo con mi amorcito —se acercó a él y le succionó literalmente la boca, parecía un pulpo, ¡qué asco!

Me aclaré la garganta y ellos pararon, no quería seguir viendo cómo se comían entre sí, ya estaba de mal humor. —Me voy chicos que disfruten su noche —hice el amago de irme pero Serpiente me cogió del hombro, puse mis ojos en blanco viendo que sus acciones darían material a la loca para seguir jodiendo.

—Yo te acompaño hasta la puerta —declaró él.

—Allí está la puerta a dos pasos —le señalé. —Yo puedo ir sola.

—Claro que no, mi novio es un caballero y te acompañará hasta la salida de su casa —sonrió ella sin mostrar los dientes y con esa cara más tensa que cualquier mujer con exceso de botox, miré a Serpiente y el muy imbécil la miraba con devoción, no sé cómo  cayó en las garras de esa manipuladora falsa pero eso me encargaré de averiguarlo.

—Bueno está bien, vámonos —ordené.

Cuando estábamos alejados de su habitación me encaró.

— ¿Qué te pasa con ella? —no me lo esperaba ya que Putalina era la que estaba a la defensiva y llegó haciendo show.

No iba a discutir así que tomé aliento y me serene, —Bueno Serpiente si tú lo viste así es tu problema, yo hablé normal no la insulte ni nada, lo único que me pareció extraño es que haya entrado de esa manera... Porque seguro tiene llave, ella una desconocida y yo que soy tu mejor amiga no tengo ni una copia —alcé mis hombros restándole importancia.

—No me parece, y en cuanto a lo de la llave mi relación es enserio con ella Angeles, quiero que por fin se me dé bien con alguien —le coloque mi mano en su mejilla y comencé a acariciarlo, Serpiente no es el típico bad boy, él es un chico bueno que respeta a las mujeres y nunca les haría daño primero prefiere alejarse y que le toquen mujeres horribles como su ex y como Paulina es algo que me llena de coraje porque se merece más que eso.

—No creo que ella sea la indicada —por fin le dije, él frunció el ceño y se alejó de mí. Ese gesto me dolió.

—No me digas eso, tú no —negó varias veces y se tomó del cabello, — ¿A ver porque dices eso? Hace unos momentos me decías que no tenías nada en contra de ella y ahora sales con que no es la indicada.

—Es que ni siquiera la conoces bien para decir que quieres ir en serio con ella —me exasperé.

—Además no es la santa paloma que dice ser...

— ¿Quién te crees para juzgarla? Yo te estoy dando el beneficio de la duda con La Bestia, ¿No puedes hacer lo mismo con ella?

—ES DISTINTO —grité. —Ella ha demostrado ser una hipócrita y una mala persona, ¿O con qué finalidad crees que los llevó al baño de la fiesta para que me vieran con La Bestia? —lo encaré de una vez por todo, él rio sin gracia y seguía negando.

Superando el DolorWhere stories live. Discover now