capitulo 44

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Al hospital llegue temprano para poder salir antes de mi guardia ya que Teresa me acompañará a la consulta que planee hace minutos con la colega de mi madre, Esmeralda aún no había llegado y era la primera vez que me tocaba sola, en la sala los niños seguían durmiendo a excepción de la niña que hace un tiempo despertaba de su coma.

Me acerque a la habitación que como siempre estaba helada y reinaba el sonido de las máquinas. Últimamente la sala está decorada desde que ella reaccionó todos los médicos incluso mi mamá le añadieron una decoración significativa a las paredes: dibujos, escritos, juguetes, globos entre otras cosas...

Detallando todo pude notar que esa pequeña me estaba observando, decidí acercarme a ella con temor y una sonrisa nerviosa ya que no estoy acostumbrada a afrontar estas situaciones.

—Hola nena —gesticule —. Estas muy bonita hoy.

Sabía que no me iba a responder porque estaba entubada toque su diminuta mano y me sorprendí pues a pesar del frío que hacía su piel estaba calidad.

El cáncer es una enfermedad terrible y que ella esté batallando y superando todo lo que eso conlleva la hace digna de admirar. Ella seguía con su grandes ojos y pestañas largas atenta a cualquier movimiento que yo haría y gracias a ese gesto solté una risilla es muy inteligente, llevaba puesto un gorrito de lana color morado con unas flores de adorno que tapaban su cabecita cicatrizada y sin cabello debido a las quimios y cirugías que le han realizado.

No me imagino pasando por una situación así ni con ningún allegado a mi es lamentable el estado en el que puede terminar un ser humano por esa maldita enfermedad.

—El gorrito me encanta, ¿sabes? Te queda muy femenino y veo que tu habitación está llena de regalos creo que soy la única que no te ha dado nada y casi ni te visito pero prometo pensar en un regalo único y especial para ti cariño que eres toda una guerrera pues cualquiera no lucha como tú así que un regalo para ti debe ser tan grande como tu superación.

Ella solo pestañeaba en señal de estarme escuchando y eso me ponía feliz. —Yo escribo un libro y cuando termine de escribirlo vendré a leerlo para ti, el libro es algo más para adolescentes y adulto pero es un libro que tendrá una gran reflexión y mucha música, no sé si has escuchado música pero yo tengo un novio y unos amigos que cantan así que ellos con mucho gusto pueden cantarte.

Esa pequeña me dedicó una ligera sonrisa en lo que creo yo es una señal de apropiación y salte de la emoción.

—Veo que estás muy contenta —mi madre entró y se acercó a la pequeña —Eso me alegra ya que aquí muchos lloran solo al ver el estado de este paciente.

—Bueno mamá he hablado con esta señorita aquí presente —agarre su mano y la bese —Y quedamos en que le iba a dar un gran regalo y muchas lecturas —concluí orgullosa.

—No te veo tan afectada... —carraspeó —¿Si tuvieras un ser querido en esta situación actuarías así?

Creo que mi mamá se volvió loca, ¿Qué pregunta es esa?

—¿Qué pregunta es esa mamá? Claro que no, si esto le sucede a alguien que amo estaría devastada, ni siquiera me imagino tener a alguien en esa situación... moriría antes de ver a alguien en ese estado.

Ella bajó la mirada, algo muy extraño e ella pero a los segundos la alzó y sonrió con esa arrogancia que la caracteriza.

—Tú serías capaz de superarlo estoy segura —acarició mi cien con sus perfectas uñas —.Ahora ve a trabajar y no te metas en problemas que no estoy para dolores de cabeza niña.

Superando el DolorWhere stories live. Discover now