capitulo 40

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Sentí como entraba el agua a mis pulmones, el dolor por el choque no me dejaba moverme y la cabeza me iba a estallar me estaba ahogando.

Pude notar como unos brazos me alzaban violentamente a la superficie era La Bestia quien me miraba horrorizado, veía como hablan pero yo no podía escuchar solo estaba tosiendo botando el agua que había tragado para que mis pulmones inhalaran un poco de aire.

La Bestia tomó mi rostro cerciorándose de que estuviera bien. —¡Por Dios Angeles! ¿Estás bien?

Todos estaban a mí alrededor menos mi hermano y Esmeralda, pude ver a las chicas con cara de preocupación y a los chicos buscando agua y toallas.

Y en realidad no me importaba si yo estaba bien, solo me importaba Esmeralda ella recibió el golpe más fuerte.

—¿Es-meralda, ¿có-moo es-ta ella? —pregunté sin aliento.

Luis se acercó con una toalla y se la dio a la bestia y secó mi cara mientras Juan me ofrecía una botella de agua.

—Ella está bien, la está atendiendo el salvavidas tu hermano esta con ella, ¿en qué pensabas lanzándote de esa manera tan imprudente? —me reprocho Serpiente.

—Joder déjala tranquila, no es momento para estarle preguntando nada ella también esta grave —lo encaró La Bestia.

La gente no paraba de ver lo que estaba pasando aunque poco a poco fueron desviando su atención al ver que yo me estaba levantando. El dolor de cabeza se intensificó, La Bestia me tomó de un lado y me ayudó a caminar a la enfermería para ver a Esmeralda.

Cuando entramos ella estaba sentada en una camilla con una toalla en sus hombros y no pase por desapercibido como mi hermano la tenía agarrada de las manos solo la soltó al percatarse que nosotros entramos al lugar.

—¿Cómo estás, linda? —Esmeralda se levantó con cuidado, se acercó a mí y me abrazó.

—Me duele mucho la cabeza pero estoy preocupada por ti, ¿no tienes ninguna fractura o fisura? —estoy angustia el golpe fue duro.

Mi hermano nos separó y nos dijo que tomáramos asiento.

—Ella está bien y me alegro que tú también, el salvavidas dijo que solo tendría dolor y un hematoma que se quitaría con una Pomona. Disculpa que no te rescate yo pero tenía a Esmeralda más cerca ya iba a buscarte, deben chequearte —vi preocupación en sus ojos.

—No te preocupes hermano yo estoy bien — solo estaba mareada pero la rabia me estaba consumiendo sé quién es la culpable de todo esto.

—Voy a buscar al salvavidas para que te atienda —anunció La Bestia.

—Y yo buscaré nuestras cosas para podernos ir lo más pronto posible —prosiguió mi hermano.

Al dejarnos sola no dude en abrazar a Esmeralda y decirle cuánto lo sentía.

—Ya te dije que no te preocupes solo quiero saber, ¿qué pasó? Tienes un golpe en la frente, sé que no te lo diste con la piscina porque amortiguaste tu caída con mi cuerpo.

—Fue la maldita de Paulina estoy segura ella estaba parada detrás de mí, yo estaba preparada para lanzarme pero de repente sentí como alguien me empujaba y golpee mi cabeza con la base del tobogán después ya tu sabes lo que pasó.

—Te creo esa chica no me da buena espina pero, ¿qué quería lograr haciendo eso? —Esmeralda ignoraba todo acerca de esa tipa así que le resumí todo lo que había pasado con respecto a ella.

—No entiendo como una persona puede llegar a eso —hablaba mientras me colocaba una toalla en la cabeza, vi su hematoma y era grande el color morado se notaba en la parte superior de su hombro derecho.

Superando el DolorWhere stories live. Discover now